¦ XVII ¦ Hyggelig ¦

| Música de Multimedia: A Night to Remember (Original Version) -HSM 3 |

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"Aprovechar el tiempo que vuela tan aprisa; el orden os enseñará a ganar tiempo".

Johann W. Goethe-.


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*Hyggelig: Palabra de origen danés que significa que estás a gusto y cómodo, que te tratan bien en el lugar donde estás. Es una sensación positiva, de calidez, como cuando te encuentras entre amigos*.

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Kira


Cuatro semanas para el Baile de Bienvenida.


—¿Podrías ayudarme con eso, mamá? —pregunté mientras me sentaba a desayunar en la barra de la cocina. Mi madre había adquirido el gusto por hacernos de desayunar ella después de que terminara sus ejercicios; nunca supe cómo es que esa mujer podía hacer tanto en su día y no cansarse—. En serio, necesito quitarme eso de encima.

—Lo intentaré, hija —respondió, sirviéndome un omelet en mi plato, cerré los ojos a causa del olor, podía jurar que estaba riquísimo sin probarlo—. Pero tendrías que pedírselo a tu padre, él es el que tiene los contactos más específicos.

—Lo sé, pero tú eres más influyente en el medio, ¡necesitamos a los mejores decoradores posibles! —dudé en mi siguiente jugada, mi madre había puesto su cabeza en sus manos para descansar y mirarme fijamente—. Además, eres muy buena convenciendo a cualquiera, ¡eres excepcional, mamá!

Mi progenitora me observó unos segundos más con la mirada entrecerrada y yo me limité a sonreír como la buena hija que era.

—Por favor, mamá —le pedí una vez más mientras tomaba el tenedor y partía el omelet, el sabroso olor impactó mi faz y cerré los ojos; era idéntica a la receta de la yaya Abi—. Hazlo no solo por mí, sino también por Violet...

—¿Acaso ella irá? —preguntó mi padre dándome un beso en la frente—. Buenos días, queridas. —Mamá le devolvió un rápido beso y le sirvió su respectiva ración mientras él encendía su tableta electrónica y checaba las noticias en Internet—. Me sorprenderé si Eliza va, ella no es mucho de ir a eventos sociales.

—Iré, papá —respondió Violet un tanto molesta mientras entraba a la cocina, yo me ahogué por un segundo y, amablemente, mi hermana menor golpeó ligeramente mi espalda para salvarme—. Debes de tener más cuidado, hermana.

—No deberías de escuchar lo que tenemos que hacer —añadí, una vez que logré pasarme el trozo de omelet gracias al jugo de naranja—. Es una sorpresa.

—Lo sé, lo sé. El tema de la recompensa por la Audición es un misterio hasta la segunda semana —respondió Violet, sentándose a mi lado—. Pero aún así, tengo que ir para que mamá acceda a tu petición, ¿o me equivoco?

—Tan perspicaz como tu madre a su edad —añadió papá, bebiendo su usual taza de café cargado—. Estoy seguro que no nos llevará mucho contactar con nuestros amigos gitanos; ellos aman esas cosas.

—¡Papá! —exclamé, tapándole las orejas a Eliza, esta abrió los ojos como platos ante mi reacción—. Ella no se puede enterar.

—Cierto, cierto —dijo mi progenitor, llevándose una mano al pecho—. Discúlpame, hija.

Suspiré y dejé a mi hermana mientras mamá aceptaba mi petición, sonreí mientras comía. Si todo salía bien, tendríamos a los mejores diseñadores del planeta para el Baile de Bienvenida, o como Yadiel le dijo, para el Carnaval de Bienvenida.

Reí para mí misma mientras desayunaba, cosa que mi madre se percató y se guardó para sí misma varias preguntas. Se dispensó y fue directo por mi hermano menor, ya que se nos hacía tarde para la escuela.

Tres semanas para el Baile de Bienvenida.


—¿Conseguiste los vestidos? —preguntó Karen mientras mordía su pastelillo de zanahoria. Todo el Comité había decidido hacer su reunión en las mesas exteriores de Campo Paraíso. Todos estaban ocupados en ordenar sus agendas—. Siento tener que pedírtelo.

—No te preocupes —respondió mientras Yadiel dejaba las bebidas en la mesa. Ese día, conocí a la dueña de la cafetería, ya que, la Sra. Ackerman había cerrado temprano para que los miembros del Consejo Escolar pudieran organizarse—. Fue bastante fácil después de saber tu talla, será un hermoso vestido plata con negro, se cerñirá perfectamente a tu cuerpo. —Hizo una pausa, analizando sus palabras—. Con esas medidas conquistarás a quien quisieras.

Me volví a ahogar al escuchar eso y rápidamente Chuleta me dio unos leves golpes en la espalda pero era inevitable, habíamos hecho un escándalo demasiado grande y todas las miradas se posaron sobre nosotras.

—¿Estás bien? —preguntó Tristán preocupado, acercándome un vaso de agua. Yo asentí con pena, rezando para que nadie hubiera escuchado a Abi—. ¿Quieres otra cosa?

—Gracias, estoy bien. —Tomé el vaso de agua y él se retiró a tomar las últimas órdenes de los demás. Hice una pequeña pausa y cuando todos dejaron de prestarnos atención, observé con severidad a mi amiga—. Podrías no decir cosas impertinentes, ¿por favor?

—Oh, vamos. —Puso su barbilla entre sus palmas y me sonrió con malicia—. Eres demasiado bonita como para no saberlo, ¿algún prospecto? —Negué de forma seca—. ¿Alguna herida por un exnovio inglés?

—Luego te cuento eso —susurré, suspiré y cerré mis ojos. No quería recordar mi pasado en Inglaterra—. Mejor, dime, ¿ya las tienes listas?

—¡Cierto! —Karen se golpeó la frente y sacó una caja de una bolsa enorme. La dejó en la mesa, llamando la atención de todos los presentes—. ¡Las tengo!

Chuleta abrió la caja y dentro se encontraban muchísimas invitaciones del Baile de Bienvenida, eran coloridas e impresas en un papel lo suficientemente duro como para evitar romperse, sacó un puñado y se incorporó para comenzarlas a repartir entre los presentes con la ayuda de Jaiden.

—La invitación tiene un código QR en el reverso que será leído por los miembros de seguridad el día del Baile —explicó mientras todos en la mesa las revisamos—. Tendremos un control para saber cuántos de la Generación XLIV van a asistir, así también evitaremos colados que puedan arruinar este bello momento.

Hubo unos momentos de silencio en los que Karen me enseñó fotos del vestido, el cual estaba hermoso, mientras tanto, Tristán por fin había terminado de repartir las órdenes y por fin se unió a nosotros, él se sentó a lado de su mejor amigo.

—Todo saldrá perfecto —dijo la Presidenta del Comité de Bienvenida, rompiendo el silencio que se creó—. Nos encargaremos de repartir estas invitaciones entre todos los nuevos alumnos, ¡esa noche será perfecta!

Asentí, haría lo mejor para que mi hermana tuviera su baile. 

Tristán


Dos semanas para el Baile de Bienvenida.


—Me duele la cabeza —declaré en voz alta mientras estiraba mis manos para que el sastre tomara mis medidas—. ¿Cómo es que los demás pudieron crear un baile de Bienvenida en un mes? ¡Es imposible!

—Sin moverse, joven —ordenó el Sr. Lim, un sastre de sesenta años que radicaba en Ment Valley desde su juventud, con tranquilidad me disculpé.

Después de mucho tiempo, Alessandro y yo habíamos terminado con la contratación del transporte privado para los invitados del Baile de Bienvenida; las negociaciones costaron pero por fin, era una cosa menos. Ahora toda la responsabilidad recaía en mí, era el último en presentar mis avances.

—Tómatelo con tranquilidad —dijo mi mejor amigo, revisando corbatas y pañuelos—. ¿Crees que tenemos que usarlas?

—Es imposible, Casey no me ha respondido desde que le mandé el mensaje —expliqué, dando una vuelta para que el sastre hiciera su trabajo—. En mi caso no, los miembros de la banda solo tienen que usar traje sin corbata y pañuelo.

—Te responderá, tranquilízate. —Se sentó mientras observaba una corbata de color vino—. Creo que iré de vino, ¿Podría hacer que mi traje haga juego con este color, Señor?

—Claro, jovencito —respondió con amabilidad el sastre mientras me quitaba las prendas para la medida—. ¿El suyo de qué color lo desea?

—Negro, por favor, los miembros de la banda tienen que usar el mismo color —Asintió el sastre y me permitió bajar, me dirigí al italiano—. Estoy a punto de llamarle a mi prima.

—Podrías, aunque no me suena coherente, dices que la situación en su ciudad no es muy buena, cierto —añadió Alessandro, entregándome mi suéter—. ¿Para cuándo estarían listos?

—Por ser para los estudiantes de la Academia de las Artes —consultó el sastre en su agenda—. El viernes antes de la gran noche, ¿les parece?

—Se lo agradecemos, Señor Lim, lamentamos no poder dar mucho de propina —respondí, poniéndome mi suéter, afuera hacía un frío inusual.

—La Academia me da el presupuesto suficiente para que sobreviva estos gastos —explicó el Sr. Lim con una sonrisa—. Me alegra ser de ayuda para las futuras generaciones.

Nos despedimos y salimos de la sastrería, ahí, comenzamos a caminar hacia la plaza, era nuestro día libre y podíamos ir en búsqueda de zapatos.

—Primero vamos a la farmacia —declaró mi mejor amigo—. Necesitas una pastilla para ese dolor de cabeza. 


Una semana para el Baile de Graduación.


—¡¿En serio lo conseguiste?! —exclamé, mi cuerpo se liberó del peso que llevaba en mi cuerpo desde hacía semanas—. ¡Eres la mejor, Casey!

Era la noche del sábado, una semana antes del Baile de Bienvenida, y estaba en mi casa, hablando por videollamada con mi prima Casey.

Sé que me los vas a pagar en cuanto necesite un músico —respondió mi prima Casey Meza, ella vivía en otra ciudad donde uno de los temas en los que giraba la vida era el deporte—. Quizás puedas venir a la fiesta de cumpleaños de mi amiga Daniella, ¡serías un acompañante genial para mi amigo Logan!

—Lo pensaré, Cas, lo pensaré —respondí, bebiendo mi té caliente—. ¿Cómo es que lograste contactar con ellos?

Sería genial tenerte aquí, les caerías bien —comentó Casey mientras se aplicaba una mascarilla—. Mi amiga Daniella me ayudó, su padre era amigo del dueño de Compañía del Sol y como le debía un favor, ellos accedieron. Llegarán a partir de mañana, justo como se tiene planeado.

—Me quitaste un gran peso de encima, prima —suspiré, quitándome los lente para limpiarlos—. ¡Eres lo máximo!

Lo sé. —Alzó su mano y elevó su barbilla, haciendo una seña de superioridad. Yo reí ante ese gesto, era típico de ella. Observó su muñeca para ver la hora—. Espero que salga bien el baile y me encantaría poder hablar un poco más contigo para saber cómo está la tía Leah pero tengo que irme, quedé en hablar con Lee a las diez. —Levantó su teléfono y me lanzó un beso familiar—. ¡Los quiero, enano! Tienen que venir este año a la fiesta familiar, ¡adios!

Dicho eso, mi prima colgó.

Cerré mi laptop y me recargé en la silla de mi escritorio, con esa charla que tuve con Casey mi alma había regresado a mi cansado cuerpo, me giré y me incorporé con mi té para mirar por la ventana.

Esta se encontraba abierta y la brisa marina entró a la instancia mientras las olas rompían con la costa, todo este último mes había sido una locura pero por fin todo había terminado; sonreí y saqué mi móvil para mandar un mensaje al grupo del Consejo Escolar.

«—La Compañía del Sol llegará mañana, justo para los preparativos —escribí mientras bebía mi té—. Todo estará listo para el gran día».

Lo envié y guardé mi teléfono justo cuando mamá Leah me habló desde la sala, merecía una buena cena familiar después de semanas de estrés. Porque el Baile de Bienvenida sería el mejor recuerdo que tendrían la Generación XLIV.

N. de A.

¡Feliz segundo aniversario LMQNU!

Y por fin, hemos llegado al primer "evento" de esta historia. Durante todo el mes de diciembre se desarrollará el Baile de Bienvenida de la generación 94 y no puedo esperar a mostrarles tooooodo lo que tengo preparado.

Espero les guste este mini-especial y mi esfuerzo para no morir en el intento.

¿Qué les pareció la elección musical? Me recuerda a mis épocas cuando crecí con estas canciones jaja, en fin, ¡os leo en comentarios!

¡Nos vemos!

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¡Farewell!

PD. La de los guioncitos.

PD 2. Están toooodos invitados al siguiente evento:

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