3.

Meix.

Me instale en este pueblo con el deseo de pasar desapercibido por los residentes, no obstante, aquí todo se sabia. Hace poco comenzó a surgir mis costumbres poco comunes y entonces fue cuando comenzaron los jodidos problemas. Las autoridades empezaron a curosear sobre mi vida, las personas viajaban desde lejos solo para observar mi residencia y dar por hecho los rumores. Pero como soy un reverendo hijo de puta no me importo.

He forjado un imperio , un circulo podrido y enfermo lleno de heridas. Moviendo las fichas de mi propio juego sagriento en las sombras. Sacrificando a toda alma inocente con el propósito de seguir reinando en este pequeño pueblo atrasado e ignorante.

Matar.

Se volvió mi hobbie perfecto en los días en donde lo maniatico y perverso tomaba posesión de mi mente retorcida. Disfrutaba sentir en mis manos ese líquido rojo que proporciona vida. Ver como la luz de sus ojos se apaga dando paso a una mirada vacía y
a un cuerpo inerte arrebatado por mis deseos oscuros.

Ese placer que comenzaba a erguirse en lo más profundo , en desespero y tormenta. No como algo pasajero , si no que prevalecía humeante...

El humo del cigarro encordece mis sentidos al tocar mis pulmones. Abro los ojos y visualizo en mi campo de visión la desnudez de la mujer que nos deleita bailando en un tubo. Sus caderas se mueven al compás de la música seduciendo a todo el expectador.

Tiro la cajetilla de cigarro a un lado sin dejar de mirar sus pechos rebotar en su corset con sus movimientos. Un letargo de exitacion me corroe recorriendo mi entrepierna y logrando que mis ojos no abandonen su cuerpo en ningún momento.

— He visto que no has dejado de mirarla — dice el maldito de carlos leiv , subiendo y bajando las cejas , con ese tono de voz que me causa nauseas.

Apreté la mandíbula.

— Ahórrate tus palabras, imbecil — espeto crudo y despectivo.

— Tranquilo tigre , puedo hacer que venga — Ofrece. Sin esperar respuesta de mi parte la hace pasearse hasta llegar hacia mi con una sonrisa lasciva.

El piensa que deseo tenerla en mi cama con un fin sexual, en lo que se equivoca en todos los sentidos posibles. Porque nisiquiera se imagina lo que estoy maquinando.

Le doy una calada profunda al cigarro y vuelvo a mirarla como un depredador. Tiempo después se sienta en mis piernas no dejando de contonearse , mientras todos los ojos hambrientos y extasiados de mis socios se posan en su desnudez. Acto seguido,  intenta acariciar mi rostro , pero la detengo atrapando su muñeca con fuerza.

— Ni lo intentes — le amenazó.

Ella sonrie poco afectada por mi actitud.

— Eres difícil de roer , eh — Masculla  con coquetería moviendo sus caderas sensualmente.

— ¿Sabes lo que hago con las putas fáciles como tu? — siseo despiadado , apretando sus muñeca.

Ella se estremece en mi regazo. Una expresión miedosa sustituye su actitud coqueta y trata de levantarse, pero atrapó su cintura con firmeza afincando mis dedos en su piel.

— Solo intento mantener a mi padre contento — se excusa. Su voz destilando resentimiento y frustración.

— Me importa una mierda — digo hostil.

Ella alza una ceja.

— No estoy aquí para follar contigo — Admite empuñando las manos a sus costados con resignación. — Así que, es mejor que vaya entendiéndolo.

Sonrío ladino.

— No le abro las piernas a cualquiera — susurro despectivo, viendo como su gallardia es aniquilada en segundos por mis palabras.

Hago un esfuerzo sobrehumano cuando mis manos van a sus caderas. Mis demonios internos me gritan e intentan sonsacar todo el martirio que habita en mi mente, pero los retengo, porque los malditos no me dominan.

Tienes que controlarte.

Vuelve a resonar esa voz que me pide autocontrol cuando es completamente en vano.

Acto seguido, aprieto mi agarre en su cadera con demanda. Persistente en dejar mis manos marcadas en su piel, como una clara amenaza. Ella hace una mueca de dolor , a la cual no le perdí rastro. Me enloquece lograr encerrar en deseo a esas almas sedientas que pedían a gritos mi atención, inyectando sus esperanzas , a la espera de que muerdan el anzuelo y así lograr saciarme esta noche.

Sin previo aviso, ella se levanta de mis piernas y camina en dirección al tubo. Me observa con resentimiento  moviéndose torpemente , mientras me mira de soslayo. Apreté la mandíbula. Me levanto enfurruñado, saco el arma de mi bolsillo y le apunto sin reparos. Ella al notarlo se paraliza del miedo e intenta huir , pero antes una bala atraviesa su costado.

— No te di permiso para que te levantarás — dictamine encabronado.

Cada maldita persona estaba bajo mi dominio. Nadie podía creerse el especial y diferente cuando imponía mis normas.

Todos al oír el sonido estruendoso sacaron sus pistolas y se posicionaron defensivos observándose entre sí sigilosos y expectantes a cualquier movimiento.

Bola de imbeciles.

Sin inmutarme coloco el arma en su posición anterior, luego me encamino a la salida, no sin antes ceñirme de poder en sus caras porque tenía el control absoluto de sus vidas y podía acabarlos si me da la puta gana.

Carlos leiv se levanta espantado al ver a la mujer caer desmayada por el disparo. Estaba de suerte, porque no la había matado.

— ¡Maldito suizo , es mi hija! — grita intentando sacar su arma , pero se detuvo cuando mis hombres comenzaron a apuntarle en la cabeza.

— Lo hubieras dicho antes , le hubiera disparado en la cabeza — bramee hermético y burlesco. — Sin mucho que decir , fue una desgracia estar con ustedes.

Enfoco mi atención en román con dureza.

— Quema todo el lugar y no dejes que salga nadie — Dictó mordaz.

El asiente no muy convencido , pero acatando la orden.

Sin más que esperar salgo del lugar escuchando el barullo de personas gritando en el establecimiento. Cuándo veo de reojo la silueta de hein acercarse a mi altura con el casco de su motocicleta en la mano y vestido de negro. No me pasa por alto el hecho de que tiene una oreja ensangrentada. Al llegar a mi altura , observa el lugar incendiandose y votando humo como chimenea.

— Menuda mierda — masculla para si mismo — Se nota que estabas aquí. — dice con sarcasmo.

—Cierra la boca — le ordeno.

Acomodo mis lentes en un gesto hostil viendo como las llamas del incendio iluminan las lentillas. Un infierno creado por alguien que salió de él , arrastrando a almas inocentes a su cautiverio.

El niega.

— Nunca dejas de meternos en problemas — Admite desdeñoso, luego pasa mano por su cabello observando el lugar con desdén.

Clavo mis ojos en el , mientras le doy vueltas a la pistola en mis manos. El imbecil de mi hermano siempre intenta hacerme reflexionar, pero pierde el tiempo sabiendo que no le haré caso.

— ¿Hiciste lo que te ordene? — pregunto demandante.

Hein tensa la mandíbula.

— No sigo tus ordenes, hermanito — sisea despectivo. 

— Adivino ¿No lograste matar a una mujer?— le provoco , con una sonrisa ácida. — Esa es tu excusa para no decir que te faltaron huevos. 

— Yo no mato mujeres. Eso te lo dejo a ti, que al parecer lo disfrutas — dice rechinando sus dientes claramente tenso por mis palabras.

Carcajeo con voz gutural.

— No me jodas , hein. — Escupo receloso y dispuesto a mostrarle cuan cruel puedo ser — No vengas a hacerte el  inocente, sabiendo que no tienes ni un ápice de eso. 

— En vez de hacer tus pinturas, tenias que ir a encargarte tu mismo de limpiar tu mierda — reclama molesto desviando sagazmente el rumbo de la conversación.

— Para eso estas, para limpiarla por mi.

—¿Eso te hace más macho? — carcajea sin gracia. — Eres una basura , meix.

Me incorporo molesto con la cólera tomando dominio de mis acciones. El se posiciona a mi frente con la misma actitud sombría. Nuestras manos empuñadas a nuestros costados y unos posibles pensamientos que gritan peligro, mientras nos observamos  desafiantes, como dos lobos salvajes respirando como animales.

Mi pecho se infla y desinfla con rapidez abruptamente , dando señal de que era tiempo de parar o iba a haber problemas, los cuales dejan a hein sin cabeza.

— ¿Porque no llamas a una de tus putas? Al parecer estas necesitado de una — discrepa alejándose de mi , obviamente con los músculos tensos.— Lo siento , se me había olvidado que no puedes hacerlo sin matarlas.

Rechino los dientes.

Estoy en el punto en que quiero desaparecerlo de la existencia , porque sus actitudes irritantes e inmaduras me joden. Es menos basura que yo, pero esta tan jodido que lo arruina todo.

—¿Le quitaste las pruebas? —  indagó cínico colocando mis manos en los bolsillos intentando buscar la calma.

El me lanzo una bolsa negra llena de papeles y otras cosas que podía palpar, pero no podía reconocer. La abro y comienzo a tirar todo descuidadamente, hasta que doy con lo más importante de la maldita travesía de hein.

Sonrío complacido.

— Ich gratuliere dir, hein— aplaudo con sarcasmo.

"Te felicito, hein"

Fick dich — responde , luego se marcha encendiendo su motocicleta, en un sonido estruendoso e insoportable.

"Jodete"

Observo nuevamente mi gran adquisición , luego lo escondo en mi bolsillo y me encamino a mi jeep. Al entrar cierro de un portazo, dispuesto a adueñarme de la carretera.

De repente , un dolor estrangulador surca mi cabeza deteniéndose en mi cien con persistencia obligandome a apretar el volante. Las voces alteradas no cesan de maldecir y dictarme ordenes , enloqueciendo mis sentidos. Me golpeo la cabeza con fuerza tratando de cesarlas , pero siguen continuas en mi subconsciente.

— ¡Maldicion! — vocifero. Mis manos tiemblan y un pitido insensante se instala en mi cabeza , enloqueciendome.

Esa voz que conozco tan bien toma control de mi mente repitiendo periódicamente:

Es hora de que empiece la casería.

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~L~

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