Capítulo 5

—¡Buenas noches, París! —saludé a todos, hablé en francés, ya que creí que era lo mejor; mejor que hablar solo en inglés, lo hice porque sabía francés—, ¿cómo están? Espero que estén pasando una noche maravillosa y que estén disfrutando del espectáculo. Ya me conocen y voy a cantar una canción que, aunque se estrenó en navidad, siempre será especial para mí. Quiero que disfruten de esta canción que habla sobre apreciar los momentos simples y la felicidad que se encuentra en las tradiciones familiares. ¡Un aplauso, por favor!

Si bien la multitud no se volvió loca, sí recibí muchísimos aplausos, la banda comenzó a tocar dicha canción tan emotiva de la que hablé al iniciar mi espectáculo y yo comencé a cantar. Empecé a cantar y cuando terminé el inicio de la canción, se encendió una pantalla detrás de mí proyectando el video musical oficial de la cantante norteamericana que escribió la canción. Comenzaron a aplaudir y a gritar, de esta forma me animé y también me inspiró a seguir cantando con más entusiasmo.

En algún punto de la primera canción, decidí invitar a Lezley, Ryck y Logan a subir al escenario conmigo. Ellos aceptaron y comenzaron a bailar (o al menos lo intentaron; se movían y brincaban alegremente para animarme mientras cantaba). Sin embargo, evité abrazar a Logan durante mucho tiempo y no permití que me diera un solo beso en ningún momento, ya que sabía que eso no sería bien visto. Cuando terminé de cantar, simplemente miré emocionado al público por mi grandiosa actuación.

La gente estaba cantando y gritando mi nombre, era justo lo que yo necesitaba; escuchar a la gente gritar mi nombre mientras cantaban mis canciones. Tal vez esa no era mi canción, pero era algo que yo estaba cantando y eso era mucho más que suficiente.

—¿Qué tal está todo el mundo? ¿Se están divirtiendo? —miré a la multitud enloquecida—. cantaré otra canción que habla sobre mí y sobre que soy igual al resto de ustedes, gente; yo también soy un simple mortal que se equivoca, tiene miedo e inseguridades; pero quiero que me traten como si fuera uno más de entre la multitud, gracias. ¡Prepárense!

En ese momento la banda estaba confundida, ya que no tenían noticias de que iba a cantar la canción que acababa de mencionar, fue bastante complicado porque ni yo sabía lo que iba a cantar, pero the show must go on. Al parecer nadie les hizo llegar el memo (ni siquiera yo), pero no importó porque ya teníamos todo preparado para cantar, solo buscaron las partituras y ya. Yo comencé a cantar.

Mis amigos, y mi novio, volvieron a subir para hacerme una pequeña ayuda en la canción; en la pantalla que había tras de mí, decidieron poner el video musical de la canción, en el cual había partes de la serie; porque fue una canción que salió en una serie, y se veía a la misma artista en concierto; en realidad la canción hablaba sobre ser una persona común y corriente; ser alguien normal a pesar de ser una semi celebridad importante.

Desde el audífono que tenía en mi oreja escuché que David me hablaba para decirme que ya no hablara en francés, que hablara en mi idioma original.

—Bueno, aunque yo sé que la canción no se puede confundir con ser alguien común como todos ustedes lo son; realmente yo solo quería que supieran eso, lo que pasa es que yo ya tengo el valor de cantar frente a ustedes; pero solo quería que supieran que, incluso aunque esté aquí arriba parado en frente de ustedes, no soy tan diferente que el resto de personas en el mundo; también me equivoco y cometo errores como cualquiera, elegí esa canción porque es el mensaje que yo quería transmitirles; los amo —les expliqué porque podría malinterpretarse lo que estaba cantando—. Seguiré cantando para ustedes, claro que si me lo permiten —el pequeño recinto donde estaba cantando, se llenó de muchos aplausos y muchas muestras de cariño; me mandaban muchos besos y tomaban muchas fotos.

Anuncié que iba a cantar una canción que hablaba sobre haber superado una ruptura amorosa (más específico, de una relación de años y años), una mala elección si considerábamos que estaba en una relación con Logan y que se suponía que estábamos «bien».

Aunque yo no tenía por qué darle explicaciones a Logan, o sea, salvo porque era mi novio, pero de igual forma no tendría por qué darle explicaciones de lo que estaba cantando.

Cuando canté esta canción todos en el público levantaron sus celulares con la linterna del flash, algunos amigos hasta se abrazaron (porque comenzaron a llorar), muchos dijeron que canté con muchísimas ganas y con un gran pesar, muchos otros dijeron que tenía un gran sentimiento al cantar y que por eso lloraron.

Pues sí, sí cantaba con sentimiento, tanto que hasta yo comencé a llorar. Otra mala elección.

A través del auricular que tenía en mi oreja pude escuchar que David me decía que dejara de llorar y que me concentrara, que mejor subiera a alguna persona del público al escenario.

Elegí a un chico del público, y en cuanto estuvo más cerca de mí, sentí que lo conocía. Algo en él me resultaba jodidamente familiar. El chico estaba llorando mucho, al parecer era porque la canción le había llegado al corazón o pasaba por una situación familiar, que había perdido a alguien que amaba o algo así.

—Hola, ¿cómo te llamas? —apenas escuché lo que decía ya que estaba balbuceando muchísimo. Solo escuché que dijo que la canción le encantaba y que la canté con muchísimo sentimiento, que cantaba hermoso—. Gracias, aunque sigues sin decirme tu nombre.

—Basta de lloriqueos —se aclaró la garganta, ¡su voz! Al hablar pude sentir que lo conocía, pero no podía recordar en dónde lo había visto—. Solo te quiero decir que te conozco, te he visto en varios conciertos a los que abriste el show. El último concierto en el que te vi fue aquí en París, te vi con Taylor Swift. Cantaste asombroso, por cierto. Soy tu fan.

¿Mi fan? Guau, me sentí muy bien porque tenía un fan, bueno, another one. No podía olvidarme de mi «fan #1», claro que no.

Did I? —estaba estupefacto por lo que me había confesado, además de mi grandioso performance, ¡que era mi fan! Y esa era la parte que más me gustaba—. Are you my fan?

Oui —me contestó en francés, lo cual se me hacía justo porque yo le pregunté en inglés, pero siguió hablándome en español haciéndome un par de comentarios sobre mí y mi presentación—. Y te lo puedo demostrar.

—Adelante.

—Louis Gerald Train Brown, tienes unos diecinueve años, estudiabas en la escuela preparatoria Apple White, fuiste a Juilliard un año; pero la abandonaste para concentrarte en tu música y te encontraron en la misma un productor musical, ahí en la discográfica conociste a David Smith; quien es tu agente/manager y ahora abres los shows de artistas como Taylor Swift, Selena Gomez, etc., shall I continue? —¡carajo! ¿Cómo sabía tanto sobre mí?

—¿Cómo sabes tantos detalles de mi vida privada? —escuché que David me dijo que dejara de perder el tiempo.

—¿Será porque tienes un sitio en Wikipedia? Yo creo que debe ser eso —¡oh, por Dios, no lo creí! ¿Así que tenía un sitio en Wikipedia?—. Aquí, mira —me mostró su teléfono con el sitio de Wikipedia, ahí estaban muchos de mis datos sobre mi vida «privada»; (ya no tan privada, por eso las comillas), y eso me resultaba jodidamente extraño y muy bueno.

—¿Ya nos conocíamos? —justamente antes de que el chico me respondiera, David me pidió que ya me despidiera de él; porque ya necesitaba dejar de perder el tiempo y que mejor me dedicara a cantar como un ángel, justo como siempre—. Pues, ¿sabes qué? Ya se nos acabó el tiempo, ahora tengo que despedirme de ti y lo siento muchísimo.

—¿Sabes qué? No importa, le estamos quitando mucho tiempo a la gente que vino a verte cantar como un ángel. Tienes razón, es mejor que me vaya. Gracias —le di un cálido abrazo, incluso juré que podía reconocer el aroma de su perfume, tal vez se fue y jamás pude saber de dónde es que lo conocía—. Recuerda que yo soy tu fan; yo soy tu mayor fan en el mundo, el mejor Trainer que puede haber y el fundador de tu club de fans en Estados Unidos. Por si te sirve de algo —nunca me di a la tarea de buscar si era cierto lo que me decía o no. Yo confié en él; pero había algo en él que me recordaba a alguien, ya lo había visto y ya habíamos compartido un par de diálogos antes. Juraba que no lo recordaba. Pero la verdadera pregunta era ¿dónde lo había visto o en dónde había hablado con él?

Continué con mi show, el cual estuvo muy entretenido considerando que yo pensaba que no habría mucho presupuesto. Pero sí lo hubo, incluso salieron un par de fuegos artificiales y lanzaron un par de serpentinas, más humo artificial. Dios, mi show fue perfecto.

Pero claro que dos cositas lo podían arruinar por completo: David y Logan; no, sí era en serio. David me fue a buscar abajo del escenario cuando terminé y me quiso abrazar y besarme como «felicitación» por mi asombroso trabajo. También caminamos juntos directo a mi camerino. Claro que no me dejé.

—¿Por qué no me dejas darte ni un abrazo? —David no podía aceptar un «no» como respuesta—. Quiero decir, no te voy a matar, golpear o a raptar.

—Porque conozco tus intenciones y sé que quieres besarme —puse mis ojos en blanco tras ver su mirada de confusión—. Sé que no solo me vas a dar un «abrazo de campeones», vas a intentar besarme sin mi consentimiento.

—Pero ¿qué comes… —sabía lo que iba a decir— que te equivocas?, yo jamás podría hacer algo como eso. Mucho menos a ti.

Me tomó por sorpresa, creí que diría, literalmente, «¿qué comes que adivinas?», así como le dijo Úrsula a Ariel en la película de La Sirenita cuando Ariel va con ella a cambiar su voz por un par de piernas. En el doblaje latino le decía algo así. Vi la película en tres idiomas; español latino, inglés y francés. Sí, me sentía casi exactamente igual. Llegamos al camerino y empezamos a platicar ahí.

David hizo un comentario acerca de lo equivocado que yo estaba respecto a lo que él iba a hacerme, estaba tan cansado de todo esto.

—¿Y será así por las dos siguientes semanas? —David sonrió—. Quiero decir: ¿sólo canto lo que canté hoy y ya?

—No —mierda—, no vuelvas a cantar la canción sobre que eres una persona normal como todas las que están contigo, porque no eres normal, ¡eres una superestrella!; nadie tenía la menor idea de que la ibas a cantar. No vuelvas a agregar canciones sin mi consentimiento, por favor y gracias.

—¿Quieres decir que no puedo cantar lo que yo quiera? Pensé que te había contratado para que me dejaras hacer lo que yo quisiera y que no me exploten demasiado; al parecer, yo creo que creí mal —comenzaba a molestarme.

—Sí, aunque cantar la canción sobre la ruptura, Dios: fue una buena idea de parte tuya, quiero decir, el público enloqueció cuando cantaste esa canción y hasta alumbraban el recinto con los flashes de sus celulares.

—Ya, está bien, no lo volveré a hacer: te prometo que no volveré a desafiarte.

—Eso me parece sumamente perfecto, gracias.

—¿Y qué pasa si te desobedezco y te desafío, eh? —quería ver hasta dónde era capaz David.

—Tu problema si ya no quieres presentarte y/o grabar tu disco debut, lo siento —David se encogió de hombros—. No me hagas ser el malo aquí, mi niño.

—No me digas así —casi grito—, ¿me oíste?

—Fuerte y claro…, mi amor —con una sonrisa pícara, musitó lo suficientemente bajo para que no lo escuchara, pero lo escuché.

—Así tampoco —lo enfrenté—. Para ser más exactos: de ninguna forma que nos comprometa a ambos, por favor.

—Está bien, señor amargado —David puso los ojos en blanco y resopló.

—Ni ofensivo, no me llames de ninguna forma ni cariñosa ni ofensiva —me abrí camino y lo dejé con la palabra en la boca, pasé por delante de él y lo ignoré por completo. Salí de mi camerino en la búsqueda de Logan, pero no me fue tan bien como yo lo esperaba.

Llegué al hotel y golpeé la puerta de la habitación de Logan, pero no me abrió la puerta de inmediato; ni siquiera se dignó a aparecerse en la puerta. Hasta que llegó Lezley y me ayudó a golpear la puerta de la habitación de Logan.

—¡Logan Queen Davidson, abre la maldita puerta! —Lezley estaba gritando—. Tu novio está aquí afuera de la habitación y, déjame recordarte, también es mi habitación.

Se escuchaba una canción dentro de la habitación. Era una canción muy significativa que hablaba sobre riesgos en el amor, una metáfora sobre la vida y la muerte. Esa canción era muy triste, sabía que algo andaba mal. Muy mal, de hecho.

—¿Qué quieres, Lezley? —Logan habló desde el otro lado de la puerta con la voz bastante cortada—. Contigo puedo hablar. Con Louis no.

—¿Qué le hiciste? —Lezley susurró.

Le expliqué que yo creía que se sentía mal por haber cantado la canción sobre una ruptura amorosa que estaba superando (que ya había superado), o al menos que eso era lo que yo creía. Logan tenía la canción en bucle y estaba cantando a todo pulmón.

—O sea que hay problemas en el paraíso…, ¿no es así? —terminé de explicarle con esa frase.

—¿Sabes qué, Logan? Necesito entrar por unas cosas que olvidé dentro y tengo que buscarlas —Lezley le dijo que yo ya no estaba y Logan estaba a punto de ceder para abrir la puerta—. Ocúltate, por favor. No te puede ver.

—¿Segura que se fue, Lezley? —sí, Logan ya iba a abrir la puerta. Quitó el seguro de la habitación, estaba casi seguro que iba a abrir. Hice un ademán de abrir la puerta, pero Lezley me negó con la cabeza y con la mano.

—Sí, claro. Ya sabes cómo es, se hizo el ofendido; la víctima, y se fue —en ese momento, sonó mi celular, haciendo un gran ruido y jodiendo mis planes por completo—. Mierda, ponlo en silencio o apágalo —susurró bastante bajó, pero Logan la escuchó, Logan se soltó a reír a carcajadas.

—¡Qué graciosos son! —volvió a poner el seguro de la habitación—. No, no quiero hablar con él en este momento, ¿sabes qué? No quiero hablar con él y punto; nunca.

—¿Es en serio, Logan? —grité por fuera de su habitación—. ¿No me vas a dejar explicarte?

—¿Explicarme qué, Louis? —Logan sonaba bastante dramático—. ¿Que estabas coqueteando con David? ¿Que la canción que cantaste, esa sobre estar superando una ruptura, fue una despedida para mí?

—Te dije —le susurré a Lezley, de forma muy baja—. Está loco o algo.

—Se escucha todo lo que están diciendo desde aquí dentro, ¿eh? —Logan me escuchó puse los ojos en blanco—. Así como también sé que pusiste los ojos en blanco, Gerald —¿cómo mierda supo eso?

—Está bien, su problema, chicos. Pero solo diré que necesito entrar a dormir y algún día, o en algún momento, necesitarás salir de ahí y dejarme entrar —Lezley me hizo una señal para que me quede con ella y cuando ella pase, yo también entraría a la habitación de Logan.

—Las cosas no son como tú crees que son, Logan —hablé un poco más tranquilo; de nuevo, ese era yo, rogándole un poco de su amor—. Todo es un malentendido, por favor, habla conmigo.

—No, ya dije que voy a abrir la puerta hasta que tú te largues y solo así dejaré entrar a Lezley —¡qué terco era, Dios mío!

—¿Eso es lo que quieres, realmente, Logan? —Lezley le pregunto a Logan con una voz bastante decepcionada.

—Su respuesta es todo, decidirá muchas cosas —le susurré a Lezley.

—Sí —después de unos minutos de angustia, Logan respondió con una voz muy callada.

Después de que Lezley le dijo, literalmente, «ok, como quieras, es tu relación, no la mía», nos fuimos a mi habitación. En mi habitación solo había una cama, por lo tanto, Lezley no podía quedarse. O tal vez sí, lo único que tenía que hacer era que yo durmiera en el piso.

—Claro que no dormirás en el piso, ni lo sueñes, Gerald —Lezley negó después de que yo le dijera mi plan—. Además de que necesito ir por mi pijama, ir por mis cosas para mi ritual de belleza antes de dormir; cremas y todo eso. Tu habitación es individual mientras que la nuestra es con dos camas.

Yo solo asentí con la cabeza, esperaba que todo eso terminara, Lezley tal vez tenía razón. No podía ocultarse de mí para siempre, tal vez solo necesitaba darle tiempo al tiempo, yo podría esperar a verlo. Aunque sea solo a verlo. Sin darme cuenta, me quedé dormido y el sonido de la puerta cerrarse después de que Lezley saliera, me hizo despertarme. La seguí con muchísimo cuidado de no hacer ruido para que no se diera cuenta de que yo iba justo atrás de ella. Golpeó la puerta de Logan y después de decir que iba sola, sin mí, que por favor la dejara pasar, Logan lo dudó un poco; pero al final la dejó pasar. Yo estaba en el corredor cuando Logan abrió la puerta y me vio, así como sabía que yo lo vi a él. Los dos soltamos un suspiro, me quedé petrificado en donde estaba de pie, no sabía si debía acercarme o no a hablar con él, dudaba mucho si lo hacía o no. No lo hice, y no debí hacerlo porque Logan cerró la puerta de su habitación y solo escuché que reía junto a Lezley.

Al fin estaba riendo, después de tanto sin escuchar su risa y su dulce voz, tuve que admitir que yo me sentía culpable por su culpa. «Me hiciste culpable cuando estuve frágil», era una frase de alguna canción que en ese momento recordé. ¿Debía seguir sintiéndome culpable por un error Iba subiendo a mi habitación; donde estábamos David, Lezley Logan, Ryck y yo, cuando me encontré a David, de nuevo.

-¿A dónde vas, Louis? -preguntó David con mucha energía-. Mejor dicho: ¿de dónde vienes?

Al recordar que vi a Logan muy triste, me volví a sentir culpable y tenía muchas ganas de llorar.

—Fui a dar la vuelta —resoplé por un largo rato—. Nada grave, lo juro. Tampoco es algo del otro mundo.

—Te vez muy mal para no ser nada grave o algo del otro mundo —David me había descubierto—. Ya, en serio: tell me what's going on! Recuerda que sé cuando me mientes.

—Había olvidado ese pequeño gran detalle; el cual me parece un poco obsesivo de tu parte —comencé a hablar—. Tanta es tu obsesión conmigo que te memorizas todos mis movimientos y lo que hago y dejo de hacer.

—Mucho cuidado con lo que dices, Gerald, por favor —David me advirtió.

—¿O qué? ¿Me borrarás del mapa? ¿Ya nunca volveré a presentarme y quedaré olvidado para siempre? Para empezar, ¿es algo que podrías hacer? —cada vez subía más el tono de mi voz.

—No, no soy un psicópata…

—Sociópata —lo corregí y lo llamé así debido a una serie que había visto hacía no mucho tiempo atrás—. Así, idéntico, al de la serie de una plataforma de Streaming que acaba de estrenarse hace no mucho tiempo.

—¿Crees que soy como el loco ese? —sí, David sabía acerca de quién estaba hablando.

—Hmmm, no, no lo creo —vi su sonrisa; tan deslumbrante como siempre, que decía «gracias a Dios»—. ¡El problema es que sí lo eres!

—¿Disculpa? —no te ibas a librar de esto tan fácil, David Smith.

—Eres como ese sociópata, punto; aunque tengo que admitir que los sociópatas son tan sexys, en serio —¿qué estaba haciendo? ¿Por qué lo estaba haciendo?

—Entonces ¿quieres decir que soy sexy, eh? —David estaba seduciéndome y se acercó mucho a mí, yo me quedé petrificado.

—No dije que tú, David —lo miré a los ojos con una mirada inquisitiva.

—No, pero lo pensaste, si dices que todos los sociópatas son sexys, y a mí me consideras sociópata; por regla de tres, soy sexy.

—Mierda —fue lo único que pude responder.

—Ey, ese lenguaje, honey —David me reprendió—. No seas tan igualado conmigo, por favor.

—¿O qué? —lo reté, David solo se acercó a mí con la intención de besarme, yo solo caminé un paso hacia atrás para intentar alejarme de él, lo cual fue inútil, solo comenzó a reír—. No te iba a besar, eres tan predecible; pero no lo haré, aunque sé que ya no tengo competencia porque sé que ya no estás con Logan.

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