Capitulo 10.
Tras desarmar el abrazo, Annabell posó su mano en la mejilla de N°30 y besó sus labios manchados de sangre seca, él intentó actuar natural, pero le era difícil hacerlo cuando sentía tan bella y fuerte vibración en ese beso que le incitaba a beber de ella, sin embargo ya estaba satisfecho, la energía de la chica Alexiz y la sangre de Paul lo dejaron tan satisfecho que estaba seguro que no necesitaba más alimento al menos hasta dentro de un par de días mas
— ¡Dios, estas herido! — exclamó con preocupación Anna
— No es nada — respondió N°30 mirándola a los ojos. Anna notó poca calidez en su mirada y eso la hizo sentir incomoda
— ¿no es nada? ¿Y toda esa sangre? Si hasta parece que mataste a alguien — espetó Joe entre broma sarcástica y seriedad, N° 30 no respondió , éste sólo lo fulminó con la mirada y la tención era tan palpable que se podía cortar.
— Darien ya está aquí — terció Peyton. Enseguida miró a Joe con severidad — debemos irnos ahora
— Sí, será mejor que se vayan, chicos, deben madrugar mañana — dijo Anna sonriendo mientras abrazaba a N° 30 una vez más — gracias por venir a verme, aprecio mucho su preocupación
— De acuerdo, adiós... llámame si necesitas algo — dijo Joe un poco mas resignado
— Adiós, amiga — dijo Peyton abrazando a Anna— me alegro volver a verte, Darien— N° 30 no respondió mas sólo hizo un seco movimiento de cabeza sin expresión en su rostro
Una vez que sus amigos se marcharon, Anna cerró la puerta tras de sí y acercándose lentamente a N°30 lo envolvió en sus brazos desde la cintura apoyando su cabeza en el pecho de él, entre tanto éste le devolvía el abrazo con timidez; como si no tuviese la confianza para responder aquel gesto desconocido de forma natural.
— ¿tienes hambre, quieres comer algo? — le ofreció ella sin desarmar el abrazo
— Sí... a ti — masculló N° 30
— ¿Qué? — dijo ella extrañada al no entender muy bien lo que él dijo
— Nada... comí algo en el camino — respondió el Avatar con una tierna pero falsa sonrisa
Anna se empinó sobre la punta de sus pies y besó los fríos y sucios labios sangrientos de su novio. N°30 al recibir aquel gesto intentó seguir el juego, pero de pronto, ya no estaba fingiendo nada, él realmente la estaba besando, la besaba con ganas, con pación como sí se tratara del verdadero Darien teniendo a su novia entre sus brazos luego de un emotivo reencuentro. No entendía que le pasaba, ni siquiera el mismo Avatar sentía que era él mismo. Anna se separó de él y al ver sus ojos sonrrió pues aquel brillo en sus pupilas se habían vuelto a encender, era la mirada que Darien le daba cuando expresaba su máximo amor hacia ella, cuando estaban solos y no tenia que aguardar las apariencias frente a otras personas.
— He vuelto, Anna — dijo él
— Lo sé, amor... sabía que volverías — dijo ella entrelazando sus dedos
— Jamás te dejaré — añadió. Ella lo abrazó y él le devolvió aquel abrazo con más ganas
— Darien, debo ir a buscar un botiquín para limpiarte — dijo ella entre sus brazos
— No, no quiero soltarte— dijo N° 30 apretándola mas a su cuerpo — temo que no me quede mucho tiempo
— ¿de qué hablas, Darien, ya estás aquí ... ya estás aquí y jamás me dejaras, jamás nos dejaras — Anna actuó con naturalidad ante esas palabras, pero en sus fueros internos le inquietaba ¿que habrá querido decir Darien con eso de que no le quedaba mucho tiempo?
— Ven — dijo ella tomándolo de la mano — vamos a tomar una ducha los dos juntos— su sonrisa de pronto se tornó entre ternura y picardía. N°30 la siguió sonriéndole, la idea de bañarse los dos juntos era una idea muy tentadora, porque tendría a Anna para él solo y nada podría impedir que hiciera lo que se le plazca con su potencial nueva victima . sin embargo era extraño, por un lado deseaba tomar su alma, pero por el otro deseaba estar con ella por más tiempo, arrullarla en sus brazos y hacerle el amor, sin embargo sabia que aquel pensamiento, aquel sentimiento le era ajeno y no entendía porque se sentía así él no debía sentir nada por nadie, pues los Avatares carecen de sentimientos. No, definitivamente él no era N° 30 o al menos, no se sentía como tal, se desconocía así mismo.
El alma de Anna era digna de ser absorbida, como la de aquella chica del bosque, pero N° 30 debía aguantar las ganas de tomarla y fingir ser Darien... al menos, hasta que su creador le diese la orden, dado que ella estaba embarazada y hacer un avatar de ella estando en cinta no tendría buenos resultados, Lee ya lo había intentado antes y el avatar de la chica embarazada en aquel momento, ni siquiera logró nacer, el feto dentro del vientre de la mujer se alimentó del Avatar atreves del cordón umbilical que unía a la madre con el Avatar , así que, literalmente, dicho bebé se devoró al futuro Avatar sin siquiera haber nacido.
Pero Lee no se daba por vencido y estaba barajando dos posibilidades: una, hacer que N° 30 se deshaga del bebé no nato, o dos... esperar a que esa " repugnante" criatura nazca, a Lee eso le daba absolutamente lo mismo mientras pudiese hacer un avatar de Anna, su nueva obsesión.
N°30 se acercó a ella observándola a escasos centímetros de él mientras ella lentamente se quitaba la ropa sin quitarle los ojos de encima a su novio , enseguida acarició su mejilla; y N°30 cerró los ojos por un segundo al sentir su energía rozándole la piel deseaba con ganas hacerla suya de una manera lujuriosa y al mismo tiempo golosa, la gula por probarla, se apoderaba de él lentamente.
Ahora ambos terminaban de desvestirse unos al otro. Enseguida, se metieron a la tina sentados uno frente al otro y acariciándose mutuamente mientras se humedecían la piel con el agua tibia que los reconformaba, N° 30 abrazó a Anna entrelazando sus cuerpo como dos serpientes en apareamiento y se quedó así por un buen rato.
No dejaba de pensar en las ordenes de Lee , no podía creer que su misión en la vida era ser un desalmado sin escrúpulos depredador. Debía obedecer sin importar qué; y ahí estaba, mientras abrazaba a Anna y le acariciaba la piel besándole el cuello y los hombros, tenia aquel debate interno de matar al bebé de Anna o dejarlo vivir hasta que naciese
— « Si los tocas... yo mismo te mataré» — dijo una voz dentro de su mente
— « ¿estás seguro que puedes hacerlo?»— respondió el mentalmente
— « Se que los avatares también pueden morir»— respondió aquella voz.
Pasando los días N°30 seguía observando a Anna, de una forma fría e inmutable de vez en cuando, lo que a Anna le molestaba y entristecía, le recordaba de pronto a Julie quien también después de haberse ido por unos días se volvió una persona totalmente diferente, pero a esta la ignoraba pues después de ese comportamiento tan extraño simplemente decidió no tratarla tan seguido. Sin embargo el comportamiento de quien creía que era Darien, le dolía, la mayoría de las veces él era frió y distante y sólo unas pocas veces se comportaba como el Darien que siempre conoció
— Te echo de menos — dijo ella entre sueños mientras lloraba entre pesadillas una noche en la que se fueron a dormir temprano, últimamente, gracias al embarazo, Anna se volvía mas sensible y emocional e incluso se sentía sola pese a estar con Darien a su lado. N°30 estaba acostado a su lado, pero ella le daba la espalda por lo que él estaba en forma fetal detrás de Anna; al escucharla la abrazó de la cintura y en silencio pudo escuchar en su mente
— «Yo también te extraño, Anna... pero siempre estaré aquí para ti.»
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