5: Conversaciones
— ¿Qué onda con tu expresión? Llevas como media hora mordiéndote las uñas y ya mordiste todo tu lápiz—le dijo Levi al pelinegro mirándolo con cara de asco por la acción que éste estaba haciendo.
—Estoy esperando los resultados del concurso—contestó él, echó su espalda hacia atrás chocando con el espaldar del banco en el que estaban.
— ¿No falta como una semana para eso? —Dean asintió y Levi frunció el ceño— ¿Y estarás así toda la semana? —Dean volvió a asentir—. Yo mejor me voy—le dijo levantándose del banco.
— ¡No! —exclamó el pelinegro tomándolo del brazo—. No me dejes solo es esta agonía—pidió.
—Que dramático eres, Deandré—bufó su amigo—. Sé paciente y espera relajado, si tu es parar ti entonces será para ti.
—No quiero perder—susurró—, necesito ganar esto. Necesito que alguien me diga que lo que hago está que tus dibujos están bien.
—Pero quiero que lo diga alguien profesional, que sepa de estos temas—respondió—. Ejemplo, yo puedo decir que los libros de Paulo Coelho son demasiado aburridos pero el resto de personas especializados en eso piensan que es una auténtica obra de arte literario—ejemplificó—. O decir que Van Gogh está sobrevalorado pero medio mundo lo adora, ¿entiendes a lo que voy?
—Eso creo—se encogió de hombros—Dean suspiró frustrado.
Necesitaba de alguien que pudiese entender cómo se estaba sintiendo en ese momento, alguien que también compartiese su visión del arte, sea escrito, sea visual, sea oral; no importaba cuál en realidad, sólo necesitaba que alguien pudiese comprender todas las emociones que estaba viviendo en ese preciso momento.
—Oye, y si no ganas ¿qué harás?
— ¿Tan poca fe tienes en mí que ya especulas que no gané?
—Sólo digo que debes estar preparado para ambas opciones, si ganas lo más probable es que te emociones y festejes por la vida contándoles a todos que has ganado e invitándolos a la presentación de la obra, pero si pierdes...¿no has pensado qué hacer?
—Creo que estoy tan consciente de que voy a perder que me convencí a mí mismo que no es tan malo como se ve,
—No lo es, perder te ayuda a mejorar—respondió—, si no les gustó tu pintura quizás es porque le hace falta un toque o quizás porque no era el jurado adecuado para verla.
— ¿A qué te refieres?
—A las personas no les gusta lo mismo todo el tiempo—respondió—. A mí puede gustarme una pintura pero tú de seguro piensas que está mal hecha o viceversa, por eso es necesario tener más suerte que talento, porque talento tienes Dean, lo que necesitas es tener la suerte de que el que evalúe tu pintura sea la persona correcta.
Y Levi tenía razón, ¿cuál es la posibilidad de que la persona adecuada vea tu obra en el momento justo? No a todas las personas les gusta lo mismo y de eso se trata la vida, de varias en gustos y colores, de mirar los dos lados de la moneda, de ser el bueno pero también ser el malo. Pero sobretodo, la vida se trata de expresarnos y con el arte las expresiones se ven siempre más bonitas.
¿Sientes dolor? Dibuja. ¿Amor? Dibuja nuevamente. ¿Estás molesto? Expresa tu rabia dibujando y así pasa con el resto de las emociones. Para Dean ese era el método más factible de drenar las emociones y el que más amaba utilizar.
Cuando salió de clases esa tarde decidió ir con sus amigos a la cafetería, ellos no conocían a Marie así que él se las iba a presentar. Los tres tomaron el autobús hasta la calle del local, Dean miró por el vidrio a ver si ella estaba en ese momento, como ese día no era martes ni viernes, no iba a verla cantar pero al menos iban a verla. De eso se trata ¿no? De buscar lo que te causa una emoción y que cuando la encuentres, no la dejes ir tan fácil.
— ¿Esa es Gretta? —preguntó Liam apenas entraron, había visto a la chica limpiando una de las mesas del fondo.
—Sí, trabaja aquí. ¿La conoces? —preguntó Dean con el ceño fruncido.
—Estudió en nuestra secundaria, era un año mayor—explicó el castaño y Dean asintió. Levi se acercó a una de las primeras mesas que se encontraba en medio de la cafetería y sus amigos lo siguieron.
— ¿Quién es Marie?
—La que está entregándole el café a esa chica de la barra—respondió el pelinegro, Liam y Levi miraron a la susodicha— ¿Pueden no ser tan obvios? Por favor—dijo rodando los ojos, Levi se rio por eso.
—Es linda—dijo Liam— ¿Tendrá novio?
—No sé pero tú si tienes novia así que quita esa mirada de ella—respondió Dean, Levi lo miró con una sonrisa cómplice.
— ¿Celoso, Deanie? —le preguntó.
—Oh, no me llames así—volteó a ver a Marie y se dio cuenta de que ella estaba caminando hacia ellos—. Ahí está actúen normal.
— ¿Cómo es actuar normal? —preguntó Liam. Levi se encogió de hombros y fijó su mirada en la chica que llegó a su mesa.
—Dean—le sonrió ella, Dean le devolvió la sonrisa y volteó a ver a sus amigos.
—Ellos son mis amigos, Liam y Levi—los presentó, ambos chicos la saludaron amablemente a lo que recibieron una sonrisa de su parte—. Hoy no cantas, es una lástima porque me gusta escucharte cantar.
—Realmente aprecio mucho que lo hagas—le sonrió—. ¿Qué van a pedir?
—Yo quiero un café muy expreso—comentó Levi interviniendo en la conversación.
—Y yo un café con hielo—dijo Liam.
— ¿Un café helado? —preguntó Marie, él negó.
—Un café y le echas hielo, ¿no hay de esos aquí? —ella negó.
—Pero puedo traerte uno—respondió, Liam sonrió alegre y le agradeció el gesto—, ¿tú que pedirás Dean?
— ¿Venden malteadas de plátano? —ella asintió—. Entonces quiero una de esa, mientras más fría mejor—le sonrió. Ella anotó todo en su libreta y les pidió que esperaran un rato para así alejarse de ellos.
—Que intenso—susurró Liam—, le tienes muchas ganas ¿verdad?
—No me gusta—respondió el pelinegro—, sólo pienso que es alguien linda de admirar, en el sentido artístico claro.
— ¿Y entonces por qué no la pintaste a ella en vez de esa chica desconocida? —comentó Levi.
—Porque lo primero en que pensé fue en esa chica—respondió—, aunque Marie ha hecho que pinte más seguido. Me gusta eso, siento que estoy avanzando como artista.
Marie regresó con sus bebidas luego de cinco minutos y los tres chicos permanecieron un rato hablando sobre temas que realmente no tenían mucha importancia. Sin embargo tocaron un poco el tema de las relaciones, Liam comentó como le iba con su novia y Levi les contaba los problemas que estaba teniendo con una chica que le gustaba, sin embargo Dean prefirió no hablar de eso, no sabía qué decir, ¿nombrar a Marie? Eso era obvio que no podía hacerlo, no tenía la necesidad de hacerlo porque ella no le gustaba. No al menos como el resto de las personas describen la palabra gustar.
Porque gustar no es sólo creer lindo a alguien, gustar tampoco es tener sentimientos por alguien más, a ti te podía gustar alguien porque te gustaba lo que +esta expresaba, lo ésta sentía, lo que ésta decía. Te podía gustar alguien por la persona que es sin meter al amor de por medio.
Ya era la hora de irse por lo que los tres se acercaron a la barra para pagar lo que habían consumido, Marie los atendió sin problema pero antes de que se fueran, ésta habló con el pelinegro.
—Hey Dean, eh, ¿te gustaría salir algún día? —le preguntó un poco tímida, Dean sintió su corazón acelerarse, ¿qué debía responder? Si le decía que sí podía hacer que ella se ilusionara un poco pero si le respondía que no se iba a arrepentir toda su vida porque de verdad deseaba salir con ella. Sus amigos lo miraban a la espera de su respuesta y la castaña sintió por un momento que no debió de apresurarse con él.
—Sí, me gustaría salir contigo algún día—respondió—, ¿te parece ir al parque este fin de semana? —ella asintió emocionada—. Entonces nos vemos—le sonrió y se alejó del lugar.
—Así que tienes una cita—dijo Levi codeándolo—, me gusta, que rápido creces Deandré—fingió secarse una lágrima, Liam se rió.
—No estás en la friendzone, eso es muy bueno—continuó hablando su mejor amigo,
Y así continuaron hablando de un montón de cosas sin sentidos por todo el camino a sus respectivas casas. Cuando Dean llegó a la suya, notó a su hermano sentado en el sillón de la sala viendo una película con una chica, se acercó curioso a verlos y se rió por la manera en que Gastón estaba más pendiente de mirar a la chica que a la pantalla del televisor y suspiró imaginándose a él algún día con una chica...¿tal vez con Marie?
Pasó directo a la cocina y leyó la nota de su madre en la que le especificaba que habían comprado pizza para cenar y que sus porciones estaban en la nevera, por lo que dejó la nota de lado y fue a buscarlas para así colocarlas unos segundos en el microondas.
—Dean te llegó una carta del concurso—gritó su hermano desde la sala—, la dejé en tu habitación—dijo esta vez más bajo.
—Vale, gracias—respondió en voz alta también y sacó la pizza del micro para así caminar hasta su habitación. Ahí se dedicó a ver un capítulo de How I Met Your Mother hasta que terminara de comer.
Ya en la noche se dedicó a pintar un poco, esta vez sólo era un simple imagen de las nubes, de cómo se veían el cielo reflejando figuras que las personas adoraban encontrar, las nubes eran simples pero al verlas te llenabas de armonía y eso era lo que Dean quería reflejar con su pintura.
Dejó de lado lo que estaba haciendo para abrir el sobre que Gastón le había dejado en la cama, era una carta sobre que habían recibido su pintura y deseándole suerte en el concurso y eso era lo que él necesitaba en ese momento. Suerte, suerte para lograr ganar y suerte para que pudiese conseguir cautivar a su pequeño jurado.
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