Capitulo 35 - Electricidad

Anna llegó al departamento sin saber sí sus amigos estaban en casa o no, ya eran casi las 21:00Hr pero ella simplemente decidió no avisarle a nadie de su regreso. No sabía como ellos pudiesen tomar el asunto de su repentina desaparición de casi dos semanas y sinceramente, no estaba por la labor de liderar con los regaños de Joe o los interrogatorios de una preocupada Payton.

Al parecer, no había nadie en el departamento, seguramente los chicos aún estaban en la escuela. Lo que no era raro en Julliard en un sábado por la noche, quizás había ensayos o cosas así ya que estaban en las finales del semestre. O quizás ellos estaban en alguna fiesta, pero de todas forma, a Anna eso le daba absolutamente lo mismo, de todos modos, ella quería estar sola un rato.

Se dirigió a su dormitorio a dejar sus cosas y luego corrió al baño porque sentía que su vejiga estaba a punto de estallar. Tras desocupar el baño para hacer sus necesidades y lavar sus manos; se apresuró a buscar algo de comer en la cocina, el largo viaje y el cambio de hora , la dejaron hambrienta, ansiosa... pero por sobre todo triste. Una vez más se sentía sola sin Darien a su lado, porque; si bien quería estar sola en ese momento, también deseaba estar con él, así que no vio mejor manera de llenar esa vacía soledad que comiendo lo que fuese que pudiese encontrar en el refrigerador, afortunadamente, éste estaba repleto, por lo que tomó todo lo que pudo, que fuese accesible para comer de inmediato, pues no tenía ganas de cocinar. Así que luego de tomar una pizza fría que calentó unos minutos en el micro hondas y unos nachos con queso para untar; se retiró a su dormitorio; dejó la bandeja de comida sobre la cama y se saca los zapatos pues sus pies estaban totalmente hinchados.

Luego de estar un rato sentada mirando tele y comiendo sobre su cama; quiso acostarse, así que sacó de su maleta revuelta de ropa sin doblar, su pijama favorito y tras ir al baño por enésima vez en ese rato, se lavó los dientes y se fue a la cama a dormir... pero no pudo hacerlo, su mente estaba totalmente plagada de los recuerdos de ella y Darien en California, aquella semana fue mágica para Anna y deseaba con todas sus ganas volverlo a ver... pero entonces recordó la noche de pación con ... Jared y aquello le hizo desistir de querer estar con Darien, no porque odiase a su novio, sino porque de verdad ya no se atrevía a mirarlo a los ojos, se sentía una mentirosa traicionera y no quería hacerlo sufrir así. Sus lágrimas comenzaron a correr sobre su sienes en medio de la oscuridad, luego de que apagó la luz y el televisor, realmente no hallaba la hora de verse tranquila, ella, Darien y su pequeña quien, aún ni nacía y ya estaba condenada a un extraño mundo, una extraña vida que si bien tenía su lado bueno, también tenía su lado oscuro y justamente era en ese lado a la que la condenaron a vivir.

Al cerrar los ojos intentó acurrucarse en los brazos de Morfeo, pero no estaba segura de poder dormir realmente, sus pensamientos la llevaban a un sin fin de recuerdos, dudas y pensamientos que la confundían.

Se vio caminando de pronto, en el bosque que alguna vez conoció, el bosque de Queens Giant. Sus pasos la llevaron a ese claro bordeado de arboles y flores silvestres.

— Yo he estado aquí — dijo con una voz queda mientras miraba a su alrededor

— Si — dijo de pronto una voz suave y masculina. Anna se giró sobre sus talones soltando un respingo y luego suspiró en un gesto de alivio — aquí fue qué descubriste que yo soy un hechicero — explicó caminando hacia ella; su aspecto y atuendo era la misma de aquella vez: cabello largo hasta un poco antes de los hombros, sin camiseta, su dorso desnudo con los tatuaje de las cuatro triad que representaban a los elementos de la tierra, un suave pantalón de tela blanca y pies descalzos

— ¿eres... Darien? — preguntó ella con inseguridad, a lo que él respondió en silencio con un asentimiento de cabeza — ¿ cómo puedo estar segura de eso? Jared me engañó, me hizo creer que era Darien...

— Porque yo estoy aquí — respondió alguien más a su espalda y ella volteó para encontrarse con la persona que respondió a su duda, un hombre idéntico a Darien en tanto a físico; mismas facciones, sus mismos ojos, pero otra mirada; más sombría y misteriosa. Su cabellera, a diferencia de Darien, era más corta en tonos amarillos y raíces castañas oscuras; si, definitivamente ese era el avatar que conoció

— ¿qué...? ¿Qué sucede? — Preguntó Anna, bastante confundida — ¿por qué están separados? Se supone que son uno solo — ninguno respondió y en silencio comenzaron avanzar lentamente hacia ella, llegando al punto de invadir su espacio personal totalmente por ambos lados: Darien por la izquierda y Jared por la derecha

— Anna... — susurró Darien en su oído — quédate conmigo

— No, quédate conmigo — intervino Jared susurrándole en el mismo tono en su otro oído

— quédate a mi lado, amor — insistió Daien

— quédate a mi lado — repitió el avatar.

Ambos comenzaron a repetir aquella frase dejando a Anna con una confusa encrucijada , miraba al hechicero y luego al avatar moviendo su cabeza de lado a lado a medida que éstos hablaban, preguntándose sí lo que estaba viviendo en ese instante era real o sólo pasaba en su enredada cabeza

— quédate conmigo

— ¡no, basta, basta los dos! — exclamó ella casi como sí estuviese rogando

— quédate a mi lado, Anna

— a mi lado... — ella retrocedía lentamente tapándose las orejas mientras negaba con la cabeza tratando de huir de ellos, pero entonces , Anna se dio cuenta de que , aquellos susurros insistentes se oían dentro de su mente como si esas dos palabras fuesen arrastradas con el viento en forma de eco

— ¡basta...! ¡Basta...! ¡Por favor! — pidió ella entre lagrimas cerrando los ojos y cayendo de rodillas al suelo al tiempo que se abrazaba así misma a la atura de su vientre.

Un extraño ruido, proveniente de la sala de estar, la despertó de golpe, fue entonces, que se dio cuenta de que todo eso, sólo había sido un perturbador sueño. Se incorporó y rápidamente salió de la cama para dirigirse a la salida de la habitación hasta encontrarse por el oscuro pasillo del departamento, pensó que seguramente eran sus amigos llegando a casa, pero de todas formas quiso asegurarse de ello, además; cuando vio en el radio reloj la hora que era antes de levantarse de su cama, pudo notar que aún era tempano para que ellos estuviesen de regreso.

— Da... ¿Darien? — dijo ella extrañada al ver a su novio parado en medio de la sala. Él caminó hacia ella hasta encontrarse frente a frente — ¿Darien? — repitió Anna con extrañeza

— hola, Anna — dijo él sonriéndole como sí nada

— ¿qué haces aquí? — preguntó ella firmemente, casi cortante — ¿Que acaso no te quedó claro mi decisión? Esto es lo mejo — Anna intentaba ser dura y determinante — vete, déjanos en paz — rogó con la voz temblorosa

— escucha, no importa lo que hallas decidido yo necesitaba verte ahora — dijo él acercándose aún más a ella, al punto de topara con aquel bulto materno, Anna retrocedió un poco y Darien la detuvo tomándola de la cintura con una mano y la otra la posó en el vientre

— Darien, por favor... — suplicó ella en un susurro

— shiii... dime, Anna ¿ya no me amas?

— claro que te amo, es por eso que hago esto , porque no quiero... — Darien interrumpió las palabras de su novio con un repentino beso

— yo también — dijo él tras separarse un poco de ella, para luego continuar besándola; aquel beso se intensificaba, se volvía aún mas fogoso, pero para Anna de pronto se convertía en algo muy extraño. Comenzó a sentir un hormigueo en sus labios, que muy pronto comenzaba a transformarse en algo más molesto, como si fuese una corriente eléctrica que recorría toda su garganta. De pronto un golpe de energía azotó contra su vientre lanzándola de manera brutal al otro lado de la sala, hacia atrás. En el trayecto se golpeó la espalda contra el respaldo del sillón y rodó un poco por el suelo cayendo finalmente de bruces.

— Yo también, Annabelle... — Darien hablaba de manera misteriosa — Pero me lo has arrebatado — Anna aterrada, se volteó con dificultad y vio como el rostro de Darien se crispaba en una expresión de odio preguntándose que le sucedía a su novio ¿ a qué se refería exactamente con eso de "me lo has   arrebatado"

— ¿qué? — se extrañó ella, Darien caminaba en su dirección con ambas manos levemente alzadas y Anna advirtió que en la punta de sus dedos, pequeñas luces azules echaban chispas cual cortocircuito

— siempre me lo has arrebatado todo, Anna y no te lo voy a permitir mas

— ¿que te    sucede, Darien? — preguntó Anna, aunque en el fondo presentía que ese, no era su Darien pero tampoco era Jared, pues sabía que el Avatar no tenía grandes poderes por sí solo

— ¿Que qué me pasa? Todo me pasa, me hartaste, Anna, tú y tu engendro han sido como una piedra en el zapato para mi

— Eso no es cierto... — murmuró ella

— ¿ah no? ¿Y qué te hace creer eso?

— ¿quién eres? — Darien se rió mientras se inclinaba junto a ella

— ¡mírame, Anna! ¿Quién crees quién soy? Soy yo... Darien, a quien tantos amas, ese a quien le has estorbado desde el principio, si no fuera por ti... sí no fuera por tu insistencia ahora yo estaría con alguien mejor que tú

— él nunca me diría algo así

— pues, te lo estoy diciendo ahora... no seas ingenua, yo jamás amaría a una simple y patética mortal, es tan estresante tener que salvar tu pellejo todo el tiempo, preferiría estar con alguien más fuerte y determinada

— pero... pero ¿qué hay de nuestra bebé?

— jamás seria el padre de un híbrido... ¿por qué lo hiciste, Anna? ¿Por qué te embarazaste, querías joderme, verdad? — Anna escuchaba todo aquello bastante anonada sin saber cómo responder a ello en realidad. Retrocedió arrastrándose sentada en el suelo hasta topar con la pared, en realidad se sentía extraña, acorralada y confundida, no entendía porque su novio decía esas sartas de barbaridades que en realidad nunca diría, ni siquiera de su propia hija

— Me hiciste esto para joderme — repitió — pero no te preocupes, Anna... yo lo resolveré — dijo sonriendo de lado con una expresó bastante maligna para ser Darien en realidad, sus ojos destellaban la misma malicia que tenía cuando vio torturar a Mia.

Se acercó más a ella y posando su mano en el vientre de Anna, Darien comenzó a lanzarle rayos eléctricos que muy pronto envolvía en su totalidad el cuerpo de la chica sacudiéndola violentamente en el suelo llevándola a la tortura — todos sabemos que Lee lo único que quiere es que tú no estés embarazada — dijo él

— ¿qué? ¡No, no por favor! — gritó Anna desgarradoramente al tiempo que se retorcía aún mas de dolor, la descarga eléctrica se incrementó con más fuerza pero en especial cargando toda su energía en el vientre materno. Entonces fue cuando ella comprendió que él en realidad quería matar a la bebé. Anna se preguntaba ¿ cuál era la razón que llevaba a Darien a querer matar a su propia hija no nata? ¿Acaso realmente se sentía traicionado por lo que sucedió con Jared? ¿es que acaso esta vez el no la perdonaría por no saber reconocer quien era quien?

— ... sólo así él podrá hacer su dichoso avatar de Anna — continuó el hechicero al tiempo que Anna gritaba de dolor y se retorcía como una anguila fuera del agua

— ¡por favor, basta te lo suplico! — Rogó ella — él se rió de forma maligna y sólo por eso descargó aún más su poder

— no, aun no... déjame ayudarle un poco más, él me lo va agradecerá — su voz de desquiciado y mirada desorbitada era irreconocible — ... después de todo fui su mejor asistente y siempre seré su mejor asistente

Anna no paraba de gritar de dolor, entre cortado pedía auxilio pero desafortunadamente nadie iba en su ayuda, ya lo daba todo por perdido, su respiración disminuía y no podía sentir más los movimientos de su bebé dentro de sí. De pronto, la puerta de la sala se abrió de par en par de manera estrepitosa y una lengüeta de fuego detuvo a Darien en un segundo; éste volteó a ver quien osó a interrumpir sus planes y sonrió de forma burlesca mientras cruzaba los brazos; era Tomo quien llegó dispuesto a enfrentar a esa amenaza que intentaba matar a Anna y no le importaba quien fuera, junto a él entraron a la casa también su esposa Vicky y su hermana Stephanie. Darien al verlos sonrió aún más.

— vaya... si son los hermanitos Philips — Tomo no rebatió aquel comentario, con un gesto de la mano señaló a Anna y le indicó a Vicky que la sacara de ese lugar

— Tranquila, tranquila... ya estamos aquí, ven conmigo — le dijo ella a Anna mientras le ayudaba a ponerse de pie. Tomo miró directamente a los ojos de Darien aún parado en su lugar y sonriendo de lado dijo, hablando por primera vez desde que llegó

— no finjas mas...Mia, deja ese ridículo disfraz — dijo Tomo al tiempo que Vicky y Anna estaban a punto de cruzar la puerta para salir, sin embargo al oír al pelinegro decir aquel nombre , la mortal volteó sorprendida, Darien comenzó a reír histéricamente y su voz se tornaba cada vez más aguda, muy pronto el rostro y cuerpo del hechicero comenzó a sufrir una espeluznante metamorfosis hasta aparecer una persona totalmente distinta, y efectivamente, Tomo tenía razón , esa era Mia, en apariencia y semejanza de Darien, utilizando una vez más su poder de camaleón

— ¿qué? Sólo era una broma ... debieron ver su rostro pidiéndole clemencia a Darien , fue tan divertido — Tomo puso los ojos en blanco en un gesto de fastidio y luego se dirigió a su esposa y Anna

— Váyanse, nosotros nos encargaremos desde aquí — indicó señalando a Stephanie, la menor de los Philips

— si— dijo Vicky — ten cuidado, le pidió a su esposo, luego tomó la mano de Anna — ven conmigo.

Horas después, Anna se encontraba en una pequeña, pero acogedora casa de madera en medio del bosque, Vicky le estaba preparando la habitación de alojados para que pudiese descansar, pero luego de lo ocurrido, ella no estaba dispuesta a pegar un solo ojo esa noche

— te hará bien dormir un poco, sí necesitas algo, sólo dinos — ofreció con amabilidad Vicky al tiempo que acomodaba la almohada sobre la cama recién hecha

— ¿ cómo está...? mmmm... ¿cómo está Tomo? — preguntó Anna bastante preocupada

— está bien, volvió a casa con un par de rasguño en su ojo derecho, pero no es nada grabe

— ¿segura?

— sí, segura, tranquila, todo estará bien... intenta dormir — sugirió Vicky, Anna suspiró y se mordió el labio inferior

— ¿cómo me encontraron? — quiso saber ella, Vicky le sonrió y guardó un breve silencio antes de responder

— Tomo recibió una llamada de Darien esta mañana ... — se encogió de hombros — supongo que presintió el peligro y le pidió a él que te cuidara — tras decir eso se dirigió a la salida pero Anna la detuvo llamándola por su nombre

— ¿sí?

— gracias... a los tres... habría muerto sí no fuese por ustedes

— sólo hacemos lo que es correcto— dijo Vicky dedicándole una sonrisa que trasmitía tranquilidad. Diciendo eso, ella se marchó y Anna finalmente se acostó a dormir, pero en realidad no podía cerrar los ojos, cada vez que lo hacía, veía el rostro de Darien con esa expresión desquiciada mientras la torturaba y aquello no la dejó en paz en toda la noche.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top