Almacén 88 2/3, Parte 3

¡Muy buenas a todas y a todos!

Sean bienvenidos a una aventura mas (Plagiándome el intro de LuisitoComunica) Ok, hay muchas cosas de las cuales tengo que hablarles esta vez y quisiera comenzar ofreciendo una disculpa por las irregularidades en la fecha de actualización de esta historia. Como ustedes saben, nada puede hacerse contra las fuerzas de la naturaleza y en esta ocasión, siendo yo de la CDMX, me tocó vivirlo en vivo y a todo color por segunda vez.

En el capítulo anterior comencé hablando del terremoto que azotó mi país México el día 7 de septiembre, pero que por fortuna en la zona donde yo vivo no se alcanzó a percibir con tanta intensidad pese a su gran magnitud. En esta ocasión, 2 semanas después, otro terremoto, esta vez de menor magnitud, pero con un epicentro más próximo a la Ciudad de México, nos volvió a golpear. La diferencia recae en los graves daños que ocasionó esta vez. No hace falta explayarme tanto, ya que si también son de México o de otro país, han podido ver las imágenes y videos circulando por internet o en los noticieros. Casas y edificios colapsados, centenares de muertos y a lo que voy, es que bien yo hubiera podido haber sido parte de esa larga lista. Les platico...

El martes 19 de Septiembre, el día del terremoto, siendo un día como cualquier otro me dirigí a la escuela. Mi última clase acabó a las 11 de la mañana en punto. Y cuando mis clases acaban temprano lo que yo hago regularmente es dirigirme a la biblioteca y me pongo a escribir o a dibujar hasta que dan la 1 de la tarde en punto para dirigirme a mi trabajo y llegar ahí a las 2 de la tarde. Sin embargo, estúpidamente, ese día no me sentí con deseos de dibujar o de escribir, así que por alguna razón decidí mejor dirigirme hacia mi trabajo, llegar temprano y esperar a que diera la hora. Llegué a las 12:30 de la mañana, esperé en una salita pequeña mientras revisaba mi celular y cuando dio la 1:15 de la tarde fue cuando comenzó la sacudida. Yo me encontraba en un tercer piso, así que supongo que el movimiento fue todavía peor. Recuerdo que me levanté pero el mismo meneo me hizo caer al suelo. Un compañero me dio la mano para levantarme y en eso comenzaron a sonar las alarmas. Él y otros dos compañeros del turno contrario nos refugiamos en la cocina, pero notamos poco a poco como las paredes comenzaron a cuartearse. En eso uno de los brigadistas voluntarios llego y nos dijo que desalojáramos el edificio, así que mientras bajábamos las escaleras volví a presenciar una vez más cómo las paredes comenzaron a cuartearse, como si fuera una película de Hollywood. Hubo un momento en el que sentí que el edificio se nos vendría encima, ya que las vigas de acero del mismo comenzaron a tronar y varios trozos de concreto se desprendieron. Afortunadamente no fue así, y alcanzamos a salir a tiempo. Lamentablemente, algunos edificios en las cercanías no corrieron con la misma suerte y terminaron por colapsar.

Después de eso, intenté comunicarme con mi familia y al no poder, ya que la energía y las comunicaciones en general dejaron de funcionar decidí dirigirme a mi casa. Por fortuna mi familia estaba bien y los daños en mi colonia fueron pocos, salvo por una fuga de gas y 2 fugas de agua. Durante los siguientes días, mi familia y yo, si bien no acudimos a las zonas de rescate, si pudimos cooperamos donando varios de los artículos solicitados y donando un poco de dinero. No obstante el susto de muerte que me llevé ese día no me lo podrá quitar nadie. Quise distraer mi mente, pero por más que deseaba escribir las palabras sencillamente no salían de mi cabeza. Y es por ese motivo por el cual esta actualización llega hasta este día. Lamentablemente, perdí mi trabajo debido a que el edificio quedó hecho popó y las oficinas las trasladarán hacia un lugar en el cual la distancia si resulta ser un impedimento, pero al menos puedo decir que me alegra de estar vivo y seguir compartiendo esta historia con ustedes

Bueno, basta de tanto parloteo, pero es que quería desahogarme. Espero que les guste este capítulo y nos leemos abajo para comentarios finales.

Gravity Falls Es una obra perteneciente a Disney. Todo lo escrito y expresado dentro de este Fanfic tiene como propósito principal el enriquecer al Fandom de la misma. Todos los personajes utilizados dentro de esta historia son una creación y propiedad original de la talentosísima y brillante mente e ingenio del animador estadounidense: Alex Hirsch. Nada será utilizado con fines lucrativos o comerciales. ¡Disfrútenlo!

Un Fanfic de Gravity Falls: "La Novia de Dipper"

Segunda Temporada

Capítulo 50: "Almacén 88 2/3, Parte 3"

El Almacén 88 2/3, mejor conocido por ser uno de los lugares más recónditos, seguros y protegidos de todo multiverso, siendo este a su vez un sitio magistral designado específicamente para que aquellas formas de vida orgánica poseedoras de una alta jerarquía y/o una inconmensurable riqueza tengan la posibilidad de conservar por siempre sus posesiones y tesoros más preciados, a cambio de una estrafalaria cantidad de créditos Krónn; se había transformado repentinamente en el escenario de una intensa persecución. Sus pacíficos y silenciosos pasillos retumbaron con vigor a causa de las intensas explosiones que fueron detonadas de manera secuencial, mismas que el resto de algunos de los visitantes en las cercanías alcanzaron a percibir y que algunos otros pocos desafortunados consiguieron padecer, cuando estos fueron carbonizados al ser alcanzados por los poderosos rayos que la inteligencia artificial que correspondía al nombre de Giffany, disparaba trepidantemente y sin control desde sus ojos pixelados producto de la rabia, con la única finalidad de detener el escape de sus presas.

Los motores de los cuatro deslizadores rugían con fuerza cada vez que desviaban momentáneamente su curso para esquivar los proyectiles, momento que aprovechaban a su vez para contrarrestar el fuego con la ayuda de sus propias armas. Mía, quien llevaba a Pacifica a cuestas, fue la primera en reaccionar, girando su cuerpo hacia su retaguardia para desenfundar su blaster y disparar con dirección hacia Giffany, quien no se preocupaba por recibir todos los disparos, ya que el campo de fuerza alrededor de su cuerpo le brindaba toda la protección necesaria.

—¡Maldición! —Murmuró Mía al notar como sus disparos eran suprimidos completamente, devolviendo la mirada hacia el frente, acelerando y tratando de comunicarse con su líder localizado al frente de la columna por medio del transmisor portátil que pendía de su oreja derecha—. ¡Drofnats! ¿Me copias? ¡Esto no está funcionando! ¡Nuestros disparos no le hacen nada! Dudo mucho que consigamos atravesar esa barrera solo con nuestras armas. Creo que este es un trabajo para "Gran Papi", ¡Cambio!

—¿Gran Papi? —Preguntó Pacifica, sujetándose con todas sus fuerzas al manubrio del vehículo—. ¿Quién o qué es "Gran Papi?

—Así es como solemos llamarle al Desestabilizador Cuántico de Drofnats. Es una anécdota muy graciosa. Verás... Se ganó ese nombre luego de una fallida incursión en el planeta Yandoru, cuando nos mantuvieron prisioneros y nos obligaron a trabajar a punta de amenazas, golpes y choques eléctricos en las minas de Creek.

—Eso no suena como algo gracioso. —Replicó la niña de mechones rubios no muy convencida de las palabras de su ahora mentora.

—Dices eso porque no estuviste ahí. ¿No es cierto, Drofnats?

—Te copio, Mía. —Respondió Stanford, sin despegar la vista del camino—. Pero no creo que este sea el mejor momento para traumatizar a la niña y a los demás con esa clase de historias sin sentido. Por otra parte, concuerdo contigo. —Guiándose por medio de uno de los espejos retrovisores del deslizador, Stanford dio un giro rápido hacia la derecha para esquivar uno de los rayos de Giffany—. Quizá un disparo directo con mi desestabilizador cuántico sea suficiente para debilitar sus defensas. Lamentablemente, me será muy difícil, sino es que casi imposible controlar la dirección del deslizador, maniobrar el peso del arma, girar hacia atrás y apuntar en el blanco, todo al mismo tiempo. ¿Y te importaría dejar de pronunciar mi nombre al revés? ¿Ya olvidaste todos los problemas que nos causaste en el puerto de Melkor? Gracias a ti, las autoridades de ese planeta me confundieron con un pirata espacial que compartía ese mismo nombre y me encarcelaron por tres semanas.

—Deja de quejarte. Al final todo resultó bien. ¿O no? —Se mordió el labio inferior—. De acuerdo, sí no puedes hacerlo, entonces debemos pensar en algo rápido antes de que esa tipa y el resto de esos fenómenos nos conviertan en carbón.

—No pretende acabar con nosotros. —Reafirmó Stanford—. Nos necesitan vivos para llevar a cabo el ritual.

—No lo decía por ustedes. —Recalcó Mía—. Sino por los demás... Te recuerdo que algunos de nosotros no tenemos nada que ver con ser una viva representación de los símbolos en la rueda del zodiaco. Vulkan, Jynz, ese regordete escandaloso y yo no somos inmunes.

—¡Oye! ¿A quién le llamas regordete escandaloso? —Blendin presentó su queja.

—¡Yo lo haré! —Dipper intervino, llamando la atención del resto de los integrantes—. Tío Ford, déjame intentarlo.

—¿Qué estás diciendo, sobrino?

—Yo me ocuparé de conducir esta cosa. Así tendrás libertad para usar ese cañón. —Miró a su tío con sobrada seguridad y determinación, gesto que le sirvió al anciano para darse cuenta de que pese a la corta edad de Dipper, este hablaba muy enserio.

—Muy bien... —Stanford asintió con la cabeza, aceptando de buena gana la propuesta de su sobrino al no tener más opciones viables en la cabeza—. No sé si te has subido a una antes, pero estos deslizadores no se diferencian mucho a las motocicletas que se encuentran en la tierra. O por lo menos a las que había antes de ser succionado por el portal... Mejor piensa en un deslizador como una bicicleta con un motor de propulsión cilíndrico de tres núcleos adherido a la parte trasera. Encontrarás el acelerador y el freno sobre el manubrio, utiliza los pies para mover la palanca de velocidades y acopla el peso de tu cuerpo de acuerdo a la dirección a la cual quieres dirigirte.

—Sí... Lo tengo tío Ford... —Dijo con voz nerviosa, tomando el control del vehículo aunque sin demasiadas complicaciones—. Una vez me subí a una Tiempocicleta junto a Mabel, cuando Blendin nos hizo competir contra él en el Globnar. No es muy diferente de aquella vez.

—¡Excelente! —Exclamó, descolgando su desestabilizador del soporte de su espalda—. Mantente recto mientras yo me encargo de lo demás—. Giró la mitad del cuerpo hacia atrás, cargando sobre su hombro derecho la pesada arma—. Espero que esto de resultado... Solo me quedan tres tiros más.

Stanford colocó la mira telescópica del desestabilizador frente a su ojo derecho, tratando de enfocar a Giffany en el centro. Entretanto, sus compañeros de equipo se ocupaban de distraer a la jovencita con uniforme de colegiala para evitar que esta se diera cuenta de su plan, tras dirigir todos sus disparos en forma de ráfaga hacia ella. Fue entonces cuando Stanford, una vez que logro capturar el cuerpo completo de Giffany dentro de la mira, que procedió a realizar el disparo, el cual la tomó por sorpresa, impactándola directamente y ocasionando una fuerte explosión que cimbró los muros adjuntos del extenso corredor. Sin embargo, el grupo no pudo cantar victoria, ya que en ese instante, los cuatro deslizadores detuvieron su marcha de golpe hasta quedar completamente inmóviles junto a cada uno de sus pasajeros, quienes no demoraron en compartir expresiones de desconcierto y aflicción, para posteriormente darse cuenta de que tal hecho había sido producto de una fuerza extraña y ajena a cualquiera de ellos, misma que se vio representada de forma física cuando el humo ocasionado por el estallido se disipó finalmente, dejando ver al pequeño niño regordete de peinado alto a un lado de su compañera construida sobre pixeles, ambos cubiertos y a salvo dentro de una barrera esférica de energía pura de tonalidad rojiza.

—Eso te pasa por querer hacer siempre todo por tu cuenta con tal de impresionar al amo Bill. —Indicó Gideon, observándola de manera suspicaz—. Si hubieras esperado por resto de nosotros los hubiéramos capturado más fácilmente.

—No me digas lo que puedo o no puedo hacer... —Giffany reclamó, cruzándose de brazos y aterrizando en compañía de Gideon.

—Como sea, informa a Slay que los tenemos. Ahora, gracias a mí, ya no irán a ninguna parte. —Concluyó con una risa desbordante de autosatisfacción.

—No... No puedo moverme... —Dijo Dipper, realizando un esfuerzo sobrehumano con tal de recuperar el control sobre sus piernas y sus brazos—. ¿Qué es esto...?

—Un hechizo de parálisis de alto nivel. —Contestó Stanford—. Honestamente, no imaginaba que los poderes de ese chiquillo fueran capaces de llegar a este nivel.

—¿Qué vamos a hacer ahora, tío Ford?

—No lo sé, Dipper... No lo sé... —Declaró el hombre, asustado, tratando de pensar en un plan que consiguiera sacarlos de ahí—. No podemos enfrentarlos a todos a la vez. No mientras no poseamos alguna habilidad especial.

—¿Es en serio? —Gideon se aproximó hacia Dipper y Stanford con plena serenidad—. ¿El pobre bebe asustadizo aún piensa que puede salvarse? Me doy cuenta de que no me equivocaba contigo, Dipper. Al final no resultaste ser nada más que un fraude. ¡Vamos! Admite que no hubieras podido llegar tan lejos, de no haber sido por todos estos tontos que se ensuciaron las manos para que tú no tuvieras que hacerlo. Sin ellos, lo único que representas para mí es la cruda imagen de un mocoso escuálido sin un mínimo de materia gris. Así que dime, Dipper... ¿Qué se siente afrontar el hecho de que has fallado en tu misión? ¿Eh? El amo Bill trató de ser considerado contigo, pero lo único que hiciste fue abofetearlo con un guante blanco. Ahora, una vez que el ritual esté completo y nos hayamos convertido en los amos indiscutibles del universo, tú, mi amigo, te convertirás en nuestra mascota por toda la eternidad. Mientras tanto, verás con rencor como tu hermana se convierte en mí adorada reina y sin que tú puedas hacer algo para evitarlo. —Tomó posesión del cuerpo de Dipper con sus podres telequinéticos, los cuales le eran otorgados por la gema en el corbatín de su cuello, extrayéndolo del deslizador para enseguida azotarlo fuertemente contra la pared contigua—. No creo que al amo Bill le importe si me divierto un poco contigo, gusano. Siempre y cuando te encuentres con vida y consciente para ser parte del ritual todo estará bien. —Lo azotó una vez más, ante las miradas de indignación, ira, e impotencia de sus amigos, siendo la de Pacifica, la que mas resaltaba de entre todas ellas.

—¿No crees que te estás excediendo un poco? —Giffany lo cuestionó—. Recuerda que debe seguir consciente para cuando llegue el momento de la transferencia de energía.

—¡Tú no lo entiendes! ¡Nadie lo entiende! —Advirtió, fúrico, comenzando a pensar de forma irracional—. Este enano entrometido me costó toda mi reputación, el respeto de la gente de ese miserable pueblucho, y el amor de mi adorada Mabel... ¡Todo!

—¿Y eso qué importa ahora? Dentro de muy poco tiempo nos convertiremos en deidades supremas. —Giffany añadió—. No necesitas del respeto de la gente de un insignificante planeta como la Tierra. Piensa en que millones de formas de vida te alabarán como un dios.

—¿A sí? ¿Y qué me dices de esa mujer que mantienes capturada con el fin de torturar psicológicamente a ese sujeto que te rompió el corazón? Esto no lo hago con el propósito de recuperar el respeto de esa chusma cualquiera. Esto lo hago por principios... ¡Nadie se burla de Gideon Gleeful sin que haya consecuencias de por medio! ¡Mi orgullo quedó hecho pedazos cuando este gusano se entrometió en mi vida! —Sujetó a Dipper del cuello haciendo uso de sus poderes una vez más, para enseguida azotar su lastimado cuerpo contra el piso en repetidas ocasiones, haciéndolo sangrar de la nariz y de la boca, escena que fue contemplada con horror y una tremenda angustia por sus allegados, sin el mínimo chance de poder hacer algo al respecto para socorrerlo—. ¿Qué te parece esto, Dipper? ¿Lo estás disfrutando? ¿Sientes ese dolor? No es nada comparado a lo que tuve que soportar en esa prisión a causa de tus estupideces.

—¡YA DÉJALO! —La voz de Pacifica se extendió a lo largo y ancho de los pasillos más próximos y adjuntos al corredor, desviando la atención de Gideon y de Giffany, quienes inmediatamente se mostraron sorprendidos.

—¡Vaya, Dipper! —Lo soltó finalmente, haciéndolo caer desde una aborrecible altura de cuatro metros—. Parece ser que tu pequeño bombón ha salido en tu rescate. —Encaminó sus diminutos pies hacia el deslizador compartido por Pacifica y Mía—. ¿Quién hubiera pensado que la familia Northwest pudiera caer tan bajo? Tan solo mírate... Cuando te conocí, tú eras prácticamente la reina de Gravity Falls. Al ser hija única, eras la favorita de tus padres. Nadie se atrevía a ponerte un dedo encima o a contradecirte en tus decisiones. La pregunta es... ¿Qué te pasó? ¿Cómo es posible que una chica tan refinada y orgullosa como tú haya terminado enamorada de un insecto rastrero como ese? —Espero un momento por su respuesta, misma que jamás llegó—. Así que ahora eres de pocas palabras... De acuerdo, quizá un pequeño escarmiento como el que le acabo de dar a tu novio te afloje la lengua.

—¡No...! No te atrevas... A lastimar... A Pacifica... —Dijo Dipper, consumido por la rabia, arrastrándose por el suelo con dirección hacia Gideon al verse incapaz de incorporarse con motivo de todo el daño que su cuerpo había recibido.

—¿O qué, sabandija? ¿Qué es lo que vas a hacer para impedir que le demuestre a tu noviecilla quienes son los que mandan aquí? ¿Eh? —Se volvió hacia Dipper, colocando su pie sobre la cabeza del joven Pines—. ¿Qué me vas a hacer? ¿Vas a golpearme con tus brazos de fideos? ¿O quizá te pondrás a llorar como un bebe como acostumbras hacerlo? No eres nada, Dipper Pines. Nada más que un saco de huesos. —Decretó, cuando Mr. Slay y el Cambia-formas se presentaron en la zona luego de atravesar un portal mágico—. ¡Vaya! Llegan justo a tiempo para la fiesta.

—¿Qué está sucediendo aquí? —Preguntó el enmascarado al notar a Dipper malherido en el suelo con su cabeza bajo el pie de Gideon.

—¡Oh, no te preocupes, Slay! —Indicó el pequeño hechicero—. Todo lo tenemos bajo control. Solo les daba a estos tontos una pequeña muestra del lugar que ocupan ahora en la cadena alimenticia. De hecho, estaba a punto de darle un pequeño escarmiento a esta niña tan mal educada. ¿Puedo, Slay? ¿Puedo darle una pequeña lección? ¿Verdad que puedo? Di que sí, por favor... —Preguntó, gestionando una expresión de cachorro incluyendo un enorme par de pupilas dilatadas y repletas de brillo.

—¡Puedes hacer lo que te plazca! De todos modos, el amo Bill nos autorizó el uso de la fuerza bruta en caso de que las cosas llegaran a salirse de control y de que no aceptaran el trato. —Cruzó los brazos, poniéndose cómodo—. El único requisito a tomar en cuenta, es el hecho de mantenerlos con vida. No lo olvides.

—¡Excelente! —Exclamó Gideon, dando saltitos llenos de emoción—. Muy bien... ¿En qué estaba?

Sin demorarse, ni entretenerse con detalles de menor importancia, Gideon utilizó nuevamente sus poderes telequinéticos, esta vez para manipular a su antojo el cuerpo de Pacifica para propinarle una tripleta de fuertes azotes en contra del grueso muro adyacente. Inmediatamente después, repitió la misma dosis, esta vez en contra el duro suelo. Al final, Gideon optó por mantener y sujetar a Pacifica sobre el aire, torciendo su brazo izquierdo con todas las intenciones de romperlo. Fue en ese entonces, cuando en medio de los estruendosos llantos de Pacifica y las risas demenciales de Gideon, Dipper chilló con todas sus fuerzas, rogando porque alguien o algo pudiera salvar a Pacifica de un castigo tan cruel e inhumano.

—Suéltala... Suéltala...

—¿Qué vas a hacer, Dipper? ¿Qué vas a hacer?

Fue en ese entonces, cuando la angustia y la rabia de Dipper alcanzaron el punto máximo del no retorno, que una poderosa onda de choque emanó de su lastimado, frágil y delicado cuerpo, logrando tumbar con ella a Gideon y al resto de los autoproclamados "Amos del Caos", arrojándolos varios metros hacia atrás. A continuación, hubo una sacudida masiva dentro de las inmediaciones del almacén, acompañada por un incremento en la fuerza del viento dentro del mismo, formando pequeños remolinos a su alrededor. Cuando Gideon, Mr. Slay, El Cambia-formas y Giffany se percataron de lo acontecido, luego de devolver la mirada hacia Dipper, estos contemplaron al pequeño niño de doce años de pie, sin heridas visibles en su piel, siendo rodeado por un aura de color celeste. Acto seguido, Dipper levantó la cara, revelando como su marca de nacimiento había desaparecido, dando lugar a una estigma rara y luminosa, la cual tenía una forma semejante a la de un reloj de arena. La misma que el Bebe del Tiempo portó con orgullo sobre su frente y por igual hasta antes de su trágico deceso. A sí mismo, los ojos de Dipper refulgían con una cólera sin igual, nunca antes vista en él.

—¡Oh no...! Mis suposiciones eran las correctas... Al final... Parece que la placa que injertamos dentro de su cabeza no resolvió el problema como suponíamos. —Dijo Mía a modo de lamento inmediatamente después de haber recuperado el control de los movimientos de su propio cuerpo, así como el de su propio deslizador. Acción que el resto del equipo imitó a la perfección y sin problemas debido a sus altos reflejos y grandes dotes como pilotos experimentados.

—¿Qué? ¿Qué estas intentando decir, mujer? —Preguntó Stanford, confundido—. ¡Explícate, Mía!

—Ahora lo entiendo... Es por esa razón que el flujo del tiempo no sufrió de un desequilibrio masivo tras el fallecimiento del Bebe del Tiempo... Entonces, no cabe duda... El contacto que Dipper tuvo con el libro negro fue el causante de todo. De alguna forma, es el mismo flujo temporal el que ahora yace dentro del cuerpo de Dipper. —Tragó saliva, tratando de asimilar las palabras que a continuación saldrían de su boca—. En pocas palabras, Dipper ahora se ha transformado en el nuevo amo y señor del tiempo...

Continuará...

Soundtrack que suena cuando Dipper despierta sus poderes: 

Para las personas que siempre me preguntaron si no le daría una habilidad especial a Dipper para combatir a sus enemigos... Pues ahí está su respuesta. Aunque la verdad, si ponemos atención a ciertos hechos en capítulos pasados esto ya se veía venir. Aunque la pregunta es... ¿Podrá dominar sus nuevas habilidades a tiempo?

Parece que es cliché que el protagonista siempre adquiera un "Power Up" cuando su amada se ve amenazada, pero me encanta ese cliché así que en esta historia no podía faltar tampoco. Bueno, espero que les haya gustado este capítulo. Y dado a que gracias al terremoto las fechas de mis historias de han revuelto tendré que moverlas temporalmente a los días martes.

Eso significa que el capítulo 29 de "Ojos de Demonio" lo subiré hasta el martes 3 de Octubre y el capítulo 51 de "La Novia de Dipper" lo subiré hasta el martes 10 de octubre. Una vez más les ofrezco una disculpa por los inconvenientes. Gracias por todos sus comentarios y pásenla bien. ¡Chao!

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