5.

Aixa.

El martillante pitido, pero agudo , se hace uno con el dolor de mi cuerpo, junto al olor putrefacto de mi entorno. Un suelo punzante y deshibido me envuelve, tocando mi piel a su antojo, mientras infunde sensaciones de miedo sin poder evitarlo. Las sábanas del desconcierto y desasosiego me arropan entera nublando mi subconsciente.

¿Donde estoy?

En mi mente resuena esa pregunta , teniendo la esperanza de encontrar una respuesta contundente. Una que me defina el estado de inmutez que me corroe.

Los olores poco gratos golpen mi nariz sin misericordia. Huele a muerte y a incertidumbre. Arrugó el entrecejo en medio de la angustia.

Solo recuerdo que había sufrido un accidente. Uno que a pesar de ser sumamente violento , me resguardo la vida. Apreté mis manos a mis costados. Estoy recostada en un lugar mullido y poco agradable. Algo punza mi piel sin reparos enviando más dolor a mi cuerpo.

Las ganas de vomitar no tardan en llegar , golpeándome con arcadas violentas y nauseabundas. No obstante, me encuentro inmovilizada , siendo imposible descargar toda esas reacciones involuntarias.
 
Envuelta en penurias y dolores imposibles de calmar , intento abrir los párpados, los cuales se encuentran pesados y sembrados por el dolor. Luego, palpo mis labios encontrando en ellos una inchazon poco notoria en la parte inferior y el sabor gélido de la sangre seca en mi paladar.

Al revisar a mi alrededor un letargo de miedo y angustia me golpea mil veces. Un grito ahogado crece agigantado en mis cuerdas vocales, dificil de salir , pero creciendo en insistencia. Un mareo me desorienta , mi cabeza da vueltas palpitando insoportablemente y mi cuerpo entra en estado de bloqueo.

Una manada de cuerpos muertos y esqueléticos adornan mi alrededor. Algunos en estado de descomposición , pero otros apenas fueron arropados por la muerte.

Sangre.

Carne podrida.

Fluidos asquerosos.

Es todo lo que rodea mi entorno vistiendo el lugar de tragedia y pesadumbre. Cercado por diferentes tipos de muertes incontables, con diferentes tipos de objetos o heridas. Disecados, violentados por armas de fuego y cuchillos. Almas perdidas en un ollo inhumano.

— ¿Como...? — Intento decir en susurro poco percibido , esquivando que los olores entren a mi cavidad vocal.

Mis manos tiemblan , mi cuerpo tiembla y los mares llenos de sentimientos inquietantes me abrazan. Una taticaldia constante me apretuja el corazón. Una sensación que aprieta mis pulmones impidiendo mi respiración. Cierro lo mis ojos , toco mi pecho con ansias de respirar e intento controlar un ataque de ansiedad.

¿Porque...? ¿Quien...? ¿Porque...?

Es como si todo lo que estuve reprimiendo se haga masivo y necesite salir.

Me arrastro por los cuerpos muertos intentando salir de aqui a toda costa. Aún con el miedo y terror de compañeros. Cuando de repente un hombre de aspecto deteriorado invade mi campo de visión.

— ¡Estas en el infierno! — Ladra sonriendo espeluznante. Su aliento y su olor corporal siendo algo torturador para mi.

Me pongo de pie con rapidez corriendo  hacia la salida , escuchando su risa en el trayecto. Un olor asqueroso se impregna en mi ropa acompañando el deterioro de la tela y los raspones de esta. Llevando en mi cuerpo la sangre  de un sinnúmero de personas.

Varias preguntas rondan mi mente, pero ninguna obtiene respuesta. Sólo una se hace constante e interminable.

¿Como llegue hasta aquí?

Un lugar ignorado por la sociedad es usado para desechar personas muertas. Todo se resume a que estamos siendo exterminados por una fuerza mayor, como animales llevados al matadero. 

¿Quien hace esto?

¿Seran las personas que desaparecieron últimamente?

¿Quien es el culpable?

Un barrio peligroso conocido por la venta de droga en cada esquina y una magama de viciosos rondando por las calles. La oscuridad siendo la principal dueña de los alrededores. Luego, le sigue el olor a mariguana que prevalece en el ambiente volviéndose parte de la fachada.

No se cuanto he corrido, pero es lo sufiente como para saber que me encuentro a kilómetros de distancia de esa pesadilla. Me introdujo a un callejon oscuro buscando una salida. Al adentrarme, vigilo mi alrededor , espectante a cualquier movimiento sospechoso.

¿Como saldré de aquí?

Respiro hondo.

Al levantar mi mirada me encuentro siendo espectadora de un crimen desgarrador. Ahogo un grito de horror colocando mis manos en mi boca. El asesino tiene una hacha filosa y con ella atienta múltiples veces contra el cuerpo del hombre bajo su dominio. Le desgarra la piel sin misericordia , impotandole la lucha o las suplicas lastimeras de la víctima.

El hombre casi mide dos metros, con un gran atractivo capaz de engañar a cualquiera. Esta vestido por una elegante camisa negra manchada con sangre y el otro sujeto solo se sostiene con unas prendas sucias.

Me quedo paralizada en mi lugar cuando sus ojos se levantan hacia mi,  atrapantes e intensos , ciñendose en mi figura como dardos fogosos que me encienden. Mi cuerpo se tensa inmediatamente tratando de desviar la mirada para otro lado , pero estoy frizada en mi puesto.

El hombre queda completamente destrozado debajo de el. Con su vida arrebatada y sus ojos sin alma. Pero el al parecer le da igual. Su conciencia no se remuerde al cometer tal hecho , al contrario se enfoca tortuosamente en mi.

Sin parpadear , empecinado en observarme con sus retinas oscuras. Una sonrisa siniestra reluce en su rostro gritando peligro en cada una de sus facetas. Una figura imponente y pragmática que se ciñe de todo el ambiente. Sus ojos bajan por mi fachada deteriorada y asquerosa, pero su expresión no es de asco , si no de fascinación.

¿Que mierda?

Me encuentro en estado de bloqueo por su alteración. Desconociendo sus intenciones pero sintiendo como un fuego desconocido, pero aterrador enciende mi corazón. Un escalofrío sube y baja continuamente por mi cuerpo , siendo una de las mil reacciones que provoca.

¿Quien es..?

De pronto su voz siniestra , cargada de frialdad y pragmatismo inunda el silencio.

— ¿Necesita ayuda , señorita? — sisea  sonriendo lobuno , mientras mueve su hacha circularmente importandole si se lastima.

Ladea la cabeza esperando respuesta de mi parte, pero me encuentro presa del miedo y me es imposibilitado el habla.

— Necesito llegar a pazther — Explico insegura e intranquila.

El ambiente tenso que se forma es ahogador. La energía tan susceptible que desprende es como una neblina oscura cargada de todo tipo de sensaciones extrañas, algo tan poderoso que me posee como una presa. 

Presa...

Sus ojos recorren mi cuerpo de arriba hacía abajo rápidamente como antes lo había hecho. Un letargo frenético me vuelve a dictar el peligro que reluce en este hombre. La imponencia y soberbia que en en reluce me imposibilita apartar la mirada cuando ya me tiene atrapada.

El hizo un gesto despectivo dejando notar unos colmillos a cada extremo de su dentadura. Luego , pasa su mano por su cabello negro el cual le llega hasta las orejas. El sujeto tiene la misma mirada en blanco , fija e inquietante sobre mi. Pero esta vez en un gesto de fascinación e interés. 

— ¿A esa maldita cueva? — cuestiona sin importancia.

Asiento dubitativa, mirando de soslayo el cuerpo inerte.

El vuelve a ladear la cabeza como si fuera un juego divertido. Despues de unos minutos se acerca peligrosamente hacia mi , arrastrándo el hacha contra el suelo.

— ¿Me vas a matar al igual que el? — suelto con rapidez. Doy dos pasos hacia atrás.

El se detiene, pero sigue mirándome con frialdad y poca sensibilidad.

— ¿Me puede culpar? Es divertido — dice en un susurro ronco.

Frunzo el ceño y un escalofrío baja por mi cuello.

— Maldito enfermo — musmuro con desprecio.

El no parece sorprenderse en absoluto.

— Eres la primera que lo dice en voz alta — Admite con una sonrisa torcida y macabra. — Por lo tanto , te daré tres segundos para que corras. 

¿Que rayos le pasa por la cabeza?

— Uno

Mis manos tiemblan.

— Dos

Trago saliva.

— Tres.

Sin esperar , comienzo a correr apresurada hacia la calle frente a mí, sin prestar atención a mi alrededor. Con la drenalina apoderándose de mi.  Solo una persona huyendo por su vida de un maniatico loco con una hacha ensangrentada.

Las calles están oscuras y desoladas siendo completamente desalentador para mi. Cuando estoy a punto de cruzar la avenida para llegar a la próxima calle, unas manos fornidas rodean mi cintura. Luego, levanta mi cuerpo en el trayecto con facilidad.

Suelto un grito sorpresivo cuando me percato de que me ha atrapado y nisiquiera he escapado lo suficiente.

Estoy muerta

Su aliento agitado choca contra mi mejilla.

— Perdiste — masculla.

Intento luchar para liberarme de su agarre, lo cuál es imposible por la fuerza ejercida. Siento como su nariz inhala el olor de mi cabello haciendo que me remueva con más violencia contra el.

— Déjame ir — reclamo.

Golpeo su estómago con mi codo , pero no se inmuta y solo me aprieta con más impetuz.

— Si continuas resistiéndote solo lograrás que tenga más ganas de matarte — Aprieta su mandíbula .

— ¿Tengo que dejar que me mates?— pregunto respirando acelerada por su intromisión.

— Amenos que quieras que te folle antes por exitarme – añade mordiendo el lóbulo de mi oreja.

Me quedo de piedra , muda de la impresión.

— Eso pensé.

El me da una vuelta en el aire sin mucho esfuerzo mientras yo sigo intentando desacerme de su agarré. Acto seguido, toma mi cuello y lo aprieta dificultando el acceso al aire. Me remuevo , colocando mis manos en las suyas intentando detener su cometido.

— Todo ese drama para solo estrangularme — lo provocó con dificultad.

Mis pulmones reclaman el aire suprimido por sus manos. Su rostro a solo escasos de él mio , mientras su aliento a tabaco y menta choca contra mí nariz.

Sin expresión alguna, pregunta:

— ¿Has sentido la muerte y el placer al mismo tiempo? — pregunta con una lógica fría y premeditada.

Toso descontrolada — ¿Que..? — Artículo con torpeza.

Me quedo observando su rostro perfilado con perplejidad.

— Prepárate, porque lo vas a sentir en cuerpo y alma.  

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~L~

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