| Interludio |
| Música de Multimedia: Daddy! Daddy! Do! - Masayuki Suzuki |
——————————
"El verdor de la primavera nos recuerda que la vida es un llamado a la esperanza".
Abel Pérez Rojas—.
——————————
I | El último domingo del Invierno |
——————————
Jaiden
Tristán se quedó dormido sobre la arena y debajo de una sombrilla playera, habían pasado dos horas desde el amanecer y a mí se me había bajado el alcohol de la sangre. Estaba tomando las últimas gotas del jugo de manzana de la canasta de emergencia mientras observaba como varias familias llegaban a la playa para disfrutar del último día del invierno.
A lo lejos, dos siluetas femeninas caminaban a contraluz hacia nosotros con tranquilidad, una de ellas alzó la mano para saludarnos y yo me tuve en la necesidad de responder el saludo. Conocía perfectamente el cuerpo de una de ellas, el cuerpo de Karen; yo intenté calmar los acelerados latidos de mi corazón, ya que, físicamente Abigail era una de las chicas mejor dotadas dentro de toda la Academia de las Artes.
Me incorporé rápidamente y me limpié la arena pegada a mi pantalón con la intención de lucirme con la gótica, mas un ligero movimiento de mi mejor amigo me detuvo. Lo observé de reojo y este se había colocado hacia un lado, transmitiendo paz. Suspiré y desistí en mi intento, él se había esforzado para mantenerme a raya después de sobrepasarme con el alcohol.
Me di un pequeño golpe en la mejilla para concentrarme una vez que ambas chicas estaban a menos de cinco metros de nosotros, ambas traían ropa de playa que cubría todo sus cuerpo.
—Tardaron más de lo que esperaba —dije, saludando a ambas mujeres con un beso sobre su mano. Karen resopló molesta mientras me observaba de forma altanera—. Yadiel se quedó dormido esperándolas, quería compartir con ustedes el amanecer en el Orto de Dios.
—¡Grosero! —exclamó Abigail, metiéndome un golpe en la nuca. Yo me llevé las manos a esa zona para masajearme—. Tuvimos que ir a tu casa, por la maleta de emergencia.
—¿Por qué me pegas? —cuestioné, un tanto dolido por el golpe—. Gracias, ¿te recibieron mis padres?
—Fue agradable verlos —respondió, soltando la maleta a mis pies—. Si no te hubieras convertido en un idiota, los visitaría más a diario. —Se acercó a Kira y le susurró a esta, ella asintió y se acercó a Yadiel. Volvió a verme y se cruzó de brazos—. ¿Por qué mencionas el trasero de Dios?
—¡Así se le dice cuando el Sol aparece o desaparece por el horizonte! —exclamé, arrodillándome y abriendo la maleta. Sonreí, estaban los trajes de baño de ambos—. Y en esta playa siempre se puede apreciar su belleza. —Me incorporé, tomé mi traje de baño y comencé a desabotonar la camisa—. Deberías ser más culta, leer más y conocer el mundo fuera del escenario.
Karen se cruzó de brazos e hinchó sus mofletes de forma molesta, me reí un poco, ella se molestó aún más y antes de que pudiera reclamar, le pedí que girara. Ella hizo caso y me quité el pantalón para colocarme el traje de baño.
—Sé que te mueres por verme sin el pantalón —declaré, ante un ligero movimiento de Abigail, esta se puso firme y negó rápidamente. Reí ante su reacción, aunque ella había cambiado su forma de vestir y actuar, seguía teniendo las costumbres de niña—. Adelante, puedes voltear a verme. Sé que quieres.
—Deja de andar de cachondo, Alessandro —comentó Karen, lanzándome una camisa de playa para cubrirme. Yo reí—. ¿No te da verguenza que Kira te esté escuchando?
—Ella está absorta en otro asunto.
Al escuchar eso, la gótica giró la vista y se encontró con una escena que yo había visto desde el comienzo. Kira estaba sentada abrazando sus piernas, viendo a los infantes correr a lo largo de la playa y escapando de su madre, junto a un Tristán dormitando. Este había tomado la mano de la rubia sin querer y la acercó a su pecho.
Poco a poco, Karen se acercó a mi lado con la boca abierta, sacó su celular de inmediato ya que encontró la oportunidad perfecta para molestar a Cecina y a su mejor amiga, la encargada de romperle las ilusiones a mi mejor amigo. Y aunque me hubiera encantado ser parte de eso, la detuve antes de que pudiera tomar la foto.
—No lo hagas —musité, apretando su mano, era demasiado cálida—. No lo vale, déjalos ser.
—¿Por qué? —cuestionó Karen, soltando el agarre y guardando nuevamente su celular—. Ella le rompió el corazón a Yadiel, merece venganza.
—"La venganza mata el alma y la envenena" —cité, recordando aquel programa que veíamos de niños. Ella hizo una mueca disgustada—. Y es su deseo. Prefiere verla feliz y él seguir con su vida. Que de por sí, ya es complicada.
—Nosotros somos la que nos la complicamos —señaló la gótica, yo observé su perfil. Su piel era increíblemente blanca, como la porcelana—. Tristán tiene todo para ser alguien más popular que tú pero tiene miedo.
—Lo sabe —declaré, cruzándome de brazos—. Cada día le recuerdo que él tiene la capacidad de hablar con quien sea y hacerse su amigo. —Hice una pausa para respirar, Yadiel comenzó a despertarse, sin romper el agarre con Kira—. Tan solo ve su relación, se conocieron en una situación increíblemente ridícula y se volvieron amigos en menos de una hora.
—Harían bonita pareja...
—¿Tristán y Kira? —cuestioné, ella asintió—. Yadiel tiene su corazón demasiado dañado y su autoestima está por los suelos, no creo que sea buena pareja para una chica que brilla por sí sola.
—¿Celoso de tu amigo? —Negué—. ¿Entonces? ¿No lo apoyarías?
—Claro que lo haría —respondí con seguridad—. Pero él es el que toma la decisión, no puedo obligarlo a emparejarlo con alguien. Ya lo intenté cuando quería salir contigo en secundaria y todo salió estrepitosamente mal. Terminó con una amistad demasiado rara con Cecilia.
—Eran divertidas esas citas dobles. —La observé sonreír con nostalgia—. Cecina no era una malnacida y tú no eras un estúpido. Ahí no moría mi amigo de la infancia.
Me quedé callado observando su expresión, una imperceptible gota salió de su lagrimal y suspiró profundamente. Yo había creado la actual personalidad de Karen y me sentía culpable porque hasta apenas podía confiar en otra chica, una mujer que era su perfecto opuesto.
—Me gustaría volver a ser ese antiguo italiano —confesé. Tristán se despertó y comenzó a buscarme con los ojos entrecerrados mientras se quitaba las lagañas, este se sorprendió al ver que tenía agarrada a Kira y esta no estaba molesta, es más, estaba tranquila—. Solo para traer a mi amiga de la infancia de vuelta.
Tomé la mano de Abigail sin que se diera cuenta y crucé mis dedos con los de ella, ambos nos ruborizamos y sonreímos con complicidad. Este gesto no significaba nada cuando éramos niños pero en secundaria todo cambió.
Ella soltó el agarre y se llevó la mano al corazón.
—Tienes todo este año para volver a ser como antes —dijo Karen, después de saludar a Tristán y entregarle su ropa de playa. Este se fue directo a los vestidores a cambiarse—. Si antes de que ellos dos terminen emparejados, que me encargaré de eso, no logras volver a ser aquel dulce niño que conocí; no saldré contigo, italiano. —Me crucé de brazos y asentí con una sonrisa coqueta, ella sabía que cuando alguien me proponía algo, lo cumplía—. Y si no, tendrás que ser mi mascota el resto de tu vida.
Abrí los ojos indignados y me giré a verla, ella se encontraba segura de sus palabras. Estiré mi mano para sellar el trato.
—¿Para sellar esta apuesta tenemos que ir a cenar como antes, no lo crees? —cuestioné, al momento de que ella me agarrara la mano de forma decidida. Ella asintió—. Bien, espera.
Saqué mi celular y mandé un mensaje a mi familia, ellos aceptaron de inmediato mi propuesta a la par de que llegara Tristán cambiado y bostezando.
—¿Qué pasa? —preguntó mi mejor amigo, guardando sus cosas en la maleta. Yo sonreí con malicia—. ¿Qué hiciste, italiano?
—Detalles. —Hice mi gesto característico y Tristán tragó en seco. Sabía que sería involucrado en mi cruzada.
—No, por favor otra vez no...
—Oh, claro que sí.
Lo tomé por el hombro y lo acerqué a las mujeres, estas se encontraban hablando.
—Bien, decidido —dije, arrastrando a Yadiel a la locura—. Están cordialmente invitados al restaurante italiano de la familia Testa para celebrar que pasamos la primera etapa de nuestro último año en Academia. —Hice una pausa y compartí una mirada de complicidad con Karen, ambos sabíamos que al cenar comida italiana con nuestras familias se venía la negociación correcto—. Y también para darles ánimos para nuestra siguiente prueba.
Tristán tragó en secó y se talló la cara. Los tres veteranos sabíamos qué se acercaba, sin embargo, Kira alzó su mano.
—¿Qué se acerca?
Karen y yo sonreímos y mientras Tristán se deslizaba hacia la amargura, ambos guiñamos un ojo y alzamos el pulgar, a la par de que el astro rey se posaba detrás de nosotros, dándonos más dramatismo a la hora de gritarlo al aire. Era nuestra época favorita.
—¡Los festivales de la Academia de las Artes!
N. de A.
Y con esto cerramos la primera parte de LMQNU. Tan solo costó dos años xdxdxd.
Y también se acerca una época en las clásicas historias clichés de escuela, los festivales vienen con todo a Ment Valley y no puedo esperar a decirles toooooodas las pruebas que se acercan para estos chicos.
Espero les haya gustado este pequeño interludio y que sepan que de ahora en adelante, todos estos serán hechos desde la perspectiva del italiano, para alejarnos un poco de lo común. Os leo en comentarios :D
¡Nos vemos la siguiente semana! Porque como ahora estoy en clases, tengo más tiempo para escribir y menos para procastinar jugando xd.
Gracias por todo y nos vemos.
Vota, Comenta y Comparte.
!Farewell!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top