¦ XIV ¦ El Dolor de la Cancha ¦
| Música de Multimedia: Stolen Dance - Milky Chance |
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"El mundo está lleno de pequeñas alegrías; el arte consiste en saber distinguirlas".
Li Tai Po—.
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Una de las cosas más espectaculares que ocurren a mi alrededor es ver la cara de sorprendido de Jaiden al verme esperando solo en el salón en la primera clase del martes. En realidad, la cara de los trabajadores y demás personas que conocían mi reputación con el tiempo se habían sorprendido y no los culpo, pocas eran las veces que llegaba temprano.
Por lo regular, mi rutina siempre consistía en levantarme, hacer mi desayuno y realizar algunas tareas domésticas antes de salir, aún si la Srita. de la Vega tocaba a mi puerta, recordándome que tenía que llegar temprano pero ahora, con mamá Leah en casa, todo era diferente.
Ese día, me desperté y mamá Leah se había encargado de todo y nos había preparado el desayuno. Era una mujer espectacular, ella me había inculcado la semillita del orden y de la limpieza y mientras desayunábamos ella bromeaba acerca de ovnis y aviones, contando historias de sus vuelos; creando una atmósfera de luz y paz que pocas veces se veía.
A diferencia de tomar el subterráneo y pelear por un espacio, mamá Leah me llevaba en el automóvil que la aerolínea le había confiado. Yo disfrutaba esos largos caminos con música a todo volumen en el metro, ya que el departamento quedaba al otro lado de la ciudad pero con mamá Leah al volante, respirar el aire fresco de Ment Valley era muy superior.
Cada seis meses era esa ocasión, me tocaba hablar con los trabajadores nocturnos y explicarles mi extraña situación, ellos abrían gustosos las puertas de la Academia, dándome la experiencia de recorrer los pasillos con calma, recoger mis cosas de mi casillero y poder dirigirme al aula, siendo de los primeros en ingresar.
Pero jamás de los jamases había llegado antes que un profesor. Y menos a la clase de deportes, ¡la clase de deportes!
Y así me encontraba acostado en las gradas, con el short y playera deportivos, esperando a todos mientras el sol comenzaba a golpear mis piernas con la música retumbando en mis oídos.
—¡Meza! —Sentí un ligero golpe en mis costillas, abrí mis ojos y ahí estaba Jaiden con los brazos cruzados, sosteniendo su mochila—. Me hubieras dicho que vendrías temprano, ¿acaso Leah te trajo?
—Sí —respondí, bajando mis piernas y sentándome, me tallé los ojos y pude ver a varias personas sorprendidas llegar, yo me limité a ignorarlos—. Mamá Leah desayunó conmigo y ahorita anda en Ment Valley. —Me estiré y vi entrar a Kira, estaba amarrando su cabello en una coleta, la saludé con una sonrisa que me fue devuelta—. Me dijo que iba a buscar algún club o algo, ella jamás había tenido vacaciones.
Alessandro dejó su mochila de entrenamiento en la grada y se incorporó ladeando la cabeza, sorprendido.
—¿Leah se tomará vacaciones? —Asentí quitándome los lentes y colocándome las lentillas de contacto. No quería que mis lentes volvieran a encontrar el fatal final que ocurrió en mi primer año.
—También me sorprendí. —Nos encaminamos al centro de la cancha al ver al profesor de deportes llegar, todos estaban con caras soñolientas. Kira estaba saludando a Karen—. Será raro tener a mamá Leah todo el tiempo, será un año bastante diferente.
—Y que lo digas —musitó mientras giraba su cabeza y observaba a Abigail, ella lo ponía mal—. Hablando de cosas difíciles...
—Tienes que dejar de lado esa atracción —comenté. Nos detuvimos frente al profesor, un viejo medallista olímpico que añoraba sus años de grandeza, además de darnos la clase de deportes, él era el encargado de los clubes deportivos—. Un día te va a causar problemas.
—Pero desde aquella fiesta he soñado con ella...
—¿Y así te atreves a decirme que la olvide? —bromeé empujándolo con el hombro—. Eso es demasiado géminis de tu parte.
—No empieces a hablar como el chico de los horóscopos. —Se rió ante mi comentario—. Que no se te peguen las malas mañas de los clientes de Campo Paraíso. —Hizo una pausa y puso su mano en los bolsillos—. Oye, recuerdas que...
—Sí, ya sé que tengo que acompañarte en la tarde —respondí sin tener opción, era la única forma de que su encanto italiano no se fuera al caño al no tener las palabras adecuadas.
Crucé mi brazo por su hombro y escuchamos atentamente las instrucciones del profesor. Como era costumbre, nos saludó y nos dio el clásico discurso de la importancia del deporte en nuestra vida que si bien no menosprecio, era bastante repetitivo escucharlo por tercera vez. Además de, aclarar que la Academia de las Artes se preocupaba por nuestro rendimiento deportivo y teníamos la obligación de realizar el circuito de condición.
Nos dividimos en cuartetos para las pruebas iniciales, el italiano y yo nos tocaron con varios chicos que no conocíamos mientras que Beth, Kira, Cecilia y Karen las pusieron juntas.
Y era claro que ardería Troya si algo salía mal.
Usualmente siempre que tengo clases de deportes, siempre veía a mi sexo caer ante las exigencias de los profesores en las pruebas de rendimiento pero, ahora, veía a ambos sexos sin distinción caer ante la tortura del profesor de deportes.
Habíamos comenzado veinte equipos, de los cuales quedabamos cuatro en pie, quitando el nuestro, otro de los que quedaban era la mitad del equipo de Tristán y Jaiden, a pesar del dolor en sus rostros no se rendían.
—¡Atención, Thalassino! —exclamó el profesor antes de dar el pitazo de salida.
Inmediatamente salí disparada a la meta mientras veía cómo caía Abi a mi lado.
—¡Sigue, Kira! —Me motivó mientras se detenía en seco y tomaba aire. A su lado, Cecilia se detenía y le gritaba cosas a mi rival.
Asentí y vi cómo la mirada de los restantes se posaba en nosotras dos, Beth tenía una resistencia increíble. Cerré mis ojos y me esforcé al máximo hasta que escuché nuevamente el silbato del profesor, ahí comencé a frenar lentamente.
—Bien, Thalassino, eres la primera en completar todo el circuito —decía el profesor mientras se acercaba a mí. Yo tomaba aire desesperadamente, las salidas deportivas de mi familia en Inglaterra fueron de gran ayuda—. Tienes el mejor tiempo de la clase, felicitaciones.
»En cuanto a ti, Contreras, has decaído en tu tiempo del año pasado. —Levanté la mirada mientras me volvía a hacer la coleta, ahí sentada estaba Sam, estaba en peor estado que yo—. Pero aún así, volviste a completar el circuito. —Nos dio la espalda y se dirigió a las demás mujeres—. Bien, todas pueden ir a las duchas a descansar o quedarse y ver a sus compañeros y compañeres.
Y con esas palabras, la mayoría decidió irse a los vestidores mientras que Chuleta me arrastró a las gradas a disfrutar del sufrimiento humano. Yo me senté en primera fila y saqué mi botella de agua.
—No pensé que las clases de deportes fueran así en la Academia —declaré y bebí agua de forma desesperada. Karen se estaba secando con una toalla.
—Usualmente no lo son —respondió mi amiga con su respiración acelerada—. Pero la Directora quiere que tengamos un plan de ejercicios acorde a nuestro rendimiento, en teoría todos tendríamos que completar este circuito pero no todos tienen aptitudes físicas. —Los compañeres no binarios estaban haciendo su prueba, de ellos solo quedaba un equipo completo—. Obvio el profesor solo nos da la clase a la semana sin matarnos, es bueno pero siempre le piden que haga esta tortura. —Hizo una pausa y saltó de felicidad al ver que todes habían completado la prueba—. Tienes suerte de que sea el último año.
Asentí y comencé a controlar la respiración como me había enseñado mi madre, ella era una loca del deporte, tanto que no sabía cómo es que tenía tiempo para trabajar en lo que amaba. Pasaron unos cuantos minutos y el profesor comenzó a hablar con elles.
—¿Qué harás en la tarde? —preguntó Abi, bajándose las calcetas hasta el tobillo.
—Iba a ir a la prueba de ingreso de mi hermana —respondí, dejando mi cabello libre—. ¿Por qué? —Ella sonrió.
—¿No quieres ser parte del comité de bienvenida? —cuestionó, juntando sus manos y pidiéndolo casi de rodillas. Yo dudé en responder y siguió—. Por favor, nos falta personal y si estás aquí tendrás mejores beneficios en las pruebas del año, di que sí.
Respiré profundamente al ver el falso puchero que Karen había hecho, giré mi vista y vi a Tristán riendo mientras se estiraba, estaba bromeando con el italiano antes de que el profesor terminara con los compañeres no binarios.
—Está bien, ¿qué tengo que hacer? —pregunté colocando mis manos en sus hombros. Ella sonrió y saltó unos cuantos centímetros.
—Después de la prueba de tu hermana te llevo personalmente. No te arrepentirás —aseguró con una sonrisa—. El Baile de Bienvenida es una increíble tradición.
Se deshizo de mi agarre y se incorporó a la par de que el profesor comenzara con los chicos, de ellos quedaban tres personas de los dos equipos restantes, ahí estaban Alessandro, Tristán y otro chico que desconocía pero que le incomodaba al segundo dicho.
Karen tomó mi mano y me dejé arrastrar a los vestidores justo al comienzo del final de la prueba. El profesor pitó y los gritos de los chicos no se hicieron esperar.
N. de A.
Yo sé que tardo años en actualizar LMQNU peeeero es porque me cuesta alejarme de un tono un tanto serio xD. Pero les prometo que pronto comenzaremos con la primera prueba importante y es "el Baile de Bienvenida". Espero que estén emocionados porque va a ser un tanto distinto a todo lo que han visto :D
Sin más que decir, espero sus comentarios que me ayudan a seguir mejorando.
PD. La hermosa portada fue hecha por la increíble -nicolle-, ir a su perfil y darle toooodo el amor que se merece. En unos días la anexo al apartado correspondiente que ha sido un lío esta semana de exámenes.
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¡Farewell!
PD 2. La de los guioncitos.
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