Capitulo 32 El mensaje


¿En verdad el mundo es un pañuelo Danny?, hoy me levanté pensando en ti, y en las posibilidades tan lejanas de encontrarte o encontrar a quien me daría tu paradero.

Me siento tan ajena a todo lo que te está ocurriendo. Y lo peor es que no te creí, aun cuando me dijiste la verdad todo el tiempo.

Este vientre que crece cada día más, y que me saluda por las mañanas al espejo, extraña tu presencia.

¿Acaso aun vives para acariciarlo?, la sola idea de verte muerto me trae el invierno al corazón.

He caminado por los edificios, llenos de oficinas, imaginando que aquí estabas, con tu absurdo traje gris y corbata negra. Presentando las noticias o molestando al del tiempo meteorológico...Simplemente así siempre has sido y no me sorprendería verte aquí en frente, en la cafetería, comiendo un pastel de mil hojas, tu favorito.

He pasado al puesto de revistas donde antes solíamos comprar nuestros comics, me he quedado observando los encabezados, parecía que me hablaban, en ellos podía leer un discreto mensaje para cualquiera, ¿Serás tú o me estoy volviendo loca?

Me he sentado en la plaza central, estuve tomando fotos a los niños que jugaban, ¿estarías por aquí entre las risas?, o en el edificio más alto.

Un rato después me detuve en frente de este hermoso edificio que estaba en construcción cuando yo me marché. Puede sonar cliché pero tenía una vista a la mar tan perfecta como lo eras tú conmigo, aquí imaginábamos vivir, lo recuerdo bien, el día en que me trajiste aquí y me empujaste contra la pared, estabas tan celoso que me acorralaste.

¿Pero qué hacíamos en un apartamento de este edificio?, ¿Acaso compraste uno?

Al percatarme de aquello me ha rondado la curiosidad, la duda, en fin, todo lo que acarrea un misterio.

Me he acercado al conserje que estaba ordenando llaves en un estante, él se volteó con una disposición única ofreciéndome un formulario.

-¿Está interesada en rentar o comprar un apartamento?, los formularios los retiran hoy y dentro de una semana tendría una respuesta acerca de si se aprobó o no su petición.

-¡No!, disculpe... -Me he sonrojado levemente al notar que le he gritado.- me preguntaba si aquí vive un amigo mío...bueno... verá... -Si le decía que desconocía su apartamento no me dejaría subir, tenía que ingeniármelas.- él me llamó hace un rato, se llama Danny Mendoza, me dijo que viniese a verlo pero antes de que pudiera decirme el número de su apartamento se le ha cortado la llamada. -¡Sí!, Jesse eres una genio.-

Él conserje alzó una ceja y comenzó a reír.

-¿Me toma por un tonto?, apelaré a que usted no estuvo aquí y la dejaré ir sin ningún problema.

El hombre se ha vuelto a voltear, de pronto me sentí muy estúpida. Danny no era más que un famoso al aparecer en las noticias, y de pronto, en su ausencia...simplemente todo el mundo lo sabía.

He abandonado el edificio cruzando al paradero que estaba en frente. Necesitaba armar una estrategia, algo me estaba moviendo a aquel apartamento, necesitaba saber que es...No podía llamar a nadie más o quizás...

-¿Hola?, ¿Cris? –He dicho cuando me han contestado desde la cabina pública.- no estoy segura si este sea tu número...

-¡Jesse!, estamos en comerciales...¿Te pasó algo?

-Estaba deseando pasar al departamento en el que...bueno, nose, pero lo que sí sé es que Danny me llevó allí una vez.

-Es el apartamento de Danny efectivamente.

-¿Cómo lo sabes con tanta certeza? –Me he sorprendido volteando las páginas amarillas del viejo directorio dentro de la cabina telefónica.-

-Es que yo vivo unos pisos más abajo. –Ha reído al altavoz.- no te lo comenté porque eran pocas las veces que le vi entrar allí, nunca llevaba a nadie y nunca lo encontraba...bueno, casi nunca.

-¿Pero tú no vivías en una casa? –Alcé ambas cejas.-

-¿Pero te quedaste en el siglo quince?, ¡Ahora le podemos llamar a cualquier cosa una casa o un hogar!, ¡Jesse te hablo en una hora, ya regresamos de los comerciales!

Sin avisar, cris colgó.

¿Entonces Danny tenía un lugar para él sólo?, entiendo porqué buscó la soledad pero... ¿Lo habrá comprado sólo para recordar?, o simplemente... ¿Buscaba escapar de la Familia que acogió a Jim?

-¡Ay Danny!, ¿¡Porqué no me enviaste una pista antes!?

He colgado el teléfono, levanté la mirada y allí estaba, ojos color miel, separados por el cristal de la cabina telefónica...

-¡Danny espera! –He salido de la cabina con prisa, aquel hombre se detuvo antes de entrar en el autobús.-

-¿¡Danny!? -Me detuve en seco cuando me percaté, no era Danny, simplemente era un hombre muy parecido de pequeñas patillas a sus costados, el hombre me ha observado confundido y se ha subido al autobús.-

El autobús partió y me quedé allí de pié contemplando mis zapatos mojados por los pequeños charcos que pisé sin darme cuenta.

¿Había momento en el que no estuviera recordándole?

Una hora después Cris aparcó detrás del edificio, me ha observado melodramático, tanto que me ha puesto su chaqueta encima.

-¿Tú no sientes el frío o te quieres enfermar? –Ha apagado el motor y ha descendido.- Vamos.

Descendí observando a las personas que entraban en este edificio, quizás personas importantes, o quizá no, pero el simple hecho era que llevaban encima bastante dinero, sus atuendos mullidos, de pieles o plumas, parecía una real pasarela. ¿Este era el mundo de Danny ahora?

Hemos pasado por delante del conserje que me observó con los ojos más abiertos que nunca había visto. He sonreído tímidamente mientras caminaba tras de Cris.

Las agujas del ascensor iban descendiendo hasta el piso en el que estábamos, la tenue música del hall era asfixiante, pero todos parecían disfrutarla.

Al subir en el ascensor, Cris esbozó una pequeña sonrisa y me observó de reojo antes de hablar.

-Oye...Tienes que estar tranquila, después de todo, se trata de Danny, el más egocéntrico de todos, nadie le pasaría jamás por encima si él no lo quisiera así.

Me ha reconfortado por un momento, agarré su mano y la estreché con fuerza, él la sostuvo hasta descender del ascensor.

Un pasillo iluminado, con un pasillo alfombrado de color rojo, el confort nunca pudo ser mejor representado.

Cris me condujo hasta el final de este, donde la luz estaba apagada, una nota en la puerta nos detuvo.

He tomado el sobre que estaba pegado a la puerta, en él estaba mi nombre, Cris ha observado tras de mí, pero nadie estaba. ¿Era una broma?

Al abrir el sobre me encontré con una pequeña nota que decía aquello que Danny escribió una semana antes del baile de graduación, y que recordé antes de subir al avión en el aeropuerto de Hamburgo.

"No apagues la luz, quiero escribir un poco más por la noche", he seguido con la mirada hasta el final de la hoja, donde el título de una canción estaba escrito.

-Es...una canción y una nota que escribió él cuando aun éramos estudiantes.

-¿Pero no te das cuenta? –Cris me ha arrebatado la hoja de las manos.- ¡Entonces está vivo!

-¿Pero porqué sabía que yo vendría a este lugar?, he caído aquí casi por coincidencia. –Negué con la cabeza y volví a leer la hoja.- pero también es cierto, solo él sabe lo que escribió en aquel cuadernillo.

-¿Y qué canción es?, quizás en ella encontremos algún mensaje oculto.

Cris tenía bastante razón, sabiendo todo lo que Jim me reveló era casi posible que Danny estuviese oculto, que está esperando que el agua se aclare sola o que se calme.

-Se trata de "A gritos de esperanza de Alex Ubago."

Un pequeño suspiro de descanso me recorrió, he abrazado a la hoja de papel sintiendo la más grata emoción, aquel sentimiento difícil de explicar, amándolo en cada una de las letras que escribió.

Aunque sin fecha, y con una sola canción, para mí este es el regalo más hermoso que me ha entregado nunca.

-¿Eres tú la joven Jesse?

Preguntó una voz tras de mí.

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