Capítulo 10
Me acerqué a David, quizá me arrepentiría de eso, pero en esos momentos no me importaba nada más que estar con él. Tomé la decisión de elegirlo a él por encima de Logan, no me importaba si lo elegía a él por el hecho de que me quitó mi virginidad y sentía que se lo debía; nada me importaba ya. Solo quería estar con él.
Me acerqué a él, lo tomé por los hombros y le di un beso, un beso muy grande y yo sentía que esos besos eran especiales, que te decían que estarías a salvo con la persona que te lo estaba dando; estaba enamorado, sin darme cuenta.
—¿Eso por qué fue? —David me preguntó apenas nos separamos nuestros labios el uno del otro—, ¿estás bien, Louis?
No supe si contestarle con la verdad o si decirle que estaba empezando a sentirme demasiado ebrio.
—Estoy empezando a sentirme un poco ebrio, David —opté por la segunda opción, mala jugada e intenté imitar la voz de un ebrio, pero no pude hacerlo.
—No has tomado nada y no tienes sabor a alcohol, no soy tan idiota —al momento que comenzó a reír, pude darme cuenta de mi mala jugada, no era la mejor idea que se me había ocurrido. Lo admito, Dylan estaba detrás mío (muriéndose de la risa), no pudo evitarlo, la verdad es que sí quedé como estúpido.
—Ya, no estoy ebrio —hablé desmesuradamente—. ¿Eso querías que dijera? —esto último casi se lo grité, David solo se acercó a mí, me devolvió el beso y se lo respondí. me enamoré del hombre al que estaba besando.
—¿Y eso por qué fue? —ahora fue ni turno de preguntar qué estaba pasando realmente entre nosotros.
—Porque me encantas —hundió su cabeza en mi pecho al momento de decir esto último.
—Do you really like me? —le pregunté en inglés, sólo me esperaba una respuesta en inglés o en español.
—Yes, Oui, Sí —David me siguió viendo como un loco enamorado—. En cualquier idioma te diré que sí.
—¿Desde cuándo? Cuéntame, ¿cómo fue que te enamoraste de mí y, sobre todo, por qué? —David me contó que desde la primera vez que me vio en una presentación. Fue a mi examen en Juilliard (una presentación de teatro musical), él estaba como cazarecompensas; él eligió ir por una razón que no me podía decir y fue ahí fue que sintió un flechazo por mí, sabía que estaba mal porque yo era un niño de dieciocho años de edad, y hasta yo sabía que estaba mal; pero que intentó olvidarlo y por un tiempo logró superarme.
Es solo que él decía que me veía tan hermoso y perfecto cantando y siendo feliz, que no pudo siquiera superar mi sonrisa. Por alguna razón me sentía muy emocionado por mí mismo, también me dijo que se sentía mal por presionarme a darle un beso, que sabía que yo no merecía esa especie de presión de su parte, solo le respondí que no pasaba nada y que no se preocupara por ello. Yo empezaba a sentir algo por él también, aunque pudiera ser muy pronto, pero básicamente me sentía enamorado de David.
David solo puso una enorme sonrisa de oreja a oreja y saltó de felicidad para abrazarme y darme un beso grande en mis mejillas.
—Eres el chico más hermoso con el que he trabajado y al fin tengo la oportunidad de estar contigo —me volvió a dar un abrazo fuerte.
—Aún no estamos juntos —ni por decir esto, dejó de sonreír, Dylan estaba con una mirada seria cuando dije eso. Había olvidado al pobre Dylan—. Perdón por arruinar el momento.
—No importa que lo arruines, créeme, estoy tan feliz que nada ni nadie podría arruinarlo.
—Let's celebrate! —por fin habló Dylan mientras destapaba una botella de cerveza muy costosa—, sí, sigo aquí, chicos.
—Lo sé y te lo agradezco —le solté un abrazo muy grande por haber hablado conmigo y hacerme ver que ya no quería estar con Logan; solo estaba con él por inercia—. Y muchas gracias por tus consejos; me sirvieron de mucho, Dylan, en serio: ¡muchas gracias! —procuraba que David no hubiera escuchado ni una sola palabra de lo que decía.
Dylan, David y yo empezamos a beber; primero bebimos cerveza, solo para empezar. Cuando se acabó la cerveza, Dylan sacó una botella de vodka de su mochila, le pregunté que más traía en su mochila; se limitó a responder que llevaba Whiskey irlandés y Champaña también. Supe que esa noche iba a terminar mal.
Nos encerramos los 3 en el baño a fumar unos cigarrillos (cortesía de David), sabía que Lezley y Ryck me matarían si se enteraran lo que estoy haciendo y, sobre todo, ¡con quién lo estaba haciendo y con quién no (David y Logan, respectivamente)! Pero ellos no tenían por qué enterarse, como dice el dicho: «ojos que no ven, corazón que no siente». Y sí, ese dicho tenía razón. Por todo lo que conllevaba, además de que yo me estaba comportando como una maldita bruja por hacerle eso a mi novio (ni siquiera tuve la decencia de haber roto con él).
Seguíamos encerrados dentro del baño en mi habitación, ya no solo estábamos fumando si no que también estábamos bebiendo lo que nos restaba de alcohol. Solo escuchábamos música a un volumen considerablemente bajo.
—¿Quieren terminarse todo el alcohol, chicos? —Dylan ya estaba demasiado ebrio, apenas y podía hablar, pero arrastraba las palabras.
—¡Sí, carajo, sí! —David habló muy fuerte, para fortuna de todos, los huéspedes no nos escucharon y, evidentemente, no nos pidieron que nos guardáramos.
—No sabía que dijeras groserías en presencia mía, David —confesé, porque lo que dijo, yo lo consideraba como una palabra altisonante, originalmente de México, aunque también se usaban mucho en España.
David me confesó que Dylan le enseñó algunas palabras de uso grosero (groserías) para tener más conocimiento de otras culturas, según él. Cuando nos acabamos el alcohol, nos dimos cuenta de que estábamos muy ebrios; vomitando y diciendo mil estupideces. David y yo compartimos mil besos y abrazos, estando ebrios. Por alguna razón me sentía mucho mejor que como me sentía estando con Logan. David me pidió que llamara a Logan, obviamente me negué a hacerlo, ya que no sabía qué iba a decirle si estaba muy ebrio y confundido. Dylan se sentía tan mal que tuvimos que mandarlo a dormir unas tres veces, pero este se negó a cooperar.
—¡Estoy bien! —alzó la voz, no supe nunca por qué alguien no llegaba a callarnos, supongo que fue lo mejor porque pudieron habernos arrestado por estar bebiendo en un hotel, no importaba que fuéramos famosos, por lo menos yo—. Estoy bien, no me den nada de alcohol ya.
Dejamos a Dylan solo en el baño, nunca nos percatamos si llevaba consigo más alcohol para beber él solo, a mí solo me importaba estar con David y nada más.
—Quiero estar contigo —le susurré a David mientras me abrazaba por la cintura y estábamos bailando una canción lenta: The Reason; cortesía mía—. No me sueltes, por favor.
—Yo también quisiera estar contigo —me confesó la verdad, ya habíamos parado de bailar y estábamos acostados en mi cama; el uno junto al otro—. Pero no puedo.
—¿Eso qué quiere decir?
—Estando contigo aquí en tu cama, solo me hace sentir una cosa.
—¿Qué es? Dímelo —hablé con firmeza y con un poco de presión en mi voz y él comenzó a cantar el inicio del coro de una canción de Taylor Swift; así como esperaba que yo siguiera cantando la parte de la canción de Taylor que seguía.
—22!!!! —y pues sí lo hice, ya que canté lo más afinado que pude; tratando de no desentonar, aunque solo fuera una palabra.
—Cantas tan hermoso —al decir esto, le agradecí, pero puso su dedo índice derecho en mis labios para impedirme hablar—. Bailas tan hermoso, seguramente también actúas hermoso, eres muy hermoso y el hecho de que me permitas estar aquí contigo me convierte en la persona más afortunada del planeta entero —por alguna razón, eso se sintió tan bien en mí y me hizo sentir como la persona más afortunada de todo el planeta Tierra entero. ¿Por qué? Porque empezaba a sentirme como me sentía con Logan: ¡enamorado!
Logan, Logan, Logan…, su nombre estuvo dando vueltas en mi mente, y no supe por qué. ¡Logan! Dios mío, por fin pude recordar por qué su nombre estaba en miente dando vueltas sin parar, no podía ser posible que estuviera pensando eso.
—Creo que tengo que hacerle una llamada a Logan —David puso cara de frustración mientras aún tenía su brazo por encima de mis hombros, no me soltó en ningún momento, ni siquiera cuando mencioné el nombre de Logan.
—Arruinaste el momento, pero da igual. Llámalo, si eso es realmente lo que quieres, y pon en claro tus sentimientos hacia él y hacia mí, Louis Gerald —mientras levantaba mi cabeza para que él quitara su brazo, me dio un tierno beso en las frente antes de soltarme por completo—. Aunque, me queda claro ahora: ¡no sientes nada por Logan!
—Tal vez tengas razón, pero necesito decírselo —me levanté de la cama donde estábamos acostados y de repente me llegó otro pensamiento a la cabeza—. ¡Ay, Dios mío! ¿Qué pasó con Dylan?
David y yo nos fuimos directamente la habitación de Dylan a buscarlo; pero no lo encontramos, solo nos encontramos con vómito en el retrete y a sus alrededores. Me dio tanto asco, pero no pude vomitar porque necesitaba estar ocupado en buscar a Dylan. Era imposible que se hubiera marchado sin que David y yo lo viéramos irse salir de la habitación.
—Es imposible que se haya ido —David me leyó el pensamiento, ¡qué miedo!—. No lo vimos salir de su habitación y tuvimos que haberlo visto salir.
—Como diría vieja canción que recuerdo en este momento: tell me something I don't know! —casi grité esto último.
-¿Eso es lo que decía la canción? —nos estábamos distrayendo del problema principal, que era encontrar a Dylan.
—¿¡Eso qué mierda importa?! Necesitamos encontrar a Dylan: ¡ahora!
Después de que casi grité, nos salimos en la búsqueda de Dylan, quien no debía de estar tan lejos, aunque si algo le pasaba: sería culpa mía y de David. Comenzaba a preocuparme por él, porque estuviera bien, necesitaba saber que Dylan estuviera a salvo.
—¡Lo tengo! —David chasqueó un dedo al momento de decir esto—. No revisamos en la bañera, quizá se haya caído ahí dormido.
—Por favor no digas que se cayó, eso hace que me preocupe más por él ya que pudo haberse golpeado la cabeza y caer muerto, David —hablé con mucha presión y ansiedad en mi voz, tenía tanto miedo; era tanta mi preocupación—. Además, no lo escuchamos roncar, sé que cuando estás ebrio y te duermes, roncas mucho con el alcohol en tu sangre.
—Las reacciones de los efectos del alcohol no son iguales para todos, amor —David tenía razón cuando mencionó que cada cuerpo era diferente, pero yo no quería creerlo—. Puede que no esté roncando.
—Solo vamos al baño a buscar a Dylan y vámonos de aquí, por favor —sentí que mis piernas ya no tenían la fuerza para mantenerme de pie, pero poco me importó porque lo más importante era encontrar a Dylan—. Espero que se encuentre bien.
David y yo fuimos al baño a buscar a Dylan, gritamos su nombre, era un baño un poco grande, considerando el precio de la noche en el hotel en el que estábamos hospedados. David dijo un comentario acerca de que había un desastre muy grande en el baño por toda la basura, el vómito y el olor a putrefacción. También me dijo que yo iba a limpiar todo el desastre. Sí, ¿cómo no? Ni siquiera fue mi idea, eso había sido idea de Dylan y David; ir a mi habitación para embriagarse mientras fumábamos un par de cigarrillos.
¿Será David mi futuro esposo? ¿Tendré la «fortuna» de casarme con él? (dije fortuna entre comillas porque no estaba seguro si casarme con él sería algo bueno).
Sería bastante interesante saber si nosotros dos nos casaríamos, o qué pensaba David acerca del matrimonio.
—Guapo, venimos a buscar a Dylan y no está por ningún lado —comenté después de quedarnos platicando un rato acerca de todo el desorden que había dentro del baño de la habitación del hotel donde estábamos hospedados.
—Tienes razón, y me llamaste «guapo». Dios, creo que te amo —David volvió a sonreír como idiota.
—Stop! Tenemos que concentrarnos; yo y mi bocota, Dios mío —golpeé mi cara con la palma de mi mano—. Ya no te volveré a decir de ninguna forma cariñosa.
—¿Hasta que encontremos a Dylan?
—¿Tal vez «nunca»? —lo miré directamente a los ojos.
—¿Se acabó la pasión entre nosotros dos, Louis Gerald? —se quiso acercar a mí y al acercarse, di un paso hacia atrás.
—No —susurré.
—Tenemos que encontrar a Dylan primero para que eso pase, ¿verdad? —David estaba tan loco por mí que no le importaba Dylan en absoluto.
—Sí —me acerqué a darle un pequeño besito en la mejilla—, ahora abre la maldita cortina que da el acceso a la maldita tina de baño para darnos cuenta de si está o no Dylan ahí dormido, tirado en su propio vómito.
—Parfait! —David se acercó a la tina de baño separada por una cortina—. Abriré esta maldita cortina y verás que Dylan está ahí, dormido y tirado en su propio vómito.
—Adelante —lo incité a abrir la cortina de la tina—. Hazlo —seguía retándolo para que le abriera porque lo veía muy asustado de querer abrirla.
—Sí lo haré —respondió la pregunta explícita que yo mismo formulé en mi mente—. Pero estoy tan asustado como tú.
—A un lado, yo lo haré —me acerqué, empujé un poco a David (quien casi resbala por toda la suciedad del piso); para abrirme paso y abrir la cortina—. Oh, por Dios, ¡no es cierto! —casi grité al ver que no había nadie ahí, pero si había una mancha de sangre en la tina.
—No me digas que…
—¡No está! —grité, interrumpiéndolo abruptamente—. ¡No está y hay una mancha de sangre en la bañera!
—Ya veo… —me molestó un poco lo que David estaba diciendo y lo que estaba a punto de decir, aunque nunca supe con exactitud lo que iba a decir.
—¡¿Quieres poner un poco más de seriedad en esto, David, por el amor de Dios?! ¡Dylan no está! —esta vez sí grité muy fuerte, cielos, ¿por qué nadie había llegado a callarnos la boca?—. No sabemos a dónde se fue Dylan o dónde mierda podría estar.
David miró por encima de mi hombro y abrió la boca, y los ojos como platos, en una expresión de sorpresa; una enorme preocupación.
—Creo que sé dónde puede estar —señaló la ventana, la cual no vimos antes que estaba abierta.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top