41. Cumpleaños


Aidan la tenía entre sus brazos por lo que sabía lo furioso que estaba, todo su cuerpo estaba tenso y su agarre comenzaba a rayar en lo doloroso

— ¡Oh! ¡Pero sí eres el gatete!— Esta vez Ailey frunció el ceño— Creí que ya habíamos hablado de eso.

— Tú no tienes nada de qué hablar con ella, mantente alejado.

Brian comenzó a reírse, para alivio de la pelinegra Kevin y Dev llegaron en ese momento

— ¿Sucede algo?— Brian miraba a Ailey en brazos de Aidan, no era estúpido, Ailey era y sería suya tuviera que quitar a cualquiera de su camino.

— Simplemente no se como ustedes pueden juntarse con esta clase de gente— Brian se giró y regresó a su lujoso auto.

(...)

Ailey vio a Aidan alejarse, no había entrado a la cafetería, después de que Brian se fuera, la acompañó a su clase y se fue.

Ailey sentía un nudo formarse en su garganta y las lágrimas quemaban sus ojos

— ¿Qué sucede Ailey?— preguntó Lana y su mejor amiga se encogió de hombros con pesar.

— Creo que Aidan está molesto conmigo... por lo de Brian.

Lana no sabía qué decir, estaba dividida pues era comprensible que estuviera molesto, pero no podía tratar de ese modo a Ailey.

(...)

— El sábado sera el cumpleaños Aidan ¿Ya planeaste qué hacer?

Allison le pregunto a Ailey

— Bueno Cam me dijo que planeaba festejarle así que he decidió ir, la invitación está extendida para todos ustedes.

Todas comenzaron a hacer sus planes, sobre qué regalarle a Aidan.

(...)

Aidan estaba de pie mirando a Ailey, podía ver como hablaba con Dev, estaba siendo un idiota no era su culpa que no soportara a Brian, ella no había hecho nada.

Siempre supo que su padre le imponía demasiado y que ella nunca lo enfrentaba, todo desde la muerte de su madre.

Aidan aprovechó que Dev se alejó un poco para acercarse a ella. Se acercó y la abrazo por su delicada cintura, le gustaba sentir su pequeño cuerpo contra el de él.

— Lo siento

— No tienes que disculparte

— Por supuesto que sí, he sido muy brusco contigo.

Ailey se giro y tomo el rostro de Aidan entre sus manos y lo miró

— En serio no te preocupes amor

Ailey se acercó y lo besó, eso le encantaba a Aidan, esos pequeños momentos en los que ella se comportaba así, no se quejaba pues a él le encantaba ser el fuerte y sostenerla, pero a veces ella lo sorprendía.

Aidan la abrazó.

— ¿Te llevaré a casa?— Ailey sonrió

— Y sí ¿Nos vamos ahora?

Aidan sonrió

— Me parece perfecto— Aidan sonrió — Vayamos a casa, mamá no trabajo hoy, podemos ir a comer.

Ailey asintió encantada. Los dos se fueron sin decirle a nadie más. Ailey estaba nerviosa por Jema, sí la niña estaba no sabría que hacer, pero no se lo mencionó a Aidan, era su hermana y jamás diría algo de ella.

— ¡Ailey!— dijo Cam, cuando la vio. La pelinegra sentía su pecho contraerse de emoción cada que la madre de Aidan la abrazaba como lo estaba haciendo— Me encanta verte de nuevo.

— Gracias, Cam— sonrió complacida. Entraron a la casa y Cam los llevó directamente a la cocina

Los dos chicos comenzaron a comer lo que Cam les iba poniendo en la mesa.

— ¡Esto esta delicioso!

Cam sonrío

— Toma esto, puedes llevártelas— Cam le tendió una caja, Ailey la abrió y la encontró llena de galletas.

— Muchísimas gracias.

(...)

Ailey y Aidan estaban recostados en la sala, la televisión estaba encendida y ellos simplemente la veían.

— Niños, me tengo que ir y Jema sigue en casa de su amiga, así que se quedan solos, no hagan travesuras.

Ailey se sonrojo al instante mientra su novio comenzaba a reírse.

(...)

— Vamos a mi habitación— Aidan no le dio tiempo de responder la tomó entre sus brazos y la llevó a su habitación

Ailey comenzó a reírse cuando la dejó caer sobre el colchón. Aidan sonrió y se agachó para besarla.

— Me gusta estar contigo— Ailey lo abrazo acercándolo más a ella. Aidan le regreso el abrazo, el rubio sabía que ella necesitaba dormir así que eso fue lo que hizo, la sostuvo para que durmiera y se recompusiera.

(...)

El sábado era la fiesta de Aidan, por lo que el viernes en la mañana Ailey decidió no ir a clases, claro que le aviso a todos que no se presentaría, pero quería hacer un regalo especial.

Estaba en su habitación rodeada de papeles, algunos nuevos otros arrugados, no estaba muy convencida de que hacer.

— Buenos días preciosa— Ailey se encontró con Brian en la entrada de su habitación

— ¿Qué es lo que haces aquí?

— Ay Ailey, parece ser que ya no recuerdas que mañana es la fiesta de tu padre y que iremos juntos— Ailey estaba en shock, por la puerta entraron tres mujeres con tres cajas— mi madre se encargó de esto, vestido, zapatos, accesorios. Tú y yo seremos la pareja perfecta, mañana en la tarde. Te veré allá, la limusina llegará a las cinco por ti. Y tal vez es hora de que hable contigo y con tu padre.

Ailey sintió cómo su estómago se hundía, eso no podía ser cierto, no pensaba faltar con Aidan, lo cual implicaba revelarse contra su padre. Pero no iba a ser de otra forma, ella no iría a la fiesta de su padre.

Las palabras de Brian le daban mala espina.

— Por favor mamá que no sea lo que estoy pensando.

Ailey había querido pasar todo el día con su novio pero tenía que ser muy cuidadosa sí quería escaparse. No sabía sí su padre estaría en casa.

(...)

El sábado Ailey fue despertada por dos mujeres, tenían uniformes blancos, como los que ocupan en los spa.

Ailey trato de negarse, pero después entró Sarah Petrov, una de las trabajadoras de confianza de su padre, que ella estuviera ahí no era bueno, ahora que era mayor podía ver que Sarah estaba interesada en su padre y que ella no era buena.

Ailey tenía que moverse con cuidado o ella iría a decirle todo a su padre. Tuvo que soportar a las tres mujeres la mayor parte de toda la tarde.

(...)

Estaba a punto de oscurecer y ya todos estaban en casa de Aidan, él estaba feliz pero no podía disfrutar hasta que Ailey no llegará.

Raicheal estaba feliz de ver la creciente desesperación de Aidan.

— Tranquilo, ella vendrá — fue Dev quien se acercó a él— Solo han pasado treinta minutos.

Lana y Allison intercambiaron una mirada, Lana le había contado sobre la fiesta y las dos estaban preocupadas porque hubieran obligado a Ailey a ir a la fiesta.

Todos los demás presentes parecían ajenos a la tensión que sentían los amigos, el timbre sonó y fue Aidan quien abrió encontrándose con Ailey un poco despeinada

— Siento llegar tarde

Aidan sonrío y la tomó de la cintura para acercarla a él. Eso era lo que había estado esperando toda la tarde, no había mejor regalo para él, tener a Ailey con él era perfecto.

— No te preocupes

— Aidan, tu regalo...

— No necesitabas darme nada cariño.

— Pero lo tengo en casa, no te preocupes.

Aidan sonrió y entró con ella.

(...)

— ¿Por qué tienes la rodilla raspada?

Ailey se sorprendió de que fuera Kate quien le preguntara. Cuando miró sus jeans notó la mancha de sangre en ellos

— Tuve que escaparme, supongo que me raspe.

Kate sonrió y se alejó de ella.

La reunión estuvo muy buena y Ailey no se separó de su novio, estaba feliz de haber podido escaparse, aunque tanto ella como Lana temían lo que le esperaría cuando regresara a casa.

(...)

— Feliz cumpleaños mi amor

Los dos se estaban despidiendo, ya todos los demás se habían ido, y él la había ido a ver.

— ¿Aidan?— Aidan miró a su novia— verás... en tres días es el... aniversario de mi madre... tal vez... tal vez... no vaya a la escuela

Aidan la miró por unos instantes, Lana ya le había comentado y ya estaba preparado.

— Bueno me avisaras ¿cierto? ese día llegaré hasta después del almuerzo, tengo que ayudar a papá

— Por supuesto que lo haré

Cuando Aidan se fue, Ailey sintió el terror llenar su cuerpo, podía ver las luces encendidas, su padre ya estaba ahí.

Ailey se escabulló por el patio con ayuda del portero. Tuvo que escalar hasta su habitación, fue muchísimo más fácil, subir que bajar, pero aún así consiguió unos cuantos raspones en las palmas.

Casi se le va el alma a los pies cuando vio a alguien en su habitación, casi se ponía a chillar cuando vio que era Yola, una de las chicas del servicio, traía puesto su camisón

— ¡Oh señorita! ¡Gracias a Dios! Ya está aquí.

— ¿Qué sucede? ¿Por qué estas vestida así?— Yola puso cara de preocupación y se acercó a tomarla de las manos.

— Su padre llegó furioso, preguntando por usted y no se nos ocurrió otra cosa más que esto. Mika le dijo que estaba muy enferma y se sentía muy mal, que ya habíamos llamado al médico y el medicamento la hizo dormir, entonces yo me metí bajo las mantas y fingí ser usted, gracias a dios su padre no se acercó

Ailey se quedó procesando todo lo que la chica le había dicho, no pudo evitarlo, comenzó a reírse, tanto que Yola la miró preocupada

— ¿Está bien señorita?

— Por supuesto que sí Yola, muchas gracias por salvarme, mira toma esto— Ailey le tendió la caja de galletas— están deliciosas, pueden comerse las que gusten.

— Pero señorita.

— Anda, ve y descansa, también puedes quedarte con la pijama.

Ailey despidió a Yola y cerró su habitación, estaba muy cansada ya mañana lidiaría con su padre.

(...)

Ailey despertó con severos toques en su puerta, ya sabía de quién se trataba, corrió a su espejo y se alivio de ver que el poco rimel que se había colocado se le había corrido, provocando más ojeras de las que comúnmente ya tenía. Tuvo que presionar su nariz para que se notara roja.

— Pasé— dijo cuando volvió a estar bajo sus mantas

— ¿Por qué no te presentaste anoche?

— Yo... me sentía muy mal padre, llamé al medico y me quede dormida— su padre examinó su rostro

— Ya veo, espero y no se repita Ailey, porque la próxima vez así estés hirviendo en calentura te quiero ahí, saldré de viaje y no tengo aún fecha de regreso, pero cuando lo haga, Tú, Brian y yo tendremos una conversación.

Ailey asintió y su padre se fue, el que su padre no se preocupara por su salud había pinchado su buen humor y comenzó a sentirse mal, ya sabía por qué se iba, cada que era el aniversario de la muerte de su madre, él simplemente se iba. Eso le partía el corazón a Ailey. 

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