I

Una firma, con una sola firma lo liberaba a él pero yo entregaba mi vida a este demonio. Pero no podía llegar a vacilar mi decisión, por él lo valía todo, cada recuerdo a su lado me iban a ayudar a sobrevivir aunque por dentro estuviera muerta.
Un año atrás…

Caely

Guarde los libros en su estante y los expedientes en su archivero, tomé mi agenda y bolsa personal y salí de la oficina.
Emil, mi asistente y amiga estaba aún entretenida en la computadora viendo lo que parecía un noticiero.

—Emil vámonos ya, ¿desdé cuándo ves tu noticias? —Ella agitó las manos para hacerme callar.

—Mira mira —Repetía una y otra vez señalando el televisor.

El noticiero daba la nota que una banda de rock había sufrido un atentado en una presentación, los habían retenido dos días, ¡Dos días! ¡Policía incompetente!
Tomé el hombro de Emil, en nada podríamos apoyar.

—Es mejor irnos a casa Emil, ya se están encargando de ellos un equipo muy amplio, vamos a casa.

—¿Crees que tengan alguna consecuencia? —Me pregunto curiosa.

—Es probable, esa situación es difícil pero estoy bastante segura que tienen un enorme equipo de médicos que los pueden atender.

Ella no quedó muy convencida aunque ya no dijo mucho en camino a nuestro departamento.
Al día siguiente mi celular sonó con tono de llamada antes de que mi alarma sonará, eso me molestó un poco al ser domingo, pero de todos modos tome la llamada puesto que mis pacientes me llamaban solamente cuando era una emergencia.

—¿Hola?

—¿Doctora Brendford? —La voz grave de un hombre sonó por la bocina.

—Buen día, ¿En que lo puedo ayudar?

—Me comunicó de la disquera Intrekrea, queremos solicitar sus servicios para una consulta privada ¿Puede el día de hoy a domicilio?
Tomé aire lo que para mí parecía un segundo, sabía bien que era la disquera Intrekrea, ellos representaban a la banda  Focklers.

—¿Doctora está ahí?

—Eh…eh sí, ¿Dónde sería la consulta? —Le logré preguntar.

—No se preocupe, un vehículo especial pasará por usted en una hora y de igual forma le regresará a su domicilio laboral al terminar con la sesión.

—Enterada, en ese caso lo dejo, debo preparar unas cosas.

Se cortó la llamada, brinque de la cama y prácticamente volé a la habitación de Emil y subí en ella para despertarla.

—¡Emil! ¡Emil despierta tenemos trabajo! — Apreté sus mejillas para hacerla despertar pero ella solo se quejo adormilada.

—A…ahorita no joven, a la vuelta—Se dio un giro que me hizo caer de ella, yo comencé a reír.

—¡Oh bueno, parece que iré yo sola a esta consulta con la disquera Intrekrea!

Ella despertó de golpe y giro a mirarme sorprendida.

—¿Estás hablando enserio?

—¿Cuándo te he mentido? Anda que pasarán por nosotros en una hora.

Sabía bien que Emil amaba a ese grupo, se preocupo tanto cuando vimos la noticia del ataque, ella ha sido mi amiga por tres años, mismos en los que ella ha estado estudiando y trabajando para completar sus estudios, juntas queremos ampliar el pequeño consultorio para atender a más personas, ella ha sido más que una amiga, una hermana pequeña. Una hermana pequeña que ama con locura a Focklers y aún más sabía su amor por su vocalista.
Si bien sabía todo esto, Emil tiene mi confianza absoluta y sabía bien que se comportaría de manera profesional y así fue como nos preparamos y subimos a esa camioneta que nos llevaría a nuestros pacientes.
Mientras viajábamos a la reunión pensé ¿Quiénes son los Focklers? Bien, ellos son una banda con trayectoria, tanto como musical como de edad, si es una banda madura, las edades de sus miembros van de los 30 a los 40 años.
Tobías, líder y batería de la banda era el mayor, de ahí estaba Mehmet que era el guitarrista principal con 39, Esteban el segundo guitarrista con 37, Fernando el bajista con 36, Estela la corista con 33 y Xavier con 36, quién era el vocalista principal.
Una enorme residencia paso por nuestros ojos, el carro e incluso nosotras tuvimos que pasar por una enorme cantidad de pruebas de seguridad. Entiendo eso, la banda acaba de ser atacada y no se podrían permitir un error otra vez.

—¿Doctora Brendford? —Un hombre con traje totalmente oscuro salió a recibirnos al pie de la entrada de la mansión, yo asentí ante su pregunta. —; Soy Antwan Black, soy el nuevo encargado de la seguridad de la banda y de su acompañamiento en la disquera, fui yo quien la llamo.

—Claro, gracias por mandar por nosotras.

—Es lo menos que podía hacer, pasen la banda las espera en el salón principal.

Entramos los tres a la casa y caminamos directo a él salón, y fue cierto. Ahí estaban la mayoría de los miembros, hasta donde tengo entendido faltaría el vocalista principal.

—Pero ¿Qué tenemos aquí? Vaya Antwan te luciste, dijiste que vendrían unos curalocos pero estoy viendo dos angelitos muy apetecibles.

Tobías nos miro de arriba abajo y Estela la corista le dio un golpe en el hombro.

—Buenas tardes a todos, por favor vamos a comenzar tomen asiento.

—Falta Xavier —Dijo Fernando sentándose a mi lado derecho.

—Ya voy por él, está en el balcón fumando un cigarrillo.

Mehmet se levantó y salió al balcón, yo me centre en iniciar, tenía que llevar el control de la sesión.
Comenzamos a hablar sobre lo ocurrido, Fernando y Esteban eran los que más hablaba, decían que el ataque había sido una mierda pero que estaban más preocupados por los fans que por ellos mismos, Estela asentía a lo que decían y Tobías no dejaba de mirarme de manera ininterrumpida por suerte Mehmet llegó y se unió a la plática, alguien más se sentó a mi izquierda, supuse que era el vocalista, así que seguí con la atención grupal.

—Ustedes sin duda vivieron algo horrible, les quitaron dos días de su vida, pero no permitan que les quiten más que eso, ustedes tienen el control de lo ocurrido, pueden salir adelante sin dudarlo.

—¿Cómo haremos eso? Al menos yo tengo miedo de volver a embarcarme a una nueva gira. —Estela me preguntó.

—Esta atención es para tratar de que al menos hoy puedan estar tranquilos y se sientan seguros, estoy completamente convencida de que su equipo se encargará de su protección y seguridad, ustedes hacen arte, sus fans los quieren y necesitan, estoy segura que quieren verlos, pero para hacer eso necesitan ustedes estar bien.

—¿Y por qué no te quedas con nosotros y nos ayudas a lograrlo? —Pregunto Esteban.

—¿Con ustedes? —Le pregunté mirándolo.

—Si, se cómo nuestra doctora personal y así podremos seguir la gira.

Todos empezaron a asentir, viajar con ellos era algo impensable a mí parecer, yo tenía mi consultorio y sobretodo a Emil, pero cuando gire y me encontré con su rostro ella asentía emocionada. Tobías se levantó y salió del salón, cuando iba a detenerle gire sobre el sillón con dirección a el lado izquierdo, pero un pecho firme me detuvo, alce la mirada y me encontré con los ojos oscuros de Xavier clavados en mi.

—¿Esta bien? —Yo solo pude asentir y acomodarme nuevamente en mi lugar.

Para ese entonces el señor Antwan y Tobías volvieron a entrar al salón.

—Es una buena noticia saber que se unirá al equipo doctora Brendford.

—¿Cómo?

—Tranquila doctora corazón, ya le di instrucciones a Antwan para que prepare su contrato y se unan a nosotros a la gira, debemos terminarla y los jefes quieren que tengamos un doctor con nosotros, partimos en dos semanas.

—Yo soy psicóloga, no doctora.

—Sabes a lo que me refiero doctora corazón —Dijo Tobías sentándose otra vez en el sofá de manera despreocupada.

Emil se acercó a mi lado y asintió muchas veces pidiéndome que aceptará.

—¿Le parece que hablemos de los detalles en mi oficina?

Él y Emil salieron primero que yo, tuve que seguirlos para tratar de que entendieran que esto no podría ser.

Mientras tanto …

Xavier
En cuanto ella se levantó una pequeña pañoleta que traía atada a su muñeca quedó a mi lado, la tomé con discreción mientras Tobías hablaba.

—Pero que buena jodida idea has tenido Esteban, esa muñeca se ve muy apetecible.

—¡Por dios Tobías controlate!—Mehmet intento fallidamente controlarlo.

—Estoy hablando bastante enserio, se los advierto todos tienen prohibido hablarle más allá de sus consultitas estás de mierda, al menos hasta que haya pasado por mi cama.

—¡Eres un enfermo, podría ser tu hija! —Lo regaño Estela.

Lo había notado desde que estaba en el balcón, Tobías no dejo de mirarla como un maldito bocadillo y al sentarme a su lado lo confirme con su mirada tan molesta.

—Un hijo es lo que le haré.

Me levanté molesto, eso pasaba de mi límite, era el puto líder de la banda pero no era el jefe de mi vida.
Salí de la mansión y espere en el jardín principal que trajeran mi auto para ir a casa, aunque fuera otro lugar al que no quisiera ir.
NoAl llegar mi auto también llegó otro pequeño impacto, la doctora choco contra mi mientras venía lo que parecía discutiendo con su pequeña asistente en voz baja, Antwan estaba perdido hablando por teléfono.

—¡Auch!

—Creo que a usted le gusta impactarse contra las personas doctora. —Le dije mientras la sostenía.

Ella se ruborizó de manera tan tierna mientras negaba e intentaba acomodar su chaqueta.

—Lo siento. —Logro decir.

—No se preocupe, ¿Que pasa Antwan? —Pregunte dirigiéndome a él.

—El auto que llevaría a la doctora y su asistente fue ocupado, no están más que los carros personales.

—No te preocupes, yo las llevaré.

—¡Gracias!—Grito la pequeña asistente, yo sonreí un poco al verla correr al auto.

La doctora intentaba regañarla lo cual era aún más chistoso de ver.

—Mandame la dirección, yo me encargo. —Antwan asintió.

—Ve con cuidado por favor y avísame cuando estés en tu casa.

—Claro mamá.

Ambos reímos, yo conocía a Antwan hace diez años, lo consideraba sin duda como un padre.
Me encargue de que las chicas subieran al auto, la pequeña subió en el asiento del copiloto y la doctora en la parte de atrás, al menos podría verla por el retrovisor mientras que Emil, la pequeña asistente se presentaba y me contaba una y mil historias, que sin el afán de ser grosero mis oídos solo escuchaban las partes donde la doctora era participe, Caely se llama. Hasta su nombre es hermoso.
En algún momento del viaje Caely se quedó dormida, hasta en ese estado lucía tan hermosa que no me atreví a despertarla.

—¡Llegamos es aquí! —Emil señaló un pequeño departamento de dos pisos, abajo parecía lo que sería su consultorio y arriba su domicilio, ella giro hacia Caely —Se durmió.

—Déjala descansar —Le dije al bajar del auto y abrirle la puerta, luego me dirigí hacia donde estaba Caely y la tomé en mis brazos.

Emil abrió el departamento y subimos a dónde estaban las habitaciones, nos dirigimos a la de Caely y ella salió rápido a atender una llamada telefónica.
Así que yo fui el encargado de acostar a la pequeña doctora, parecía una pequeña muñequita de porcelana, frágil y hermosa.

—Descansa pequeña muñequita de porcelana. —Susurre en su oído mientras la cobijaba, luego salí de su departamento y regrese a mi realidad.

Maneje un par de minutos por la ciudad hasta que llegue a casa, estaba cansado. Estos últimos días habían sido una mierda en su mayoría. Al abrir el cerrojo de la puerta principal y entre.

—Hasta que estas en casa.

Caely
Desperté cuando las luces de la ciudad estaban entrando por la ventana de mi cuarto, adormilada me levanté de la cama ¿Emil me trajo hasta a mi habitación? Salí a la salita y ella estaba ahí viendo la televisión.

—¿Cómo fue que me trajiste hasta mi habitación?

—Yo no te lleve —Dijo comenzando a reír —; fue Xavier.

—¿Qué? ¿Es enserio?

—Claro, te quedaste dormida y él te cargo y te acostó, fue muy lindo hasta tomé una foto. —Dijo buscando en su celular y me mostró.

—¡Oh, por los cielos! —Me caí en el sofá a su lado.

—Va a ser muy increíble trabajar con ellos.

—Recuerda que el trato fue solo fue en lo que ellos se recuperan y pueden estar de manera estable. —Le recordé.

—Lo se, lo sé, hay muchos pendientes aquí.

—Así es, y vamos a ir a trabajar solamente recuérdalo.

Ella asintió, las dos semanas corrieron rápido, entre preparativos de equipaje y agendar a algunos pacientes con algunos colegas de confianza en lo que estuviéramos fuera.

—¿Eso es todo señorita? —Yo asentí mientras cerraba nuestro departamento —; suban por favor.

El chófer nos abrió la puerta y una vez todos dentro manejo directo al aereopuerto, la banda retomaría su gira en América, así que si, estábamos tomando el avión para eso de las 4:00 am para llegar a tiempo.
Al llegar a la sala de abordaje el señor Antwan se acercó a nosotros para entregarnos nuestros pasajes. Así fue como entramos a abordar. Estela entablo una plática con Emil rápidamente una vez que se sentaron juntas, Mehmet iba con Esteban y Fernando y lo más lejos de nosotros pude ver a él señor Antwan sentado a lado de Xavier y si para mí mala suerte mi asiento estaba entre la ventana y Tobías.

—Venga ya doctora corazón entra de una vez a tomar tu asiento. —Dijo de una manera que me hizo sentir bastante incómoda, pues sentí que lo estaba diciendo en doble sentido.

Tomé aire y me puse en modo serio, Tobías debía entender el rol que cada uno tenía.
Me acomode en mi asiento y me puse mis audífonos y me puse a leer antes la mirada de Tobías, pero le ignore. El trabajo iniciaría en las sesiones sería mi momento de ahí si hablar con él.

—Doctora corazón ¿Por qué estás tan seria?

Tobías intentaba captar mi atención pero yo solamente le contestaba de manera sería, hasta que en determinado momento me levanté al baño pero al estar saliendo de la fila de asientos, Tobías tocó mi muslo y comenzó a reír.
Enojada salí a y me dirigí a la zona del baño donde justo Xavier estaba terminando de lavar sus manos. Él giro sobre sí y nos quedamos mirando por un segundo, un segundo muy especial.

—¿Descansaste pequeña? —Me pregunto de una manera muy linda y me hizo sentir un calor especial en mi corazón.

—Se lo que hiciste por mi, muchas gracias.

—Fue un gusto Caely, fue hermoso.

—¿Cómo? —Le pregunté confundida.

—Ah…Amm… que fue hermoso conocer tu habitación, tienes un excelente gusto en pintura y pequeñas esculturas. —Yo sonreí al verlo sonrojarse.

Iba a contestarle cuando el avión se sacudió, los alto parlantes sonaron avisando que estábamos atravesando y que nos pusiéramos el cinturón de seguridad, pero para este momento era aún más peligroso ir a los asientos.
Xavier me tomo de la cintura y me hizo sentar entre una pared del avión y un mueble.

—Tranquila, aquí estarás segura, yo te voy a cuidar.

Yo me aferre a sus manos, era peligroso para el estar ahí también y el estarme cuidandome lo dejaba en una posición de peligro. Nuestras miradas estaban una sobre la otra, al igual que nuestras manos, cuando paso la turbulencia Xavier asintió y me ayudó a ponerme de pie.

—¿Estás bien? —Preguntamos los dos al mismo tiempo, luego una sonrisa se dibujo en nuestros rostros.

—Gracias por cuidarme.

—Siempre—Dijo con un asentimiento.

Las azafatas nos hicieron tomar asiento, él con el señor Antwan y yo con Tobías. Así paso el resto del vuelo, cuando por fin aterrizamos y salimos de la sala de descenso una enorme cantidad de fans empezaron a gritar, Antwan nos encomendó con uno de los guardias de seguridad mientras que él y el resto del equipo protegían a la banda, quienes algo nerviosos estaban firmando objetos del grupo y tomándose fotos, me dio gusto ver qué los fans estaban organizados y respetaban muchísimo los espacios de cada uno de los miembros, aproximadamente una hora después la banda subió a la camioneta estando tan felices y animados.

—Me da tanto gusto verlos tan felices. Sus fans quedaron muy contentos.

—Fue increíble Doc, ya se extrañaba esto. —Dijo Esteban.

—Si aunque fue difícil al inicio. —Estela intervino.

—Lo sé, claro que no va a ser fácil, ni se van a sentir igual de la noche a la mañana pero lo hicieron de maravilla, poco a poco irán sintiéndose aún más cómodos.

Ellos quedaron de acuerdo con lo que dije y se relajaron en sus asientos para descansar pero al llegar al hotel de nueva cuenta un ejército de fans, la banda se veía cansada, pero aún así bajaron a atender a sus fans antes de que entraramos al hotel.
Cuando Emil y yo bajamos, la banda estaba entregada a sus fans, se tomaban fotos y charlaban con los fans de antaño, pero algo que vi me hizo derretir el corazón.
Xavier estaba de rodillas, a la altura de un mini fan, a quien le habían hecho un mini traje con ropas similares y peinados a los que usaba Xavier. Animadamente platicaban, el pequeño de no más de 5 años le decía que era su mayor fan y que de grande quería ser como él, Xavier lo tomo de las manitas y lo vio a los ojos.

—Tu vas a hacer cualquier cosa, esfuérzate por ello, estudia y hazle caso a mamá por qué se que solo es cuestión de despertar el talento que ya tienes, confío en ti.

El niño se emociono ante las palabras y dio unos saltitos y se abrazo al cuello de Xavier, quién gustoso le regreso el abrazo.
Eran aproximadamente las 2:00 am cuando entramos cada uno a las habitaciones, me tiré en la cama y abrace la almohada, estaba tan cansada, era el primer día y la banda iniciaría inmediatamente los conciertos por lo que yo los tendría que atender de manera escalonada.
Me quedé dormida con ese pensamiento, hasta la mañana siguiente que Emil tocó a mi puerta.

—¡Es hora de ir a desayunar! ¡Despierta! —Gritaba mientras golpeaba la puerta.

Gruñendo mire el reloj, eran las 9:00 am, de mala gana me levanté a abrirle, luego me dirigí al baño.

—Eres cómo la bella durmiente Caely. —Dijo riendo y sacaba su agenda.

—Calla y dime los pendientes. —Le contesté igual entre risas mientras me preparaba para tomar una ducha.

—Pues ahorita la banda tiene libre hasta medio día, tienes anotado a Mehmet de 11:00 am a 12:00 pm, de ahí la banda se tiene que mover al recinto del concierto y mientras preparan todo Estela está anotada de 3:30 pm a 4:30 pm a las 5:00 pm tienen su comida y a las 6:00 pm está anotado Tobías.

Gruñí por debajo, seguía molesta por lo que había hecho en el vuelo, pero antes de actuar tenía que dejar en claras ciertas reglas.
Salimos del cuarto una vez que estaba lista, algunos miembros de la banda estaban ya tomando sus desayunos, me senté junto a Emil y comenzamos a hacer lo propio, 10 minutos antes de la hora ya estaba esperando a Mehmet en la pequeña sala que el señor Antwan había conseguido.
La charla con Mehmet fue ligera, él era como un libro abierto o un hilo suelto de un suéter. Él me dijo que los que recibieron la peor parte del ataque fueron Tobías, Estela y Xavier. Puesto que al ser ellos los miembros que más identificaban los atacaron aún más, la chaqueta que llevaba Tobías tenía algunos soportes para tolerar los golpes que había llegado a recibir en ese momento, Xavier tenia las muñecas lastimadas y un corte a la altura de su mentón, Estela se llevó la peor parte, solo por el hecho de ser mujer, que no ser por Xavier quién intento defenderla, ese fue el hecho por el que lo atacarían.
En su momento, Estela me reafirmó la versión de Mehmet, ella era quien llegaría a necesitar más atención, tomé aire cuando salí de su sesión, ella logro quedarse más tranquila, trabajaríamos con sus pesadillas para tratar de eliminarlas y darle seguridad.
Tomé un rato para caminar mientras se llegaba a la hora de la comida, Emil en este momento tenía una clase en línea por lo que no podía molestarla, me senté cerca de una ventana y pude ver muy bien como la gente ya había comenzado a reunirse para esperar la hora de acceso para el concierto.

—¿Mucha gente? —Gire a ver y encontré a Xavier ya con parte de su atuendo del concierto, debo de admitir que lucía bastante bien.

—Muchisima, parece un mar inmenso. Eres bastante valiente al pararte enfrente de ellos y cantar para ellos.

—La música es bella, cada una de ellas. Cuando canto es cuando me siento más feliz, bueno y otra cosa.

—¿Cuál es esa otra cosa? —Lo mire curiosa.

—Ver dormir una muñeca de porcelana. —Admitió mirándome.

—¿Una muñeca de porcelana? —Cuestione curiosa, pero solo obtuve una sonrisa como respuesta y se giro sobre sus talones y camino de vuelta a los vestidores.

Estábamos comiendo, yo me senté con Emil lejos de la banda, había que dejarlos concentrarse para su presentación.
Estábamos comiendo, yo me senté con Emil lejos de la banda, había que dejarlos concentrarse para su presentación. Cuando se terminó la hora de la comida Tobías se levantó rápidamente camino a pasos agigantados hacia a mi tomándome del brazo.

—Es hora de que me cure doctora corazón —Dijo mientras tiraba de mi y me hacía levantarme de golpe del asiento y caminaba haciéndome prácticamente correr para seguirlo.

—Tobias, Tobías suéltame, se muy bien mis pendientes y puedo caminar perfectamente sola —Hable con seriedad, él giro a mirarme.

—Esta bien doctora corazón, avanza pues. —Me soltó del brazo
Caminamos en silencio a la pequeña sala y entramos. Yo me senté a sacar mis cosas mientras que Tobías cerro la puerta detrás de nosotros y se sentó enfrente de mi.

—Te ves tremendamente sexy cuando te enojas doctora corazón. —Hablo mirándome directo a los ojos.

—Por favor Tobías, te voy a pedir que nos centremos de una manera profesional y sería en este momento. No me llamo doctora corazón y mucho menos puedes referirte a mí como sexy. —Saque mi libreta de notas y lo mire.

—No puedes enojarte por qué te digo la verdad, sigo mis impulsos y digo lo que es. —Respondió alzando los hombros.

—¿Impulsos? ¿Cuántos años tienes?
Parece que eso le hizo molestar puesto que apretó los puños mirándome.

—Tienes un gran problema al respetar a la autoridad, no te gusta no tener el control.

—En eso estás en lo cierto doctora corazón —Él se levantó y camino hacia a mí. Esto no me estaba gustando —; Y también creo que es importante dar a la autoridad ciertas lecciones.

—Tobías por favor siéntate.

—¿Por qué doctora corazón? ¿Le tienes miedo a los hombres mayores?
—Excelente.

No dijo más, me tomo de las muñecas y me levanto arrinconandome entre la pared y él.

—Tobías, Tobías suéltame ¡Ahora!

—Es momento que aprendas una lección también doctora corazón.

—¡Que me sueltes ahora!
Tobías no dijo nada, se acercó peligrosamente a mí, gire el rostro cerrando los ojos.

—Parece que no escuchaste a la doctora ¿verdad Tobías? —La voz de Xavier estaba atrás de nosotros, al escucharlo sentí un gran alivio.

—Metete en tus asuntos Xavier y pierdete —Grito Tobías.

En respuesta Xavier se acercó con solo pocos pasos a nosotros y tomo a Tobías de los hombros.

—Sueltala ahora. —Xavier habló de manera calmada.

Tobías se enojo y me soltó de manera brusca y se alejo hasta la puerta pasando por Xavier y empujándolo con su hombro.

—Ella vendrá sola a mi Xavier, ya lo verás. —Salió azotando la puerta.
Xavier me miró y se acercó con cuidado tomando mis manos para poder revisarlas más de cerca, hizo que nos sentamos y dio en mis manos un pequeño masaje, mis muñecas estaban rojas. Él saco de su chaqueta dos pequeñas palestinas y las utilizo como vendajes.

—Gracias, otra vez me has protegido.

—Te dije que lo haría siempre y lo cumpliré.

Yo lo miré un momento, pero ninguno de los dos dijo nada. Debo de admitir que para mis 26 años no me había sentido tan nerviosa y segura con un hombre y Xavier cumplía sin dudarlo con todas las características que una mujer pudiera pedir, una mujer o al menos lo que yo pediría.
Él era guapo, su cabello castaño caía sobre sus hombros, su piel era blanca y sus ojos eran oscuros, tan oscuros como la misma noche. Sus manos eran grandes y firmes al igual que sus brazos ¿Cómo se sentiría estar abrazada entre ellos al amanecer?
Escuchamos por los altos parlantes que era la segunda llamada, el concierto iniciaría en tan solo unos minutos, pero Xavier no se movió de su lugar.

—Yo estoy bien, tus fans te esperan. —Le dije para tratar de calmarlo.

—No quiero dejarte aquí sola.

—Estoy bien, enserio. Tienes que ir, no puede haber un concierto sin su cantante.

Xavier tomo mi rostro entre sus manos y beso mi frente.

—Te veré al terminar esto.

Sin dejarme darle una respuesta salió y me dejó ahí. Estoy en un gran lío, un gran lío al que debo ponerle orden, Tobías debía entender que no podía tener todo lo que quería solo por qué si, era un hombre adulto y tenía que comportarse cómo tal, hablar con el señor Antwan sería una buena opción para que él interviniera en esto. En cambio al pensar en Xavier, el corazón se me aceleraba.
Emil llegó buscándome para que fuéramos a ver el concierto desde una zona especial, sin dejarme decirle que no subimos a tomar nuestros asientos.
La tensión en el escenario se podía sentir, al menos yo la podía percibir, Xavier y Tobías no se miraron en todo el concierto y una vez que terminó y nos estaban sacando ya se ahí Tobías hizo algo que no me esperaba.

—Para aquí y abre la puerta. —Le pidió al chófer de una manera no muy amable.

—¿Qué pasa Tobías? Aquí hay mucha gente y sobre todo reporteros. —Trato de persuadirlo el señor Antwan.

—¡Oh, vamos Tobías! Estamos cansados— Le dijo Fernando.

—Si tío, manda un maldito comunicado de prensa y pon lo que quieras pero deja que vayamos a dormir. —Intervino está vez Esteban.

—He dado una maldita orden, paren aquí y bajaremos todos. Absolutamente todos. —Reafirmo mirándome.

No pudieron hacer mucho para persuadir a Tobías de esto, así que ahí estábamos nosotros, rodeados de un mar de fans y periodistas.

—¡Vengan, vengan! Hay algo que les debo informar, es una jodida primicia. —Tobías los invitaba a acercarse.

Esto era bastante extraño. Una vez que tuvo toda la atención que quería comenzó a hablar.

—Bien ustedes saben toda la puta mierda que hemos pasado en estás últimas semanas, recién hoy retomamos nuestra gira y fue una pasada hacerlo aquí con ustedes, pero además de esto queremos darles una noticia bastante importante.

—¿Qué pasa Tobías?, Cuéntanos por favor, ¿Qué tienes para decirnos?

—Bien pues hoy quiero decirles que…

No sé si Tobías no termino de hablar, si lo ignoré o si lo que sentí fue la razón para que todos se quedarán en silencio un minuto y luego comenzarán los gritos desbordados y fotografías. Xavier camino hacia a mi y me tomo con una mano por la cintura y con la otra tomaba mi rostro y me besaba. ¡Si, era un beso! El mejor beso que había podido haber recibido en toda mi vida.
Los gritos no se hicieron esperar, todo fue muy rápido, solo pide escuchar como gritaban.

—¡Xavier tiene novia!

El equipo de seguridad nos subió a todos en la camioneta, pero el señor Antwan se encargo de que Tobías estuviera lo más lejos posible de nosotros.
A pesar de mi profesión debo de admitir que está noche estuvo llena de emociones, tantas que no me atreví a ver ni hablar con nadie más, lo único que quería era llegar a la habitación y esconderme en la cama.
Pero al llegar al hotel fue otra batalla el lograr entrar, los objetivos de las cámaras ahora éramos Xavier y yo.
Cuando estábamos subiendo a las habitaciones Xavier se acercó a mi.

—No, no, no. —Le pedí extendiendo mis manos para evitar que entrara al elevador. —Ha sido un día bastante largo, necesitó descansar.

Xavier retrocedió, entendió mi petición y fue como el elevador se cerró y pude irme a mi habitación.

Xavier
—¿Eres un suicida verdad Xavier? —Mehmet estaba atrás de mi.

—No podía dejar que Tobías hiciera sus mierdas con ella.

—¿Y tú si puedes hacerlas? —Me pregunto mirándome.

—Yo no la voy a tratar mal, lo único que quiero hacer es protegerla, sabes que Tobías solo es un tipo que la quiere para una noche.

—¿Y tú para que la quieres Xavier? No niego que ella sea una buena doctora, me siento bien cuando hablo con ella en sesión, pero desde que llegó tu y Tobías no han dejado de comportarse cómo unos perros hambrientos. —Negó y se acercó a mi tomándome de mi hombro, luego me vio a los ojos. —; No niego que tus intenciones sean buenas, te conozco, llevas diez años en la banda, pero lo único que hiciste está noche fue ponerla aún más en riesgo, con esto Tobías se obsesionará aún más con ella, los fans estarán queriendo saber quién es ella y sobre todo a tu esposa no le gustará nada saber lo que has hecho.

¡Bendita suerte! No había pensado en mi bendita esposa, en el momento solo quería proteger a Caely de Tobías y de hacer preciso lo haría de todo el mundo.
Esa pequeña muñequita de porcelana sería un riesgo, pero sería un riesgo que estoy más que dispuesto a correr.

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