19: Arte por Arte
— ¡Ugh! Estoy rodeada de aficionados—dijo Joanne Jones mientras se abría paso entre las personas, Dean estaba caminando detrás sin mucho interés. Ella lo había invitado a una pequeña feria de libro que estaban organizando en la ciudad de Asderma y él había aceptado dándose como excusa que quería viajar para poder visualizar mejor el arte en otra ciudad.
—Tú comenzaste de esta forma—le recordó él, Joanne negó.
—Mi padre es poeta, fui criada en el ambiente literata desde siempre—respondió—. No iba a las ferias para hablar con los escritores, iba para acostumbrarme porque eso era lo que sería—Dean asintió, aunque no le había parecido algo muy bonito.
Se dio cuenta de que Joanne y él eran de mundos muy distintos, ambos compartían el arte, eso era cierto, pero sus perspectivas estaban muy alejadas. Ella tenía una vida resuelta desde siempre, él todavía trabajaba para cumplir su sueño y eso no estaba mal, sólo que quizás el comportamiento que acababa de ver de ella no le parecía lo mejor. No al menos en ese momento.
Dean sabía lo que era ser un aficionado al arte porque él lo era, no podía considerarse pintor ni mucho menos artista porque no era alguien reconocido. Aunque dicen por ahí que no es necesario ser un artista reconocido para ser un artista.
Había muchas personas famosas que sólo hacían basura y personas creativas que sufrían por no ser reconocidas, esa era la vida real de los aficionados y Dean la vivía.
—No sabes lo mucho que me gustó que hayas accedido a venir conmigo—comentó Joanne y tomó la mano de Dean, éste le sonrió para luego dar un suspiro.
No podía seguir engañándose a él mismo.
—Joanne...no quiero que confundas las cosas entre nosotros.
—No las confundo, Dean—respondió—. No me gustas y sé que tampoco te gusto, ¿vale? —continuó hablando y se lo llevó al puesto de la editorial que había firmado con Joanne para sacar su nuevo libro—. Yo te inspiro y tú me inspiras a mí, ¿no es eso lo que hacen las personas grandiosas? Inspirarse mutuamente para su arte, el libro que estoy escribiendo trata sobre eso, sobre ti y tus pinturas.
— ¿Me estás usando para escribir tu libro?
— ¿No haces lo mismo conmigo para crear tus pinturas? Estamos a mano—se encogió de hombros y se acercó a una de las empleadas que estaba allí para empezar a hablarse sobre el cronograma de actividades que tendrían ese día.
Dean se la quedó mirando sin saber exactamente qué hacer en ese momento, vale, quizás ella estaba en lo cierto y él sólo la veía como una musa para las pinturas que estaba haciendo los últimos días, pero ¿de verdad podía tener una relación de uso mutuo con Joanne?
Pensó en Marie y en lo que seguramente podría estar haciendo en ese momento, como era jueves seguramente sólo estaba sirviendo algunos cafés, pero de todas formas le hubiese gustado ir a verla, no se arrepentía de haber aceptado la salida con Joanne, Asderma era una ciudad maravillosa llena de sitios perfectos como para poder sentarse y dibujar, pero la feria del libro no era lo suyo, los libros en general no eran lo suyo.
Le informó a Joanne que iría a caminar un rato y que regrearía antes de que se acabara la feria, ella estuvo de acuerdo e incluso le pidió a su asistente que lo acompañase a donde sea que él fuese.
—No te gusta todo este bochince, ¿verdad? —le preguntó el hombre mientras manejaba a algún museo de arte, Dean suspiró.
—No es mi concepto de diversión ir a que me firmen un libro o ser el que firma los libros—respondió—. ¿Tú no te aburres haciendo esto?
—No es mi trabajo soñado pero prefiero hacer esto ante muchas otras cosas, me pagan bien y tengo mis ratos libres para hacer lo que yo quiera—respondió—. La señorita Joanne es alguien buena, aunque sé que piensas que es bastante superficial.
— ¿Por qué crees eso?
—Porque ella a veces no mide sus palabras y mucha gente suele tomarla de esa forma—contestó y le dio una mirada a Dean por el retrovisor.
—Es una buena chica—comentó e intentó cambiar la conversación.
~•~
Marie le mostró a sus amigos la tarjeta que le había entregado Griffin Arlen, todos estaban sumamente impresionados y emocionados por lo que le había pasado. ¡Griffin Arlen se había acercado a ella para decirle que le había gustado como cantaba! Deseó que Dean estuviera con ella pero eso era algo que no iba a suceder, no al menos ese día.
—Griffin es un genio con sus manos—comentó Diego, uno de sus amigos. Gretta echó una carcajada y éste sólo la miró con el ceño fruncido—. Por como toca el bajo, ¡mente sucia!
—No puedo quitar mi sonrisa del rosto—confesó ella—. Han pasado dos días y sigo igual de alegre—Hugo asintió.
—Te entiendo, estaría de la misma forma si alguno de ellos se acercara a nosotros para decir que le gustó nuestra canción—comentó, él junto a Diego y dos amigos más de ella—quienes en ese momento no se encontraban—habían formado una banda.
— ¿Ya lo llamaste? —preguntó Gretta, Marie negó—. Debes llamarlo, te está ofreciendo una gran oportunidad.
—Cuando me gradúe.
—Pero puedes empezar a relacionarte con ellos desde ahora—comentó—. Imagínate que ellos toquen alguna de tus canciones, eso sería estupendo y todo un sueño.
—Conocerías a Axel Trail—mencionó nuevamente Diego, Marie sonrió al verlo tan emocionado.
—Y a Gino Santana, y T.J Priester—siguió hablando Hugo—. Trabajarías con los grandes, ay dios mío que me estoy emocionando—expresó y se lanzó al sofá de la sala, todos rieron.
—A Dean le gusta Kloss—dijo tímida, Gretta rodó los ojos—, estoy segura que se emocionaría mucho con esto.
—Dean es cosa del pasado—le dijo seria—. Ya deja de pensar en él, se supone que debes estar molesta. Él seguramente está por ahí con la chica esa que vimos, no puedes estar tú lloriqueando cuando él disfruta.
—No seas así con ella—la defendió Hugo, Marie sólo bajó la cabeza intentando no llorar. Ella sabía que a Dean no le interesaba tener una relación con ella pero aun así se sentía traicionada al verlo con otra chica.
—Miren, mejor volvamos a Griffin y lo genial que debió haberse sentido estar frente a él o qué tal si les cuento sobre aquella vez que Johan y yo nos perdimos en la universidad el primer día de clases; fue épico—sugirió Diego intentando cambiar de tema, Marie se encogió de hombros—. ¡Mejor esto! Mañana Nuestra banda va a tocar en una fiesta de la universidad y pueden ir ustedes dos, le invitamos un trago, bailan y conocen chicos que no sean artistas.
—Me gusta esa idea—respondió Gretta—. Más por la parte de chicos no artistas—miró a Marie—; los artistas son los peores rompecorazones.
—Me duele que digas eso porque yo soy músico—dijo Hugo fingiendo clavarse una astilla al pecho—. Diego y yo somos hombre fieles; yo sigo pensando en Tamar y él sólo tiene ojos para Paula—Diego le lanzó un cojín—. ¡Oye pero todos sabemos que es cierto!
—Deja de decirlo a los cuatro vientos.
—Ooooh—dijo Gretta alargando la O—. A Diego le gusta una chica—sonrió, Marie lo miró curiosa.
— ¿Es la chica que vimos la vez esa en la que chocaste con la pared? —preguntó ella echándose a reír, Diego asintió un poco avergonzado—. Es linda.
—Es hermosa—sonrió.
El teléfono de Marie vibró en su bolsillo, un mensaje le había llegado y tenía la sensación de saber quién era el que lo había hecho. No quería hablar con Dean por mucho que su corazón le decía que sí debía hacerlo, pero ¿quién dijo que debía responder el mensaje? Sacó el teléfono y confirmó que sí era él para luego leer lo que le había enviado.
«¿Estás ocupada?»
No.
«Sí»
Escribió y esperó a que le llegara la respuesta que seguramente iba a mandarle.
«De verdad quiero hablar contigo, por favor»
Cerró los ojos y se llevó el teléfono al pecho, Gretta la vio con el ceño fruncido y le quitó el teléfono de las manos para leer la conversación abierta.
—Te diré lo mismo que le dije a mi hermano—la miró—. No pierdas tu tiempo con alguien que no te quiere, o en tu caso, con alguien que no sabe lo que quiere. Porque ese es el problema de Dean, no sabe qué es lo que quiere en su vida.
— ¿Y si yo tampoco sé lo que quiero en mi vida y estoy conforme con él?
—Mereces a alguien que no te vea solamente como su fuente de inspiración.
— ¿Pero eso no es lo más importante para un artista? Conseguir su inspiración, tener una musa...y si soy eso para él, entonces podría decir que soy importante en su vida, ¿no?
—Marie...
—Gretta, no voy a hablar con Dean, eso ya me lo han hecho saber ¿vale? Pero no puedes hablar de él como si fuese un mal chico porque no lo es—comentó—. Yo lo quiero, a pesar de ser sólo su amiga,
La chica suspiró intentando calmarse un poco, no estaba molesta ni nada cercano a ello pero no quería que su amiga sufriera. Marie era una buena chica y no merecía conseguirse patanes en su vida.
Hugo y Diego intentaron cambiar nuevamente la conversación y la dirigieron a algo más deportivo: fútbol. A ninguna de ellas le interesaba saber sobre ello pero era al menos una manera de no seguir discutiendo sobre chicos; aunque hablar de fútbol era una forma de discutir sobre chicos.
~•~
— ¿Te divertiste en tu recorrido con Salomón? —preguntó Joanne saliendo de la feria de libros con Dean, el chico asintió y le explicó todo lo que había hecho con su asistente.
Descubrió que Salomón tenía cuarenta y dos años y estaba casado, tenía dos hijos—una de doce y otro de ocho—, trabajó cinco años como taxista porque había perdido su empleo en un corte de personal y que Joanne lo contrató al día siguiente de dar su primera firma de libros hace ya dos años.
La había pasado muy bien con él, tanto así que logró sentirse en confianza para contarle sus problemas con Marie. Salomón estaba de acuerdo con muchos al pensar que Dean sentía algo más por Marie que una simple inspiración pero era de esos que prefería que la persona se diese cuenta por sí solo.
—Gracias por invitarme—le dijo y le dio una sincera sonrisa, él nunca se hubiese imaginado ir a la ciudad de Asderma. Había escuchado hablar de ella, sobre la feria de las estrellas que se hacía cada año y sobre todos los misterios que la ciudad ocultaba pero nunca creyó que podría verla en persona.
—Siempre es bueno estar con un amigo—le sonrió, tomó su mano para montarse en el auto para poder ir de regreso a sus casas—Dean, te propongo un trato.
—Dime.
—Yo poso para ti y tú aceptas todas las invitaciones que te haré, es arte por arte—explicó—. Tú te inspiras y haces tus pinturas y yo termino de hacer mi libro.
— ¿De qué trata tu libro?
—Es una sorpresa—le sonrió—, entonces, ¿qué dices? Puedo ser tu musa.
—Me gustaría—le dijo—, pero Marie es mi musa.
— ¿La chica de tu dibujo? —él asintió—. Es linda.
—Lo sé—admitió y echó su cabeza hacia atrás apoyándola en el asiento—. Marie es una chica increíble, deberías escucharla cantar uff, lo hace con demasiada pasión y tiene una voz que puedes quedarte embobado escuchándola. Y ni te atrevas a mirarla por mucho tiempo porque deblin, te deja con la boca abierta.
Joanne sonrió ante lo que le estaba contando el chico, le gustaba escuchar cómo los hombres hablaban de las chicas que le gustaban. Ella pensaba que era una de las cosas más bonitas que alguien pudiese decir de otra persona.
— ¿Es tu novia?
—No, ella no me gusta—Joanne frunció el ceño.
— ¿Cómo que no te gusta si casi te estabas babeando al recordarla? —se cruzó de brazos y le dio una mirada acusadora—. Ya lo vi todo, segunda etapa: negación.
—No estoy en negación.
—Dean, deberías escucharte a ti mismo cuando hablas de ella.
Y de ahí no hablaron más por todo el camino hasta la ciudad. El pelinegro pasó todo el recorrido hasta su casa pensando en las palabras de Joanne, ella quizás tuviese un poco de razón, mejor dicho, todo el mundo quizás tuviese un poco de razón al decir que Marie no era sólo una simple musa, y él incluso consideraba eso de una cierta forma pero quería centrarse sólo en la idea de una amistad con ella. Él no era el mejor amante, él no podría aportar nada bueno en la relación.
Le pidió a Salomón, el asistente, que lo dejara cerca del SuperPot, su casa no quedaba por esa zona pero sus intenciones en ese momento no eran llegar todavía a ella. Se despidió de ambos y sacó su teléfono para llamar mientras caminaba y se dirigía al lugar que realmente quería.
— ¿Aló? —escuchó su voz, Dean tragó saliva, tenía mucho tiempo sin oírla—. ¿Dean?
—Hola—respondió—. Tenía tiempo sin saber de ti—escuchó como ella suspiró y sintió que su corazón estaba latiendo más rápido, quizás eran sólo los nervios por hablar con ella nuevamente.
—Pensé que estabas molesto conmigo, ya sabes, por lo que ocurrió ese día—él suspiró y continuó caminando un poco más, al cruzar la calle estaría en el lugar que deseaba.
— ¿Estás en tu casa? —cruzó y observó la puerta de la entrada. Estaba igual a cómo lo recordaba.
—Sí, ¿por qué? ¿Te sucedió algo? —su voz sonó un tanto preocupada, Dean negó a pesar de que ella no podía verla.
—Estoy afuera, ¿podrías abrirme? —y luego de eso observó cómo la cabeza de la muchacha se asomó por la ventana de su habitación, su cara mostraba sorpresa pero al mismo tiempo podía notarse que ella deseaba verlo desde hace mucho tiempo.
Dean le sonrió.
Ni siquiera sabía por qué había llegado hasta allí.
N/A: Yo tampoco sé que hace él allí pero bueno xd vamos a dejar que todo fluya ahhh Se supone que hoy comienzo clases pero nunca voy la primera semana gg Chicos no hagan eso en casa, no sigan mi mal ejemplo
¿Que tal el capítulo?
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