Epilogo- Amanecer

El sol se asomaba a lo lejos cuando ambos primos, aun con sus ropas empapadas de los pies a la cabeza en líquido amniótico, salieron de ese lugar. Eliot estaba en shock, trataba de no hablarle tanto a Darien o quien sea que fuese ese hombre que se parecía a su primo, trataba de no pensar en lo que acababa de ocurrir. Hubiese deseado haberle hecho caso a ese muchacho de baja estatura que le gritó que se marchara, en vez de quedarse ahí de curioso mirando aquel horrible espectáculo que por más que lo intentara, no podía quitárselo de la cabeza.

Cuando todo terminó, Eliot salió de tras de su escondite. Entró a la habitación una vez más y con dificultad se apresuró a ir por Darien, quien aún seguía arrodillado y respirando agitadamente mientras se reía de manera leve. Eliot se acercó a ayudarle a ponerse de pie con una expresión en su rostro que denotaba incredulidad y una grave seriedad.

- ¿cuál es el chiste?

- espero equivocarme, Eliot... pero me temo que este no es el fin en realidad

Enseguida Darien miró hacia la pila de camillas ocupadas por la orda de personas acostada en ella. Enseguida miró a la pared llena de matrices y Eliot lo imitó

- ¿podemos hacer algo por ellos?

- No - negó Darien mientras movía la cabeza ligeramente de un lado a otro.

Eliot advirtió que la voz de su primo sonaba triste y resignada

- como... ¿cómo que no?

- el cordón umbilical que une a la persona con el avatar, es anti magia. Lo que significa... que sólo se liberarán cuando los avatares nazcan

- ¿entonces eso quiere decir...? - replicó Eliot

- significa, que lo único que podemos hacer, es dejarlos a su suerte... puede que sobrevivan y huyan de aquí en cuanto despierten, o pueden que no- explicó Darien- de todas formas, a los avatares les tomará un tiempo en estabilizarse para luego buscar alimento, tal vez en ese lapso logren escapar

- Entiendo - dijo Eliot - esto... es difícil de procesar, siento que me da vuelta todo - comentó llevándose una mano a la cabeza

- Salgamos de aquí - replicó Darien dirigiéndose a la salida del laboratorio.

La luz del sol era cada vez más intensa a medida que pasaban los minutos, ésta resaltaba el azul cielo en los ojos de Darien qué ya volvían a ser normales. Cosa, que por lógica Eliot no había advertido por dos razones, la primera era por la penumbra que invadía la habitación en la que se encontraron momentos atrás y la otra porque la conmoción de ese inesperado hecho no le permitió darse cuenta de aquellos detalles tan notorios para otras personas.

El trayecto hasta las afueras del bosque, fue en absoluto silencio, de hecho, los primos ni siquiera se miraron. Cada uno estaba sumido en sus propios pensamientos. Darien preocupado por lo que pudiese pasar a partir de ese momento. Lee ya no estaba, pero aún quedaba Mia, aunque para Darien ella no era su gran amenaza; le preocupaba que los avatares que quedaron en el laboratorio pudiesen haber evolucionado tanto, que ya ni siquiera se vieran necesario de regirse bajo las ordenes de alguien más.

En tanto a Eliot, seguía aturdido, confundido. No se atrevía a preguntar ni decir nada y no entendía absolutamente nada. Esa noche para él fue tan intensa como la de Darien, por supuesto, pero no se explicaba cómo fue, que pasó a estar en un funeral, a ser testigo ocular y casi víctima de un enfrentamiento mágico. Su primo, su querido primo Darien había decapitado a un hombre en un verdadero acto de canibalismo y aquello para el hechicero empresario era algo que no concebía. Se preguntaba si Darien se había convertido en un hechicero oscuro, pero por la experiencia vivida, mas parecía, que él en realidad estaba haciendo justicia con sus propias manos, de una manera muy drástica para gusto de Eliot.

Nuevamente se le cruzó por la mente una lluvia de preguntas que le estuvo rondando como tormenta durante toda la madrugada: ¿sí él no era Darien, en entonces quien es ese tipo que se le parece? ¿Que son los avatares? ¿Era necesario asesinar de esa manera a ese loco hechicero científico? ¿Anna se habrá dado cuenta, que aquel hombre ya no se trataba de su novio real? Lo único que tenía claro era, que quería volver con su familia a Washington y olvidar todo aquello. Desde que llegó a la ciudad de Nueva york, sólo se ha visto enfrentándose con cosas que lo superaban emocional y hasta físicamente y ya estaba agotado; desde la desaparición de Anna, pasando por la muerte de su prima Molly y terminando con lo mas reciente. Eran cosas, que simplemente lo llevaron al límite y no quería seguir estando más ahí. No por cobardía, simplemente, porque de cierto modo, ya no se sentía parte del mundo mágico, sus poderes ya no eran tan fuertes y simplemente prefería dedicarse a sus negocios hoteleros, antes de tener que volver a pasar por eso, no obstante, tenía claro, que siempre seria parte de la comunidad, ya sea de manera directa o indirecta, pues esa era su verdadera raíz, su verdadero mundo.

Se detuvieron al final de un sendero, a partir de ese punto debían movilizarse atreves de un portal para volver a Soho. Darien lo trazó rápidamente y ambos lo cruzaron para luego verse parado en medio de la sala principal de la casa, la cual estaba en penumbra, los rayos de sol se colaban tímidamente a través de las cortinas entre cerradas y el silencio que invadía el lugar se tornaba cada vez más pesado y gélido. Para romper aquel incomodo hielo, Darien carraspeó, intentó decir algo, pero no sabía ni siquiera por donde comenzar, y cuando por fin se animó a explicarle un poco más sobre ese asunto, Eliot lo interrumpió repentinamente. Definitivamente, el hechicero empresario, se encontraba totalmente en negación y no estaba dispuesto a escuchar lo que su primo quería decirle.

- Debo volver a Washington... hoy -Darien sólo se limitó a asentir

- de acuerdo

- sólo te pido un favor, Darien

- el que sea

- Quiero olvidar - Darien dirigió su mirada hacia Eliot frunciendo su ceño.

- ¿estás seguro?

- si...es lo que quiero. Michael y Lucy no están preparados para afrontar estas cosas...- Darien no dijo nada. Simplemente continuó observando a su primo con un dejo de decepción creyendo que simplemente estaba huyendo y usaba a sus hijos como excusa, lo que a Darien le pareció absurdo, porque esos niños eran hechiceros de nacimiento y tarde o temprano debían unirse a la comunidad y formar parte de algún aquelarre.

-Son sólo niños - añadió Eliot con la voz quebrada - y mi magia ya no es poderosa

- de acuerdo, bien... como quieras... abriré un portal

- No, no hace falta - dijo Eliot - puedo conducir hasta el hotel

- De acuerdo - respondió Darien - respetaré tu decisión - diciendo eso, se acercó a él y lo miró directamente a los ojos - lo de anoche... fue muy triste, estuviste en el funeral de Molly y luego de eso, me hiciste compañía y te lo agradezco. Pero ahora debes irte, porque tienes asuntos que atender en Washington - le dijo hablándole con una voz tranquila, suave pero imperativa

Eliot sacudió levemente la cabeza, como sí hubiese despertado de un trance y así, sin más, extendió su mano para estrecharla con la de Darien y éste respondió de manera cortes y seria

- buen viaje, Eliot... conduce con cuidado

- lo haré, Darien... gracias...

- no, gracias a ti por acompañarme - respondió Darien de manera inplisita

-nos vemos pronto

- ¿volverás? - preguntó Darien un tanto sorprendido

- Te lo prometo - contestó Eliot con una leve sonrisa de lado. Enseguida, simplemente se alejó y salió por la puerta principal.

Esa mañana, Anna estaba despierta desde temprano. Preocupada porque Darien no había avisado que pasaría la noche en casa de sus padres,( o al menos eso supuso ella )sin embargo, dado al contexto de las circunstancias, lo vio como algo obvio, por lo que decidió respirar profundo y no darle más vueltas al asunto.

Se encontraba acostada, sentada sobre la cama y entre sus manos sostenía un gran libro de encuadernado antiguo, con tonos café amarillo gastado y beige. Estaba tan concentrada en aquel contenido, que sólo cuando Darien cerró la puerta tras de sí, ella reaccionó levantando de manera exaltada la mirada.

- ¿por qué estás lleno de sangre? - quiso saber Anna un tanto nerviosa dejando el libro a un lado para ponerse de pie.

- hay algo que debo decirte - respondió él. Anna suspiró y luego simplemente sonrió

- Después, ahora ve asearte - le dijo ella tiernamente

- De acuerdo, tienes razón- se dirigió al baño arrastrando los pies, se detuvo frente a la puerta y volteó hacia ella - ¿me... harías compañía?

- Por supuesto- dijo ella sin borrar su sonrisa mientras se dirigía hacia él. Estaba consciente que esos días Darien estaba pasando por un mal momento y no lo quería dejar solo por ningún motivo al menos que él se lo pidiera.

Entraron juntos al baño y mientras Darien se lavaba el rostro y las manos cubiertos de sangre en el lavabo; Anna se preocupó de llenar la tina de agua caliente hasta el límite. Enseguida ambos se vieron sentados uno frente al otro sumergidos hasta el pecho totalmente desnudo. Por un largo rato no se decían nada, simplemente se miraban y se acariciaban mientras se untaban jabón en el cuerpo o simplemente se abrazaban en silencio. La espuma blanca, que al comienzo era tan esponjosa como un malvavisco, ya se estaba tornando delgada y débil sobre la superficie liquida. Habían perdido la noción del tiempo y sólo cuando el agua comenzó a enfriarse, decidieron salir de ahí.

Media hora después, volvieron a la habitación cubiertos con sus batas y el cabello mojado. No se vistieron, sólo se pusieron pijamas limpios. Darien una camiseta musculosa de color blanco y un pantalón de algodón con estampado a cuadrillé celeste, mientras que Anna se puso una camiseta rosada que se abotonaba adelante con un pantalón del mismo color que hacia juego con la parte de arriba del pijama, todo en tela de polar.

Esa mañana decidieron pasar todo el día junto en casa viendo televisión en la sala, (aparato que Darien desdió sacar de su habitación) pasar ratos conversando frente a la chimenea y por sobre todo, disfrutando de su hija. Pidieron comida a domicilio, tanto en el desayuno, almuerzo y cena. Se pasaron todo el día jugando con la pequeña Emma, quien fue la primera en caer rendida en los brazos de Morfeo, por lo que, luego de dejarla acostada en la cama matrimonial de ambos, se pasaron todo el resto de la tarde viendo películas. Incluso hicieron el amor sobre la muñida alfombra tejida hasta que ambos estuvieron de acuerdo que era hora de ir a la cama también.

Darien se percató del libro que aún seguía sobre la cobija desde que Anna lo dejó esa mañana y pudo darse cuenta que se trataba de un grimorio

- ¿eso es... de Molly? - preguntó él extrañado

- Si - contestó Anna sonrojándose- entré a su habitación para cambiarle el pañal a Emma y lo vi... lo lamento, sentí curiosidad, estaba debajo de su cama y lo tomé prestado, pero te prometo que lo devolveré

Darien sonrió y negó con la cabeza suavemente para hacerla callar

- no te preocupes... de todas formas ella tomaba mis grimorios prestados, creyó que yo no me daba cuenta, pero siempre lo supe, muchas veces descubrí uno de ellos en su mochila abierta cada vez que venía aquí - se encogió de hombros

- oh... entiendo, ella siempre te admiró

- Lee está muerto - dijo Darien de pronto. Anna no dijo nada, simplemente esperó a que continuara- te mentí, no fui a casa de mis padres, fui con Eliot a enfrentarlo... pero no fui capaz y Jared terminó encargándose de todo

- Ahora entiendo porque estabas lleno de sangre - comentó ella

- Si - afirmó él bajando la mirada

- así que... ya no tienes más asuntos pendientes... Emma nació, te libraste de Lee... es todo - comenzó a murmurar Anna

- Así parece - replicó él y un nuevo silencio se apoderó del lugar

- Molly si sabía lo de Lee, sabía que vendría por mi... - tomó aquel libro y buscó la pagina que estaba leyendo aquella mañana -pero como escribió en su grimorio... "el oráculo dijo que debía dejar que las cosas siguieran su curso" - concluyó Anna, citando una de las tantas palabras escrita pulcramente en esas páginas. Enseguida le pasó el libro a Darien

-"El primer sacrificio ya ocurrió, la noche en el que apareció el primer guerrero" - leyó él en voz alta quedando un poco confundido, volvió a leer la frase y sus ojos se abrieron de par en par - son profesáis - susurró

- ¿qué?

- son profesáis, Anna... tú misma lo dijiste, Molly sabia de todo esto, pero el oráculo le pidió silencio -señaló con su índice la primera frase - el primer guerrero es Jared, fue quien se mostró ante ti y los demás y fue el primero que se rebeló contra Lee - Anna parpadeó repetidas veces de forma rápida.

-"Un fiel seguidor será víctima de un daño colateral sirviendo como ejemplo a otros de su misma clase"- leyó Anna con la duda tiñendo su voz

- Tomo - respondió Darien - la noche que él, Vicky y Stephanie te salvaron de Mia... se batieron a duelo y Mia lo dejó ciego

- la damisela en peligro... ¡estoy harta de tener ese papel en esta historia! - exclamó ella

- tenía que hacerlo, Anna, yo no pude llegar antes y él con gusto quiso ayudarte, de lo contrario tú y la bebé no estarían aquí en este momento

-"la espera más esperada, llegará el día más inesperado" - continuó leyendo ella

- Emma - dijeron ambos al unisonó mientras se sonreían

- La princesa de la casa - añadió Darien sonriendo juguetonamente mientras miraba a la bebé

- lee lo que sigue - pidió Anna bastante entusiasmada por saber cómo terminaba esa lista tan curiosa y al mismo tiempo misteriosa para ella.

-"el más rebelde se sacrificará voluntariamente para evitar lo que muchos esperaban"

La sonrisa de ambos se borró. Ni siquiera fue necesario nombrar al susodicho rebelde. Pues el recuerdo de Joe era algo que a ambos le dolía pero cada uno a su manera. Mientras Anna era más emocional y manifestaba la pérdida de su mejor amigo de forma mas expresiva, Darien era más hermético y se guardaba todo el dolor y la culpa de no pode salvar a su hermano cuando Anna se lo pidió dándole a entender a ella que eran celos, pero en realidad era incapaz de hacerlo, porque sabía que era un intento inútil.

- "el que se veía fuerte, se sentirá vulnerable y saldrá huyendo" -leyó Anna. Luego miró a Darien de manera interrogante

- Mia salió huyendo anoche... y bueno, no he sabido nada de ella, por lo demás, no importa.

- ¿no te preocupa que aparezca por aquí o ataque a tus padres?

- No, le quedó muy claro de lo que puedo ser capaz sí me desafía - respondió él con una sonrisa enigmática-Prefiero pensar en lo que pasó hoy...este ha sido uno de mis días favoritos.

- y el mío también - dijo ella.Se abrazaron y luego se unieron en un largo beso.

- ¿quieres que siga leyendo? - preguntó Darien luego de separar sus labios unos cuanto centímetros

- Si - susurró ella al mismo tiempo que asentía. Luego él se apartó y volvió a fijar la mirada en el texto

- "Un guerrero matará a alguien de su propio bando y..."- su voz comenzó a quebrarse y Anna notó como la manzana de Adam subía y bajaba rápidamente en ese momento - "y... conocerá lo que es dolor..."Molly - una fina lágrima rodó por una de sus mejillas. Anna se la secó con su labio depositándole un tierno y cálido beso ahí

- "el guerrero más poderoso vencerá una vez, para darnos esperanza" - leyó Anna mientras secaba unas cuantas lagrimas de sus ojos, luego, levantó la mirada y vio a un confundido Darien - nos estas dando esperanza, aun podemos vencer, amor... eres el líder, el pilar de todo esto, y no importa que ahora llores, eso es normal, es parte de ser humano... y aun así eres fuerte. ¿Recuerdas que te dije que Molly te admiraba? Pues no es la única, yo te admiro, te he admirado desde antes de saber que eres hechicero, también tus alumnos de Julliar, eres una fuente de inspiración para ellos y tus seguidores del aquelarre también.

- No sé porque... les mentí a muchos - dijo él con desgano

- aún así... cuentan contigo, no te rindas, aun ahora que te irás al otro lado, no te rindas, allá arriba tendras que demostrar tu fortaleza

- no sé si vaya arriba... creo que mi lugar es allá a abajo - dijo Darien con la mirada fija en el libro

- yo sé que no, tú eres valiente, amor... valiente y justo y esas personas van arriba, no abajo

- Vaya - dijo él con una sonrisa melancólica - es curioso que digas eso, mira la siguiente línea

- "Los que parecían ser débiles, eran en realidad los más fuertes" - leyó Anna

- se refieren a ti y a nuestra hija

- no... ¿Por qué? - replicó ella sorprendida mientras fruncía el ceño y sonreía extrañada

- porque así es. Me has demostrado constantemente que has sido fuerte ante todo esto y estoy orgulloso de ti... de ambas, ustedes dos son los pilares más fuertes en mi vida.

- Darien...

- y siempre será así - le interrumpió él. Anna se sonrojó y luego, como una niña pequeña desvió la mirada

- ¡queda una más! - Dijo con una voz aguda, nerviosa por querer cambiar el tema - ¿la leo?

- Adelante - concedió él sonriendo

-"alguien cambiará su nombre en honor al caído"- Darien quedó confundido - he estado pensando - dijo ella - ¿qué te parece sí le ponemos Molly a nuestra hija?

- ¿qué? ¿Quieres rebautizar a nuestra pequeña? - Anna asintió repetidas veces mientras miraba a su novio de forma suplicante

- está bien... me gusta la idea. Adensa, estoy seguro que Molly se sentirá honrada al saber que su sobrina lleva su nombre - sonrió. Pero enseguida borró su sonrisa y una vez más el silencio se impuso por varios minuto.

Anna de pronto, se sintió mal, recordó lo caprichosa y optimada que se comportó el día que Molly murió, pensó que si tan sólo no hubiese insistido con lo de Joe, Darien hubiese ido en ayuda de la joven hechicera de inmediato, claro que no contaba con el verdadero motivo por el cual él se detuvo esa mañana, llegando tarde al llamado de Molly: Eliot. Sin embargo y aunque hubiese sabido, Anna seguiría sintiéndose culpable, pues creyó que la prioridad ahí era Joe y no el llamado de auxilio de la joven hechicera.

- Lo siento tanto... - dijo ella de pronto rompiendo el silencio - no debí haberte culpado - añadió entre llanto mientras abrazaba a Darien - te echaré de menos

- Siempre estaré contigo, amor... contigo y con Molly II- respondió él mirando a su hija dormida sobre la cama por sobre el hombro de Anna- no olvides hablarle de mi ¿sí?

- Nunca - dijo ella entre sollozos y lagrimas - le hablaré de ti todos los días de nuestras vidas- prometió. Darien secó las lágrimas de Anna frotando sus pulgares sobre las mejillas de ella cuando se separaron de aquel abrazo.

- escucha, mañana cuando despiertes, verás mi cuerpo a tu lado, pero sólo Jared estará ahí...

- lo sé - dijo ella

- hazme un favor... no lo mal trates ni lo rechaces, él no tuvo la culpa de esto, era parte de su naturaleza. Además, él te quiere, ya se humanizó y te ama, Anna... tanto como te amo yo

- pero yo no puedo amarlo

- lo sé, pero al menos se mas tolerante y amable con él, porque tal como una vez te lo prometí, él jamás te dejará sola, las cuidará a ambas- sonrió melancólicamente - ¿me lo promete, Anna? ¿Tratarás de llevarte bien con Jared? - Anna suspiró fuertemente cerrando los ojos

- te lo prometo

- te amo

- Yo te amo mas y siempre lo haré - replicó ella.

Se acostaron dejando a la bebé en medio. Ya que esa noche sería la última de Darien. Decidieron que lo mejor era, pasarlo como una verdadera familia hasta el final. Sin embargo, les costó quedarse dormidos. Ambos estaban mirándose uno frente al otro en forma fetal sobre la cama hasta que el efecto hipnótico de fijar sus ojos uno al otros, terminó por arrastrarlos a un profundo sueño.

Abrió los ojos de par en par, se incorporó sobre la cama en un sólo salto, tanto fue así que incluso Anna despertó tomando a la bebé en brazos de manera instintiva y asustada al ver como él se quedaba mirando un punto fijo con la respiración agitada por la conmoción de ese despertar tan violento.

- ¿qué ocurre? - quiso saber ella. Él volteó a mirarla girando su cabeza lentamente mientras la miraba con una extraña expresión de asombro, como sí sus ojos se salieran de sus cuencas de tan grande que los tenia. Abrió la boca para decir lo que quería pero de pronto sus palabras se atoraban en la garganta y su respiración comenzaba acelerarse cada vez más. Respiró hondo para intentar hablar de nuevo pero el aire le pesaba y le costaba cada vez más. Volvió a respirar, esperó que su respiración se pudiera regularizar paulatinamente hasta que por fin pudo calmarse de lo que parecía un extraño sueño o una pesadilla que no supo descifrar hasta que, una extraña intuición supo decirle lo que sucedía.

- ¿qué...? - insistió Anna asustada

- aún vive.

***

https://youtu.be/qnJm0HtNpGA

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