Capítulo 45.- Bipolaridad Del Adonis
Los sonidos de los autos son estruendosos, las voces de algunas personas son perceptibles y tal vez solo tal vez el llanto de un bebé a lo lejos es lo que logro escuchar...
Abro mis ojos lentamente y me encuentro con una habitación oscura...
Las persianas están abajo pero una capa de nieve cubre la ventana por fuera ya que anoche volvió la tormenta y apuesto que es la nieve quien hace ver la habitación de esta manera. Miro el reloj que está a mi costado, son las seis treinta de la mañana...
Comienzo a moverme un poco hasta que siento algo alrededor de mi cintura... Su brazo...
Levanto un poco aquella sabana y en efecto es su brazo con el reloj que le he regalado el día de ayer... Me giro lentamente para encararlo y veo el reflejo de un niño pequeño... Su manera de dormir es sumamente relajante, sumamente tranquila... Las facciones de su rostro se encuentran descansando, sus pestañas son largas y rizadas, sus labios de ese color rosado y su cabello despeinado... Definición perfecta de un Adonis...
Quito su brazo lentamente y me levanto cubriéndome con aquella sabana. Mi cuerpo me duele, en especial mi cuello... Tomo mi ropa interior y su camisa blanca no la abotonó solo salgo de la habitación dirigiéndome por mi cepillo de dientes. Me detengo frente a la habitación de él y sonrío... Que perfecto seria despertar y ver esto todos los días...
Me dirijo al lavamanos y comienzo a lavar mis dientes con un poco de rapidez. Hay marcas en mi cuello y hombros, hay marcas en mi pecho y estomago...
Término de lavar mis dientes y me dirijo a la cocina para comenzar a preparar un café en esa cafetera.
Tomo los granos oscuros y los deposito en esta para llenar de agua aquella parte de la cafetera y esperar a que haya suficiente café. Cuando está listo tomo una taza del anaquel y comienzo a servirlo poniéndole tres cucharadas de azúcar. Me dirijo al sofá y me siento en este hay voces fuera del apartamento una mujer y dos hombres ríen a carcajadas pero sus rizas van disminuyendo con forme se alejan...
Doy un sorbo al café sintiendo unas manos en mis hombros, me ha hecho estremecer con esas caricias que ha iniciado en mí. Bajo la taza de café y cierro los ojos disfrutando de sus manos grandes al poco tiempo siento sus labios en mi cuello y en el lóbulo de mi oreja.
─Buenos días ─ dice en un ronroneo ─ ¿dormiste bien?
Asiento como puedo y giro un poco la cabeza para encararlo. Luce solo su pantalón dejando ver su bóxer un poco, su torso esta descubierto, no se ha peinado pero el olor de la menta fresca se apodera de él... Besa mis labios con un poco de desesperación siento que derramare mi café en mí...
Para y besa mi frente cariñosamente para girarse y caminar hacia la cafetera, tiene marcas en su espalda, marcas que yo misma le he hecho con mis uñas... Su cuello tiene algunas también de mis uñas y labios...
Toma una taza y sirve el café en esta toma la azúcar y le pone al menos cuatro cucharadas, una mano sube a su cuello y lo acaricia de forma brusca al parecer le duele al igual que a mí... Se dirige hacia mí sentándose a mi lado, el silencio es algo incómodo... No sé porque de pronto se ha convertido en esto.
─Bueno, Amy... Di algo ─ su voz es curiosa, un jugueteo de una mezcla sobre su seriedad y su lado divertido ─ no soy un puto secuestrador que te ha violado por horas.
Y fue allí cuando me hizo reír, golpeé levemente su hombro desnudó y me recargue en él. Sentí su cabeza apoyarse en la mía. Besa mi cabeza y deja la taza de café en la mesita de centro, se hinca frente mío y toma mis manos.
─Te preocupa algo y lo sé...
─No, no...
─Si, es así... ¿Qué te preocupa?
─...
─ ¿No confías en mí?
─No es eso... Es solo que... Pensé en lo que todos ellos dijeron un día...
─Robinsón...
─Lo siento yo... N-no quería decir eso ni pensar en eso pero... Lo siento...
─Está bien... Pero quiero que sepas que yo no pensé en lo que esos cabrones dijeron... No lo pensé Robinsón... Solo lo disfrute.
─...
Él se levantó y tomo la taza de café, comenzó a caminar lento mientras daba ligeros sorbos a esa taza. Lo detuve.
─Michael...
Se giró hacia mí, bebió nuevamente del café y se dirigió hacia mí volviéndose a hincar y volviendo a dejar esa taza en la mesita.
─ ¿Si?
─Y-yo... E-era mi primera vez...
Una sonrisa pequeña apareció en la comisura de sus labios. Bajó la mirada y asintió lentamente mientras pasaba sus manos por mis rodillas desnudas. Subió la mirada y se levantó acariciando mi mejilla.
─Lo sé... Por esa razón lo hice especial e inolvidable para ti amor...
Beso mis labios de forma tierna, al separarse se dirijo hacia el pasillo desabotonando su pantalón. Una puerta cerrarse fue lo que escuche, agua cayendo fue lo segundo que se escuche del baño...
«Por esa razón lo hice especial e inolvidable»... Y así lo hizo...
***
Ha pasado una hora desde que ambos despertamos me he duchado al igual que él, ropa cómoda es lo que ahora ambos portamos mientras vemos televisión en su habitación. Comemos variedades de cosas que ambos preparamos, huevos revueltos, tocino, pan tostado con mantequilla o jalea,
omelette, jugo de naranja y un poco de fruta con yogur. Es agradable ese momento a su lado las palabras flotan de la nada mientras reímos y comemos. Janet ha estado llamando pero ni Michael ni yo nos dignamos a responderle... Haría muchas preguntas algo que por ahora ambos queremos evitar.
Romeo y Julieta es la película que ahora ambos vemos en ese televisor de pantalla plana. Luce una camisa azul de manga hasta los codos esta desabotonada, pantalones negros y sus zapatos negros no se ha peinado por alguna extraña razón sus rizos están más rebeldes que nunca.
─Cuando me dijiste sobre esta película lo dude por un momento ─ dice mientras toma su vaso de jugo de aquella mesita de noche.
─ ¿Por qué la literatura inglesa romántica no es lo tuyo?
─No, por el simple hecho de que la he visto un millón de veces... ¿No se te ocurrió algo más?
─ ¿Qué? ¿Zombis?
─Hubiera estado mejor ─ sonrió ampliamente.
Solo negué con la cabeza mientras tomaba una rebanada de pan tostado, le di una mordida sin importar que no tuviera la mantequilla o la mermelada esparcida por el. Un suspiro salió de sus labios obligándome a que lo viera, su mano aun sostenía aquel vaso de jugo que ya estaba más abajo de la mitad.
─Tendré que ir a comprar más comestibles ─ susurró con fastidio ─ esta vez Janet no se ofreció a ir de compras por mí.
─ ¿Que no vas tú?
─No ─ rio.
─Oh, valla... Ósea que si Janet no fuera la encargada de comprar tus cosas... ¿Comerías puras sopas instantáneas?
─Exacto... Creo que será hora de que vaya.
Lo vi levantarse con pesadez de la cama para comenzar a quitar algunos platos de comida que estaban a medio comer o vacíos en su totalidad, me levante y comencé a hacer lo mismo ayudarlo.
─Yo te acompaño ─ le dije sonriendo.
─No te preocupes, iré rápido si quieres puedo llevarte a casa o puedes quedarte aquí.
─Ni la primera, ni la segunda... Bueno la segunda sí, pero también quiero ir contigo.
─De acuerdo.
Solo sonreí y camine con los platos y vasos hacia la cocina, juntos ordenamos todo para después tomar algunos abrigos y salir del apartamento. Me tiene abrazada por la cintura al igual que yo a él, tengo un gorro blanco de lana con un abrigo del mismo color y pantalones negros. Bajamos las escaleras y nos dirigimos a su auto el cual está cubierto por una capa de nieve esta vez no lo dejo en él estacionamiento tipo subterráneo. Quito la nieve de la ventanilla y yo lo ayude a quitarla un poco más de otras partes.
─Puedo quitar su nieve por diez dólares ─ una pequeña voz nos hizo girar, habían dos niños pequeños abrigados hasta el cuello.
─No ─ respondió él con firmeza mientras seguía quitando la nieve del auto, solo lo veía mientras los niños se cruzaban de brazos.
─Son diez dólares Joe, no te quedaras pobre por diez dólares.
─Cinco dólares ─ los miro.
─Quince dólares ─ dijo un niño con guantes verdes.
─Dije cinco dólares.
─Y nosotros dijimos que veinte dólares Joe.
─Está bien... Veinte dólares, pero deprisa.
Los niños sonrieron victoriosos y comenzaron a quitar la nieve del auto con pequeñas escobas y palas, yo solo los veía mientras dejaban el auto limpio de la nieve quitándola también al rededor del auto. Son niños de no más de siete o nueve años de edad son agradables. No tardaron mucho habían quietado la nieve del auto y ahora se encontraban pidiendo el dinero con Michael, este se los daba con fastidio mientras los niños le pedían que se los diera contado, dólar por dólar.
─Listo, ahora fuera de mi vista.
Los niños corrieron alejándose y gritando lo que comprarían al fin, ese es un pequeño trabajo que muchos niños aprovechan en estos días. Solo reí ante la actitud de ese hombre y subimos al auto de inmediato. Abrochamos los cinturones de seguridad y comenzó a conducir con calma, la pista es resbalosa hay autos que suelen derrapar y estrellarse con un árbol o cualquier otra cosa pero él solo conduce en silencio. Hemos llegado al supermercado una tienda llamada Wal-Mart donde la mayoría de las personas suelen venir a comprar sus alimentos y otras cosas para el hogar. Bajamos del auto y nos dirigimos a dicha tienda con un carrito de compras.
Me siento como una mujer recién casada por alguna extraña razón... Caminamos por las tiendas mientras él busca y yo llevo el carrito por los pasillos, la tienda no esta tan habitada y es comprensible la mayoría de las personas aún están en casa de sus parientes por la navidad y esas cosas, veo que toma un frasco color café y lo deposita en el carrito.
─Creí que el chocolate era prohibido para ti ─ digo tomando el envase de la nutella.
Niega con la cabeza mientras sigue buscando cosas, cereales, jugos, frutas y verduras es lo que ha estado tomando y metiendo en el carrito. Los minutos van transcurriendo y ahora soy yo quien va adelante mientras él conduce el carrito, es gracioso porque suele correr con el carrito y subirse rápidamente mientras este avanza con velocidad, se ha estrellado dos veces y suele correr dejándome a mi sola con el carrito de las compras. Me pega levemente con el carrito en mi trasero, me hace girar a verlo molesta mientras aguanta la risa y no explotar en un momento así. La gente presente a veces nos mira debido a las cosas que nos decimos en forma de juego, le sigo diciendo "saco de mierda" a lo que le sigue causando gracia. Lo sé, nuestra relación es extraña. Llegamos a la caja y comienza a colocar todo por ese aparato que arrastra las cosas hacia la cajera ella la toma con una boba sonrisa en su rostro, no deja de hacerle ojitos a Michael, no la culpo, cualquiera que lo vea le haría esos ojitos y mostraría una sonrisa tan estúpida como la suya.
Cuando termina de pagar todo tomamos las bolsas y nos dirigimos a la salida en silencio, sube las bolsas en la cajuela y yo de igual manera coloco las que yo tengo en esta. Volvemos a subir en el auto y emprendemos camino hacia su apartamento, al llegar bajamos del auto con las bolsas en manos para comenzar a subir las escaleras hasta llegar a su condominio. Pasamos y cierra la puerta en seguida, comenzamos a acomodar todo en los anaqueles y nevera para después solo quedarnos en silencio. Lo veo de espaldas mientras escucho como rompe algo, después toma un vaso y comienza a llenarlo con agua se gira y me lo entrega junto con esa pastilla...
─Tómala.
─ ¿Qué es?
─Creo que sabes que es y para qué sirve.
─Alison me dijo que no le funciono a ella...
─Ella se la tomo dos días después, yo te la estoy dando en las pocas horas que paso lo de anoche Robinsón.
─Pero si te protegiste además yo
─No me hagas encabronar por favor ─ alza una de sus cejas y comienza a golpear levemente el piso con sus zapatos negros, lo miro y tomo la pastilla, no me deja tomar el vaso, lo aparta con brusquedad cuando yo pienso tomarlo.
Meto la pastilla a mi boca y él me acerca la boquilla del vaso hasta mis labios causando que comience a beber de esa agua. Siento asco por la pastilla quiero devolver, pero su mirada me amenaza de que no lo haga. Él aparta la boquilla del vaso de mis labios.
─Si no me protegí, Robinsón o si lo hice, aun así te daré esa pastilla. Punto final de la discusión.
─Está bien...
Se gira y coloca el vaso en el fregadero, camina aun costado mío para evitarme por completo, este cabrón es un bipolar... Inicio bien, feliz, ahora está molesto solo porque me quería reusar... Vaya bipolaridad del Adonis...
***
Han pasado horas, Janet y Blake se dirigen hacia acá para tomar rumbo al lugar en donde nos quedaremos a acampar, Blake tiene un familiar con un terreno un poco más alejado del bosque, un terreno donde suelen ir a pasar la noche en una de las cabañas que están en el lugar, si, ellos son dueños de su propio terreno y cabaña. He empacado lo necesario para pasar la noche con ellos Michael de igual manera lo ha hecho ahora estamos metiendo las cosas a la cajuela mientras que el auto de Blake entra al lugar del estacionamiento. Luce feliz al igual que Janet, ninguno hace preguntas solo se dirigieron a saludarnos.
─Los demás están allá ─ dice él mientras saluda a Michael con su típico choque de manos ─ algunos si quisieron asistir.
─¿Entonces no seremos solo nosotros? ─ pregunto en son curioso, él niega.
─No, no solo seremos nosotros, pero tranquilos que ya he hablado con Adam respecto a no cagar el ambiente de nuevo.
Michael no dice nada, veo que frunce su ceño y muestra una que otra mueca, se da la vuelta mientras toma una de mis maletas y la mete al auto, baja la cajuela y se dirige al asiento del piloto. Sé que no le ha agradado la idea de que Adam vaya sé que él solo quería pasar un momento sin tener que ver a Adam o a alguien más que no fuéramos nosotros. Blake se da la vuelta y Janet sube a su auto mientras le pregunta que había pasado, no escucho lo que Blake dice solo lo veo adentrase al auto. Subo al auto de Michael y cierro la puerta en seguida, él comienza a conducir siguiendo el auto de Blake.
No dice nada solo se dispone a seguir el auto de Blake con serenidad, lo veo pero él al percatarse de esto solo hace como si estuviera mirando por el lado de su ventanilla, niego y me devuelvo hacia mi lado de la ventanilla. No se cuánto ha pasado pero todo se me ha hecho eterno, he dejado de ver los edificios y construcciones, ahora solo veo campos blancos y árboles del mismo color, se siente más frío aquí que en la ciudad... Hemos llegado al lugar del que Blake nos habló, veo el auto de Adam en la zona al igual que el auto de Taylor. Me alegra saber que al menos Michael se sentirá mejor con Taylor aquí.
Nos estacionamos en el lugar y de esa cabaña aparece Hayley con una sonrisa en su rostro. Lleva un abrigo color rojo con botas negras y pantalones blancos luce bien. Michael estaciona el auto y lo apaga en seguida.
─Por favor... Ignora a Adam... ─ digo mirándolo él solo asiente y sale del auto sin nada más que decir.
Suspiro y de igual manera bajo del auto, me dirijo a saludar a Hayley la cual me recibe con un fuerte abrazo, eh visto a Paul con un ridículo gorro de reno y nariz de juguete sobre la suya, me abraza y correspondo de la misma manera.
***
Han pasado minutos y ahora nos encontramos adentro comiendo algunos bocadillos, está oscureciendo y Paul solo se digna a quemar malvaviscos en esa fogata que está encendida en la chimenea, lleva dos bolsas de malvaviscos y ni siquiera ha compartido con nosotros. Me levanto al ver que él no está aquí, solo somos Blake, Janet, Hayley, Paul, Adam, Taylor y Alison somos los únicos presentes. Camino hasta salir de la cabaña lo veo a lo lejos recargado en un árbol, está fumando.
Niego y me acerco a él con cautela, lleva algo en sus manos, algo que hace girar con naturalidad sin miedo a cortarse o a rasguñarse con eso.
─Si sigues fumando te hará más daño de lo que crees ─ digo y él solo mueve el cigarrillo de un lado a otro, lleva varios al parecer ─ ¿por qué esa navaja?
─Por si aparece pie grande quizás.
Suelto una pequeña risita y me coloco a su lado, meto mis manos a mis bolsillos mientras escucho los sonidos de esos animales nocturnos, él se da la vuelta y comienza a caminar lento con ese cigarrillo en sus labios y esa pequeña navaja en sus manos. Lo sigo, no nos alejamos mucho solo poco hasta que vuelve a parar en un árbol un poco más grande. Vuelve a recargarse mientras hecha al piso la colilla del cigarrillo la cual se apaga rápidamente debido a lo frío de la nieve, la entierra y ahora saca un par de mentas y comienza a masticarlas. Se ha dado la vuelta hacia el árbol y comienza a escarbar con esa navaja, lo miro con curiosidad porque parece un niño pequeño haciendo eso.
─ ¿Le haces un tatuaje al árbol acaso? ─ sonrío al percatarme de que está haciendo eso, marcando el árbol.
─Los árboles se ven hermosos tatuados con las iniciales de las personas que se aman ─ dice para mirarme fijamente.
Se aparta y se coloca a mi lado, vuelve a jugar con esa navaja mientras miro el árbol, lo miro porque ahora sé lo que hacía, porqué ahora , sé a qué se refería con lo que acaba de decir... Mi inicial y la suya están allí... Siento sus manos en mi cintura y me hace girar a verlo, acaricia mi rostro con una de sus manos frías y me conduce a sus labios... Son helados, helados como los míos... Tardan poco en que comiencen a ponerse cálidos, cálidos por nuestro tacto... Siento sus manos bajar por mis caderas hasta parar en mis glúteos y nuevamente me alza... Nuevamente me pega contra lo primero en lo que se encuentra, ahora es el árbol. Se separa de mí y me mira fijamente.
─ ¿Que le has hecho a este saco de mierda?
Sonrío levemente y beso la comisura de sus labios, me quedo así, con mi frente pegada a la suya, con mi cabeza ladeada mientras nos miramos fijamente, nos miramos fijamente porque ambos hemos aprendido que con nuestras miradas hablamos... Hablamos más que con nuestros propios labios y voces...
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