Capitulo 30 - Te amo y te odio II
Jared se la quedó mirando por unos segundos, como si la estuviese analizando. No se movía mucho, simplemente barría con su mirada de arriba abajo detallando cada rincón de aquel cuerpo femenino delgado y abultado en su parte frontal a la altura del vientre.
Se puso de pie y caminó unos pasos hasta ponerse frente a Anna mientras continuaba observándola con un gesto reflexivo colocando una mano en su mentón y la otra cruzada a la altura de su pecho. Anna por su parte hizo lo propio, lo observaba con miedo y a su vez curiosidad. Detallaba en esa criatura. Su rostro inexpresivo, quien la observaba como sí la analizara con escáner, su mirada casi vacía era fría, su postura al pararse frente a ella. Era increíble para la joven mortal que aquel hombre era la viva imagen de su novio, pero no era él o tal vez si, Anna no podía explicarse lo que realmente veía, porque no entendía con exactitud lo que realmente veía frente suyo: sí el alter- ego de Darien o un estado psicótico que lo obligaba actuar diferente. Sin embargo, era algo que escapaba de su comprensión; porque sacando rápidas conclusiones, se dio cuenta, que en un mundo normal, por muy psicótica que fuese una persona, no le cambiaría el color de sus ojos, al cambiar de personalidad
— ¿que...que...que eres? — preguntó Anna con la voz temblorosa, rompiendo así ese momentáneo y extenso silencio ; en las que sólo se miraban y se hacían miles de preguntas sin respuestas que sólo quedaban en las mente de cada uno.
Jared sonrió complacido, era una sonrisa diferente a la que Anna acostumbraba a ver en ese rostro. Ésa era una sonrisa misteriosa juguetona y oscura; no era una sonrisa cálida, dulce ni que se reflejara en los ojos de él. Y sí bien Anna le temía, la curiosidad era más fuerte que el temor mismo. Ella lentamente se puso de pie y se le acercó a tal distancia, que pese a la diferencia de estatura; sus narices rozaban entre sí. Sosteniéndose la mirada uno al otro, Anna intentó buscar algún vestigio de Darien dentro de esos grandes ojos tan negro como la noche; pero para su desdicha, no logró encontrar nada.
Definitivamente comprendió, que aquel imponente y bello cuerpo masculino albergaba en su interior a dos seres diferentes; los cuales a su parecer, eran difíciles de distinguir. Porque que sí bien Darien solía ser tan frio como Jared, incluso antes de que ella se enterara del asunto de la magia y hechiceros. La joven mortal sabía perfectamente que en las ocasiones en las que ambos estaban asolas, Darien podía ser una persona divertida y cálida que incluso, reflejaba dicha calidez en su tierna sonrisa sí él se lo proponía. También lo notaba en su forma de seducirla cuando hacían el amor y en el brillo de sus ojos al mirarla a ella.
Pero en aquel momento la única señal que podía distinguir entre Darien y Jared, era el color de sus ojos. En cambió en ese momento, sólo veía a un tipo indiferente con actitud analista y la postura notoriamente erguida, definitivamente ese no era su Darien y desesperadamente ella lo quería de vuelta.
Pero no perdía la esperanza, desesperadamente quería encontrar a su novio, regresarlo a lo que era antes. Posó sus manos sobre las mejillas del avatar y acarició esas venita bajo sus ojos, cómos sí de esa forma las pudiese borrar, por supuesto que aquella característica física, si bien era de ambos (tanto de Darien como de Jared) se acentuaban mas cuando el hechicero estaba alterado o el avatar estaba hambriento y ansioso.
Jared cerró los ojos por unos segundos al sentir esas caricias, era reconfortante para él sentir el tacto de esa chica contra su propia piel, por un instante se sintió más humano, olvidado por momento cual era su intención real en esa habitación; pero al abrir los ojos y al encontrarse con esa castaña mirada repleta de curiosidad y tristeza; él quería seguir sintiéndola, quería que ella no se detuviera sin embargo, su objetivo era claro y conciso. No se podía permitir ninguna clase de distracción y Anna lo estaba distrayendo tanto, que no lograba recordar porque se mostró ante ella en primer lugar. De pronto sintió que aquella cercanía era peligrosa en muchos sentidos. Él podía sentir su calor emanando de ese femenino cuerpo, su fuerte y arrolladora energía, su alma pura y completa. Realmente la necesitaba o se debilitaría. La distancia era casi inexistente entre ambos cuerpos, los labios de ella rozaban los del avatar , su respiración se agitaba; y es que Anna desesperada haría lo que fuese necesario por recuperar a Darien, sin saber cuánto arriesgaría en el intento.
— ¿qué haces, Anna? — Quiso saber él susurrándole al tiempo que miraba esos rojos y finos labios femeninos que moría por probar — sabes que no soy Darien —añadió
— lo sé — respondió ella en el mismo tono — pero lo quiero de vuelta — añadió. Y diciendo eso, la iniciativa se hizo presente uniéndolos en un beso potencialmente nocivo. Anna , comenzó a besarlos lentamente, como sí pidiera permiso, primero un corto beso fugas que complementaron con una breve miradas cómplices ,luego otro, esta vez, más largo . Jared al principio no respondió a ningún estimulo fisión o emocional, se debatía internamente que podría dañarla si continuaba con eso. Sin embargo, no pudo aguantar más, él debía con urgencia reponerse de esa debilidad física que lo tenía sediento y hambriento. Asique, sabiendo aprovechar la situación , muy pronto el Avatar respondió a ese beso convirtiéndolo en algo más profundo y lascivo, sabiendo que de esa forma él podía absorberle la energía a Anna sin que ella se diera cuenta, pues ya había aprendido a controlar el dolor físico que tanto sus víctimas como él solían sentir al principio. La estrechó contra él abrazándola con fuerza, enseguida la alzó por las caderas y al tomarla en brazo, ambos cayeron sobre la cama, ella quedando acostada de espalda y él sobre Anna enjaulándola entre su cuerpo y el colchón . De ese modo, si Anna se sentía agotada (e inevitablemente eso sí pasaría) ella no sabría que la razón de ello era, que en realidad Jared le robaba energía
— « ¡Detente!» — intervino Darien
— « ¿por qué? ¿Estás celoso? — se burló Jared sin dejar de besarla como sí no hubiese un mañana
— « ¡no, la matarás, detente ya mismo!»
— « No puedo, su energía es adictiva» — responde Jared aún besando a Anna y dejándola cada vez mas débil
— « ¿y así le demuestras amor? ¿Dañándola? No hagas que me arrepientas de haberte hecho hacer esa promesa»
Jared se dirigió al cuello de la chica rodando sus labios en éste, podía sentir la sangre bombear en la yugular, pero él no tenía intenciones de alimentarse así con ella; sin embargo, desencadenó una lujuriosa frenesís en el Avatar que no lo graba controlar del todo bien.
Sus manos se ocuparon de acariciar su piel bajo la blusa, Anna gemía con suavidad al sentir el contacto de esas manos en sus sensibles pezones de futura madre. Jared se dirigirse a la clavícula, besó sus hombro, los cuales primero mordisqueó levemente, para finalizar depositando un último , corto pero intenso beso en sus labios. Ella, tenía los ojos cerrados y apena respiraba.
— Anna — llamó él golpeando suavemente la mejilla de la chica con su palma, ella entre abrió sus ojos y sonriendo apenas y emitiendo tan sólo un susurro dijo:
—tus ojos... ¿eres Darien ahora?
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