En el Infierno, Parte 1
¡Hey! Primera actualización del 2017.
Espero que estén listas y listos para todo un nuevo año de emociones, momentos cardiacos y derroches de lágrimas, ya que pretendo hacer que este fic llegue a su final este año. Si no lo logro, entonces podrán regresar a este capítulo y restregármelo en la cara. Recientemente estuve escribiendo los títulos y sinopsis de los capítulos que están por venir y parece que si lo alcanzaré a cubrir.
En fin, llego la fecha prometida y he aquí el nuevo capítulo de esta historia. Espero que sea de su agrado. Nos leemos hasta el final para notas finales.
Gravity Falls Es una obra perteneciente a Disney. Todo lo escrito y expresado dentro de este Fanfic tiene como propósito principal el enriquecer al Fandom de la misma. Todos los personajes utilizados dentro de esta historia son una creación y propiedad original de la talentosísima y brillante mente e ingenio del animador estadounidense: Alex Hirsch. Nada será utilizado con fines lucrativos o comerciales. ¡Disfrútenlo!
Gravity Falls Fanfic: La Novia de Dipper
Capítulo 34: "En el Infierno, Parte 1"
Dipper contemplaba el atardecer, sentado sobre un pequeño tronco cubierto de musgo, localizado sobre una pequeña colina, a tan solo unos pocos metros de la cabaña propiedad del gran Dan. Su rostro reflejaba tristeza, miedo y confusión. El estrés había comenzado a cobrar factura en su delgaducho cuerpo, ya que varias de sus articulaciones ardían como si hubieran entrado en contacto con agujas puestas al fuego y bañadas en alcohol. Además, diversas jaquecas comenzaron a asolar de manera paulatina su cabeza cada vez que se le venía la idea de encontrarse metido en una situación tan descabellada e irreal. Por si eso fuera poco, su ritmo cardiaco se aceleraba y su estómago se contraía cada vez que lo meditaba y recordaba que él había sido un cómplice de Bill al ayudarle a recuperar El Libro Negro y que hasta ese momento, se hallaba oculto y a salvo en posesión de Preston Northwest. Tal vez Preston había hecho cosas terribles en el pasado, pero a pesar de ello, él no tenía las mínimas intensiones de utilizarlo para desatar una hecatombe que tuviera en ascuas al universo entero.
La luz del sol disminuía conforme este se ocultaba por detrás de las montañas a la distancia y Dipper no mostraba el mayor interés en querer marcharse de ese lugar. Previamente, le había pedido al resto de sus amigos y a su hermana que quería permanecer un breve tiempo a solas para reflexionar acerca de los recientes hechos que los mantenían al borde de un oscuro precipicio. Sin embargo, dos horas habían pasado ya luego de haber dado a conocer dicho aviso y ahora a sus pies parecían haberles crecido raíces que le impedían moverse. Fue en ese momento, que Pacifica decidió ir hacia él, para preguntarle si todo se encontraba en orden, dado a que el resto de los sobrevivientes habían empezado a manifestar preocupación por él.
—¿Aún habrá esperanza? —Murmuró, para luego dejar salir un largo suspiro—. ¿Y sí el final es inevitable...?
*Ese páramo muerto y lleno de miseria de dónde te rescaté, es lo único que quedó de Gravity Falls* *El plan de ataque para derrotar a Bill... No funcionará...* *Ustedes serán los principales protagonistas de una guerra como nunca antes se había presenciado en este mundo* *Bill utilizó el resto de sus poderes para liberar el sello que había mantenido a los Weirdmasters encerrados* *A causa de ello... Mabel... Wendy... Soos... El tío Stan... Y todos los amigos que hicimos durante ese mágico verano... Fueron asesinados*
Dipper recordó con amargura, algunas de las cosas que le había dicho su contraparte futura, provocando que su confianza en sí mismo disminuyera a pasos agigantados mientras más y más cosas venían a su mente. No obstante, fue la apacible voz de Pacifica la que lo hizo volver en sí.
—¿Dipper...?
—¡Pacifica! ¡Hola! —Fingió sorpresa—. ¿Cómo va todo...? —Realizó una pregunta aleatoria.
—Todo va bien. Eso creo... A pesar de tener un apocalipsis de talla universal encima, todos parecen estar tomándolo con suma tranquilidad. —Respondió, percatándose inmediatamente de la condición de Dipper. Le siguió la corriente—. Wendy y Mabel están racionando la comida enlatada que había almacenada en la cabaña. Soos, Robbie y el loco McGucket fueron de cacería... Afortunadamente pudieron conseguir algo de carne de venado pese a que creíamos que todos habían huido hacia el sur a causa del peligro. El resto se está encargando de encender una fogata para cocinar la carne. Además, Blendin se está ocupando de colocar algunos sensores de movimiento y de ajustar un campo de invisibilidad en los alrededores de la cabaña para que los androides exploradores de Giffany no puedan detectarnos y sepamos de su posición antes que ellos sepan la nuestra.
—Todo parece estar en orden... —Replicó el muchacho.
—Además, le pedí a Archibaldo que mantuviera vigilancia constante sobre todo el perímetro en caso de que alguna cuadrilla de Impuros llegase a aparecer. Los sensores no son capaces de detectar ese tipo de forma de vida así que...
—¿Archibaldo? —Dipper alzó las cejas—. ¿Quién es Archibaldo?
—Me refiero a nuestro fantasmagórico amigo que una vez trató de convertirnos a todos en madera. —Le guiñó el ojo derecho y se sentó a su derecha.
—Entonces... Ese es su nombre... ¡Eso lo confirma! —Miró hacia el cielo y rebuscó en su memoria—. Ya decía yo que esa vieja pintura que una vez encontré en la casa de Wendy se me hacía muy sospechosa.
—¿Lo dices porque es uno de sus antepasados, cierto? —Lo cuestionó la rubia—. Archibaldo Corduroy... No suele conversar mucho acerca de su pasado, pero logré sacarle algunas respuestas. Aunque no parece estar muy interesado en revelarle a Wendy su verdadera identidad.
—Tal vez sea mejor así... —Suspiró una vez más—. Ahora que lo menciones, no he tenido la oportunidad de agradecerle por salvarnos de Bill y de toda su banda. Aunque aún no entiendo la razón por la cual lo hizo. ¿Qué ganaba con eso?
—Nada realmente... Según sus palabras, soy la única Northwest en toda la historia que aún conserva un poco de bondad en su corazón. Así que no podía quedarse con los brazos cruzados y ver como esa chica loca sacada de un videojuego me trataba como su juguete. Sí tan solo supiera que no soy una legítima Northwest...
—¿Y qué has pensado acerca de todo esto...? ¿Crees que tus verdaderos padres aún se encuentren...? —Dipper no terminó de realizar su pregunta, ya que Pacifica adivinó el resto.
—¿Vivos?
—¡No...! No quise decir eso... Bueno... En realidad, sí... Pero... No quise sonar tan imprudente. —El niño se rasco la cabeza, sintiendo vergüenza.
—No te preocupes... No importa. —Subió sus piernas al tronco para abrazarlas y esconder su rostro en sus rodillas—. Más que saber sí mis padres se encuentran con vida o no, me gustaría saber el motivo por el cual se deshicieron de mí. Quisiera saber quién soy yo... Quisiera conocer el lugar de donde vengo... Ni siquiera sé sí me dejaron a cargo de mis actuales padres, o fueron ellos los que me adoptaron más tarde. ¿Sabes, Dipper? Es triste saber que pasaste una gran parte de tu vida tratando de adoptar las costumbres de un par de extraños, para luego convertirte en su vivo reflejo y vivir bajo su sombra, sus mentiras y su asquerosa forma de ver la vida y a los demás.
—Pacifica... Siento mucho lo que sucedió. Personalmente... Me gustaría creer que tus verdaderos padres tuvieron una buena razón para hacer lo que hicieron.
—A mí también me gustaría creerlo...
Pacifica bajó los pies y se aproximó hacia Dipper. El muchacho se sonrojó en cuanto notó el repentino movimiento. Acto seguido, Pacifica lo tomó cariñosamente de la mano, entrelazando suavemente sus dedos con los de él y dejó caer su cabeza sobre el hombro izquierdo de su novio. Dipper esbozó una sonrisa e inmediatamente inclinó su propia cabeza para apoyarla sobre la de Pacifica. Entonces, el joven Pines relajó sus tensos hombros, su respiración parecía haber vuelto a un ritmo pertinente y saludable para una buena condición, apretó la mano de Pacifica y se dejó llevar por las sensaciones que se producían en su estómago. La rubia lo notó de inmediato, de modo que no se limitó a quedarse con la duda.
—¿Ya estás mejor?
—¿Mejor...? ¿A qué te refieres...?
—¡Vamos, Dipper...! —Continuaron charlando, conservando la misma posición y sin dejar de mirar hacia la hermosa y deslumbrante puesta de sol colocada al fondo del magnífico escenario—. ¿Acaso creíste que no sospechaba que algo malo ocurría contigo? Solo una semana ha pasado desde que me convertí en tu novia, pero durante ese corto periodo de tiempo he conseguido memorizar casi todas tus expresiones corporales. Sé perfectamente cuando estás feliz, molesto, tenso, preocupado, nervioso. Eres como un libro abierto.
—Creo que no puedo ocultarte nada, ¿Cierto?
—¡Es correcto!
—Me siento mejor... —Admitió—. Por un breve momento, me sentí aterrado por lo que fuera a suceder. Me preguntaba acerca de lo que sucedería si les llegáramos a fallar a todos... Lo que pasaría sí es que Bill llegara a conseguir el poder supremo... Pero creo que ahora lo mejor es no pensar más en eso y tratar de ser positivos. Es lo único que nos queda. Tan solo espero que el dios Axolotl nos diga dónde se encuentra la última persona para poder completar el hechizo.
Ninguno hizo un solo movimiento, ni ningún otro comentario, prefiriendo disfrutar de ese breve momento a solas que ambos habían podido conseguir, teniendo en mente que ese era probablemente uno de los últimos que tendrían en mucho tiempo. Sin embargo, había una pregunta que había mantenido a Pacifica inquieta. Una pregunta que la atormentaba por sobremanera y que durante los pocos minutos de charla que había mantenido con Dipper esperaba ansiosa por salir desde la cavidad bucal de la chica.
—Dipper, quisiera preguntarte algo... Retomando el tema de mis auténticos padres. Sí te encontraras en mi misma situación y tuvieras una sola oportunidad de saber qué fue lo que ocurrió con ellos, así como descubrir tu verdadero lugar de procedencia... ¿La tomarías?
—¿A qué te refieres? —Levantó la cabeza, apartándose de Pacifica. Ella hizo lo mismo, de modo que Dipper aprovechó para mirarla a los ojos.
—Bueno... Yo solo estaba hablando de forma hipotética. —Se acomodó el cabelló de forma tímida—. Verás, sí logramos contactar con él... Tenía en mente preguntarle a ese tal dios Axolotl acerca de mi pasado... Sí lo que dijo Blendin acerca de él es verdad y él es el dios que le dio vida a toda la creación en todo el universo, entonces el tendría que saber qué fue lo que ocurrió con mis padres y tal vez darme un poco de más información acerca de mi origen.
—Suena un poco descabellado... Pero podría funcionar... —Lo pensó por cinco segundos—. ¡Claro! No veo por qué no... Aunque... Ojala hubiera algo que yo pudiera hacer algo para ayudarte.
—Gracias Dipper. —Le sonrió—. Pero a menos que puedas retroceder en el tiempo creo que te será imposible.
—Sí tan solo El Bebe del Tiempo siguiera con vida, podríamos usar una cinta métrica para viajar al pasado y descubrir de dónde provienes... —Ambos permanecieron callados unos segundos, hasta que un fugaz recuerdo, una idea, hizo eco en los canales de su mente cuando rememoró otro séquito de palabras que su similar del futuro: *Cuando tocaste por primera vez el libro negro, de alguna manera, su esencia mágica quedó impregnada en ti, concediéndote habilidades que van más allá de las capacidades humanas ordinarias, dándole a tu mente la habilidad de viajar entre distintas épocas. El problema, es que aún no has aprendido a controlar este nuevo poder y en consecuencia, tu mente divagó sin control y se perdió en los confines del espacio y del tiempo. Trasladándote hasta esta fecha y lugar exactos.* —. Aunque... Tal vez exista una manera...
—¿De qué estás hablando? —Pacifica sintió como su sangre se congelaba.
—No estoy seguro, pero... Cuando me encontraba en coma yo... Yo pude...
—¡¡¡HOLA DIPPER!!! ¡¡¡HOLA PACIFICA!!! —Gritó una prominente y chillona voz a sus espaladas, provocándoles un susto cercano a la muerte. En consecuencia, Dipper perdió el equilibrio y cayó al suelo, golpeándose de nariz.
—¡Mabel! —Gritó la pareja al unisonó, mostrándose inconforme.
—¿Qué se supone que estás haciendo? —Dipper se incorporó de un salto, recriminando a su hermana—. ¿Cuál es el afán de asustar así a las personas?
—Siento haberlos asustado, se veían muy tiernos y no quise arruinar el momento. —Se excusó la niña, riendo a causa del enojo de Dipper—. Pero la fogata está lista y Wendy me dijo que los llamara para cenar. Contaremos chistes y cantaremos canciones a capela para bajar el nivel de estrés en el grupo. ¿Qué dices hermano? Tal vez el tío Stan no se encuentre con nosotros por ahora, pero aún estamos tú y yo para hacer que el legado de la Patrulla Alfa del Amor perdure por siempre.
En ese momento, el cerebro de Dipper se puso en sobre marcha y se dio cuenta de lo que acontecía a su alrededor. Todo lo que su "yo" de varios años en el futuro le había dicho, comenzaba a cumplirse al pie de la letra. Entonces, una sensación de incertidumbre lo empezó a consumir por dentro, como una enfermedad terminal, generándole un punzante dolor a la altura del pecho que se extendió lenta y agonizantemente hacia sus entrañas.
—Está bien... Iremos enseguida. —Dijo Pacifica, alentando a Mabel para que los dejara solos unos cuantos minutos más.
En cuanto la niña de los frenos se retiró del lugar para regresar hacia dónde se encontraban el resto de los ciudadanos del extinto poblado de Gravity Falls, quienes estaban ya listos y ansiosos por encajarle el diente a ese venado que la triada de hombres más peculiar de todas había podido conseguir; Pacifica se dirigió hacia Dipper, pudiendo notar su nuevo y demacrado estado.
—¿Dipper, cariño? ¿Qué te sucede? Estás muy pálido. —Preguntó, preocupada.
—¿Pálido? ¿Pálido yo...? —Intentó recobrar la compostura—. No estoy pálido... Lo qué sucede es que tengo mucha hambre... Tú sabes... Aún no he recobrado todas mis fuerzas y necesito comer pronto o me volveré a desmayar... ¿Qué tal si vamos?
—Pero... ¿Qué era lo que ibas a decirme antes de que Mabel nos interrumpiera?
—Nada... No es nada... —Comenzó a sudar estrepitosamente, arrepintiéndose de último momento de contarle a Pacifica todo por lo que había atravesado en aquél espantoso lugar, dado a que las terribles imágenes de la tumba de Pacifica llenaron su cabeza de ideas y malos presentimientos—. Es solo que mi mente divagó por unos momentos... No sé en qué estaba pensando... Creo que será mejor que no hagamos esperar a los demás y vayamos...
Dipper estuvo a punto de dar media vuelta y seguir el camino que había tomado su hermana, cuando la voz de Pacifica lo hizo detenerse en seco.
—¡Espera, Dipper! —Lo tomó del brazo—. Hay algo que quiero pedirte antes de volver... —Utilizó su extremidad superior derecha para buscar en el interior de su chaqueta y extraer una vieja cámara de fotos instantáneas—. La encontré dentro de la cabaña en un sucio cobertizo... Wendy me dio permiso para conservarla. ¿Qué tal sí nos tomamos una foto para el recuerdo? —El corazón de Dipper pareció detenerse—. Sé que este no es un buen momento y para serte franca, hubiera preferido tomarme una foto contigo en mejores circunstancias, pero sí fallamos, ya no habrán más oportunidades para hacerlo... Además, me gustaría conservarla como una especie de "amuleto" de buena suerte cuando nos encontremos en pleno campo de batalla en caso de que llegáramos a separarnos. ¿Qué me dices, Dipper? Serán dos fotografías, una la conservarás tú y otra la conservaré yo... Y sí quieres, cuando toda esta locura termine, sí es que salimos victoriosos, podremos tomarnos otra fotografía rememorando la ocasión.
—¡No..! —Respondió Dipper, sumamente asustado, retrocediendo un par de metros—. Lo... Lo siento, Pacifica... Pero creo que esta no es la mejor ocasión para hacer esto... ¡Vamos! ¿Dos fotografías? ¿Amuletos? ¡Me parece un poco absurdo...! ¿Quién creería en eso? —Agachó la mirada. Luego, sus brazos comenzaron a temblar—. Debemos regresar cuanto antes con los demás...
Acto seguido, Dipper salió corriendo hacia el lugar dónde la fogata estaba siendo organizada, dejando a Pacifica sola en ese mismo lugar y sin el más mínimo chance de poder decir algo al respecto, así como con múltiples dudas en la cabeza. Pacifica guardó la cámara de vuelta en su chaqueta y se limitó simplemente a mirar con tristeza como Dipper se alejaba poco a poco de ella, oponiéndose y sin explicación alguna a su primera y única petición como pareja.
—Tienes razón, Dipper... Es una petición muy absurda...
Continuará...
Bueno, es así como comenzamos este año, con un capítulo melancólico e inclusive un tanto triste. Pero esa es solo una pequeña muestra de lo que se viene para los próximos capítulos. Pero hablando de capítulos, durante estas vacaciones y como lo dije en la parte de arriba, pude escribir la sinopsis y los títulos del resto de los capítulos de este fic, así que hablo enserio cuando les digo que muero por mostrarles en que terminará esta historia, procuré de que los momentos finales sean frustrantes y cardiacos como lo fueron los últimos momentos del Weirdmageddon.
Pero bueno, espero de corazón que les haya gustado y en serio, muchísimas gracias por todos sus comentarios, reviews y sus favoritos. Gracias a ustedes, este fic está en dónde se encuentra en este momento.
¡Aviso importante!
Ahora, la próxima actualización se realizará el próximo lunes 30 de enero. Sí, lunes 30 de enero. A partir de ahora y hasta nuevo aviso las actualizaciones se moverán de los días viernes a los días lunes. Esto debido a mis horarios en la universidad. Ustedes saben... Nuevo año, nuevo semestre, nuevas materias, nuevos horarios... Y muchas veces los horarios no son como uno los esperaría. Ahora, los lunes los tengo completamente libres, pero los viernes totalmente ocupados. Espero su comprensión y nos leemos hasta ese día.
Espero que me sigan a los largo de este año. Les mando mis mejores deseos y hasta pronto. ¡Chao!
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