Capitulo 17 Sunset
Al verles abrazados en medio de tantas miradas expectantes me han dado ganas de huir.
De mandar todo a la mierda y morir. Una extraña pero muy conocida sensación afloraba en mi interior.
Me baje de la tarima y busqué con la mirada a Luis, quien estaba en la terraza en la cuál el matinal transcurría.
-Luis, tenemos que hablar.
Él me ha hecho una señal con la cabeza y hemos pasado a una pequeña oficina en comparación con el gran hotel en el que nos estábamos hospedando, que finalmente ha sido pagado caritativamente por el "Accionista e inversionista" John.
Me he sentado a un costado en la pared y sin verle encendí un cigarrillo.
-No me digas que no me lo fume. Estoy algo harto de esta situación.
-¿De qué hablas? –Luis se ha recargado en su asiento.-
-Danny Mendoza. Se da el lujo de aparecer cuando él quiere, y de la forma que él quiere.
-¿Me puedes explicar mejor?, Jim
He golpeado con fuerza el escritorio de Luis y lo he observado enfadado.
-¿¡En dónde traes la cabeza!?, quizá si no fuese por tu cuello podría estar rodando en la nieve ahora mismo. –He reído de lado y me he vuelto a sentar.- personas como tú están en todas partes, ignorando la realidad para pasar desapercibidos.
-Danny es presentador de el noticiario nocturno. Aparece en su horario, es lógico que llegue durante el transcurso del día. –comentó Luis de forma agradable.-
-¡Ese no era el trato! ¡Papá se enterará de esto! –Me he vuelto a levantar y le lancé el cigarrillo encendido aun encima del escritorio.- quizás no le diga a papá.
Lo he pensando detenidamente, he sonreído para mis adentros y he terminado por apagar el cigarrillo que ya había lanzado.
-No se puede negociar el puesto de Danny. Jamás encontraré un presentador tan carismático, así que ni te esfuerces. –Alzó ambas cejas y tiró el cigarrillo con la palma de sus manos.-
-No te lo he pedido Luis. –Sonreí.- pero si puedo pedirte un favor.
-¿Y qué si no quiero cumplirlo? –Se ha recargado en el escritorio.-
-¿En verdad hace falta explicarlo? –Abrí mi abrigo sólo desde un costado y el revólver saltaba a la vista.-
-Bueno, tú dirás. –Se veía muy seguro de sí mismo, eso me ha molestado, parecía como si no me tuviese nada de miedo.-
-Soy hijo de la persona que salvaste, pero eso no me va hacer cambiar de opinión si decides no ayudarme, a mi no me importa si te mato ahora mismo, papá no me lanzará a la calle por eso, pero tengo entendido que tú tienes familia, una esposa joven y unos hijos de tres y cinco años.
Ahora en su rostro podía ver cómo le importaba un poco más el asunto y ya no tuve necesidad de siquiera volver a amenazarle.
-Bueno Luis, papá no reservó una habitación ni para Jesse ni para Danny.
-Es cierto.
-Necesito que arregles todo para que por la noche Jesse llegue a mi habitación, dale la tarjeta, dile que es de ella nada más.
-¿Eso es todo? –Alzó una ceja algo incrédulo.-
-Sí, eso es todo. –Me levanté.- Nos veremos más tarde, de seguro te necesitaré para algo más.
No Danny, tu no juegas en este tablero...te va a doler más esta tarde, tanto como a mí me dolió el desprecio de John, todo por tu culpa...
-Jim –Jesse se ha pasado por delante de mí.-
-¿Te sucedió algo pequeña?
-Algo así... bueno quería darte las gracias.
-¿Las gracias? –Me confundí un poco.-
-Danny me ha dicho que tú le has enviado la dirección exacta sobre nuestra posición.
¿Cómo?, el imbécil... ¿También le estaba mintiendo?, ha de ser un mal chiste, no podía ser tan estúpido, eso lo perjudicaba directamente. Pero bueno, sería caritativo esta vez y colaboraría con su estupidez, más tarde él lamentaría haberle mentido.
Danny ha aparecido detrás de Jesse y ha posado una de sus manos en mi hombro.
-Bueno, parece que al fin todas las piezas han caído en su lugar, ¿o no amigo?
Su sonrisa llena de sarcasmo no la podía cargar su rostro, se burlaba de mí y yo solo podía asentirle con mucho gusto, para no despertar en Jesse ninguna duda.
-Me alegro mucho de que hayas vuelto con Jesse, hacía tiempo se lo merecían. –Comenté quitando su mano lentamente.- te ves muy bella cuando sonríes Jesse, espero puedan hablar mucho durante la tarde.
-No creo que hablemos mucho por la tarde, debo preparar algunos guiones para las noticias, pero te aseguro que por la noche cuando vayamos a dormir tendremos mucho tiempo para charlar y quizás jugar a los naipes.
-¡Danny! –Jesse le ha golpeado levemente.-
¿Quién se ha creído de pronto este papel embarrado?, una extraña felicidad le invadía, y un valor que nunca antes había poseído. Bueno por ahora podía seguir burlándose de mí, no le duraría mucho, quizás acabaríamos con este de una vez por todas.
-Espero se diviertan...
He pasado a un lado de ellos cargando este extraño pesar, una parte de mí deseaba que se fundieran en uno solo. Y la otra simplemente no iba a aceptarles estar juntos.
Jesse no debería estar con alguien como Danny... le ha mentido más de lo que ha vivido.
Me he acercado al borde de la terraza a contemplar la nieve, estaba lleno de turistas, personas tan diversas como lo podíamos apreciar en su idioma y color de piel.
¿Y dónde estaba la persona que me detendría de hacer esto?, estoy a una llamada de distancia de acabar con la felicidad de Danny y Jesse. Y sin embargo no he cogido el teléfono ni por un segundo.
¿Por qué simplemente no puedo dejarles ser feliz y decir que cumplí con mi misión?
Fui hasta el centro de esquíes y arrende una tabla, tenía que despejarme y dejar de lado todos estos malos pensamientos.
Subí hasta la cima y me quedé viendo las rocas que había que evitar.
-Sería genial si ahora mismo pudiese chocar con una para que me haga cambiar de opinión.
-Te aseguro que me he golpeado quizás con unas cien solo en una semana y no nada ha cambiado para mí.
Me he girado a ver quién habló tras de mí.
Una chica pelirroja se ha quitado sus gafas de sol y me ha extendido su mano enguantada en un mitón.
-Me llamo Ámbar, ¿quién eres tú?, nunca se ven chicos tan guapos por este lugar.
Que osada era...me parecían algo repugnantes este tipo de mujeres que se lanzaban a los hombres como niños a los caramelos. ¿Estaré siendo muy anticuado?
-Soy Jim
-¡Oye yo te conozco!
-¿¡Cómo!? –La chica se me ha acercado tanto que podía sentir el calor de sus labios, estaba muy loca.- oye, calma, un poco de espacio. –La he tomado por los hombros y la he separado.-
-¡Eres el modelo de ropa interior!, "Touch Me... pasión, y sensación, tu sabor es tu color, ¿te atreves a probarme?"
Me he quedado completamente sacado de onda, ¡hasta se sabía el guión del comercia!, era mi frase.
-¡También eres el que dice! "¡Sólo por tiempo limitado!", ¡Eres tú!, ¡Eres tú!
-¡Sí, sí, soy yo!
Me estaba impacientando, se movía y hablaba tan rápido que me mareaba.
-¡Esos ojos electrizantes no se pueden olvidar!, ¡Eres tan guapo!, oh dios, me estoy desmayando
La chica se desvaneció y cayó en mis brazos, asustado he observado a todos.
-¡Ayuda!, ¡Nose que le sucede a esta cría! –Era muy joven, supongo debe tener veinte años.-
Un chico como de mi edad se acercó y la levantó.
-Lo siento, mi hermana es muy impulsiva. –Avergonzado le posó en su hombro.- Me llamo Tomás Hamilton. Y bueno, mi hermana Ámbar Hamilton. Ella soñaba con conocerte en persona, y bueno...creo que se le pasará en un rato.
-Espero que no empeore.
-¡Claro que no! –Ha saltado en el hombro de su hermano y ha vuelto a levantarse como si hubiese revivido de las cenizas, era una niña con mucha energía.-
-¿¡Cómo pudiste despertar así!?, ¡Saltaste por encima de tu hermano!
-Somos acróbatas, estamos de vacaciones ya que se anunciaron tormentas para el fin de semana y bueno...la carpa circense no podría funcionar. –Comentó Tomás.-
Me he quedo algo perplejo nuevamente, así que con este tipo de personas mis padres se relacionaban.
-Bueno... yo ya me voy. –Dije volteándome.- fue bueno conocerles.
-¡No te vayas! –Ámbar me detuvo.- es que...quiero un autógrafo tuyo.
-Vaya niña...
-¡No soy una niña!
-Tiene treinta. –Comentó Tomás nuevamente, pero ahora con una cara que ni él podía cargar.- Ámbar, estoy cansado, te veo al rato, iré a dormir.
Él nos dejó solos. Y yo aun sacado de onda intente reincorporarme a la petición de la cara de niña.
-¿Un autógrafo?, ¿Sólo eso y me dejarás en paz?
-Bueno ahora que lo dices...
El demonio me arrastraba en su manto y yo estaba cantando un villancico. ¡Cómo pude ser tan imbécil!, ahora la cargaría quizás por cuánto tiempo más y tenía obligaciones que cumplir.
-Hagamos esto. Si yo llego primero al pié de la montaña, tendremos una cita mañana al anochecer.
-¿¡Estás loca!?
De pronto se me ha colgado del brazo y me ha comenzado a poner aquellos ojos de gato destripado que tanto odiaba, he negado mirando hacia otro lugar y finalmente terminé por aceptar, de otra forma no me soltaría.
-Si yo gano me dejarás en paz.
-Es un trato.
Cerré los ojos y suspire, al abrirlos la pelirroja ya iba a medio camino deslizándose a toda prisa.
-¡Nunca dejes de ver a tu oponente ojos azules! –Ella ha gritado desde muy lejos.-
Ahora sí, debo admitir...me han jugado una muy buena. ¿Qué clase de chica era esta?
Cuando llegamos al final y sin desearlo, he aterrizado sobre la chica.
Sus mejillas se colorearon y enseguida me levanté deseando que esto no hubiese ocurrido.
-¡Lo siento!, ¡de verdad lo siento mucho!
-No...no te preocupes... -De pronto lució realmente indefensa y encantadora...me he levantado sintiendo esta nueva sensación-
-Debo irme. –Me voltee y comencé a caminar como pude.-
-¿Nos veremos entonces?
Lo he dudado un momento, me daba miedo volver a sentir un palpitar tan extraño en mí. He negado.
-Nos veremos mañana por la noche. Antes no.
-¡Genial!
La he observado de reojo, estaba feliz, plena y en paz...poseía una luz propia que podía iluminar un auditorio completo.
El atardecer se aproximó en forma de nubes naranjas y violetas, mientras bebía un café en la terraza me he puesto a pensar en Jesse...e instantáneamente a mis pensamientos el rojo de su cabello se atenuó en la imagen de Jesse.
Sacudí mi cabeza y saqué mi teléfono celular, había una misión que cumplir.
La nieve ha comenzado a caer...
-¿Papá?
-¡Jim!, ¿sucedió algo?
-Necesito que procedas...Danny y Jesse se han reunido aquí...
-Cuanto lo siento por ese imbécil. –Comentó papá con ironía.- pero él se lo buscó.
-Solo te pido que sea rápido...no le hagas sufrir...
-¿Compasión?
-No...nada de eso. Solo que...me hubiese encantado hacerlo yo, y la verdad lo hubiese hecho rápido.
-Bueno hijo, será como tú desees esta vez. –Papá ha hablado a uno de los hombres de negro, lo oí.- ya mande un grupo a matarle. ¿Le avisas a Danny tú?
-No...-Respondí algo perdido en el sol que se escondía.- hazlo tú...
Cuando colgué la llamada y solo un rato después...he visto a Danny correr, en su rostro angustia y pena, un rojo que le recorrían sus puños, él se ha marchado en el jeep ha toda prisa... aun cuando le dijeron que era peligroso bajar de noche...
Jesse ha corrido tras de él tratando de detenerle y sin embargo no se detuvo.
Ella ha llorado en la entrada del hotel, lo he visto todo y parece que mis pensamientos aun no se alineaban...
¿En verdad había mandado a matar al padre de Danny?, ¿Fui yo?
-Jesse...¿Puedo acompañarte?
Ella asintió, le acompañe hasta el cuarto y ambos nos hemos recostado en la cama mirando al tejado.
-¿Qué sucedió? –Pregunté con aquel nudo en la garganta.-
-Le han avisado que su padre se sentía mal...-Dijo ella sin verme y con una voz casi inaudible.-
-¿Sólo eso? –Le he visto de reojo.-
-También me dijo que todo esto era producto de personas horribles...Jim...yo me estoy...muriendo con todo esto –Jesse ha comenzado a sollozar. Me partió el corazón haberle hecho esto.-
-Soy un monstruo... -Murmuré, y gracias al cielo no me escuchó.-
Pero no podía retroceder...la voz de papá en mi cabeza me decía hazlo, ahora es el momento de terminar con la venganza...el porqué me hice mafioso estaba aquí, y sin embargo mi cuerpo no quería moverse.
-Jesse...perdóname...
-¿Por qué? –Confundida se ha secado sus lágrimas y me ha visto.-
Tragué con fuerza y me encime sobre ella sujetando sus muñecas con fuerza.
-¡Porque me obligaste a llegar a este punto!
-¡Jim, suéltame, me lastimas! –Jesse se comenzaba a remover debajo de mí.-
Con una sola mano le he sujetado sus muñecas, y mi mano libre le ha recorrido debajo de su blusa.
El tiempo se estaba agotando, el tiempo comenzó a correr para ti Danny...
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