Tres grandes problemas
Sabito estaba en varios dilemas y en especial uno demasiado grande que no sabia como afrontar.
El primero era que quería matar a la persona que se atrevió a tocar a su Giyuu, cosa que no podía por intervención de su padre que era más sensato según Makomo y ese hombre solo fue llevado a una prisión. Giyuu ahora sufría pánico que la gente le tocara, había corrido a otro doctor, Sabito iba pelear con el menor; aunque el chico parecía mejorar de apoco con los días pero sus ojos estaban mas apagados que nunca.
Aun recordaba esos labios y manos sobre la piel de su ángel y su sangre hervía en rabia intensa que no lograba calmar con nada, los que estaban sufriendo todo eran los guardias de la mansión con los que entrenaba espada. Descargaba su furia en el entrenamiento y era tanto que a la mitad de este Makomo le decía que se detuviera y entrenara solo por el bien de todos.
El segundo era su alejamiento de Giyuu. El elfo desde la muerte de Hitomi se había encerrado en un silencio y dolor que era desgarrador para cualquiera, apenas comía y otras apenas se movía nada mas para ir las tardes a la tumba de su madre y llorar desconsoladamente, mientras se culpaba a si mismo hasta quedarse dormido en el frío piso del mausoleo.
— Joven amo, usted es el futuro jefe de esta casa. No tiene ni porque gastar un segundo de su tiempo para hacer las tareas que hace una sirvienta en el — le regaño su doncella principal
Cosa que Sabito ignoro completamente. Nadie iba a cuidar de Giyuu como lo hacia Hitomi y nadie quería llenar ese lugar por mas suplicas de la familia. Por supuesta que las cosas cambiaron un día que el menor le cerro la puerta de su habitación al mayor.
Giyuu empezó a alimentarse solo, bañarse y vestirse solo, planchar su ropa, lavarla... Hacer todas las cosas que necesitaba casi en automático y en silencio. Nadie decía nada y solo se alejaban cada vez que el se acercaba.
Cada día Giyuu parecía que se volvía mas hermoso, incluso cuando Sabito pensaba que Giyuu no podía ser mas lindo, lo encontraba dormido en la biblioteca o haciendo lindos rostros mientras leía un libro y rompía sus pensamientos. No era solo el que se daba cuenta de que era más radiante cada día, las miradas de algunos sirvientes cambiaron también, incluso cuando seguían teniendo malos sentimientos hacia su ángel, no podían negar su belleza.
— Te seré serio, si tu hermano no fuera un hombre. Le follaria como los dioses mandan
Comento Sanemi una tarde que estaba visitando la mansión con su padre por la cacería del vampiro y vio a Giyuu a lo lejos quien leía tranquilamente bajo un árbol con Nezuko a su lado que hacia corona de flores.
El golpe que Sabito le dio a Sanemi en el estomago casi hace vomitar al albino. Estaban en medio de un enfrentamiento amistoso de espadas así que nadie dijo nada e incluso algunos se rieron mientras el chico con cicatrices se sostenía su estomago buscando aire en el piso.
— Si le llegas a tocar un solo cabello de su inmaculada cabeza, Shinazugawa — Aunque el de cabello rosa hablaba en un tono moderado, su mirada y su voz estaban llenos de cólera — Es que te juro que dejas de ser mi amigo.
— Solo decía... — el albino hablo con dificultad por el dolor
— Guarda tus palabras entonces — le ofreció una mano a su amigo mientras le ayudaba a levantarse del piso.
— Vamos, nunca lo haría con el hermano de mi mejor amigo. Además, ya tengo prometida al parecer — comento con cierta molestia por lo ultimo.
— ¿Se puede saber quien es? — pregunto Sabito, no esperaba eso. Sanemi siempre parecía el tipo de chico que le gustaban las peleas y vivía por eso, iba a seguir el camino de su padre y convertirse en comandante o general del ejercito.
— Ni puta idea — se encogió de hombros sin la mas mínima importancia — Tu sabes como es esto, tus padres deciden con quien te vas a casar de acuerdo a su rango en la nobleza y lo que sea mas conveniente para ambas casa, lo hacen desde que uno es joven. Ya tienes 17 años, incluso es raro que el hijo de un noble a esa edad no tenga un compromiso. Pronto te llegara, amigo mío.
— ¿En serio no sabes con quien te casaras? — pregunto incrédulo de eso el chico
— La he visto en un cuadro y mis padres siempre hablan de su familia de vez en cuando, pero sabes como soy yo, si no me importa una mierda, no lo recuerdo — el chico andaba con una indiferencia típica de el a esos asuntos — Esta tan bonita como tu hermano, según el cuadro. Pero sabes, pueden ser engañosos. Pero creo que apellido tenia algo que ver con un insecto o algo así.
— Eres un idiota, ¿Cómo no vas a saber nada de tu futura esposa? Se supone que vas estar con ella lo que resta de tu vida y la tienes que amar — Sabito no entendía en lo mas mínimo a su amigo y como le restaba importancia a lo que pasaba en su vida.
— ¿Amar? Jajaja — se rió un poco el chico — Si tienes ideas graciosas, pulgoso. Si esto tuviera algo que ver con el jodido amor, pues no la casarían a ella conmigo. La maldita cosa siempre ha sido así; los padres ven la mejor opción, venden a sus hijas como si mercancía propia en un puto mercado y quien de un mejor dote pues gana el derecho que su hijo tenga el honor a preñar a la chica. — Lo dijo sin pelos en la lengua y tan vulgar como siempre.
— Yo no me casare así — expreso con asco Sabito — ¿Cómo podría pasar toda mi vida con alguien que no amo, solo por tener hijos?
— Pues lo haces, es tu deber como futuro jefe de una casa noble, Pulgoso. — le dio un pequeño golpe en el pecho — Pobre de ti o de tu esposa. No todos van a aceptar a un elfo en su familia y tú no aceptaras a cualquiera que diga algo sobre tu amado hermanito.
— Pues si no quiere a Giyuu no tiene derecho de estar en esta familia — comento con molestia.
— Bueno, no creo que sea tanto un problema. He odio rumores de la corte real, Iguro me dijo, que Kanroji le dijo que oyó de Kyoujuro que el príncipe heredero ha estado últimamente preguntando por tu hermano — aquellas palabras helaron a Sabito — Los rumores de la belleza de tu hermano no se escapan del palacio imperial como lo vez. No seria raro si el rey pidiera su prisionero uno de estos días, así que no tienes que preocuparte por el en un futuro, vivirá en el palacio.
Sabito apretó con fuerza su espada de madera. No de ninguna manera permitiría eso.
Su tercer problema era el peor de todos y uno que no podía resolver o enfrentar, no ese momento. Pronto se tendría que casar y aceptar el futuro que venia con eso.
Makomo ya había expresado su interés de volverse sacerdotisa en el templo de la capital, sus grandes habilidades de magia e amor a la religión le harían fácil superar las pruebas del templo, por lo que tendría que mudarse a la capital y dejar la mansión, evitando así un matrimonio. Tanjiro un día tendría que volver a la casa Kamado con Nezuko a seguir su deber como futuro amo y conde de esas tierras, sirviendo a los reyes como siempre. Luego estaba Giyuu, Sabito pensó que solo ellos dos quedarían en la mansión juntos con su padre como siempre, pues Giyuu estaba condenado a una vida de encierro y el seria el futuro jefe de su casa cuando su padre de ya avanzada edad no pudiera más. Era una vida no tan feliz para Giyuu, pero estaría protegido si estaba con el, Sabito se iba a encargar de llenar la vida de su hermano de la felicidad infinita que se le negaba.
— La futura novia del joven amo Sabito — menciono una sirvienta que le vestía al día siguiente con una pequeña sonrisa — ¿Tiene alguna chica en mente?
— Debe ser hermosa y de buen nombre, yo he pensado que una de las hijas del comandante Shinazugawa siempre irían bien con usted. Sacaron la belleza de su madre y siempre parecen tan dulces a su alrededor — comento otra sirvienta que estaba ahí.
— O la señorita Kanroji, ella es la joya mas bella de la corte según mencionan. Aunque su magia de fuego no es muy resaltante, ella es muy hermosa y de buen nombre — siguió la primera.
Sabito no pensaba en nadie, no en su futuro. Siempre el se vio a el junto a sus hermanos y su padre juntos, no nadie mas, solo su familia. Nunca se había detenido a pensar en una esposa en su corta vida y definitivamente no había caído por la belleza de alguna, ni las hermanas de su mejor amigo que solo las veía como unas hermanitas mas o la señorita Kanroji que le parecía un poco interesante a su parecer, ni las cientos de chicas que había visto en bailes.
— ¿Que dice de ella, Joven amo? — pregunto el mayordomo una tarde después, mostrando un dibujo de una chica, como lo había hecho durante horas con diversas chicas — Es de la familia Kanzaki, es una chica muy inteligente y diligente, aunque su magia de luz es un poco débil. La señorita Aoi ha destacado en los estudios de medicina y esta bajo el cuidado de la familia Kocho por eso.
— Muy sosa, siguiente— contesto concentrando en su entrenamiento de magia junto a Makomo, ambos estaba girando alrededor de la habitación una gran esfera de agua y el trabajo era hacer que no caiga ni una gota al piso.
— ¿Cuál es el problema? Yo la veo muy pasable — Makomo no entendía a su hermano — Yo creo que mejor esperar a que una Señorita lo elija a el, por para soportarlo debe ser difícil — bromeo la chica.
— Jaja, lo dice la que eligió el camino de la religión ya que ningún hombre la aceptaba — comento con cierta molestia y el agua dio directo a su cara en unos segundos.
Tanjiro y Nezuko que solo observaban a sus hermanos mayores practicar trataban de no reírse, en especial la pequeña Nezuko.
— Para tu información recibí muchas propuestas, que yo quiero dedicar mi vida a los Dioses y al pueblo es otra cosa — comento con cierta molestia la chica.
— Soportar al hermano Sabito no es fácil — comento Nezuko de acuerdo con su hermana.
— No es que sea fácil o difícil, que el hermano Sabito tiene una personalidad singular — Tanjiro hablo nerviosos tratando de no ofender a su hermano con la verdad — Seguro alguien lo amara y será pan comido.
— Mejor ríndete y adopta niños como hizo padre— le dijo Makomo totalmente seria.
— Siguiente dibujo, Murata — dijo el chico a su mayordomo que solo asintió rápido. — La siguiente será la indicada, lo veras.
— Giyuu.
Un ruido los silencio a todos, el aleteo de un ave que entro por la ventana de la habitación y se dirigió directamente a la cabeza de mojada de Sabito. De plumas realmente oscuras como el carbón y su pico de igual color con rama en su pico de una planta que nadie tenía idea de que era, parecía temblorosa el ave.
— Giyuu — repitió el ave
— ¡¿EL CUERVO HABLA?! — grito espantado Tanjiro.
— Giyuu — volvió a repetir como si fuera lo único que sabia decir el ave.
— Es el ave que estaba cuidado el hermano Giyuu — soltó sorprendida Nezuko
— ¿Giyuu estaba cuidando otro cuervo? — pregunto Makomo un tanto asustada por el cuervo — De paso un ave que habla.
Sabito solo agarro el cuervo en sus manos y pareció calmarse en sus manos.
— Los cuervos son conocidos por lograr imitar a la voz humana — explico el de cabellos rosados, sabia ese dato, aunque ciertamente no esperaba ver un cuervo que hablara en su vida. — ¿Por qué Giyuu estaba cuidando de esta ave, Nezuko? Pensé que su anterior cuervo había muerto.
— Me dijo que se lo encontró y este tenia el ala rota — dijo la niña con dulzura.
Sabito que eso era algo normal y especial alguien tan dulce como Giyuu, bueno antes era bastante dulce con muchas cosas, ahora estas se habían reducido pero seguían estando ahí. La cosa era que esa no era cualquier ave como un lindo gorrión o un azulejo. Pero este era un cuervo, un ave sumamente inteligente que tendía a comer carroña y era simbolismo del mal augurio.
— Giyuu — volvió a graznar el ave.
— Makomo, entrena con los niños. Murata, seguiremos luego con la búsqueda — suspiro cansado mientras el ave voló a su hombro mientras el agarraba un toalla que Murata le ofreció — Yo llevare a este amigo con su dueño.
— Adiós, señor cuervo — Se despidió Nezuko mientras Sabito salía de la habitación.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top