Salí corriendo de ese lugar chocando con algunas personas de la universidad, mis ojos eran húmedos debido a las lágrimas que no dejaban de aparecer resbalando por mis mejillas.
Abrí la puerta del baño de uno de los pasillos y me adentre volviéndola a cerrar, estaba solo.

Quite mi suéter rosado y lo lance al lavamanos en donde me acerque para verme al enorme espejo, como deseaba ser una chica normal como cualquier otra, como Lisa o como Tatiana... Como mis amigas... Ser linda y ser importante como todas ellas...

Quite mis anteojos y abrí las llaves del lavamanos, junte mis manos llevándolas al chorro de agua juntando un poco y llevarla a mi rostro tallándolo una y otra vez, mis pantalones negros estaba sucios con algunas manchas de lodo y mis zapatos igual... Seco mi rostro con mi suéter y lo vuelvo a dejar en el lavamanos...
Las puertas se abren y veo a Hayley preocupada su rostro muestra bastante preocupación.

─Amy ─ dice en un susurro y lo único que puedo hacer es correr a sus brazos.

Detrás de ella Naomi y Bridgit entraron ambas me abrazaron con fuerza susurrándome que todo estaría bien...

Pasaron los minutos y salimos de esos baños, aún seguía llorando caminaba con mi vista baja mientras Hayley sostenía mi mano con fuerza.
Al entrar a la cafetería nos dirigimos hacia nuestra mesa respectiva risas se escuchaban a lo lejos y era de que Lisa y sus amigos estaban a unos cuantos metros de nosotros, Hayley soltó mi mano y se dirigió con ellos molesta detrás de ella Naomi igual de molesta.

Bridgit me tomo de la mano y caminamos hasta ellos, tengo miedo...

─Te crees la mejor ¿no? ─ Hayley la tomo por los hombros haciéndola girar.

─ ¡¿Y a ti que te pasa Hiyoko?! ─ gritó molesta.

─ ¡Te advertí que la dejaras en paz!

Hayley estuvo a punto de golpearla pero una mano sostuvo la suya con fuerza, esa mano...

─Atrévete y te juró que te arrepentirás Hayley ─ su voz era de advertencia, Hayley se soltó bruscamente de él.

─ ¿Que aras Jackson? ¿Golpear a una mujer? ─ Adam se colocó frente suyo ─ muestra más respeto.

Jackson soltó un suspiro y bajo la mirada con una sonrisa en su rostro, esa sonrisa que traía problemas a cualquier mujer... Taylor ya estaba mirándolos con atención al igual que toda la cafetería.

─No te ganes una suspensión Adam ─ dijo Blake ─ no vale la pena.

─Cállate, Baffy ─ Michael lo miró.

─Se llama Blake, Jackson... Y ten un poco más de respeto al igual que tú Lisa ─ Naomi lo encaró.

─Cierra tu maldita boca Scott ─ Tatiana se acercó a ella bruscamente.

─Mejor todos cierren sus bocas ─ la directora se acercó a nosotros ─ ¿qué está pasando?

Todos guardaron silencio, la mujer castaña seguía esperando una respuesta por parte de todos. Estaba nerviosa...

─ ¿Y bien? Nadie piensa hablar.

─La volvieron a molestar ─ Adam habló con seguridad puedo jurar que la mirada de Michael terminaría por acabar con él.

─ ¡¿Pero quién?!

─Lisa ─ hablo Hayley ─ la jaloneó del cabello hasta hacer que cayera de su lugar...

La directora miró a Lisa molesta, ella solo tenía su mirada baja mientras jugaba con sus dedos.

─Lisa... Acompáñame a mi oficina... Y... Robinsón, puedes retirarte a tu casa, está cubierta de lodo y comida.

Sólo a sentí de forma lenta, Hayley me tomo de la mano y salimos de ese lugar sintiendo las miradas de todos los presentes. Tome mis cosas y salí de la universidad corriendo, llorando...
Solo... Quería escapar de este mundo de humillaciones, quería vivir en un mundo dónde solo fuera respetada por todas esas personas... Pero claro solo mi mente puede hacer eso...

Tome un taxi el cual me llevó hasta mi casa no vivía tan lejos pero ahora solo quería llegar y encerrarme en mi habitación y llorar...
Al llegar a esa gran casa pagué y baje del taxi corriendo en dirección a mi casa, al entrar azote la puerta para correr a las escaleras. Una mano me detuvo.

─ ¿Cariño? ¿Cariño que te pasa?

Lo único que pude hacer fue abrazar a mi madre con fuerza, llorando aún más en su hombro mientras ella acariciaba mí espalda su dulce voz siempre me hacía tranquilizar.
Mi madre es una mujer muy hermosa, su cabello es largo y ondulado, tiene una estupenda figura ojos color verdes y piel blanca como la nieve... Me separe de ella mirándola a los ojos, llenos de preocupación y angustia por mi estado.

─Cariño ¿qué ha pasado?

─Ya no soporto más madre... Ya no quiero ir más a esa estúpida escuela...

─... Cariño pero...

─Por favor madre... No me obligues a ir de nuevo...

***

Era de noche, me encontraba en mi habitación escuchando música clásica, mientras cepillaba mi cabello. Mi mejor amigo de cuatro patas estaba a mi lado, era un perro San Bernardo de seis años, grande, color café completamente a excepción de su pecho y estomago que eran de color blanco, sus patas eran blancas al igual que la punta de su cola. Es mi mejor amigo de cuatro patas. Tengo puesta mi pijama morada con la blusa blanca y en ella un gatito de color morado.

Escucho como la puerta de la habitación comienza a ser golpeada Pach levanta su cabeza mientras suelta un pequeño ladrido, la puerta se abre y de ella aparece mi hermano Larry, un hombre amable de veinte años, cabello corto, ojos verdes como los de mi madre, barba a punto de salir en su mentón piel blanca y alto, mi hermano es apuesto todos los de mi familia lo son... Ah excepción mía...

─Mamá me dijo que alguien no quiere ir más a la universidad ─ paso por completo a la habitación cerrando la puerta, se dirigió hacia mi sentándose en la cama mientras pasaba sus manos por las orejas de Pach ─ ¿qué ha pasado?

─... Lisa... ─ digo en un hilo de voz.

Mi hermano se queda atónito ante mi respuesta, rascaba su nuca con su mano izquierda mientras suelta un gran suspiro. Eleva su mirada topándose con la mía, una media sonrisa se dibuja en su rostro.

─Ven aquí ─ dice él dulcemente.

Me acerco hasta él sentándome a su lado, siento su brazo rodeándome por la espalda solo me recargo en su hombro con mi mirada baja, su perfume entra por mis fosas nasales, un aroma dulce y agrio la combinación perfecta para este hombre.

─ ¿Qué ha hecho?

─Me tiro la comida en el descanso... Me lleno la ropa y una parte del rostro... Lo siguiente fue tirarme al piso y... y...

─Tranquila... ─ acaricia mi cabeza y planto un beso en ella ─ Lisa es una maldita zorra... Quiere que el mundo la note ya que en su casa nadie lo hace.

Lo mire a los ojos, en su vista solo reflejaba dolor, dolor al decir la verdad de ella, y es que mi hermano estuvo saliendo con ella por algún tiempo pero... Al conocer a Jackson las cosas tomaron un rumbo distinto, ella se enamoró de Jackson dejando a mi hermano destrozado, dolido... Volví a recargar mi cabeza en su hombro abrazándolo por la espalda.

─Jackson amenazo a Hayley... Ella iba a golpear a Lisa y él la detuvo... Todo fue tan tenso...

─... Te propongo algo ─ se levantó para agacharse y tomar mis manos ─ mañana yo mismo te llevare a la universidad y pasare por ti.

─Larry no, no estoy segura...

─Amy, adentro tienes amigos que te protegen de esos imbéciles, pero afuera nadie lo hace, yo me quiero hacer cargo de eso.

─... Está bien...

Él, se levantó nuevamente para ver a mi padre entrar por la puerta, un hombre honesto, trabajador y dedicado a su familia, sus ojos son azul verdoso como los míos, me levanto y corro hasta él abrazándolo con fuerza, tenía semanas sin verlo y por fin había llegado de ese largo viaje, siento sus brazos rodeándome y su mentón recargado en mi cabeza, lo miro y casi puedo jurar que veo la imagen de mi hermano en él.

─Princesa... ¿Por qué has estado llorando? ─ me pregunta con su ceño fruncido, solo niego y me aparto de él.

─Por nada papá ─ respondo ─ me alegra que estés aquí...

Lo volví a abrazar con gran fuerza... Mi familia y amigos eran los únicos que me aceptaban por como soy realmente, con mi familia y amigos me sentía a salvo, segura... Mi hermano Larry acariciaba mi cabello con suavidad sintiendo aun su frialdad, su enfado... Lisa había causado nuevamente que mi hermano se pusiera así... Serio, molesto... De algo estaba segura, mañana él hablaría con Lisa, aunque él lo negara o solo fingiera llevarme y recogerme lo haría por mi seguridad y por hablar con Lisa... Solo espero que Michael no esté allí mañana... Porque si lo está, creo que las cosas no saldrán bien...