Capítulo 26.- Confusión

Narra Amy

Es viernes por la mañana, desperté hace una hora y ya hecho todos mis deberes y rutinas diarias, hoy es el día en el que nos iremos a acampar, hoy es el día en el que por primera vez aquel hombre que solía molestarme vendrá con nosotros. Estoy nerviosa, estoy feliz, siento miles de emociones recorrer mi cuerpo y mente, miles de emociones de enojo, angustia, miedo, felicidad... Siento mi estómago revolverse y hacer cosquillas por la ansiedad de saber si hoy no habrá problemas con Jackson y Adam... Quiero que todo salga bien este día...

Me encuentro sentada en la sala acariciando la cabeza de Pach, es tarde y Jackson aún no ha llegado, es raro, siempre ha sido puntual en los últimos días que ha venido a recogerme. Mis padres se han ido a su trabajo y Larry ya se ha ido al colegio, miro la hora en la pantalla de mi celular han pasado cinco minutos de su retraso... Me levanto del sofá con mi morral en manos y comienzo a caminar hacia la puerta, logre escuchar la bocina de un auto, al abrir la puerta en efecto, pude ver un auto estacionado frente a mi casa. Suspire y cerré la puerta con llave, camine hasta ese auto y abrí la puerta al momento en que mi rostro y el de ese chico se conectaron. Subí al asiento del copiloto y a broche el cinturón de seguridad.

─ ¿Discutiste con tu amigo Jackson acaso? ─ lo mire frunciendo el ceño, él solo tenía una boba sonrisa en su rostro.

─ ¿Tanto te importa?

─Algo así ─ se encogió de hombros ─ siempre viene por ti a estas horas, por más vueltas que di por la zona no vi su auto así que vine por ti.

─Solo porque odio llegar tarde Adam...

Él rio un poco y encendió el auto para hacerlo andar al poco tiempo, miro por la ventanilla de este observando el pasaje que se aprecia a lo lejos, el sol brilla, el cielo es azul sin ninguna nube en él, la brisa sopla suavemente, hoy es un día perfecto y espero siga así. No paso mucho cuando llegamos a la universidad, al estacionar el auto bajamos y vimos a nuestros típicos amigos reunidos mientras conversaban y reían. Bajamos de este y cerramos las puertas acercándonos a ellos, los comenzamos a saludar.

─Creí que llegarías con tu amigo, Amy ─ menciono Paul bromeando solo rodé los ojos hacia el cielo y mordí mi labio inferior ─ ¿qué? ¿Te volvió a tratar mal?

─No Paul... Quizás... Solo se le hizo tarde. Ahora, si me disculpan debo estudiar.

Comencé a caminar hasta el enorme edificio de la universidad, después tome rumbo hasta la biblioteca, no estudiaría, pero conozco lo suficiente a mis amigos para que sus burlas lleguen más allá de lo imaginado. Tomo cualquier libro de un estante y me dirijo a las mesas de madera para sentarme. Hay algunos estudiantes haciendo tareas, leyendo, en las computadoras que se encuentras en la zona o hablando en voz baja. La típica bibliotecaria con anteojos y falda está colocando algunos libros en los estantes, tiene treinta años pero su cuerpo aparenta el de una adolescente. Es morena y cabello largo, pestañas largas, ojos negros, delgada, alta... Es linda no lo puedo negar. Tomo el libro ya un poco fastidiada y lo vuelvo a colocar en su lugar, tomo mis cosas y salgo de la biblioteca a paso lento, cuando salgo, una silueta delgada aparece en mi vista, sus ojos se conectan a los míos, sus labios no muestran ni una sonrisa, está en completa seriedad, está molesto...

─ ¿Dónde estabas Robinsón?

─Buenos días Jackson ─ digo con incredulidad ─ ¿cómo estás? yo estoy bien gracias.

─Déjate de juegos Robinsón. Pase a tu casa por ti y al parecer descubrí que tu amiguito Hicks llego primero.

─ ¿Tiene algo de malo? pensé que no vendrías.

─Se me hizo un poco tarde.

Comencé a caminar pasando a un costado suyo, sentí sus pasos seguirme, sólo me limitaba a caminar hasta subir las escaleras que nos llevarían hasta el aula de Aritmética.

─ ¿No podías esperar un poco más? ─ reclamó con esa voz arrastrada de él ─ por dios Robinsón no tarde tanto... Pero claro está que la señorita prefirió irse con el vago de su amigo en lugar de esperar.

Pare en seco y me gire a verlo, dejó se subir las escaleras y ahora solo se limitaba a mirarme, sentí a alguien detrás mío y al girarme pude ver a Taylor.

─Hey, hola ─ saludó sonriente.

─Hola Taylor ─ lo salude.

─Oye... ¿Sigue en pie mi invitación?

─Claro ─ sonreí ─ sigue en pie.

─Perfecto.

Solo volví a mirar a Jackson, se encontraba de brazos cruzados frunciendo el ceño, lo ignore y volví a seguir mi camino hasta la aula destinada. Cuando pensé que el día era perfecto me equivoque... Y digo que me equivoque porque ahora ese lugar que estuvo vacío por unos días, ya estaba ocupado por la mismísima Lisa... Su rostro era pálido, delgado... Sus labios estaban de un color rosa claro, sus pestañas largas y cejas pintadas. Después de todo aunque presente algunos defectos se sigue viendo bien.

La ignore y me deje caer en mi lugar, Blake comenzó a conversar conmigo al igual que Janet, pronto nuevamente me hicieron sonreír, después de ese amargo momento de ver a la mujer que me hace la vida imposible...

El día seguía estando hermoso, esto es lo que me gusta del clima en cierto modo. Tenemos que disfrutar al máximo de este día. Las clases transcurrían con normalidad, el descanso de igual manera transcurrió con normalidad, hasta la última clase... Todo transcurrió con una gran tranquilidad y calma. A la salida, todos nos quedamos de ver en un punto fijo del bosque, el cual sería el lugar donde nos encontraríamos, cercas de algunos baños y de algunas mesitas de madera gastadas. Estoy ansiosa porque comience la diversión.

Esta vez no acepte que Michael y Janet me llevaran a casa, decidí irme caminando para que empacaran las cosas que les faltaban al igual que a mí. No tarde mucho en llegar y cuando lo hice empaque algunas cosas. Mis padres aun no regresaban dudo que lo hagan ahora. Duke y Pach están sentados mirándome, como quisiera llevarlos pero sé que Jackson me mataría si subo mis perros a su auto. Preparo un bocadillo antes de salir por la puerta a esperar el auto de Jackson, abro la nevera y saco algunas cosas que preparen para este día, al igual que saco algunas frituras y sodas del anaquel.

No paso mucho tiempo para que el auto de Jackson apareciera, su bocina me hizo sobresaltar un poco. Deje lo poco que quedaba de mi bocadillo en un plato y tome la caja en donde había colocado las sodas, frituras y otras cosas. Después tome la enorme maleta donde tenía esa pequeña tienda de acampar, salí de la casa cerrando la puerta y me dirigí hacia el auto de Michael. Bajó para ayudarme con algunas cosas, metiéndolas a la cajuela, se había cambiado de ropa al igual que Janet. Yo lo único que me pude cambiar fue el pantalón, la demás ropa la tengo en una de las bolsas que tengo con migo.

─Bien, sube ─ dijo él amablemente mientras cerraba la cajuela del auto con esa llave plateada.

Subí al auto seguida por él, pronto comenzó el recorrido por la carretera, poco a poco los edificios y casas iban desapareciendo, poco a poco los pastizales y pinos aparecían por la zona, el clima seguía perfecto, espero no llueva... Había platica en el auto, pequeñas risas y chistes o bromas entre nosotros, me siento bien estando con ellos... Me siento bien escuchándolo reír... Cuando llegamos a los inmensos bosques había charcos por la zona terrosa, esto mataría a Jackson. Conducía lento para no salpicar tanto su auto, parecía que sufría bastante... Es divertido ver esas expresiones en su rostro.

Un camino plano de tierra húmeda y arboles al rededor se hizo presente, comenzó a seguir el camino y las marcas de los autos que habían pasado no hace mucho hasta que dimos con ellos en un par de minutos. Acaban de llegar de igual manera... Estaciono el auto cercas del auto de Bridgit, un pequeño auto color rojo. Cuando lo apago bajamos del auto, Me dedique a ayudarlo a bajar todas las cosas que se encontraban en la cajuela y en los asientos que me encontraba. Todo parecía ir de maravilla hasta ahora.

Un sonido estruendoso nos hizo mirar hacia el camino, Taylor apareció en su motocicleta con una sonrisa en su rostro. Paro al estar aún lado del auto de Michael, después bajo de ella dirigiéndose hacia nosotros.

─Viniste ─ dijo Janet sonriendo.

─No iba a dejar solo a tu hermano con una bola de lunáticos Janet ─ susurró, solo reí.

─Bueno, me alegro que no lo hicieras ─ respondió Michael.

Taylor ayudo a organizar algunas cosas, y aunque él y Bridgit no se llevaban nada bien, trataban por hacerlo este día, nunca se han agradado, nunca los he visto conversar pero hoy, es diferente, porque lo están haciendo mientras ordenan algunas cosas.

Narra Michael

Me siento raro... No presiento nada malo, pero... No encajo con ellos, no encajo con mi hermana, no encajo con Taylor... Simplemente deje de encajar con la gente de mi alrededor, he dejado de encajar en la sociedad. Me dejo caer en un tronco seco que se encuentra frente a los autos ahora todo está ordenado y no llevo mucho solo una hora, las tiendas están hechas, las cosas en algunos lugares cercas donde todos podamos verlas y tomarlas. Esta mañana no quería dejar la cama, no después de la pesadilla que tuve no toleraba la idea de tener que ver a Bruno, Mitchel y Adam, no toleraba la idea de tener que evitar pensar en ese dolor que me causaban al estar cercas de ellos... Y que quede claro, que no estoy con ellos por gusto... Lo hago por la simple amenaza que me dieron hace años... «Cambia, se distinto, únetenos y no terminaras hecho mierda»

Saco un cigarrillo de mi pantalón al igual que el encendedor, llevo el cigarrillo hasta mi boca y paro en seco al ver a Amy caminar con sus brazos a sus costados, muevo de un lado a otro el cigarrillo con mis dientes y lo saco de mi boca. Me levanto y guardo lo que ya está en mis manos en los bolsillos traseros. Comienzo a caminar hacia ella lento, sin hacer ruido, logro escuchar una melodía, tranquila... Con mucha paz...

─ ¿Por qué no adicionaste cuando buscaban quien cantara en el coro, Amy? ─ pregunte, ella se sobresaltó y me miro.

─... Porqué no es el pasatiempo que deseo...

Levanto una ceja exigiendo una explicación, ella sonríe y comienza a caminar, la sigo nuevamente hasta que poco a poco se dejan de escuchar las conversaciones de los demás.

─Simplemente quiero hacer otra cosa ─ suelta con entusiasmo ─ el canto no es lo mío, pero el baile... Me gustaría intentarlo algún día.

Sus manos ahora se encuentran frente a su estómago entrelazadas, ella las observa encorvándose un poco, el lago aparece frente a nosotros, se sienta en el piso sin importar que este húmedo por las constantes lluvias, toma una pequeña piedra y la lanza.

─Quiero ser porrista Michael...

─Puedes adicionar.

─Por dios... Mírame... ─ su voz suena como un hilo de voz, es baja, y muy poco perceptible ─ jamás me aceptarían...

Me acerco a ella y de igual manera me siento en el húmedo piso, estoy a centímetros de ella. Llevo mi vista hasta el lago, las pequeñas olas se mueven con fuerza, los pájaros a lo lejos son los únicos perceptibles en este instante.

─Si no tratas... ¿Cómo sabrás que no te aceptaran?

─Lisa es la capitana Michael... ¿Crees que me acepte?

─Inténtalo...

Me mira y de igual manera lo hago, la veo y creo que he plantado un poco de seguridad en ella. Asiente lento y vuelve a bajar la mirada. Hay un silencio entre nosotros, un silencio que comienza a ponerme un tanto incómodo.

─ ¿Puedo preguntarte algo? ─ Su vista se eleva conforme me hizo esa pequeña pregunta.

─Claro ─ asiento mirándola.

─... ¿Quién es el viejo Michael? ¿Por qué Janet y Taylor lo nombran tanto?

Mi vista sigue en ella y su vista en mí, me toma segundos darme cuenta que mis manos sudan y tiemblan, bajo la mirada y juego con las pequeñas piedras del lugar.

─El viejo Michael es un imbécil... ─ musito con un poco de enfado ─ un cobarde que no merece perdón por lo que hizo...

─ ¿Por qué no debería tener el perdón?

─Porque se dejó intimidar y controlar por esas personas que siempre están a su alrededor...

─ ¿Por qué se dejó intimidar?

─ ¿Tú por qué te dejas intimidar por mí?, ¿por Lisa, por Mitchel, por Tatiana, Alison, Bruno y todos los demás a los que les temes?

─... P-por miedo...

─Y eso hizo el viejo Michael, Robinsón ─ mire hacia el frente ─ dejo golpearse por unos cabrones buenos para nada... ¿Sabes quiénes son? ¿Sabes por qué mi odio a tu hermano y a Adam?

─...

Me atreví a mirarla a los ojos, me atreví a ver su rostro de completa seriedad, bajó la mirada y dijo algo que no logre escuchar bien.

─Si, Amy... Tu jodido amigo Adam y tu estúpido hermano me hicieron la vida imposible, los imbéciles de Bruno y Mitchel me hicieron tragar mi propio vomito por el miedo... Por sus golpes, por sus actos repugnantes... ¿piensas que Adam es un tipo bueno? pues estas equivocada...

─ ¿Pe-pero cómo? Michael... E-es imposible...

─ ¿Te es imposible creer? pregúntales a cada uno de ellos, y veras que no estoy equivocado, pregúntale a Taylor, a Harry... Y escucharas las horribles historias que viví día a día
en la preparatoria...

─Eres distinto ahora... No sé cómo creerte...

─A veces uno necesita cambiar para vencer al miedo...

─...

Silencio se hizo presente entre nosotros, se acercó un poco más a mí sin quitarme la mirada de encima, sentí su cálida mano encima de la mía, sentí... Algo extraño atravesar mi cuerpo... La mire mientras sentía la tensión entre nosotros, la mire mientras su ceño se fruncía, buscaba un tema, una pregunta... Quería sacarnos de este embrollo incómodo.

─ ¿Sigue el viejo Michael con vida? ─ Su curiosidad es sorprendente, la forma en la que sus labios se hacen curvas, la forma en la que su boca se abre para formular las palabras, la forma tan impresionante en la que lo dice...

─... No lo sé... ─ digo con un hilo de voz ─ quizás...

─ ¿Cómo era?

─El mejor de la clase... El ñoño matadito de la preparatoria, el tipo que solía vestir ridículo, el que dejaba ver sus medias blancas, el que usaba anteojos de lupa y coleta baja... El imbécil que se dejó golpear y humillar por muchos...

─... ¿Puedo ver cómo lucia? - quita una de sus ligas del cabello y me extiende una, dudó si tomaría o no - por favor.

La suplica en su voz me hace aceptar, tomo esa pequeña liga y comienzo a atar mi cabello, me siento raro, me siento raro a su lado... Y de pronto, todo me dejo de importar, me dejo de importar si alguien veía lo que hacía, ella ataba su cabello con la segunda liga que poseía, la vi llevar sus manos hasta su rostro y de pronto me ofrecía sus anteojos... ¿Hace cuánto no uso esas cosas? ¿Hace cuánto comencé a usar lentes de contacto?

La miro y ella sonríe, los tomo y los coloco... Ni siquiera puedo dejar que me vea, ni siquiera puedo evitar sentirme inútil... La miro y ella luce impresionada, esto es solo el rostro, no ha visto mi completo yo...
Quito los anteojos de mi rostro y bajo la mirada. Trato de soltar de nuevo mi cabello pero ella me detiene. La miro con impresión, impresión a los ojos tan hermosos que tiene.

─No lo hagas... ─ pide dulcemente ─ no lo hagas...

─...

Bajo la mano hasta mi pierna, no dejo de ver sus ojos, son azul verdoso; un azul único con una pizca de verde, un azul que va con ella, un verde perfecto y claro... Su mirada es tranquilizadora, es especial... La manera en la que ahora ella me mira me pone tenso, me pone nervioso...

─ ¿P-por qué no usas lentes de contacto? ─ digo torpemente aun sin dejar de verla, baja la mirada un par de veces, trato de mirar arla, trato de hacer que me mire...

─N-no lo sé... ─ su timidez vuelve, la timidez de un principio, la timidez de esa mujer que solía molestar...

─Deberías usarlos... T-tienes muy hermosos ojos... Con... Con los anteojos no se aprecian mucho...

El rubor en sus mejillas aparece, una sonrisa también se le escapa y nuevamente me mira... Nuevamente puedo apreciar ese color tan hermoso en ella... Y de pronto siento que el azul verdoso será mi color favorito desde ahora... Subo mi mano hasta su mejilla, puedo sentir su respiración acelerada, puedo ver como traga la saliva con extremo nerviosismo, estoy igual que ella... Estoy nervioso, nervioso por ser yo quien ahora caiga en la trampa...
Su mano sube hasta tocar la mía, sus ojos se cierran ante ese tacto de mi mano en su mejilla y su mano sobre la mía... La baja lentamente Volviéndome a mirar... No estamos tan separados ahora... Estoy a centímetros de hacer algo que jamás me imagine hacer...

Su respiración agitada, choca contra la mía... Exploro su rostro, exploro todo eso que disfraza sus anteojos, exploro todo eso que aún me falta por descubrir de ella... Nuestras frentes chocan, y nuestras narices rozan... Jamás llegue a sentirme así... Jamás creí estar a punto de besarla... A la mujer que le cause daño...

Narra Amy

¡Apártate ahora! ¡Para ya, no caigas Robinsón!

Grita esa voz en mi cabeza, esa voz que ignoro... Esa voz que ignore por el simple hecho de escuchar las palabras de ese hombre... Sus actos... Me sentía segura... De pronto, el miedo se marchó gracias a él... Su respiración es entrecortada, su respiración es una mezcla de mentas y cigarrillos, su mano sigue explorando mi mejilla, mientras que la otra está sujeta a la mía, ambas tiemblan... Ambas tienen miedo a esto... Sentí su frente chocar con la mía, y su nariz rozar de igual manera con la mía... Sus ojos son profundos... No ha dejado de mirarme, no ha dejado de recorrer mi rostro con esos ojos... Sus pupilas están dilatadas... Apenas puedo percibir el color marrón de sus ojos... A penas si puedo mirarlo...

Veo como moja sus labios con la punta de su lengua, no puedo evitar morderme el labio mojándolo con mi lengua... No puedo creer que esto esté pasando... Nuestros labios Rosan... Rosan pero no proceden a más, pasos, hacen acabar con ese momento...

─ ¿Que mierda hacen?

Michael ahora se encuentra mirando al frente, ha soltado mi mano y ha apartado la otra de mi mejilla...

─ ¿Y bien? ─ Adam parece confuso, por poco y ve lo que pasaba... ─ ¿y tus lentes?

Y de pronto me siento nerviosa, Michael los tiene en sus manos, se gira un poco hacia mí y los extiende... De pronto su rostro me muestra seriedad... Enojo... Los tomo y los limpio un poco.

─Se les cayó un pequeño clavo ─ digo mirando a Adam ─ Michael lo colocaba...

Adam duda, pero al final cree lo que le dije. Taylor aparece detrás de él con su típica sonrisa en su rostro. Miró a Michael pero sigue con la vista al frente, sigue mirando el lago...

─Amy ─ la voz ronca de Adam me hace mirarlo ─ ¿puedes venir por favor?

Asiento y de pronto Michael me mira, sigo su juego hasta que se rinde, volviendo a mirar al frente, suspiro y me levanto del piso húmedo. Sacudo la parte de atrás de mi ropa y camino hasta Adam. Taylor camina hasta Michael y puedo ver como Taylor se sienta en su costado y palmea su espalda... Camino con Adam hasta llegar con los demás, no dejo de pensar en lo que estuvo a punto de pasar... No dejo de pensar en esos ojos... En esos actos de él... En la manera en como nuestros labios rozaron un par de veces... Ahora... Solo me pregunto por qué hizo eso...

¿Por qué trataría de besar a alguien como yo? ¿Por qué ahora está en mi mente?

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