El Despertar de la Bestia

¡Hola!

Pues lo prometido es deuda y aquí tienen la nueva actualización. Les recuerdo que este será el penúltimo capítulo de este año, ya que como lo había dicho antes en el mes de diciembre no actualizaré ninguno de mis fics. En fin, espero que les guste el capítulo de esta semana. Todavía recuerdo cuando comencé a escribir este fic. Mi plan era escribir 6 capítulos súper cortos llenos de humor y romance. Este fic iba a ser de hecho una comedia romántica. Pero mi lado sádico casi siempre se sobrepone y por lo tanto este fic se ha convertido en lo que es ahora. No se desesperen, ya que las partes verdaderamente románticas aún no ocurren, pero les aseguro que les van a encantar. Sé lo que les digo.

Gravity Falls Es una obra perteneciente a Disney. Todo lo escrito y expresado dentro de este Fanfic tiene como propósito principal el enriquecer al Fandom de la misma. Todos los personajes utilizados dentro de esta historia son una creación y propiedad original de la talentosísima y brillante mente e ingenio del animador estadounidense: Alex Hirsch. Nada será utilizado con fines lucrativos o comerciales. ¡Disfrútenlo!

Gravity Falls Fanfic: La Novia de Dipper

Capítulo 12: "El Despertar de la Bestia"

—¿Qué es lo que has hecho, niño? —Preston Northwest preguntó increíblemente furioso—. ¿Te das cuenta de lo que acabas de hacer? Ahora por tu culpa, todos vamos a morir...

—No... No se acerque más... —Dijo Dipper, al notar como Preston comenzaba a caminar hacia su dirección.

—Niño, te lo advierto, aléjate de ese libro. —Volvió a decir.

—¿Por qué debería hacerlo?

—Escucha, no sabes con que estas tratando. Aléjate y entrégame ese libro inmediatamente.

—¿Por qué debería de escuchar sus palabras? —Dipper comenzó a gritar—. ¿Por qué debería confiar en usted?

—No tienes porque confiar en mí, muchacho. —Mantuvo su distancia—. Lo único que te pido es que te apartes de ese libro ahora mismo. No tienes la menor idea de lo que es capaz de hacer esa cosa si no se encuentra en las manos de un Northwest.

—¿Lo dice enserio? Creo que cualquier cosa estaría mejor en las manos de otra persona distinta que no fuera un Northwest. Incluso este libro. Además... ¿Qué hay de Pacifica? Yo tampoco sabía de lo que usted era capaz de hacer hasta este día. Creí que usted era solo un mal padre, pero ahora me doy cuenta de que es más que eso. Usted es un horrible padre. —Lo señaló con el dedo—. ¿Acaso cree que no estoy al tanto de los abusos que comete en contra de su propia hija?

—Mira niño, no pretendo comenzar una plática más acerca de moralidades y ese tipo de tonterías. Esto ya no es acerca el bienestar familiar. Esto tiene que ver con el bienestar de todos los seres vivos de este planeta. Sé que no estás solo en esto. También se que no te topaste con este lugar por accidente. ¿Quién te envía? ¿Para quién trabajas?

—No tengo por qué decirle nada.

—Veo que no me dejas opción.

Dipper y Preston se dirigieron miradas llenas de odio, pero fue Preston el que al final dio el primer paso. Como si fuera un león a punto de arremeter contra su presa, el dirigente de la familia Northwest intentó alcanzar con sus brazos levantados a Dipper para así someterlo por la fuerza. Sin embargo, Dipper permaneció en su lugar y luego de mostrarle una fría sonrisa, el joven se desvaneció en el aire ante los ojos de Preston como consecuencia de haber cambiado de espacio temporal. Mientras tanto, para Dipper el tiempo se había detenido. Por lo tanto, pudo observar a su atacante a unos pocos milímetros tan inmóvil y tieso como una figura tallada en un bloque de mármol a punto de efectuar el ataque.

—¡Uff! Eso estuvo cerca. —Dijo Dipper, secándose el sudor de su frente—. Ahora debo darme prisa y salir de aquí antes de que el efecto del cambio entre realidades se termine. Aunque... No sé porque... Pero... tengo un mal presentimiento acerca de todo esto... ¿Qué habrán sido todas esas visiones en mi cabeza? Como sea... No tengo tiempo que perder. No encontré nada más aquí con excepción de este libro tan extraño. —Tomó el libro con las dos manos—. Me pregunto sí este será el contrato del que Bill tanto quería.

Dipper salió del complejo tan rápido como pudo utilizando el mismo ascensor que había usado para llegar hasta ese lugar en primer lugar. Luego, mientras recorría a toda velocidad el pasillo secreto que lo conduciría nuevamente hacia el interior de la mansión, contactó una vez más a aquél ente dimensional con la ayuda del pensamiento.

—Bill, Bill, Bill... Responde, soy yo.

—¡Qué sorpresa, pino! ¿Cómo van las cosas por allá?

—Tengo el paquete. O eso creo... Es un libro de cubierta negra.

—¡Perfecto! —Bill exclamó sin ocultar su emoción—. El contrato se encuentra oculto dentro del libro. Ahora, te indicaré cual será nuestro punto de encuentro. Sal de la mansión por la puerta principal y baja la pendiente utilizando el sendero que usaste para subir. Justo antes de llegar hasta la parte inferior te toparás con una desviación. Es un camino cubierto de tierra que no se encuentra pavimentado. Síguelo recto y te llevará hasta una entrada secreta bajo la colina.

—¿Una entrada secreta bajo la colina?

—Una vez que llegues utiliza la llave de Preston para entrar. Espero que la hayas conservado.

—La tengo.

—¡Maravilloso! Date prisa que los efectos de mis poderes están a punto de terminarse. Te veré en la cueva.

Ambos cortaron la comunicación cuando Dipper se hallaba saliendo del túnel para llegar nuevamente hacia la habitación de los trofeos de caza de Preston. Entonces, al no disminuir su velocidad al momento de dar una vuelta para dirigirse hacia la puerta, Dipper cayó al suelo soltando el libro, el cual terminó por abrirse por en medio.

—¡Auch! —Se quejó tras ponerse de pie casi inmediatamente—. Eso me dolió... ¿Dónde está el libro?

Dipper miró a su alrededor, tratando de buscar el libro desesperadamente. Luego de repasar el lugar rápidamente con la mirada, el muchacho halló el consecuente objeto muy cerca de la puerta, pero al levantarlo y mirar su interior, Dipper se percató de que todas las páginas del libro se encontraban completamente en blanco. Después, comenzó a ojearlo con curiosidad, pero el resultado era el mismo, en ninguna de sus páginas había un solo rastro de algún tipo de texto escrito.

—¿Qué significa esto...? —Se preguntó en múltiples ocasiones mientras lo ojeaba—. ¿Por qué el papá de Pacifica estaba tan aterrado por un libro vacío? No lo entiendo... —Continuó pasando página por página, hasta que en medio de dos de ellas, logró encontrar un diminuto pergamino enrollado—. Este debe ser el contrato... Me pregunto qué fue lo que el papá de Pacifica le ofreció a Bill a cambio de todo esto... No creo que le moleste si doy un vistazo.

Dipper tomó el pergamino mientras guardaba el libro en el interior de su chaleco. Entonces, comenzó a desenrollar aquella desgastada y antigua hoja de papel poco a poco. Sin embargo, cuando Dipper logró extenderla en su totalidad para comenzar a leer el texto; el entorno gris que lo rodeaba se desvaneció de repente.

—¡Oh no! Los poderes de Bill... Se han ido... Tengo que apresurarme...

Dipper salió corriendo de la mansión y al llegar al vestíbulo principal, utilizó la palanca cerca de la puerta para abrir los portones exteriores. A continuación, el joven corrió lo más fuerte que sus flacas piernas podían soportar. Afuera, la lluvia se había intensificado todavía más. Ahora, aquél torrencial era acompañado de una tormenta eléctrica realmente escabrosa. Dipper atravesó los portones y recorrió el sendero sin detenerse o si quiera mirar hacia atrás. De alguna manera, sentía que la respiración de Preston se encontraba muy cerca de él. Luego de haber recorrido el descenso, Dipper encontró la desviación que Bill le había mencionado. Acto seguido, se adentró en ella, hallando un camino cubierto de lodo y humedad. No obstante, al final del sendero, Dipper se topó de frente con una puerta metálica sobre la base de la montaña, la cual se encontraba cubierta por algunos cuantos arbustos.

—Creo... Creo que es esta... —Dijo, contemplando la puerta, apoyándose en sus rodillas para recuperar el aliento.

Tras haber recobrado su propia respiración, Dipper localizó con sus ojos un panel similar al que había a un lado del ascensor. Entonces, se acercó y extrajo la llave del bolsillo de sus pantalones cortos para introducirla dentro de la ranura. Al final, las puertas se abrieron por medio de un mecanismo automático, así como una serie de luces que iluminaban un camino de piedra sobre la gruta hacia otra puerta más. Todo iba marchando a la perfección, de no ser por ese sentimiento horrible de muerte que Dipper sintió al atravesar la primera puerta. Una sensación muy parecida a la que tuvo cuando tocó por primera vez aquél libro de tapa negra y dura.

—¿Qué es esto...? ¿Qué es esta sensación...? No... Ya es muy tarde para dar marcha atrás... —Decía mientras recorría el nuevo camino hacia la puerta más alejada, guardando nuevamente la llave en los bolsillos de sus pantalones cortos—. Muy pronto, Pacifica... Te prometo que todo terminará dentro de muy poco... Jamás volverás a sufrir de los abusos de tus padres... No dejaré que nada te ocurra mientras pueda hacer algo al respecto...

—Eso puede arreglarse. —Dijo una voz detrás de él.

En ese momento, Dipper se encontraba ya frente a la entrada que lo conduciría hacia lo desconocido. Sin embargo, al girar la cabeza hacia atrás, descubrió la figura de un hombre cuya sombra era lo suficientemente grande para intimidar a un chico de la edad de Dipper. Pero sí algo era seguro, era que Dipper no era como el resto de los demás chicos de su edad.

—¡Detente ahí muchacho, aléjate de esa puerta y regrésame ese libro inmediatamente! —Preston gritó a espaldas de Dipper.

Hubo unos pocos segundos llenos de silencio donde Dipper y Preston tuvieron un tercer duelo de miradas. Al final, fue Dipper el primero en destruir el incomodo ambiente repleto de tensión.

—Sé lo preguntaré una vez más, señor... —Dipper le sostuvo la mirada sin sentir ninguna clase de temor—. ¿Por qué debería obedecer a un hombre cuyos intereses financieros son más importantes que el bienestar de su propia hija?

—Escúchame bien, jovencito. —Se acercó unos cuantos pasos, mostrándose nervioso—. Esto va mucho más allá de intereses financieros y el bienestar de Pacifica... Estás lidiando con fuerzas que un simple niño de tu edad jamás podrá comprender. Retrocede en este instante y apártate de esa puerta. Comprende mis palabras.

—Lo único que necesito comprender es que alguien debe ponerle fin a sus actos ruines y despiadados. ¿Cómo supo que me encontraba en este lugar?

—He vivido casi toda mi vida en la cima de esta colina. Conozco todos sus secretos, sus atajos y pasadizos. —Se llevó las manos hacia atrás—. Pero veo que eso no impide que un mocoso como tú se entrometa con asuntos que no le conciernen. Voy a confesarte algo, hijo. Nunca, nadie en todos estos años me había fastidiado tanto como tú lo has hecho hasta ahora. Ni siquiera eres alguien originario de este pueblo. Por lo tanto, te recomiendo mantener tus narices alejadas de asuntos que no te incumben.

—No lo haré. Por el bienestar de Pacifica nunca lo haré.

—¿Tanto te importa mi hija, muchacho? —Preguntó, alivianando el tono de su voz—. Dime... ¿Tienes algún interés romántico en ella?

—No tengo por qué responder a esa pregunta. —Respondió fríamente.

—Bueno, eso no tiene importancia... Y aunque lo tuvieras, déjame decirte que ni en tus sueños tendrías la oportunidad de conquistar a una chica como Pacifica. Pacifica y tú son de mundos diferentes. ¿Es tan difícil de entender? Ella ni siquiera tendría porque dirigirte la palabra. Alguien de tu clase jamás debió de haber cruzado las puertas de nuestro hogar el primer lugar.

—Bien, pues parece que todo eso terminará en cuanto abra esta puerta. Todas sus mentiras, engaños y trampas que ha malogrado para conseguir el poder que tiene ahora quedarán reducidas a nada. William...

—¿Qué? ¿Cómo supiste cuál era mi verdadero...? —Preston se sorprendió enormemente tras volver a escuchar su segundo nombre después de muchos años de no haberlo hecho—. De acuerdo... Olvídalo... Escúchame hijo, tú piensas que haces lo correcto, pero sí abres esa puerta... Este planeta, no, mejor dicho, todo el universo podría colapsar en menos de lo que crees. No tienes idea de la clase de maldad, ni mucho menos de la clase de poder tan terrible que se mantiene oculto detrás de esas puertas. Mantente alejado si no quieres que todos acabemos muertos.

—Si lo que dice es cierto... Entonces dígame... ¿Por qué es tan importante ese libro? ¿Qué es lo que hay detrás de estas puertas? ¿Qué oculta en su interior? —Comenzó a alterarse.

—Nada que un niño entrometido como tú deba saber. —Se sostuvo—. Esta es la última vez que pienso decirlo... —Le advirtió, para a continuación extraer una pistola de nueve milímetros que había mantenido oculta detrás de su espalda—. Aléjate de esa puerta y devuélveme ese libro, o me veré obligado a presionar el gatillo.

—¿Piensa matarme? No cree que asesinar a un niño como yo llamaría mucho la atención de los medios.

—Tú no sabes nada... Yo controlo a los medios. Puedo asesinar a la persona que a mí me plazca en este pueblo miserable y no recibir ninguna clase de sanción por ello. Lo único de lo que tengo que hacerme cargo es de realizar un par de llamadas y todo quedará arreglado. Además, soy intocable por la policía. Tal vez no lo sepas, pero todo este pueblo me pertenece. Sí no fuera por mí, tu tío jamás hubiera podido construir esa cabaña tan fea. Y hablando de tu tío... ¿De verdad quisieras poner en peligro su vida? ¿Y qué me dices de tu hermana? Tal vez todos podrían compartir una sola fosa en el cementerio.

Dipper se sintió contra la pared, cuando Preston mencionó a su familia más cercana. No obstante ya era demasiado tarde, por lo que Dipper decidió permanecer en su lugar. Preston notó como la severidad de sus palabras no habían sido suficientes para doblegar el alma y el espíritu de Dipper. Así que en un acto desenfrenado, el hombre accionó el arma disparando contra el joven Pines. Dipper trató de cubrirse con sus brazos como medio de un reflejo de su propio cuerpo. Sin embargo, ni Preston, ni Dipper dieron crédito a lo que acababa de ocurrir. De la nada, la bala se había detenido en el aire, como sí hubiera un campo de fuerza alrededor de Dipper. Pronto, Preston volvió a disparar hasta vaciar el cartucho, pero con el mismo resultado. Todas y cada una de las balas se habían detenido en el aire a pocos milímetros de la cara del joven Pines, cayendo inmediatamente al suelo.

—¿Qué está pasando aquí?

De repente, una voz proveniente de una risa endemoniada comenzó a escucharse y a hacer eco dentro de la misma caverna. Por su lado, Preston reaccionó de inmediato cuando su sangre se congeló instantáneamente al adivinar quién era el propietario de semejante gesto.

—No... No es posible... No puede ser... Yo conozco esa risa...

Luego, tras decir estas palabras, el espacio comenzó a distorsionarse y a perder su tonalidad, fundiéndose con una realidad llena de tonos grises. Fue en ese momento que aquél ente dimensional de tres lados volvió a hacer acto de aparición por medio de una intensa luz que dejó cegados a los dos presentes por un par de segundos.

—¡Vaya! ¡Vaya! ¡Vaya! Creo que las cosas se están tornando un poco violentas por aquí. ¡Pero miren a quién me acabo de encontrar! Nada más y nada menos que a mi viejo amigo, Preston Northwest. ¡Oye! ¿Cómo te trata la vida? Me doy cuenta de que no del todo bien. Te has convertido en una persona de corazón frío. ¿Matar a un niño? Eso ya es extralimitarse. Me disculpo por la intromisión, pero no podía dejar que asesinaras a mi colega.

—Bill Cipher... —Dijo Preston—. Jamás pensé que volvería a verte de nuevo. ¿Así que tú fuiste el responsable de haber manipulado la mente de este niño?

—¿Manipulado? —Dipper preguntó entre dientes.

—¡Vamos...! ¿Realmente creíste que me iría a otra dimensión sin decirte adiós o sin cobrar mi parte del trato?

—¿Entonces a eso viniste? ¿Viniste a obtener tu parte del trato?

—Espero que tengas todo preparado tal y como lo acordamos. Y con ello me refiero a ese insignificante trasplante de cornea.

—Nunca creí que este día llegaría... —Suspiró—. Todo está listo tal y como lo acordamos, Bill... Supongo que no tengo elección... —Dijo Preston, mostrándose resignado, bajando el arma y la cabeza—. El trasplante fue realizado exitosamente.

—¿Trasplante? —Dipper preguntó en silencio—. ¿Qué trasplante?

—¡Excelente! Todo está listo para que mi gran plan se ponga en marcha.

—¡Espera, Bill! —Dipper alcanzó a decir—. ¿De qué plan estás hablando? Tú nunca mencionaste nada acerca de un plan.

—¡Vaya que eres ingenuo, niño! ¿Enserio pensaste que todo lo que hice fue solamente por ayudarte a recuperar a tu amada? Tan torpe como siempre.

—Me engañaste nuevamente. —Dipper apretó los puños y frunció el ceño—. Te voy a...

Dipper quiso arremeter contra aquél ser supremo de energía pura. Sin embargo, lo único que Bill tuvo que hacer fue chasquear los dedos para que Dipper se quedara petrificado, sin la posibilidad de mover ninguna de sus articulaciones.

—¡Quieto ahí, niño! Bien, ahora que la primera parte del espectáculo ha llegado a su clímax podré comenzar a preparar el segundo acto. —Por medio de su magia cósmica, Bill chasqueó los dedos una segunda vez, lo que ocasionó que ese libro de cubierta negra que Dipper había mantenido guardado dentro de su chaleco abandonara su escondite y comenzara a flotar en el aire para así posarse frente a Bill. —¡Por fin...! ¡Por fin...! No puedo creer que por fin se encuentre entre mis manos... —Recalcó increíblemente emocionado—. Finalmente tengo en mi posesión El Libro Negro de Hein. Uno de los objetos más peligrosos, codiciados y poderosos de todo el universo. ¡Cielos! Por poco y lo olvido. Nada de esto hubiera sido posible sin la ayuda de ambos. Siempre les estaré eternamente agradecido. Los tendré muy presente en mi mente cuando aniquile a todos los habitantes de este planeta.

—¡Aguarda un minuto! —Preston lo interceptó—. ¿Qué acabas de decir?

—Lo que escuchaste. No puedo dejar que nadie se interponga entre mis objetivos y yo.

—¡Teníamos un acuerdo! —Preston alzó la voz—. Además... ¿Por qué necesitas ese libro? Ni siquiera tú sabes de lo que es capaz esa cosa sí no se utiliza responsablemente.

Bill ignoró por completo las últimas palabras de Preston y con la ayuda de sus vastos poderes, consiguió abrir el libro por la mitad y extraer el mismo rollo envuelto que Dipper no pudo terminar de leer en su momento. Acto seguido, Bill procedió a desenrollarlo y después de colocarse un monóculo sobre su único ojo que hizo aparecer previamente; se dispuso a examinarlo con extrema cautela. De arriba hacia abajo y de izquierda a derecha.

—Nuestro trato estipula, que a cambio de ayudarme a ejecutar mi plan maestro yo te convertiría en el prometido de tu ahora querida esposa, así como en uno de los hombres más ricos y poderosos de todo el mundo. Nunca dije nada acerca de mantener a salvo tu integridad ni nada por el estilo.

—Tu plan maestro fue apoderarte de ese libro en primer lugar... Ahora todo empieza a tener sentido... Ahora entiendo porque necesitabas de ese trasplante... No puedo creer que haya caído en tu juego de una manera tan tonta.

—He aquí una prueba más de que esa emoción llamada amor es uno de los más grandes canceres de los que puede padecer su especie. Mientras ustedes tengan en su corazón a una persona por la cual deban luchar, la humanidad jamás alcanzará la grandeza. —Dijo, colocando su mano derecha sobre la cubierta del libro.

En ese momento, un gran destello luminoso comenzó a rodear el cuerpo de Bill hasta cubrirlo por completo, mientras se sumergía en una maniática risa sin control. Dipper y Preston miraron aterrorizados cada segundo del suceso sin entender absolutamente nada de lo que estaba pasando. Al final, aquél resplandor se desvaneció de repente junto con aquél espacio gris que conformaba esa otra dimensión. Todo había recobrado su color original. Dipper recobró la movilidad de su cuerpo y lo primero que hizo fue frotarse los ojos para enfocarlos nuevamente sobre aquél ser de otra dimensión. Entonces, se percató de como Bill ahora poseía bordes y trazos definidos sobre su cuerpo. Era una visión espeluznante, pero al final, el joven Pines pudo comprenderlo todo. Bill ahora poseía un cuerpo físico dentro del mundo real.

—No puede ser... —Dipper dijo por medio de un suspiro.

—Su poder es sorprendente, ¿No lo creen...? —Bill realizó una pregunta al aire sin esperar una respuesta en concreto—. Y esta es tan solo una pequeña muestra de lo que el Libro Negro de Hein es capaz de hacer. —Comenzó a reír de manera pausada—. ¡Por fin! ¡Por fin he podido salir de esa maldita prisión dentro de la cual había permanecido atrapado por trillones de años! ¡Soy libre! ¡Soy libre! ¡Finalmente soy libre! ¿Pero qué les parece sí vamos a otro lugar más acogedor para charlar? Todo ha sucedido tan rápido que es mejor estar apartados de aquí por el momento.

Bill chasqueó sus dedos una vez más y de manera instantánea, el panorama había vuelto a cambiar. La cueva desapareció, siendo sustituida por los interiores de la estancia principal de la mansión Northwest. Para finalizar, Bill encendió la chimenea principal ubicada por debajo del cuadro de la familia utilizando otro chasquido más.

—Mucho mejor... —Bill recorrió el lugar con total libertad—. Ahora... ¿Qué les parece si continuamos con la fiesta? Preston... ¿Me harías el honor?

Preston apretó los puños con coraje. Sin embargo, él sabía que poco o nada podía hacer.

—Bill... ¿No podemos llegar a otro acuerdo?

—Debiste de haber pensado mejor en las consecuencias cuando te atreviste a hacer esa clase de tratos conmigo. Ahora ya no hay vuelta atrás, mi viejo amigo. Sí no pretendes hacerlo tú... Entonces con mucho gusto lo haré yo. —Dijo, realizando un movimiento con su mano derecha. Acto seguido, algo se materializó en el centro del recinto. Era una cama bastante espaciosa sobre la cual Pacifica reposaba y dormía luego de haber llorado por varias horas.

—¿Qué...? ¿Qué ocurre...? —Pacifica se preguntó confundida y asustada luego de despertar sobresaltada—. ¿Dónde estoy? ¿Qué está pasando? ¿Papá? ¿Dipper? ¿Y qué rayos es esa cosa en forma de triángulo? —La joven rubia realizó varias preguntas al azar al no entender nada.

—¿Acaso ya te olvidaste de mí, pequeña? ¿No me extrañaste? —Bill la examinó de arriba hacia abajo—. Ya veo... Ahora que lo recuerdo fue gracias a esos entrometidos de la sociedad del ojo cegado que no logras recordar nada... Pero eso no es importante. Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que nos vimos. ¡Vaya que has crecido, mi querida Annie!

—¿Annie? —Pacifica trató de cubrirse con sus sabanas a causa del miedo—. ¿De qué estás hablando? ¡Mi nombre es Pacifica!

—¡Pacifica! —Dipper la llamó, preocupado—. ¿Qué demonios es lo que ha hecho...? —Dirigió sus últimas palabras hacia Preston.

—Lo lamento mucho, hija mía... —Dijo el dirigente de la familia, agachando la cabeza y sumiéndose en la desgracia—. Pero ahora debes cumplir con tu destino...

—¿Papá...? ¿Qué estás diciendo...? —Preguntó, increíblemente asustada, realizando un esfuerzo titánico por querer bajarse de su cama y salir corriendo de ahí lo más rápido posible—. ¿Qué está pasando...?

—No te preocupes pequeña Annie... —Bill se acercó a la joven, dejándola paralizada del miedo—. Todo terminará muy pronto.

Enseguida, Bill se abalanzó sobre Pacifica, convirtiéndose en un as de energía pura para introducirse dentro del cuerpo de la indefensa chica por medio de los orificios de su boca y de sus dos ojos, mientras lanzaba un apabullante grito al aire.

—¡¡¡DIPPER AYÚDAME...!!!

—¡BILL DETENTE! —Dipper gritó lleno de rabia, al mirar la desgarradora escena frente a sus ojos—. ¡PACIFICA...! ¿QUÉ DEMONIOS SIGNIFICA ESTO? ¿QUÉ FUE LO QUE LE OFRECIÓ A BILL A CAMBIO DE OBTENER TODAS SUS RIQUEZAS? ¡DÍGAMELO AHORA! —Se enfocó únicamente en Preston, al cual forcejeó por medio de sus ropas de dormir, para que le lograra dar una explicación al respecto. Sin embargo, el intento por hacerlo hablar fue totalmente inútil.

Preston permaneció en un silencio absoluto, con una expresión de horror muy bien dibujada sobre su rostro, mientras observaba arrepentido a su propia hija siendo irremediablemente poseída por el mismísimo demonio. Pasados unos segundos, el cuerpo de Pacifica cesó sus gritos, para transformarlos en una serie de risas desconcertantes. Dipper y Preston centraron su atención en la rubia, pero tan solo para descubrir, consternados, como sus ojos ahora reflejaban un destello de color amarillo, así como un par de pupilas alargadas y negras dentro de ellos.

—Una antigua profecía dictamina que solo los ojos de un Northwest pueden trascender más allá del tiempo sin importar el plano existencial dónde se encuentren. Eso significa que el destino del universo se encuentra ahora en mis manos... ¡Así que sean todos bienvenidos a un universo donde la locura y el horror reinarán por toda la eternidad! ¡Bienvenidos sean todos al retorcido y loco universo de Bill Cipher!

Continuará...

Pobre Pacifica, por si el simple hecho de haber sido masacrada por su padre no fuera suficiente, ahora también fue poseída por un ser de otra dimensión. Destaco que me encanta hacer sufrir a los personajes, pero para las personas que ya tengan rato leyéndome esto está demás. Aunque lo que realmente intriga es el hecho de que Bill haya llamado a Pacifica por otro nombre. ¡OMG! Muero por mostrarles lo que pasará después, pero tengo que apegarme a mis lineamientos y esperar a que llegue la fecha de la próxima actualización, la cual les aviso que será el próximo 26 de Noviembre. Aquí está su nombre para que lo descifren:

21-14 8-15-18-18-9-2-12-5 19-5-3-18-5-20-15

Espero que les haya gustado y si lo desean pueden dejarme un review para conocer su opinión. Disculpen si de repente encontraron algún error ortográfico. Word es traicionero, aunque tal vez deba cambiar mi versión pirata del 2007.

Bueno, mientras llega el día de subir próximo capítulo me perderé dentro del juego de Gravity Falls que acabo de comprar. Si tienen un Nintendo 3DS pueden probarlo también, se llama Gravity Falls: Legend of the Gnome Gemulets. Salió hace pocas semanas, se los recomiendo si realmente son fans de la serie. Además, les comento que en el juego hay una escena bastante comprometedora entre Dipper y Pacifica. Recuerden también ver la segunda parte del Weirdmaggedon. Y hablando de Weirdmaggedon... Si Paz no vuelve a tener relevancia entonces tal vez comience a planear la secuela del diario de Pacifica. Ya que puedo narrar la manera en la que sobrevivió a esos 3 días en el fin del mundo. Pero por lo pronto dejemos que la historia fluya por sí sola.

¡Que tengan un buen día, tarde o noche! ¡Chao!

PD. Hola Briana, tu fic es interesante, aunque ten especial cuidado con los acentos y otros signos de puntuación, así como señalar los diálogos con un guión. He visto como algunos lectores llegan a perder la cabeza por cosas así. Pero lo que realmente te recomiendo crear un perfil en Fanfiction para que empieces a subir tus fics y conocer la opinión de más personas. Es mucho más cómodo que enviar tus historias por reviews o mensajes privados. Saludos y espero que te encuentres bien. ¡Continúa escribiendo!

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