Capítulo 19


-¡Suéltame!- La voz me resultaba extrañamente familiar, aunque todavía la notaba distorsionada por el agua en mis oídos -¡Te dije que me sueltes! ¡Orangután de cuarta! ¡Si no me sueltas ya verás lo que te sucederá!- La voz se escuchaba ya mucho más nítida.

No, no podía ser. Un orangután entró al recinto cargando como un saco de papas a Anna, quién inútilmente intentaba defenderse golpeando la espalda del mandril.

Tensando todo su cuerpo, Jason se incorporó. Sus puños se cerraron fuertemente, causando que sus nudillos se pusieran blancos por la presión que estaba ejerciendo, claramente, para controlarse y no saltar sobre el individuo.

Suspirando, Gregorio miró a mi chica con molestia, la sangre se me heló en las venas, la orden estaba por ser dada pero una voz se alzó en el silencio que causaban los gritos de mi ratoncita.

-Padre, por favor, dile que la suelte- Suplicó Maronni hijo.

Un asentimiento de cabeza fue todo lo que se necesitó para que el simio posara delicadamente a Anna en el suelo; girándola en el aire y pegando la espalda de la escapista a su pecho al bajarla por su cuerpo, manteniendo por más tiempo del necesario, a mí parecer, las manos sobre su cintura con la escusa de brindarle mayor estabilidad.

A juzgar por la tensión en la mandíbula de la montaña de esteroides, no fui al único al que la acción le pareció excesiva. Williams se alejo un paso del cuerpo de su secuestrador, volteó y le propinó un pisotón con toda su fuerza. Luego encaró a mis captores acomodando su cabello detrás de su espalda de un solo movimiento. Alguien está con el diva mode on...

Maronni padre se cruzó de brazos, escaneándola de arriba a bajo, intentando descifrarla. Su hijo, por otro lado, trataba inútilmente disimular una sonrisa de orgullo ante la cara de dolor de su subordinado. Anna estaba sumergida en una guerra de miradas con el mayor, ignorando mi deplorable presencia. Un nuevo movimiento del mafioso y todo el mundo desapareció, dejándonos a los cuatro completamente solos en el edificio.

-¿Se puede saber qué crees que estás haciendo aquí, Tacia?- Bufó Gregorio.

¿Tacia? ¿Qué está pasando aquí?

-Mi nombre es Anna- Afirmó la castaña fulminando al hombre con la mirada.

-¡Tu nombre es Anastacia!- Gritó el Italiano.

-¡Mi nombre es Anna! ¡Cómo sea! No vine a discutir sobre mi nombre- Cedió la nerd rodando los ojos –Necesito hablar con mi padre.

-No es posible en este momento Tacia- Si bien su voz sonaba suave y dulce, Maronni estaba nervioso –Sería prudente que te fueras de aquí ahora mismo, este no es un lugar para ti. Prometo que tu padre irá a verte a tu casa luego ¿sí?

-¡No! ¡Necesito saber! ¿Fueron ustedes?- La voz se le quebró, yo los odié, no por lo que me hicieron, después de todo yo me lo había buscado, sino por ponerla en ese estado de fragilidad.

-No sé de lo que hablas Tacia- Mientras Gregorio lucía realmente confundido, Jason me miró de reojo fugazmente ¿estaría preguntando por mí?

El imperceptible movimiento de su mejor amigo no pasó desapercibido para la señorita de los ojos marrones, cuyo rostro se desfiguró con terror al verme tirado en el piso cubierto en sangre.

-¿Qué significa esto?- Bramó Houdini, extendiendo su mano hacia mi lado para dar énfasis a sus palabras. Entornó sus ojos, acuchillando mentalmente al castaño, quien abría y cerraba la boca como pez fuera del agua. Al no recibir por respuesta algo más que algunos incomprensibles balbuceos, giró su cuerpo hacia el jefe de la organización.

-Te dije que te fueras de aquí Tacia, no tienes por qué ser testigo de esto, es sólo un miembro de Las Serpientes, uno de sus mejores asesinos de hecho, que rompió la tregua que tengo con Viper, su líder- Anna o Tacia o como sea que se llame, quien se había comenzado a acercar a mi posición se detuvo en seco. Dejándose caer de rodillas en completo shock -¿Por qué estás aquí?

-No importa, podemos hablarlo luego. ¿Qué fue lo que hizo?- Preguntó con un hilo de voz sin dirigirme la mirada.

-No es necesario que lo sepas Tacia- Se apresuró a contestar Jason, pronunciando su apodo con una mueca de disculpa. Anna ignoró a la mole y levantó una ceja en dirección al hombre, sobre su hombro, instándolo a continuar.

-Hace algunas semanas golpeó a Jason- Ante el gesto de incredulidad de la castaña, él decidió explicarse un poco más –No puedo permitir que nadie toque a mi familia.

-Un asesino de Las Serpientes- Ella asentía lentamente intentando procesar la información.

Por primera vez en la tarde sus ojos se cruzaron con los míos, la decepción era visible en ellos, no era necesario ser un especialista. Una pequeña lágrima se escapó de su control y negó rompiendo el contacto visual.

Unos segundos después, mordió su labio inferior haciéndome desear ser yo quien realizara esa acción. ¿De verdad? Fuimos secuestrados, torturados, desenmascarados ¿y tú pensando en morderle el labio? La falta de oxigeno te afectó más de lo que creía.

Reconocí ese brillo en su mirada apenas lo vi. Ese brillo que aparece cuando se le ocurre algún plan o decide hacer alguna travesura. Normalmente significa problemas...

Limpió disimuladamente con el dorso de su mano los restos de la lágrima rebelde y se puso de pie, manteniéndose de espaldas a los dos hombres, cuadró sus hombros y levantó el mentón. Me dedicó una media sonrisa triste y alejando todo rastro de sentimientos se colocó de costado recargándose en una pared cercana con los brazos cruzados, así podría vernos a los tres sin perder ningún detalle.

-¿Entonces, lo estás torturando por ser una Serpiente? ¿O por haber golpeado a tu hijo?- Escupió con asco la última pregunta.

-Anna, por favor, deja que nosotros nos encarguemos de esto, son cosas de negocios- Rogó Jason. Nunca lo había visto actuar de una manera tan insegura frente a nadie.

-¡Tú, te callas! ¡Nadie te preguntó!- Señaló a su amigo -¡Y tú! Sigo esperando que me respondas...- Golpeteó el suelo con la punta de su pie generando un ruido rítmico de espera.

-No puedo permitir que nadie haga nada contra mi familia Tacia, me verían como alguien débil si no hago absolutamente nada- Se excusó.

No entiendo sinceramente por qué estos hombres la tratan tan delicadamente, normalmente no le darían explicaciones a absolutamente nadie.

-¿Al menos sabes por qué lo golpeó? Digo, alguna razón debe tener, nadie se acerca a otra persona y lo golpea porque sí ¿No?- Inclinó la cabeza en un gesto inocente luciendo confundida –¿Tu adorado hijo te ha informado el porqué del golpe?- Alzó una ceja en dirección a un muy incomodo intento de Hulk, escondiendo una sonrisa de superioridad que sus ojos no pudieron ocultar del todo. -¡Vamos Jason! Ahora sí te estoy pidiendo que hables- Lo apuró.

-Bueno... Yo... Él...- Balbuceó el interrogado.

-Por suerte, yo sí sé lo que sucedió- Esbozó, ella, una sonrisa tierna, de esas que dan los niños pequeños para evitar que los regañen.

-¿Cómo que tú sabes lo que sucedió? ¿Tú estabas ahí? Creo que es mejor que lo hablemos en privado...- Agregó Maronni padre.

-¿Qué diferencia hay? Igualmente lo vas a matar. ¿No?- Se encogió de hombros restándole importancia a la situación mi ratoncita- Sí, estaba ahí. Fue en una carrera clandestina- Sonrió con suficiencia al ver la cara de horror de los dos hombres –Decidí que quería ir a divertirme un rato y me tomé un taxi hasta la zona, tomé un par de cervezas- Relató, disfrutando las palabras acariciar su lengua –Me puse muy ebria- Alargó la u en muy para darle dramatismo a la situación. Su sonrisa se ensanchaba cada vez más –Y me encontré con tu hijo, que estaba en la misma o peor situación que yo- Bajó la voz para que pareciera que le estaba contando un secreto, Gregorio automáticamente miró a su hijo con desaprobación –Jason quería sacarme de ahí, decía que no era un lugar para mí y bla, bla, bla; quería llevarme a mi casa... en su camioneta... en su estado. Yo me rehusé, no quería que tuviéramos un accidente- Intentó sonar sarcásticamente preocupada llevándose una mano al pecho –Tu hijo, intentó llevarme por la fuerza a una muerte segura, incluso me dejó un moretón en el brazo; y el malvado asesino, al que golpearon brutalmente, me defendió, me llevó a su casa, me cedió su cama para que durmiera cómoda, él durmió en el sillón- Aclaró levantando las manos en son de paz ante la mirada fulminante de ambos trogloditas –Y al otro día me llevó a la universidad.

Durante todo el relato de la situación la nerd se mantuvo en calma, completamente fría. Destilaba confianza por cada uno de sus poros, sus brazos permanecían cómodamente cruzados y su barbilla orgullosamente en alto.

Al finalizar, parpadeó repetidamente, emulando una inocencia que nada tenía que ver con su sonrisa socarrona. Los dos rostros masculinos se encontraban completamente rojos, uno de vergüenza, el otro de rabia.

-¡Tú y yo tendremos una charla!- Señaló a su hijo, quien pasó saliva de forma audible –Igualmente Tacia, eso no cambia nada, él lo golpeó.

-¡Por cuidarme! Ponte en su lugar por un segundo. ¿Sí?- Se pasó la mano por su cabello frustrada mientras comenzaba a pasearse lentamente de un lado al otro, como un gato enjaulado –¡O mejor piénsalo de este modo! Si a tu hija alguien, con la reputación de tu hijo, la estuviera forzando a entrar en un coche ¿no querrías que alguien la defienda? ¿Qué alguien evite que la dañen?

-Pero no es lo mismo Tacia, no era esa la situación, Jason jamás te haría daño, por cierto, no podría decir lo mismo de ti- Se burló.

-¡Pero Riley no lo sabía! Es más no se enteró que Jason fue mi mejor amigo de la infancia hasta después de que nos secuestraran- Me defendió.

-¡¿Te secuestraron?!- La interrumpió.

-Nos secuestraron- Remarcó la palabras nos –A Riley y a mí, hace algunos días. Pero, como te estaba diciendo, según su perspectiva tu hijo intentaba violarme, seamos honestos, Jason sabes que te amo con todo mi corazoncito, pero ¿cuántas veces tuvo tu padre que pagar por el silencio de alguna chica que no estaba del todo convencida de querer acostarse contigo?- La montaña de esteroides desvió la mirada apenado.

¡¿Lo ama con todo su corazoncito?! Mi chica acaba de destrozarme el mío.

No pude evitar notar el dejo de resentimiento al pronunciar las palabras "tu hijo" o "tu padre" y preguntarme a qué se debería.

-¿Cómo es que yo no me enteré de este secuestro?- Insistió Maronni padre.

-Pensé que tu satélite te informaría- Williams se encogió de hombros restándole importancia.

-¡No lo llames así! Jason, en verdad, hablaremos muy seriamente luego- Lo fulminó con tono cansado –Tacia, entiendo porque lo defiendes, pero no puedo permitir que golpeen a mi hijo.

-Pero sí puedes permitir que lastimen a tu hija ¿No? Después de todo, no es como si fuera alguien que realmente te importe. ¿Verdad, papá?- El reproche invadía cada una de sus palabras, retándolo a contradecirlas.

¡¿Papá?! ¿Qué diablos está sucediendo aquí? Seguimos alucinando por la hipoxia?

Las lágrimas cayeron sin control por las mejillas de mi ratoncita. En un acto reflejo Gregorio acortó algunos pasos estirando una mano para intentar limpiar con sus dedos el dolor que le causó a su propia hija. Mano que quedó en el aire al Anna alejarse la misma cantidad de pasos que él avanzó.

-Tacia, cariño, sabes que no es así- Habló suavemente, dejando caer su mano.

-¡No te acerques a mí! Siempre es igual, a Jason no pueden ni mirarlo mal. ¿Y a mí? A mí pueden sujetarme, zarandearme, gritarme, humillarme y no te importa- Sus palabras salían entrecortadas entre sollozos -¿Qué no es así? ¿En serio? Porque desde mi punto de vista es exactamente así, a tu hijito le dan un solo golpe y torturas al pobre bastardo, a mi me rescatan de un posible abuso ¿Y tu qué haces? ¡Torturas al pobre bastardo!- Gritó exasperada –Parece qué, que alguien me respete, es una especie de crimen.

-¿Qué quieres que haga para arreglar esto?- Inquirió con ternura.

-Sabes lo que quiero, pero ninguno de los dos lo hará, lo tengo claro, no abandonaste todo esto cuando mi madre te lo pidió, no lo harás ahora porque yo te lo pida- Sorbió tratando calmarse –Pero si quieres hacer algo bien por primera vez en tu vida, puedes comenzar por dejarlo libre- Zanjó segura, fría.

¿Será una actuación más?

-No puedo hacer eso, menos ahora que sabe quien eres, si alguien más se enterara podría ponerte en un grave riesgo- Negó el hombre.

-No dirá nada, puedo asegurártelo, sé donde vive, luego le paso la información a Jason, si siquiera piensa en abrir la boca estoy segura que no le importará meterle una bala entre medio de los ojos. Además, no haría nada que pudiera lastimarme- Negoció con maestría –En todo caso, no es como si tuvieras otra opción... Sería una lastima que la policía recibiera información anónima sobre tus negocios...

-¿Estás amenazándome, jovencita?- Sonrió orgulloso.

-Sólo advirtiéndote- Movió su mano restándole importancia.

-¡Está bien! Puedes conservarlo, pero recuerda que será tu responsabilidad, no quiero que cause problemas, y deberás alimentarlo y pasearlo para que haga sus necesidades- Se burló. La risa de Anna se impregnó en el lugar.

¡Está mujer es bipolar!

O una muy buena actriz

Bruscamente, la escapista, tomó las llaves de las esposas que su amigo le tendía, dirigiéndole a éste, una mirada cargada de rabia y suficiencia. Haciendo gala de su madurez le sacó la lengua bizqueando los ojos. Había ganado. Caminó hasta mi posición, con su ayuda logré sentarme, y mientras se concentraba en desatarme levantó la mirada hacia su padre.

-Entonces...- Carraspeó Williams para llamar su atención –Un chico me salva de un idiota, ni hablar de una posible violación ¿y luego de golpearlo brutalmente solamente me dices que me lo lleve?- Levantó una ceja arrogantemente.

-¡Gracias por defenderla!- Gruñó Gregorio a regañadientes. Asentí, aún me costaba manejar mi cuerpo.

-¿Y...?- Lo instó a continuar.

¿Y... qué?- Contraatacó Maronni padre iniciando una guerra de miradas, ella unió ambas cejas y entrecerró los ojos para lucir amenazante –Lo siento- Murmuró rompiendo el contacto visual y cruzando sus brazos. Parecía un niño pequeño siendo regañado por algo a su parecer injusto.

Apreté suavemente la mano de Anna. Si ella se lo proponía estaba seguro que podría conseguir lo que quisiera de ambos hombres, pero no quería que los llevara tan al límite en un momento tan delicado. Me miró y me dedicó una reconfortante sonrisa, provocando que el tiempo se detenga a nuestro alrededor.

Aunque no lo pareciera esa chica era la criptonita de la familia Maronni, y sin buscarlo la mía también.

Me ayudó a ponerme de pie, y salí de ese maldito lugar recargándome en los hombros de mi Nerd Perfecta.


Nota de la Autora

*Sale con un cachorrito y un gatito bebé y los usa como escudo para que no le tiren nada*

Hola Chiquis!

Cómo están?

Qué les pareció el capi capi?

Alguien se esperaba algo así?

Riley: Yo aún sigo de piedra!

Bel: Anna te volvió a salvar! Qué harías Riley sin que ella te cuidara el trasero?

Riley: Qui hiriis Riliy sin qui illi ti ciidiri il trisiri? *Le saca la lengua*

Anna se enteró de la profesión de Riley, qué creen que pase ahora?

Si les gustó dejen un comentario

Abrí un Character Ask así que dejen sus preguntas, tal vez, sólo tal vez les contesten con pequeños spoilers...

Ya saben, salven a un pandicornio!

Me voy yendo!

Bel<3


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