La nebulosa de tus ojos
En toda la mansión, se pudo escuchar el fuerte resonar de la puerta al cerrarse con brusquedad.
Y con el paso agitado se podía ver ingresando a su habitación a un joven de dieciséis años, su cabello azabache empapado y goteante, las ropas pos patrullas arrugadas y apenas en su lugar, y de sus ojos escapaban una tras otra, un mar de lágrimas cristalinas, que nada tenían que ver con la ducha que minutos antes había dado por acabada, y que a toda costa aquel chico intentaba dar cese con la manga de su enorme sudadera roja, normal, aquella prenda tenia como dueño a su segundo hermano mayor, y si nos ponemos a comparar tamaños, bueno, no hay que ser un genio para saber que Damian, con su escaso metro sesenta y su peso por debajo de la media, le dejaba mucho que desear a la imponente figura de Jason, quien a sus veintiún años, ya había superado en estatura a Dick, y muy pronto también a Bruce.
El joven de ojos jades se dejo caer en su amplia cama con real descuido, manteniendo siempre su empañada mirada oculta entre las oscuras colchas, acurrucándose en la misma, intentando hacerse incluso más pequeño de lo que su delgado cuerpo ya era, intentando ser tragado por las mantas, y no permitir que ni siquiera la luna que resplandecía esa noche en lo más alto del firmamento, fuese testigo de las lágrimas allí derramadas.
Las palabras de su padre, resonando una vez más en su ya atormentada mente, como un repetir sin fin, de todo aquello que nunca quiso oír, por más que a diario se le fuera echado en rostro tan cruel verdad.
- Una vez Damian, solo por una vez, me gustaría que me obedecieras sin imponer peros, dios, terminas por acabar toda mi paciencia, realmente no pido mucho Damian, solo quiero que seas menos tú - El chico pudo sentir a su padre dar un profundo suspiro, aun cuando el menor permanecía con la vista en el suelo - Sabes, supongo que ahora se porque Talia te dejo aquí conmigo, ve a darte una ducha y luego puedes irte a tu habitación Damian
Otra oleada de angustia azoto contra su alma ya maltrecha, la sensación de mil dagas que atraviesan su corazón, aun tan presentes en su pecho como en el momento de haber oído las palabras abandonar los labios de su padre, el menor aún no podía creerse a si mismo su propio mutismo y cobardía ante tal declaración de su progenitor, no puede perdonarse a si mismo el haber huido de escena tan patéticamente, pero, duele, duele mucho, y siente que su pecho vuelve a ser dividido en dos por el filo de la espada de su madre, solo que esta vez, no es tal mujer la que empuña el arma agresora, y eso, hace que duela más, es odiado, e inútil, no solo para uno, si no por ambos seres que le trajeron al mundo.
Su tren de pensamiento fue interrumpido por el trinar de la puerta, al darse la vuelta para ver a su intruso, pudo distinguir en las penumbras que invadían su habitación, la inequívoca mirada color cielo de su hermano mayor, en otro momento, hubiese sido un bálsamo para sus heridas.
La presencia de su hermano siempre ha sido para Damian la cosa más reconfortante del mundo, con Grayson, el menor siempre se ha sentido en casa, a salvo y amado, libre de ser quien desee ser, y aceptado sin condición, pero hoy, hoy Damian tiene miedo, esta aterrado de lo que Grayson pueda llegar a decirle, después de todo, solo hasta esta mañana, también se creía amado por su padre, y solo mira lo equivocado que se encontraba, si Grayson, de todas las personas en el mundo fuese a decirle, que cree de su presencia algo indeseable, bueno, Damian no se cree capaz de sobrevivir a tal cosa.
- Vete
Profirió el menor, enterrando su rostro de nuevo en su mullido escondite.
- Dami
Probo suerte de todos modos el mayor, permaneciendo de pie en el marco de la puerta, sin atreverse a ingresar del todo en la habitación de su hermanito, el de ojos azules era muy consciente del daño causado por las palabras antes dichas en esa noche, y sabia que su hermanito necesitaba un momento para juntar sus piezas y deshacerse del malestar por su cuenta, porque sabia mejor que nadie, que si bien había cambiado muchísimo en estos últimos seis años, el menor aún arrastraba consigo un corazón sangrante y mal herido de aquellos días de infancia al cuidado de Talia, y que si lo presionaba demasiado, este huiría de él y buscaría escondite en algún lugar perdido, desconocido e inaccesible para cualquiera que le siguiera el rastro, y eso, era lo último que deseaba en ese momento, sin importar que, Dick no deseaba que su hermanito abandonase la seguridad de su hogar en tal estado de deterioro emocional.
Dick se encontraba desesperado por brindarle alguna clase de consuelo a su hermanito, cuando su descarrilada mente que viajaba a mil por horas en busca de respuesta, se vio interrumpida de forma sorpresiva por aquello que se podía divisar en el cielo más haya del balcón de la habitación del menor.
- Damian, príncipito, solo quiero que sepas, que el no lo decía enserio... Solo... Está muy cansado, los casos en Gotham en los que ya trabajaba sumado el reciente quiebre de la seguridad en Arkham, lo superaron, no es tu culpa, y ciertamente no debió haber explotado contigo de todas las personas, pero solo quiero que sepas que eso era solo el cansancio hablando... Y en caso de equivocarme... Pequeño, sabes que siempre estaremos aquí ¿Verdad?, Jay, Tmmy y yo, siempre estaremos aquí para cuidar de ti, y nosotros te amamos sin importar que, solo quiero que recuerdes eso, buenas noches Dami
Las palabras de Dick fueron susurradas al menor, en un tono que buscaba la aceptación y tranquilidad del chico más pequeño, aunque al parecer no fueron de mucha ayuda, ya que los sollozos del menor no parecían disminuir o aparentar querer dar cese pronto, pero esta bien, pensó el mayor, retirándose de forma silenciosa de la habitación y cerrando la puerta tras de si, procurando no provocar ningún sonido brusco que pudiera perturbar aún más al menor, Damian estaría en buenas manos, pensó el primer Robin mientras abandonaba el lugar con una sonrisa en su rostro.
Damian encontró dicha acción muy extraña por parte de su hermano, Grayson no solía rendirse con tanta facilidad, usualmente tenia que llamar a Jason para que se lo quitara de encima, pero pronto el sonido de unos pies aterrizando en su balcón, le dieron la respuesta a dicha incógnita.
Damian no tuvo que pensárselo dos veces, poniéndose de pie al instante, como si de un resorte se tratase, alzándose del nido de mantas que le hacía de escondite, para dar carrera y lanzarse a los brazos abiertos de su bien amado, quien ya le esperaba en el balcón con los brazos abiertos.
Jonathan quien había sido atraído al lugar por los latidos irregulares de su novio y los murmullos de un llanto, quien en su repentina y no planificada carrera, ni siquiera se molesto en ponerse su uniforme de Superboy, siendo su identidad secreta un asunto de escasa importancia ante la idea de su novio padeciendo algún dolor de gravedad, ya que era bien sabido para todo aquel cercano a Damian, que este no era de lágrimas fáciles, y que si este se veía sobrepasado en emoción, a tal grado como para dejarse llevar por el miedo y bajar sus defensas a tal grado, que se permitiera a si mismo el paso a dichas lágrimas, y al correr desbocado de su corazón aterrado, bueno, o realmente estaba a un paso de las puertas de la muerte, o alguien realmente había logrado atravesar todas sus defensas y hacer añicos su corazón, y a juzgar por la ausencia de sangre en el lugar y en el propio Damian, lo rojizo de los ojos del más bajo, que iban a juegos con el correr irrefrenable de sus lágrimas constantes que marcaban su recorrido a través de las pálidas mejillas del más bajo, perdiéndose entre sus suaves y rosáceos labios, y dejando sus huellas en las ropas del mayor, al parecer, era lo segundo.
Y aunque en este momento, lo único que el semi Kriptoniano tenia como prioridad era mantener a su pequeño novio a salvo y protegido en sus brazos, en el fondo de su mente, mil y un dolor esperaban por aquel que haya osado dañar a su amado príncipe.
- O Dami, tranquilo, ya estoy aquí contigo, ¿Que paso amor?
Pregunto el portador de ojos cual océano, intranquilo y preocupado por el mal estar del mayor.
- Jonathan... ¿Realmente soy alguien tan odiable?
Pregunto el de menor estatura, aferrándose al abrazo del súper, quien atónito no lograba procesar del todo lo dicho por su novio.
- ¿Que?
No pudo contenerse y tuvo que alejar un poco a Damian para verle a la cara, y poder volverle a cuestionar al menor lo antes dicho.
Damian ante tal acto bajo su mirada a sus pequeñas manos que con fuerza se aferraban al pecho del más alto, sin atreverse a verle a los ojos, volvió a susurrar.
- ¿Realmente mi presencia es tan aborrecible? ... ¿Soy alguien desechable?
El primer impulso del de ojos cielos fue volver a envolver a su pequeño novio en la seguridad de sus brazos, inmediatamente el mayor oculto sus lágrimas en el hombro de su amado, mientras podía sentir una de las cálidas manos de Jon dejar caricias en su pelo, mientras la otra se aferraba con fuerza a su cintura.
- Pero que cosas estas diciendo amor...Jamás pienses de ti algo como eso, dios Damian, eres mi universo entero, te amo más que a nada y podría morir solo ante la idea de perderte, jamás pensaría en ti como algo indeseable, eres mi mayor tesoro príncipito, te amo y no quiero que dudes de ello jamás
Jonathan pudo escuchar como los sollozos del menor iban en aumento, pero esta bien, le permitiría a Damian esta noche llorar hasta no poder más y caer rendido ante los brazos de Morfeo, y mañana se encargaría de que no pudiera parar de sonreír, pero hoy, hoy le dejaría desahogarse cuanto necesitase, sin importar cuanto le doliese ver a su cielo llorar.
Con lentitud los guió a ambos hasta la cama del menor, tarde se dio cuenta que Damian solo llevaba shores cortos y que había permanecido descalzo en las afueras de su habitación, expuesto al frío de la noche, como disculpa, lo metió bajo las colchas para luego, el mismo acurrucarse a su lado, lo acuno en otro cálido abrazo, posando su mentón sobre el húmedo cabello del más pequeño, y ocultando el rostro del de ojos color jade en la seguridad de su pecho.
Encontrándose envuelto en la calidez de sus sabanas, y expuesto a los suaves mimos de su amado, Damian cayó agotado en cansancio rápidamente en las redes del sueño, mientras en silencio y con delicadeza Jon deslizaba sus dedos con cuidado por el rostro de su príncipito, dios sus ojos estaba realmente rojos ahora, Jon no perdonaría al autor de aquella herida y devastada mirada que su pequeño novio le había dedicado al recibirlo aquella noche, junto a aquellas moribundas palabras, no, Jon no le perdonaría jamás el haber llevado a su novio a tal estado de desolación, Damian era su persona amada, SU tesoro, y no le perdonaría haberle lastimado de tal manera.
Con una sonrisa cálida y llena de amor, deslizó sus dedos a través de las mejillas sonrojadas de su novio, secando una traicionera lágrima que en sueños el mayor dejaba escapar, Jonathan observo con infinito amor y devoción el dormitante rostro de su ángel de ojos jade, para luego depositar en su mejilla un delicado y tierno beso, y así dejando un rastro de estos por todo su rostro, en su frente, en la punta de su pequeña nariz, en la coronilla de su cien, en su suaves mejillas y debajo de ambos ojos enrojecidos, impregnando sus labios con aquel sabor salado, para acabar con apenas un rose de labios sobre los más tiernos del mayor, pretendiendo ignorar aquellos ojos azules que se asomaban a través de la puerta, Tim no era una amenaza para su pequeño príncipe, el menor de los Kent tenia muy en claro la devoción y cuidado que los hermanos de su novio le tenían a este, por lo que Timothy chequeando el estado de Damian no le suponía una molestia, era consciente que a lo lago de la noche recibirían las constantes visitas de uno u otro de los mayores, y esta bien, porque Jonathan ya los había descartado como posibles agresores de Damian, no con lo mucho que estos demostraban amar a su novio, ahora que lo pensaba, Colin tampoco podría ser dicho atacante, el pelirrojo se había ganado el puesto de mejor amigo de su novio a cuesta de muchísimo esfuerzo y muestras de lealtad, ese chico no pondría tales heridas e inseguridades en Damian.
El menor de los Kent siguió contemplando opciones y posibles sospechosos, quizás no estaba seguro de quien seria tal persona, pero de algo estaba seguro, y eso era que quien quiera que se haya atrevido a volver el hermoso mirar jade de su novio, una nebulosa de dolor, puede dar por seguro que sufrirá diez veces más lo que su amado príncipe, le mostrara de forma lenta y dolorosa, porque no debes meterte con el novio de Jonathan Kent, y con ese pensamiento, una última sonrisa algo desquiciada a su pequeño novio, y un casto y dulce beso en los labios de un durmiente Damian, Jonathan se decidió en acompañar a su amado en sueños.
Y mientras tanto en la adormilada mente de Damian, ajeno a todo los pensamientos posesivos y un poco maniáticos de su novio, el más joven de los Waynes se sentía en paz, aunque las palabras de su padre aún resonaba como un inacallable eco constante, allí, acogido en los cálidos brazos de Jonathan, escuchando el calmante latir del corazón de su novio, sintiendo sus dedos recorrer su cabello con cariño, oyendo sus susurros de consuelo y su segunda mano bagando por su espalda, propinando suaves caricias en busca de su reconfortó, siendo consciente que no muy lejos, más haya de la puerta de su habitación, sus tres hermanos mayores esperan impacientes, por verle otra vez y ser capaces de cuidarle y mimarle hasta el cansancio, en aquel lugar donde se puede sentir amado, donde puede sentirse al fin en casa, puede verse capaz de ignorar aquellas crueles palabras, en busca de poder oír, las de aquellos que en verdad le aman.
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Bueno, este es mi pequeño obsequio para ti ZamyRose22 Feliz cumpleaños linda!!! Perdona el retraso, esto es por todo tu apoyo, perdona que haya terminado convirtiéndose en otro de mis desperfectos a los que trato de llamar historias, se suponía que iba a ser algo bonito y romántico, lleno de nubes de malvavisco, primaveras y arco iris, y termino siendo esto, otra vez Damian llorando y siendo herido, y para rematar un Jonathan medio yandere, lo siento soy un desastre de remedo de escritora y a pesar de mi falta de originalidad, espero que te guste y al menos te de un buen rato, de nuevo felicidades por tu día y realmente espero que el resto de tus regalos sean mejores que el mio XD.
En otra nota, este fic fue inspirado en una historia de shotakawai "Bebe Llorón".
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