Deidad vs. Deidad
¡Muy buenas a todas y a todos!
Bienvenidos a este nuevo capítulo en el cual veremos si sirvo para narrar batallas colosales tipo Dragon Ball Z o si mejor debo regresar a narrar comedias románticas cortas. Tengo avisos importantes que comunicarles, pero eso lo dejaremos hasta el final para no entretenerlos más. Sin más preámbulos espero que les guste el capítulo y sepan perdonar si se encuentran con un errorcillo de ortografía.
Le mando una felicitación y un abrazo a sonefreen por su cumpleaños. Lo siento, no pude publicar esto días antes.
Gravity Falls Es una obra perteneciente a Disney. Todo lo escrito y expresado dentro de este Fanfic tiene como propósito principal el enriquecer al Fandom de la misma. Todos los personajes utilizados dentro de esta historia son una creación y propiedad original de la talentosísima y brillante mente e ingenio del animador estadounidense: Alex Hirsch. Nada será utilizado con fines lucrativos o comerciales. ¡Disfrútenlo!
Gravity Falls Fanfic: La Novia de Dipper
Capítulo 16: "Deidad Vs. Deidad"
La plataforma que sostenía al bebe del tiempo comenzó a aproximarse hacia la zona del combate. Al llegar al centro de dicho lugar, ambos contendientes se miraron ferozmente a los ojos, como pretendiendo saber lo que el otro estaba pensando. Entonces, sin esperar más tiempo, las dos entidades todopoderosas lanzaron su primera ofensiva. Bill extendió el brazo derecho de Preston para lanzar un poderoso rayo de energía que salió de la palma de su mano. Por su parte, el bebe del tiempo lanzó otro del mismo calibre, pero desde la marca sobre su frente. El impacto entre ambos impactos fue tan colosal, que la arena entera se acudió, ocasionando que los asistentes al evento comenzaran a abandonar sus asientos para huir despavoridos. Acto seguido, la tierra comenzó a desquebrajarse, creando una grieta sobre el suelo consiguiendo partir el coliseo por la mitad.
—¡Niños, dense prisa! ¡Por aquí! —Anunció Blendin, señalando una puerta que daba la entrada y la salida a los gladiadores participantes del inhumano y descorazonador Globnar. No obstante, el rayo de Bill comenzó a hacer retroceder poco a poco al bebe del tiempo, el cual terminó por estamparse contra las gradas, ocasionando que varias toneladas de escombros bloquearan la única puerta disponible.
—¡Dipper, la salida! —Pacifica manifestó, mirando atónita hacia la puerta.
—¡Estamos atrapados! —Prosiguió el joven Pines, manteniendo a Pacifica muy cerca de él para protegerla.
La intensa batalla continuaba a mitad del ruedo, dónde el bebe del tiempo pudo regresar casi íntegro a la contienda, haciendo retroceder a Bill debido al engrandecer de su fuerza. En contra parte y a su vez, Bill incrementó aún más el poder de su propio as de energía, lo que provocó que el bebe del tiempo perdiera terreno una vez más de manera casi inmediata.
—¿Qué ocurre, mi viejo amigo? ¿No me digas que eso es todo lo que puedes hacer? —Preguntó Bill, infundido en un halo de confianza.
—No me subestimes, Cipher. —Le respondió apenas, volviendo a recuperar el terreno perdido tras llegar casi a los límites de sus vastos poderes—. Tú no sabes con quién estás tratando.
—Y supongo que tu sí. —Prosiguió, haciendo retroceder a su adversario nuevamente sin demostrar signos de debilitamiento—. Esto es lo que ocurre cuando solo te sientas a mirar tus enfermos juegos de Globnar en vez de buscar una nueva forma de incrementar tus poderes. ¿Y te haces llamar a ti mismo el amo y señor absoluto del espacio y del tiempo? Eres una vergüenza. Ahora yo soy el poseedor de una fuerza casi infinita. Tú ya no representas ninguna amenaza seria para mí. Podría hacerte trizas hasta con los ojos cerrados. Con este libro he asegurado mi lugar entre aquellos pocos seres que merecen ser bautizados con el sobrenombre de "dios".
El aura oscura alrededor de Bill incrementó de golpe su tamaño. Entonces, por medio de un ensordecedor grito; la energía que el ente estaba proyectando se intensifico los suficiente para que el bebe del tiempo no pudiera contenerla por más tiempo. En consecuencia, el gigantesco ser recibió el impacto de frente, lo que lo llevó a ser lanzado hasta chocar una vez más contra las gradas, atravesando y destruyendo por completo la estructura, así como varios de los edificios que se encontraban a una corta distancia del coliseo para finalmente estrellarse contra las faldas de una gigantesca montaña que se hallaba a las afueras de la ciudad de estilo futurista.
—Esto es horrible... —Murmuró Blendin, asomándose a través del enorme agujero hecho sobre el muro.
—Dudo mucho que vuelva a levantarse después de eso. ¡Bien...! Ahora que el mesías en turno ha dejado su puesto, ha llegado la hora de hacer algunos cambios en la administración de este lugar. Creo que un trono hecho de oro me vendría muy bien. —Dijo Bill, chasqueando sus dedos para que dicho objeto fuera erigido tras apoderarse de varios de los cuerpos de los guardias del tiempo y transformarlos en oro fundido en medio de gritos terroríficos, los cuales que fueron silenciados al momento de la transformación; para finalmente mezclarse entre ellos y formar dicho objeto. Acto seguido, Bill se sentó cómodamente en su sede, después; se encargó de retocar la estética del coliseo, colocando diversas estatuas en honor hacia él mismo; cuyo material predominante también era el metal preciado. A continuación, Bill cambió todos los afiches de la ciudad contigua; colocando su propio rostro de un solo ojo en vez del que mostraba al bebe del tiempo—. Y ahora... Como toque final... —Bill tomó su ahora nuevo libro una vez más, abriéndolo en una de sus páginas para recitar uno de los conjuros plasmados—. Vamos a darles la bienvenida a los invitados de honor.
"AL OTRO LADO DEL ABISMO, A TRAVÉS DEL ESPACIO Y DEL TIEMPO. USTEDES, LOS QUE DESEARON DEVORAR ESTE MUNDO Y ESPARCIR LA LOCURA ENTRE LOS HIJOS DEL HOMBRE. ESCUCHEN MI VOZ Y LLEVEN NUESTROS DESEOS A TRAVÉS DE UNA BALSA INFINITA. ALMA Y VOZ, FUERZA DE LA NOCHE, FUERZA DEL COSMOS, FUERZA DOMINANTE. POR MEDIO DE MIS PALABRAS YO LOS INVOCO. LUZ ESCAZA, LUZ QUE AGONIZA, CIELO SIN ESTRELLAS. ¡ÓYENOS! ¡GUÍANOS! ¡DESTRUYE LAS CADENAS Y DESATA TU IRA!"
Cuando Bill finalizó dicho cántico, el cielo se tornó rojizo y quebradizo, como si se tratara de un simple y vil espejo después de haber sido golpeado por una roca o algún objeto contundente y pesado. Luego, grandes pedazos de aquél cielo se desquebrajaron y cayeron hacia la tierra, mostrando colosales grietas con fondo negro desde las cuales emergieron y descendieron una gran cantidad de aquellas mismas criaturas con coraza entintada de un atemorizante color negro con descarnados ojos amarillos.
—¡Vayan ahora, mis leales sirvientes! ¡Muéstrenle a estos seres bípedos el significado de lo que es organizar una verdadera fiesta!
Dipper, Pacifica y Blendin se alarmaron cuando aquellas criaturas comenzaron a moverse a través del aire como si una estela de humo negro se tratase para comenzar a devorar y asimilar tanto a algunos de los asistentes al evento que quedaron atrapados; como a algunos de los pocos guardias que quedaban y aún luchaban por contener el fiero ataque por parte de estos seres sin rostro definido.
—Impuros... —Blendin llamó la atención de ambos, enfundando su pistola de plasma desde su ancha cadera—. ¡Niños! No pueden quedarse aquí. Esto es muy peligroso. Deben huir de inmediato y esconderse en un mundo en los confines del universo. El trasportador que el bebe del tiempo te dio hace unos minutos los sacará de aquí.
—¡Espera! ¿Qué estás diciendo? —Dipper preguntó anonadado, sintiendo un impulso incómodo en su corazón—. No vamos a dejarte aquí.
—No pierdan el tiempo y váyanse ahora. ¡Yo los distraeré! —Aseguró, disparando hacia dos criaturas que se encontraban próximas a acecharlos; desintegrándolas por completo.
—¡Dipper, ya lo escuchaste! —Pacifica lo jaló del brazo—. ¡Debemos irnos ya!
—No puedo... —Se aferró a quedarse—. No puedo abandonar a un amigo.
—Debes confiar en mí, Dipper... —Blendin insistió, disparando contra un nuevo grupo de criaturas, las cuales comenzaron a rodearlos y a cercarlos poco a poco; como si se tratasen de una manada de lobos feroces y hambrientos—. Yo estaré bien. ¡Váyanse y ocúltense en un planeta dónde Bill jamás pueda encontrarlos! Nosotros nos encargaremos de lidiar con el resto.
—No volveré a esconderme, Blendin. ¡Nunca más...! Como poseedor de esta marca es mí obligación regresar todo a la normalidad y poner a Bill en su lugar.
—No seas tonto. —Se llevó la palma de la mano a la cara—. El bebe del tiempo te contó esa historia falsa para no tener que ejecutarte.
—¿Qué dijiste...? —Preguntó, confundido.
—Lo que escuchaste. —Decía mientras disparaba sin descanso—. El bebe del tiempo se compadeció del alma de ambos. El hizo lo que hizo para no quedar en ridículo frente a toda la audiencia. El por lo general no suele retractarse en sus palabras. Así que tuvo que contarte ese tonto cuento de hadas... Quiero decir... ¿En verdad te creíste ese cliché barato del "elegido"? Esa marca tuya es una marca de nacimiento común y corriente, niño. ¡Así que váyanse ahora!
—No puede ser... —Dipper se fue de rodillas—. Entonces... ¿Todo fue una mentira?
—Ya habrá tiempo para sentimentalismos más tarde. ¡Es momento de irnos! —Pacifica bramó con fuerza, tomando la muñeca de Dipper sin su permiso para alcanzar el dispositivo y apretar un sin número de pequeños botones aleatorios; desapareciendo por medio de una intensa luz blanca y dejando atrás una estela que no tardó en desvanecerse.
—Buena suerte, niños...
—Sí que eres ingenuo. —Dijo Bill, ordenándole a su secta de monstruos que no atacaran—. ¿Crees que ese par de niños tontos va a estar a salvo de mí? Ya nada en este universo puede permanecer oculto sin que yo lo sepa. La magia que se esconde en las páginas de este libro me ha convertido en un ser prácticamente omnipotente. Mi poder es ahora muy superior que el de su autor cuando aún se encontraba con vida. Pero a pesar de ello todavía no estoy conforme. Debo aumentar mis poderes cuanto antes y sé exactamente cómo hacerlo.
—C... Conozco tu plan... P... Pretendes resucitar a Los Weirdmasters... ¿Cierto? —Le apuntó con su propia arma, temeroso de sus palabras.
—Es una broma... ¿Cierto? Admito que ese cuarteto de oportunistas tiene un arsenal de habilidades mucho mejores que las mías. Es por eso que planeo robar todas sus habilidades y utilizarlas en mi beneficio sin correr el riesgo de despertarlos. Todo está en el libro. Hein fue muy ingenuo al haber trascrito el método para hacerlo. Lo único que tengo que hacer es dirigirme al lugar donde esos cuatro permanecen capturados: El planeta tierra... Y preparar un elaborado ritual de transferencia de energía, el cual desafortunadamente me llevará más tiempo del que creí, ya que aún tengo que encontrar diez piezas de un rompecabezas que servirán como sacrificio.
—¿La tierra? ¿Cómo es eso posible...? Se supone que ellos fueron encerrados en la dimensión del olvido.
—¿Enserio...? Deberías de dejar de creer en todo lo que te dice cierto bebe que ni siquiera sabe ir al baño por sí mismo. ¿Qué tal si te dijera que todo lo que has creído hasta ahora se trata solo de una simple fachada?
—¿A qué te refieres?
—Verás... Este libro me ha dotado de una incomparable fuerza en muy poco tiempo. Ahora soy capaz de lograr cosas con las que ni yo mismo me hubiera atrevido a soñar. Sin embargo, debes saber mi regordete amigo, que el poder no lo es todo. El conocimiento también es importante. ¡Y no vas a creer lo siguiente...! Su autor nos revela con sobrada angustia, que la guardia del alba jamás consiguió aprisionar a Los Weirdmasters en la dimensión del olvido. Hein nos relata que al ser el único sobreviviente de la masacre, tenía la obligación de hacerlo, pero su instinto como el científico número uno de todo el planeta Dhara le hizo tomar los cuerpos de sus enemigos caídos y sellarlos dentro de un cuerpo celeste: Un cometa, con el fin de que algún día pudiera examinarlos más a fondo y conocer más acerca de su oscura naturaleza. Poco tiempo después, Hein decidió exiliarse para evitar así que lo acusaran de traición y se selló a sí mismo, convirtiéndose en el guardián de dicho cometa. Pero después de millones de años de viajar a ciegas por el universo, el cometa finalmente se estrelló en nada más y nada menos que en el aquél entonces recién formado planeta tierra. El lugar del impacto está localizado en lo que hoy día se le conoce como Gravity Falls. Justo por debajo de la colina donde los Northwest construyeron tan impresionante mansión. Sí buscaban una explicación de por qué esa ciudad es como un imán para las rarezas; he ahí la explicación. A pesar de encontrarse en un estado de hibernación permanente, los enormes poderes de Los Weirdmasters aún mantienen un constante influjo sobre ese planeta. Pero dentro de muy poco todo eso terminará, ya que una vez que haya reclamado todo ese poder; yo, Bill Cipher, podré proclamar a los cuatro vientos y sin lugar a dudas, que la inmensidad del universo se encuentra ahora bajo mi mandato. Lo transformaré en mi propio parque de diversiones. Y tú, mi gordinflón amigo, serás a partir de este momento mi esclavo personal. Mi nueva mascota...
Bill se encontraba en la cima del mundo, haciéndoselo notar a todos gracias a su repulsiva risa que retumbaba hasta en los rincones más inhóspitos del planeta Syba. Sin embargo, Bill se encontraba demasiado ocupado para notar la presencia de un cuerpo de gran tamaño que había aparecido de un instante a otro a sus espaldas. Cuando Bill quiso darse la media vuelta, un poderoso y apabullante golpe lo sorprendió, ocasionando que volara cientos de metros en el aire para estrellarse de lleno contra el pavimento de una de las calles de la ciudad anexa al coliseo; ocasionando una poderosa explosión de tierra y escombros que se extendió por varias cuadras más, lugar en dónde Bill finalmente encontró el frenó al impulso tras estrellarse contra un edificio de treinta pisos de alto, el cual terminó por venirse abajo y provocar una serie de estallidos aún más fuertes.
—¿Qué sucedió? —Se preguntó Blendin, solo pocos instantes antes de descubrir quién estaba de regreso, para así esbozar una ferviente sonrisa—. ¡Señor! ¡Se encuentra vivo!
El bebe del tiempo había regresado al combate. No obstante, en esta ocasión no contaba con su estrecha plataforma para sostenerse. Además, las quemaduras y las heridas mortales en su cuerpo no eran un indicio de buenas noticias.
—Por ahora... —Contestó ante la afirmación de Blendin, bajando una gigantesca sonaja cósmica que había utilizado para golpear a Bill—. Pero solo es cuestión de tiempo para que ese canalla vuelva a aparecer.
—¿Está seguro, señor?
—¡Completamente! Un golpe como ese jamás sería suficiente para detenerlo. —Se acercó hasta Blendin.
—¿Y qué vamos a hacer? —Preguntó el robusto agente del tiempo, aterrado y sin saber cómo proceder.
—Esto es mucho más grave de lo que imaginé. Mis sospechas se confirmaron. Bill está tratando de robarle el poder a Los Weirdmasters. Por ahora lo único que puedo hacer es tratar de contenerlo aquí... ¡Blendin! Necesito que trates de localizar a esos dos niños. Ellos son nuestra última esperanza.
—¡Un momento! Entonces... ¿Eso significa que la marca del chico en verdad oculta esa clase de poderes?
—Yo nunca dije eso. —Afirmó—. Pero si mis suposiciones son correctas, ellos dos pronto podrán ser parte de algo mucho más grande. Sin embargo, aún necesitaremos del apoyo otros ocho individuos de los cuales no tenemos la más remota idea de su ubicación...
—Espere... ¿No se estará refiriendo a...? —Preguntó, exaltado.
—Así es... —Afirmó por segunda vez, asintiendo levemente con la cabeza—. Sé que es arriesgado, pero no tenemos otra alternativa que volver a unir las diez piezas del rompecabezas. Debemos volver a hacer uso del zodiaco sí no queremos que el universo colapse por culpa de ese maniático.
—¿Entonces esos dos niños son...?
—¡Correcto! —Volvió a afirmar, impidiendo que Blendin terminara sus frases—. ¡Ahora ve! Encuéntralos y protégelos.
En ese momento, el poderoso estruendo provocado por una nueva explosión llamó irremediablemente la atención de ambos, percatándose inmediatamente de como Bill intentaba regresar al combate.
—¡Date prisa y huye de aquí cuanto antes! —Advirtió el bebe del tiempo, encomendándole una nueva y probablemente última misión a Blendin; su agente de mayor confianza.
—S... Sí señor. —Estuvo de acuerdo, realizando un saludo militar para enseguida accionar su transportador y desaparecer justo como lo habían hecho Dipper y Pacifica momentos antes.
Una vez que Blendin abandonó la zona de conflicto, un destello negro proveniente de la zona dónde Bill había ido a parar; se elevó hasta el cielo para revelar como el demonio de los sueños había regresado a la batalla estando prácticamente ileso ante los daños, los cuales únicamente se veían representados en el elegante y sumamente caro traje propiedad de Preston Northwest al haber quedado bastante maltrecho.
—Sí... Sí... —Bill murmuró en medio de risas—. De esto estaba hablando... Tal vez te subestimé un poco, mi amigo. Por poco y olvidaba que aún conservas esos molestos juguetes. Pero el hecho de tenerlos no significa que obtendrás la victoria.
—Ya lo veremos. —Respondió el bebe del tiempo en forma retadora.
—¿Qué esperas? ¡Dame tu mejor golpe y hazme sentir vivo de nuevo!
El bebe del tiempo estiró la punta de su sonaja y la apuntó con dirección hacia Bill, desde la cual comenzó a reunirse una gran cantidad de energía que al final fue disparada por medio de un rayo tan poderoso, que al pasar a un lado de los edificios que conformaban la ciudad; estos quedaban completamente obliterados y reducidos a simples cenizas. Bill quiso comprobar su fuerza, de tal modo que recibió el impacto directamente con las dos manos colocadas al frente. La fuerza era demasiada, tanto, que Bill fue lanzado varios kilómetros hacia el corazón de la ciudad, lugar dónde finalmente encontró su punto de impacto; ocasionando una explosión el doble de grande que el de una bomba atómica rusa, dejando un rastro de destrucción sin precedentes dónde prácticamente la mitad de la gigantesca metrópolis, así como de sus habitantes; fueron borrados del mapa.
—Con eso debió ser más que suficiente... Nadie en diez mil universos alternos a la redonda es capaz de sobrevivir a un rayo disparado desde mi juguete favorito. —Dijo, bajando el arma y dirigiéndose hasta el lugar de impacto por medio de sus poderes de levitación. No obstante, tras aproximarse y disipar el exceso de polvo y humo, el bebe del tiempo pudo confirmar que lo que él creía imposible acababa de transformarse en una monstruosa realidad—. No es posible... ¿Cómo sobreviviste...?
—¡Vaya! ¡Vaya! ¡Vaya! —Replicó Bill, ileso y aún de pie, con las manos aún llevadas hacia el frente, indicando que había conseguido contener tan tremenda energía—. Eso fue peligroso... Pero ahora es mi turno. Ha llegado la hora de mostrarte lo que el libro negro de Hein puede hacer.
Bill juntó sus manos en posición de rezo, entonces, la tierra comenzó a temblar y los escombros a flotar en el aire, era como si la gravedad hubiera desaparecido de repente o como si la escena hubiera sido sacada de un capítulo más de Dragon Ball Z. Luego, una simbología muy rara, parecida a la del medallón de Metatron; se comenzó a trazar ante los pies de Bill para que al final, una vez completado el símbolo; emergiera una serie casi infinita de portales negros, desde los cuales comenzaron a surgir grandes y largos brazos teñidos en piel color negro, siendo cubiertos por decenas de pequeños ojos rojos que destilaban sangre.
—¡Atrápenlo, chicos! —Indicó Bill con un grito.
Todas las extensiones obedecieron, abalanzándose sobre el bebe del tiempo, el cual tuvo que incrementar su velocidad hasta alcanzar la velocidad de la luz para que no consiguieran capturarlo. La batalla se extendió por varios y angustiosos minutos más, momentos durante los cuales; el bebe del tiempo no tuvo más opción que esquivar los golpes y acometidas de aquellos brazos que no dejaban de extenderse como serpientes. Finalmente, la deidad encargada de tratar todos los asuntos relacionados con el presente, el pasado y el futuro consiguió dar media vuelta; lanzando un poderoso rayo de energía desde su sonaja para lograr destruir varios de aquellos brazos a la vez. Sin embargo, las extremidades sobrantes se arremolinaron entre ellas, formando una esfera hecha de energía oscura que en poco tiempo alcanzó un tamaño muy superior al de la luna terrestre.
—Esto es malo... —Comentó el bebe del tiempo, sin quedarse de manos cruzadas y absorbiendo el poder de su propia arma para llenar sus propias reservas de energía y generar un nuevo rayo, el cual comenzó a cargarse desde el símbolo en medio de su frente.
—Será mejor que te rindas. —Dijo Bill—. Si lo haces, te ofreceré el puesto de mascota que pensaba darle a ese gordinflón a tu servicio. Esta es tu última oportunidad. Creo que es una oferta tentadora.
—Primero muerto antes que servirte, Cipher.
—Eso puede arreglarse. —Sonrió maliciosamente.
La espera terminó y ambos lanzaron sus respectivos ataques, encontrándose de frente a mitad de la ciudad convertida en un desolador desierto, provocando un estallido sin precedentes que alcanzó a destruir una porción significativa del planeta de manera instantánea. El número de muertos era casi incalculable. Además, el daño era irreversible. Ahora, tanto la ciudad, como el coliseo habían sido reducidos a solo polvo, dejando un agujero tan masivo sobre la superficie, que era imposible observar un extremo enfocando la vista al estar parado sobre el otro.
—Y yo que creí que yo era el malhumorado. —Dijo Bill, flotando sobre el aire y cruzado de brazos, sin señales aparentes de haber recibido ningún daño—. Por si no lo sabes, tenía pensado remodelar este lugar para transformarlo en mi nuevo hogar. —Se dirigió hacia el bebe del tiempo, magullado por las heridas—. Pero ahora, gracias a tu indulgencia, este planeta me es completamente inservible. —Suspiró, mirando hacia el agujero—. Ya me aburrí de jugar con un bebe tonto que no quiere entender con palabras. Creo que es hora de terminar con esto.
Bill desapareció de la vista del bebe del tiempo, como si se tratara de un espejismo o una ilusión óptica. En ese momento, el infante se percató de su presencia maligna cuando ya era demasiado tarde. Giró la mirada hacia su costado derecho, descubriendo a Bill, con el brazo extendido a punto de lanzar un nuevo ataque. Por fortuna, en el último instante, el bebe del tiempo consiguió protegerse al crear un escudo de energía con la forma de un reloj, el cual le ayudó a contener casi por completo el golpe de energía. Sin embargo, la fuerza del impacto lo hizo volar cientos de metros, hasta que finalmente se estampó contra otra de las montañas cercanas, quedando completamente fuera de combate.
—Es irónico... ¿No te parece? —Preguntó Bill con sarcasmo, acercándose hacia su enemigo derrotado, permaneciendo sobre el aire—. Te haces llamar el amo y señor del tiempo, pero no puedes alterarlo o modificarlo a tu antojo como lo hacía tu padre. ¿Sabes...? Es una lástima que esto haya terminado así, mi viejo amigo. —Estiró su brazo derecho una vez más, apuntando con su dedo índice hacia su contrincante—. Pero creo que es hora de ponerle un punto final a tu corto periodo de vida. Pero no te preocupes, el universo estará a salvo en mis manos. Hasta nunca, colega.
Bill utilizó dicha mano para crear una diminuta esfera del tamaño de una canica, misma que disparó y tras impactar contra su blanco, este quedó completamente pulverizado. Pero ahí no se detendría, ya que el rango de la explosión continuó hasta alcanzar el núcleo del planeta; desestabilizándolo hasta que su corteza comenzó a desquebrajarse poco a poco. El resto de los habitantes en el planeta contemplaron la llegada del apocalipsis. Los millones gritos se mezclaron con el crujir de la roca incandescente, hasta que finalmente todas las voces fueron silenciadas al mismo tiempo cuando el planeta estalló por completo, dejando una capa de polvo cósmico que se extendió por los confines del universo.
—Las negociaciones resultaron mejor de lo que esperaba. —Dijo Bill, flotando en medio del espacio profundo, mostrándose completamente relajado y satisfecho con lo que acababa de hacer—. Ahora que ese engreído ha muerto ya no hay nada de qué preocuparme. ¡Bien! Debo regresar a la tierra y poner en marcha mi plan maestro. Aunque... Siento que tarde o temprano recibiré la visita de individuos indeseables con el fin de entrometerse. Creo que lo mejor será que me embarque en la búsqueda de más aliados. Después de todo, puede llegar a ser aburrido ser el único con poderes más allá de los permitidos. Será divertido ser el líder de una banda de criminales cósmicos. Por el momento ya tengo de mi lado al simpático Cambia-Formas, y sé exactamente a quienes más reclutar para conformar mi propia pandilla de pesadillas.
Bill chasqueó sus dedos y desapareció en medio de una endemoniada risa que probablemente perduraría hasta el final de los tiempos. Por su parte, Dipper y Pacifica reaparecieron luego del viaje en un lugar oscuro, repleto de árboles de pino y con cantos de grillos en la lejanía.
—Dipper... Creo que logramos escapar... —Dijo Pacifica, exaltada, mirando a su alrededor—. ¿Dónde estamos?
—No lo sé... Parece un bosque... —El niño respondió sin muchos ánimos.
—¡Mira eso de allá! —Anunció, señalando hacia una luz en el fondo que se perdía entre las ramas de los árboles—. ¿Qué podrá ser? Vayamos a averiguarlo.
—Bueno... —Suspiró con pesadez—. Creo que no hay de otra.
Pacifica jaló del antebrazo a Dipper para conseguir moverlo. Luego, después de unos metros de caminata, ambos se encontraron de frente con un lugar extremadamente familiar.
—¿La cabaña del misterio? —Dipper se preguntó.
—Entonces... ¿Estamos de nuevo en la tierra?
—Eso parece... Ya ha dejado de llover...
—Será mejor que entremos... ¡Vamos, Dipper! No podemos quedarnos aquí afuera o esas criaturas podrían aparecer de nuevo.
Pacifica tomó las riendas de la situación una vez más y empujó a un desvalido joven Pines hacia la puerta principal de la cabaña propiedad del tío del muchacho. Al llegar, la chica de los cabellos dorados no tuvo ningún reparo en llamar por medio de unos cuantos golpes con el puño cerrado. Sin embargo, luego de unos minutos de espera no recibieron respuesta alguna.
—¿Dónde podrán estar todos? —Dipper se preguntó con incertidumbre y preocupación—. ¡Mabel! ¡Tío Stan! ¡Wendy! ¡Soos! ¿Se encuentran en casa? —Gritó, con la vaga esperanza de que alguno pudiera escucharlo, pero por desgracia, la única contestación que recibió fue por parte de un aire lúgubre, siniestro y seco, el cual venía acompañado por un horrible presentimiento y una sensación de que algo todavía peor estaba aún por ocurrir.
Continuará...
¿Qué dijeron? ¿Qué iba a utilizar el clásico cliché en el que el héroe tiene un poder oculto y misterioso que casualmente se activa durante la batalla final para darle su merecido al villano y salvar a sus seres queridos? Pues no, jaja. Ustedes se merecen algo mejor que eso, así que por eso he decidido preparar para ustedes un final; el cual les aseguro que será desgarrador y que les pegará justo en el kokoro.
Bueno, pasando a los avisos... Por causas de fuerza mayor, tendré que cambiar la fecha de publicación de este fic de ahora en adelante y hasta nuevo aviso. Como saben, mis fics siempre son actualizados los días jueves, pero debido a que muchas de estas fechas se cruzan con asuntos importantes que debo atender, he decidido recorrer las publicaciones a los días martes de cada semana. De tal modo que el siguiente capítulo lo estaré publicando el día 8 de marzo.
Pero hablando del próximo capítulo... Se trata de uno el cual probablemente muchas y muchos de ustedes han estado esperando desde hace ya bastante tiempo. Un capítulo titulado: "Primer Beso". No es por hablar de más, pero creo que es el capítulo más tierno que he escrito en mi vida, aunque ya lo juzgarán por ustedes mismos cuando terminen de leerlo.
Por ahora me despido y espero que les haya gustado el capítulo de la semana. Ya vimos demasiada acción por ahora, así que a partir del próximo capítulo nos relajaremos un poco para conocer más acerca de las vidas de Dipper y de Pacifica.
Muchas gracias por todos sus comentarios, me encanta leer sus opiniones. Les deseo un gran día, tarde o noche desde cualquier parte en dónde estén leyendo esto. ¡Chao!
srG
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