|•Dos•|


NARRA HAILEE:
Fue un momento en el que no aguantaba más y la adrenalina pasaba por todo mi cuerpo, mi mano ya no hacía caricias inocentes, sí no que comencé a acariciar su entrepierna y dar pequeños golpes a su clítoris estimulandola.

Su rostro fue un poema, no olvidaría como rodó sus ojos y como el profesor logró ver esa acción porque se puso
blanca como la nieve y rápidamente nos acomodamos en nuestros asientos.

Cuando el señor Mark llegó hasta nuestro lugar todo era como si nada hubiera pasado. Nos dió una mirada como si nos investigara y siguió con la clase. Solté un suspiro y dí un apretón al muslo de Tn. No me quedaría con
la ganas.

HAILEE:
Es nuestro momento.

Me susurró Hailee al oído cuando la clase se quedó vacía. Pedí a mi mejor amiga que cuidara la puerta mientras nosotras terminamos lo que habíamos empezado.

Se montó en mi regazo y ella sin que se lo pidiera comenzó a quitarme la camiseta presionando mis pechos en su cara.

HAILEE:
Tn..

Dijo en mi oído de una forma tan sexy que provoqué que aclarara mi garganta.

Ella desabrochó los botones de su camisa del uniforme dejándome ver sus pechos, a lo que ella desabrochó y a la vez quitándome el sostén, comenzando a repartir besos en éstos y dejando un par de marcas. Ella pasaba sus uñas por mi espalda mientras jadeaba. Rápidamente bajo el cierre de mi falda viendo mi humilde tanga el cual había comenzado a incomodar y Hailee empezó a quitarme la falda y consigo el tanga.

La chica se movía tan delicioso que provocaba la deseara cada vez más. No me importaba para nada que fuera mi niñera, la deseo tanto, es la primera vez que sentía algo así por una chica después de la separación con mi ex, Madeleine Pestch.

Hailee dió un sentón brusco sobre mi intimidad ocasionando mojarme y a su vez ahogando nuestros gemidos en un beso apasionado.

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