4.
Aixa.
Cenizas
Humo
Muertes
Maldito aquel que volvió un infierno el lugar equivocado. Un pueblo de paz que no tenía a quien deberle. Pero el diablo estaba tan aburrido que decidió mandar a sus demonios a atormentar a los habitantes de pazther, incluso a mi.
La tragedia volvió a visitar el pueblo esta noche , cuando hemos recibido una denuncia de parte de los pueblerinos del lugar. El incendio de un bar que provocó muertes incontables y heridos dispersos por el establecimiento. El boletín se expandió por toda la zona atrayendo a todos los residentes a darse cita al lugar de los hechos.
La muerte seguía tomando territorio orillando a los habitantes a mantenerse en alerta en todo tiempo. El entorno se encuentra en una angustia constante por los gritos de desespero de los familiares de las víctimas y del incendio que no dejaba de caminar por el lugar evaporando todo en segundos.
Le doy una calada a mi cigarro observando a una distancia prudente todo el escándalo. Mientras escucho a las personas despotricar y cuestionarse sobre lo sucedido.
¿Quien será?
¿Como sucedió?
¿Estara entre nosotros?
Son algunas de las preguntas frecuentes que se escuchan en medio del barullo.
Los paramedicos se hacen cargo de trasladar los cuerpo muertos a la camillas. Embalsamados en sábanas blancas para no permitir que las imágenes horrorosas de las calcinaciones se hagan pesadillas perturbadoras. El número de muertes son increíbles. No había uno que había sobrevivido y que cuente quien fue el culpable. Solo personas disecadas y hechas polvo por el fuego arrasador que los envolvió en aquel lugar. Como un infierno creado por alguien que salió de él.
El...
Una de las camillas llama mi atención porque al pasar por mi lado , un olor putrefacto se adueña de mis orificios nasales haciendo que arrugue mi entrecejo. Y es que , el incendio es reciente. Tanto que el fuego sigue haciéndose notar al salir humo por las puertas y ventanas. Así que, sería completamente imposible que un cuerpo estuviese en descomposición tan rápido.
Trago saliva.
Fijo mis ojos en su mano la cual cuelga de la camilla dejándose ver fuera de la manta. Su uñas tienen carne muerta entre ellas y sangre dispersa deformemente por sus dedos , como si hubiera luchado incansablemente hasta arañar a su agresor. Me acerco lo sufiente como para percatarme de los moretones fogosos en su mano, esparcidos en su muñeca. Una muerte violenta y caótica.
- ¿Encontraste algo? - la voz tensa de mi jefe irrumpe mi escrutinio y me hace brincar de la impresión.
El se acerca con las manos manos en sus bolsillos con elegancia. Lo escruto de pies a cabeza sin pulcritud , no ignorando lo varonil y sensual que relucia. Una barba bien cuidada. Su cabello hacia atrás peinado. Un cuerpo fornido y lustrado por una piel trigueña , junto a varios tatuajes en sus brazos. Vestido con una camisa blanca semiabierta y unos pantalones finos negros.
Me aclaro la garganta tratando de ignorar mis pensamientos y preparándome para hablar.
- Esa chica... - comencé a decir volviendo mi atención a la difunta, mientras le doy una calada a mi cigarro- Es como si no hubiese muerto hoy... - Muerdo mi labio inferior con nerviosismo - Un desagradable olor putrefacto sale de su cuerpo , como si estuviese muerta desde hace varios días.
- ¿Estás segura? - pregunta extrañado. Frunce el ceño entrecerrando los ojos , como si estuviese pensando lejos.
Me debato internamente aun perdida en mis pensamientos.
- Tiene rastros de piel muerta en sus uñas. Sus muñecas están muy maltratadas, deduzco que hubo un forcejeo de por medio y una lucha - explicó confundida jugando con el cigarro entre mis dedos - Todo en ella está magullado por golpes fuertes y violentos. Por lo tanto, pudo haber sido asesinada días antes y tirada en ese lugar para cubrir el crimen.
Podría ser cierto o una puta coincidencia, pero nunca creo en las coincidencias cuando se trata de una mente criminal. Porque sabía como pensaban esos imbeciles. Lograba comprender como máquinan sus fechorías, creyendo que podían despistar con facilidad. Se creen los inteligentes , cuando sólo tienen mierda en la cabeza.
El celular del jefe timbra con un mensaje, lo ojea y después levanta su mirada verdosa hacia mi con desinterés.
- Investiga quien fue el causante del incendio. Luego, encuentra al culpable del asesinato de la chica - se coloca el móvil en el bolsillo - Te dejaré este caso en tus casos. Lo único que te pido es que no la cagues como la última vez, porque serás despedida.
Sin más , se marcha hasta su auto negro, colocándose unos lentes de sol negros cuando claramente es de noche. Sensualmente imbecil.
Tiro la cajetilla vacía de los cigarros al suelo pisandola en el transcurso. Esa manía viciosa de fumar conpulsivamente vuelve a mi cada vez que me sentía ansiosa. Y joder que lo odiaba con mi vida. Más no puedo descartar que me tranquiliza ver el humo calar por mis pulmones.
¿Quien pudo hacer eso?
El...
Temble al sentir un escalofrío pasarme por la nuca.
- Es como si hubiera sido violentada por un grupo de personas... - fijo mis ojos en un punto lejano de la zona imaginando involuntariamente lo sucedido.
Me hundo en mis pensamientos los cuales están cercados por una barrera. Bloqueados por un interrogatorio incensante de mi intuición. No me encontraba en este mundo , estoy inmersa en mis sentidos entumecidos por las imágenes horrorosas que me abordan.
Estaba aferrandome a la posibilidad de que sea el mismo hombre de la otra vez. Ese que me arrebató las pruebas del caso y me dejó expuesta.
Me encamino al bar quemado tirando el último cigarro al suelo , pisandolo en el transcurso. Aprovecho que los bomberos se han hecho cargo de evaporar las llamas. Sólo humo leve sale de los escombros y un olor a carne quemada que me hace tener ganas de vomitar.
Al llegar, quitó del medio un pedazo de letrero perteneciente al nombre del establecimiento y varios escombros quemados que imposibilitan mi entrada. Desde adentro la cosa se pone peor. Nada pudo prevalecer ileso. Porque todo esta calcinado y evaporado por el fuego arrasador que se adueñó de todo. Nisiquiera las bebidas alcohólicas, las cuales explotaron por la presión de calor.
El chirrido de mis botas impacta con los vidrios volviéndose torturador. Cuidadosamente camino por encima de los escombros intentando no pisar alguna pista que me lleve al culpable. Cuando de repente encuentro el posible encendedor que causo todo este incendio. Me hinco , pero antes me coloco unos guantes negros para no desaparecer las huellas que posiblemente se encuentren en el objeto. Lo tomo en mis manos y lo escruto minuciosamente con el ceño fruncido por la concentración. Es de color azul , con pequeños detalles en negro y con letras pequeñas bordando la parte de abajo. Al leerlo caigo en cuenta de que dice el nombre de una institución.
Empresas leiv.
Debajo del nombre se encuentra unos números formando un codigo. Posiblemente una página promotora de la empresa , a la cual ni siquiera he visto o escuchado en mi vida , pero que se encuentra en el primer lugar de mis sospechas. Al escuchar pasos acercarse rápidamente guardó el encendedor en mi bolsillo delantero. Un oficial de policía que conocía bastante bien se acerca a mi altura con cara de pocos amigos y dispuesto a martillarme con su presencia.
- Aixa, ya no puedes estar aquí. Te pido que te retires, para que nos dejes esto a los verdaderos profesionales - se jacta mirándome desde su altura con soberbia.
Victor aston mi ex novio y dueño de mis mas grandes demonios internos. Un hombre de corte militar, avaro , jactancioso y severo que se adueñó de cada uno de mis desvelos en su momento. Pero que con el tiempo se volvió una pesadilla cada que aparecía por mi lado. Un maldito imbécil que se las apaña para joderme la existencia. Cómo un buitre rondando a mi alrededor.
Levanto las cejas con burla.
- Corruptos , querrás decir - digo burlesca, desasiendome de los guantes que hacían que mis manos suden.
El ríe sin gracia alguna acercándose a pasos pequeños. Cuando está a mi altura su rostro se vuelve inexpresivo.
- ¿Crees que es divertido? - me cuestiona ladeando la cabeza en señal de advertencia. Algo que caracteriza su personalidad. Lo que en un tiempo me hizo temer , ahora solo me hace gracia.
- Lo es , victor - siseo con fascinacion al tener control del rumbo de la conversación.- ¿Me tienes odio o solo estás dolido porque ya no me tienes?
Arquea una ceja en un gesto hostil.
- El mundo no gira a tu alrededor, gatita - ignoro el ridículo apodo que me decia cuando estábamos juntos. Al contrario, decidí responderle.
- Pues al parecer tu si, idiota - mi irritación es palpable en mi tono de voz.
Paso por su lado dejándolo callado y enojado en su lugar. Empuñe mis manos a mis costados , mientras me encamino enfurruñada por la calle atestada de personas. Llego a mi motocicleta y me posiciono todavía molesta por su intervención en mis intereses. Siempre lograba sacarme de mis cabales en los lugares en donde menos lo esperaba. El se ha empecinado en acabar con mi paz cada que se le da la oportunidad, haciéndome cabrear y incomodar.
- Imbecil - siseo.
Me subo a mi moto y me coloco el casco con rapidez. Luego, arranco haciendo tronar el motor con un sonido ensordecedor y escandaloso. Me instalo en la carretera dejándome llevar por la adrenalina que me corroe. Subo los niveles de velocidad rebasando a todo auto que se me ponga en el medio. Importandome en lo más minimo las señales de tránsito. Solo enfocada en evaporar este sentimiento de desasosiego que me embarga.
Maldito víctor.
Todavía no paga todo lo que me hizo cuando estábamos juntos. Pero estaba segura de que lo haría en su momento. En el día favorable. Cuando pueda estar a su par sin sentirme como una escoria. Recordando sus palabras cuando no lo obedecía. Sus supuestos castigos espontáneos sabiendo muy bien que no hacía nada. Lo maldigo en cada una de sus facetas conmigo y lo repudio por lo que ya fue , pero que me sigue persiguiendo.
Cierro los ojos resignadondome a consumirme en desdichas pasajeras. Necesitaba concentrarme en mi trabajo. El no tiene dominio sobre mi y nunca lo tendrá.
Una luz cegadora me nubla la visión haciéndome perder el control. De repente un impacto imprevisto con un auto me empuja al asfalto con violencia sin darme tiempo a reaccionar. Un sonido ahogado se queda suspendido en mi garganta y un dolor de cabeza se hace presente al sentir el choque. Intento abrir los ojos con el ardor consumiendo mi cuerpo entero. Entrecerrados y adoloridos visualizo los pies de un hombre caminar hacia mi. Estos están enfundados por unos zapatos lustrados negros. Intento articular palabra pero el ardor me ciega los sentidos.
Trato de estirar mi mano para llamar su atención.
- A-ayuda... - masculle por lo bajo con el sabor metálico de la sangre mojando mi lengua.
- Sshh - Me calla. Coloca su dedo en mis labios levemente heridos.
No puedo reconocer su voz por el pitido insensante en mis oídos y el dolor estrangulador de mis huesos.
¿Quien es..?
Sin esperarlo mis ojos se cierran completamente y todo se convierte en negro , dejándome inconsciente en el suelo de la carretera.
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~L~
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