¡¿Shinobu?!
"Una flecha directo a su corazón, ¡Ve por ellos chica!" Era el nombre del segundo evento donde se celebraba la cacería anual de bestias a final de la primavera en el Bosque de las bestias al oeste del gran lago Wisteria, al NorOeste del reino, lejos de la escuela de magia que estaba al lado este del lago.
Giyuu nunca había tenido el privilegio de asistir a la celebración por su arresto domiciliario en la mansión Urokodaki, pero en ese momento estaba en un carruaje de la familia leyendo un libro de alquimia básica y Nezuko dormía plácidamente contra su brazo.
El elfo de vez en cuando se mareaba de leer, admiraba el talento de Makomo por bordar en un carruaje en movimiento sin tener una puntada incorrecta en su trabajo del otro lado de los asientos del carruaje. Un bonito pasaje helado estaba siendo bordado en un pañuelo que le decía que era para Sabito, pues había uno con un sol naciente que había bordado hace poco que debía ser para Tanjiro y uno de unas burbujas a agua donde nadaban los peces de colores que siempre nadaban en el pequeño lago cercano a la mansión que le decía que era para él. Era una tradición que una chica de la familia bordara un pañuelo a sus familiares que iban a participar de la cacería, algunas chicas solo se lo daban a otras compañeras para pavonear sus talentos con el hilo o una muestra de aprecio en las reuniones sociales que habría mientras los hombres salían a matar bestias.
— ¿Alquimia? — preguntó Makomo tratando de hacer una conversación — Pensé que entrarías a las clases de espada junto con Sabito y Tanjiro, de niño siempre te gustaba eso.
Todavía sentía bastante amor por la espada, había estado en un club de Kendo en su vida pasada y en esta las clases de espada eran una combinación de esgrima con Kendo, otra combinación inusual de su nuevo mundo. Pero, las cosas habían cambiado, había decidido rendirse en lo físico y concentrarse en la magia pura, de igual manera no podía practicar mucho antes de enfermarse y tenía que conservar toda su energía para sus entrenamientos secretos de magia oscura.
No podía sostener una espada ni por la mitad de tiempo que podía hacerlo sus compañeros antes de cansarse, sus problemas alimenticios habían hecho que su musculatura dijera Bye, Bye. Aunque ahora era más controlado a la hora de la comida por la vigilancia que le tenían sus hermanos que le habían ayudado a solventar los ayunos y los vómitos, pero ganar peso era un trabajo abrumador como lo era perderlo y muchos no hablan sobre eso.
— Nunca había mucho escuchado de ella en la mansión, voy aprovechar de aprender todo lo que pueda y no conozca mientras este afuera de ella — dirigió de nuevo su vista al libro.
Si había escuchado de la alquimia, un intento de hacer las cosas que se podía hacer con la magia negra, pero en un nivel tan pequeño que era casi ridículo. La alquimia era para todas las magias elementales, se podía hacer pequeños hechizos que no tenían que ver con los elementos correspondientes, pero era un gran trabajo e incluso no todos los magos lograban hacer algo con ella.
— La alquimia es algo... — La chica paro con su bordado unos segundos mientras buscaba la palabra correcta — bastante creativo.
No quería decir inútil, pero en su lengua estaba eso. Giyuu también pensaba eso, en un mundo donde era básicamente el mundo de avatar donde todo era natural, algo como la alquimia que era más para pociones estéticas o lectura de las estrellas, ellos no lo consideraban necesario. Si podias lanzarle una llamarada alguien, ¿Por qué preocuparse por aprender una magia que tomaba tiempo y demasiada energía conjurar una pequeña curación que no llegaba ni a los talones de la magia de luz?El elfo recuerda como se emociono pensando que la alquimia era algo que le iba ayudar a su protagonista en los minijuegos, pero era más una perdida de tiempo que otra cosa.
La alquimia en el juego, era lo que era Dunsparce para los juegos de Pokemon. Es pokemon tenía el diseño y el estilo para ser algo épico, el problema es que Nintendo es que lo hizo un pokemon que parece que solo está robando aire a los demás. Era algo que tenía todo para ser bueno, pero solo termino como una idea mal utilizada y bastante vacía en el juego.
— Se puede crear una poción que puede cambiar el color de los ojos — Mencionó —¿Me vería bien con los ojos carmesí como los de Tanjiro?
Makomo bajó su bordado un momento.— Estas buscando cambiar lo que no te gusta — Ni siquiera pregunto.
— Tal vez.
— Buscas ser humano — Dijo ella sin una duda en sus palabras.
Giyuu no lo había pensado, pero ahora que lo mencionaba sonaba bien. Si las pociones eran meramente estéticas en su mayoría, buscar una que le diera orejas normales como los demás, no sonaba tan mal.
— No creo que se pueda — no estaba muy seguro de eso y dirigió su mirada a la ventana del carruaje — Las pociones no duran para siempre y seguiría siendo lo que soy por dentro.
— ¿Y lo que está adentro de ti es diferente a nosotros? — Preguntó ella con calma para retomar su bordado.
— No lo sé, ¿Dime tú?
— A veces si, a veces no. Antes llegue a pensar que te conocía y ahora ni siquiera sé que es lo que piensas mayormente del tiempo — Confesó ella con sinceridad.
Ambos estaban tratando de mejorar su relación, se cuidaban y eso, pero Giyuu podía comprender las palabras de la mayor. Giyuu estaba seguro que el que mayor le conocía era ella, probablemente era porque ella era más madura que Nezuko o Tanjiro, y a diferencia de Sabito que estaba cegado por amor podía notar que había de huecos en sus historias y su comportamiento. Makomo le tenía aprecio, quería ser la mejor hermana mayor posible antes que su tiempo de irse al templo llegara, quería comprenderlos y guiarlos por el camino que ella consideraba correcto. Pero eran tan diferentes que nunca llegarían a un acuerdo en sus ideales.
— Tampoco yo que pienso a veces, no te preocupes.
Eso también era verdad, Giyuu empezaba a sentir que en pequeños instantes no sabía diferenciar en entre sus pensamientos y las voces oscuras.
¿Eran las voces que le controlaban o era él mismo que hacia esas acciones de las que se arrepentía?
¿Eran las voces una invención de su mente para escapar de la culpa y justificar todas sus acciones hasta el momento?
El elfo ya no lo sabía tan bien como al principio, su mente ya no reconocía cuando era el final de él y el comienzo de la oscuridad que habitaba en su interior y se iba ligando lentamente.
— Tal vez si lo sabes, pero te avergüenza aceptar que son tuyos — El fantasma de Hitomi estaba sentada al lado de Makomo.
Su rostro cada día se alejaba más del rostro amable y cálido que quien consideraba su madre, Giyuu empezaba a olvidar el rostro de aquella a quien amo una vez, había noches que se la pasaba viendo al techo al recordar su rostro, pero cada segundo su mente le hacía dudar más. Cada día el cabello castaño siempre arreglado del fantasma se hacía más oscuro y desordenado, su piel más pálida y su rostro perdía esas facciones redondas.
— ¿Cómo no lo sabes? — Preguntó la mayor confundida.
— Es que ya ni sé que pensar, todo es tan diferente ahora de cuando éramos solo niños en la mansión — Confesó tratando de no ver al fantasma de su mente que cada día le aterraba más.
— Si lo es, pero seguimos queriendo las mismas cosas. Eso me recuerda que nunca te he preguntado ¿Qué es lo que deseas hacer después de la escuela? — Pregunto algo curiosa la mayor con la esperanza de poder acercarse a su hermano más con eso.
— ¿Qué deseo yo? — Se preguntó más a sí mismo como un susurro.
Era obvio lo que deseaba y eso era el mejor final para todos, incluso si era a costa suya. Lo había tomado como una meta, como un ideal del que no dejaba de creer en busca de un poco de calma en su mente y seguía ese camino sin importar las trabas que existieran. Un final sin maldición y una muerte valerosa.
— ¿En serio deseas eso? — El fantasma habló de nuevo — Míralo a él y dime que eso es lo que deseas.
Señaló la ventana del lujoso carruaje.
Justo estaba pasando Sabito junto a Tanjiro cabalgando y parecía que tenían una charla seria de hermano mayor a hermano menor, esa sería la primera cacería de Tanjiro también y debía estar lleno de dudas, seguro buscaba el consejo de su querido hermano mayor. Su amado tenía una mirada seria, pero una pequeña sonrisa se formaba seguro alentando al menor dando los mejores consejos posibles.
Todos los rastros de un rostro de niño habían desaparecido hace ya tiempo atrás y dejo en su lugar la figura de un hombre orgulloso, seguro de sí mismo y firme; que hacia perder el aliente al elfo más de una vez y hacer latir su corazón como si hubiera corrido millas.
El de cabello color melocotón capto su mirada y sus ojos lavanda se llenaron de una luz que le quitaron el aliento, estaban tan llenos de ternura y amor que se clavaban en su corazón y dolían un poco porque sentía que jamás seria lo suficientemente bueno para ser merecedor de aquella mirada. Esos ojos y esa sonrisa era lo que bastaba para que el camino que se había trazado tan firmemente hasta con sangre, se viera borroso y le hiciera dudar de cómo avanzar. ¿Qué era lo que deseaba en realidad? Si era el mejor final para todos, ¿Por qué no se incluía a él? ¿Él tampoco se merecía ser parte de ese todo? No, hace tiempo que había perdido ese derecho desde que mancho sus manos con sangre.
— Quiero un final feliz, ¿No es eso lo que aspiramos todos?
— ¿Eso existe? — Hitomi inclino su cabeza confusa y unos segundos esos ojos marrones pasaron a azul — ¿Quién había tenido un final completamente feliz fuera de los libros o las películas? ¿No deberíamos ser un poquito más egoístas? Hemos trabajado duro por esto, nosotros no lo merecemos. Además, él mismo ya lo ha dicho, somos completamente suyos para siempre.
Giyuu sacudió su cabeza un momento consternado por aquellos ojos azules como joyas que le aterraban y cuando abrió los ojos de nuevo, Makomo estaba sola bordando con diligencia.
— A veces aspiramos a finales felices para otros a cuesta de los nuestros — La mayor habló.
— Sí, lo sé.
Su camino y la línea de meta nunca antes se había visto tan confusa después de tantos años. Tal vez debía recordarse lo que pasaría si no lo hacía, así que lo que quedo de viaje recito en su mente los sucesos una y otra vez para pintar esa línea con más fuerza que nunca antes.
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Giyuu no era celoso antes de conocer a Sabito, pero ahora toda chica parecía un completo peligro delante de sus ojos. La posesión nunca era buena en una relación, trataba de trabajar eso con su esposo; pero cómo podía él ahora mirarle a los ojos y decirle que tenía que relajarse un poco y comprender que nadie era un objeto de para otra persona si su mente gritaba una y otra vez.
"Mío, Mío, Mío, MÍO, MÍO, MÍO, ¡MÍO!"
Estaba a nada de cantar Lay All Your Love On Me de ABBA.
Esas chicas con sus bonitos y pomposos vestidos deseándole suerte hacia que quisiera ponerse a su lado y besarlo hasta que se les fuera el aliento a ambos, ¿Qué era? Un adolescente para actuar de esa manera tan idiota, Sabito se arrastraba por su amor y aún así su corazón traicionero ardía de la furia al ver a más de una tratar de ofrecerle un pañuelo para la cacería. Sí estaba en el cuerpo de un adolescente, pero eso no quería decir que no hubiera pasado por toda esa etapa antes. Pero en su mente no dejaba de llamarlo Su Sabito, aunque llamarlo suyo al parecer estaba mal, estaba mal quererlo solo para él mismo.
¿Acaso estaban amándose como debía ser? Definitivamente no.
Debía trabajar más duro por el bien de ambos, aunque ni tuviera idea de cómo hacerlo y si lo que pensaba o lo que hacía en su relación estaba bien.
Salir con alguien era un trabajo más difícil del que Giyuu pensó que sería, solo sentir algo en su corazón no parecía que era suficiente para eso.
Molesto se dio la vuelta para ver a su equipo, tenía que confiar en Sabito con los ojos cerrados y además solo eran simples pañuelos que podía quemar después, no había nada de qué preocuparse.
Ya estaban en el bosque de las bestias a pocos minutos de empezar la cacería.
— Este será el plan, mi bro y yo haremos todo el trabajo. Giyuu, tú apestas, ni siquiera alces una flecha. — Habló lo más franco posible Hakuji con voz de líder — Usaras a tu Cuervo-perro para llevarnos a las bestias y esa corona de flores ira a la linda y preciosa cabecita de Koyuki para el final de estos 3 días.
— O para Ume, algo me dice que si sabe que la conseguimos no las quitara — habló seguro el menor de los príncipes y los otros no negaron esa posibilidad.
— ¡Sobre mi cadáver! — proclamó el heredero al trono — Ella ya tiene un montón de simps que piensan en llevarle la corona. — Señalo a un 40% de los otros equipos y con eso Gyuutaro puso mala cara.
El equipo del elfo era el equipo Real, todos los demás equipos debían pensar que él todavía era un "Prisionero", más porque los príncipes lo arrastraron su equipo pensando que por ser un elfo sabe que rayos hacer un bosque, ellos no captaban el hecho que literalmente era su esclavo según la ley y nunca se había adentrado a un bosque o usado un arco o flechas antes. Giyuu no dijo nada porque sabía si iba a estar en el equipo de Sabito, ambos iban a terminar en una parte del bosque haciendo de todo menos matar bestias.
— ¡Se ven preciosos! — Chilló Douma mientras tomaba las mejillas del elfo en sus manos apretándolas.
Estaba ahí como una parte de las familias del reino para presenciar tal evento, además que él debía auspiciar el gran banquete al final de la cacería dando palabras para felicitar a los ganadores y consolar a las familias que habían tenido la mala suerte de que alguien no había regresado del bosque.
— En serio, ¿Qué parte de "piérdete, en serio serio nos avergüenzas" no entiendes? — Se quejó Hakuji masajeando su frente.
— No sean malos, yo solo quiero ver al poderoso equipo que va a morir en el bosque.... Que digo a ganar gloria para mí — sonaba como una broma, aunque los jóvenes sabían que no era así — No es por nada mis queridos niños y esclavo, pero ustedes son los novatos a diferencia de los demás que deben llevar años en esto.
Douma tenía una sonrisa en su rostro pero restregaba la sal en la herida del orgullo de los tres, no mentía ni un poco que era que les cabreaba más.
— Estas loco si crees que moriré y te dejare controlar todo este país para ti solo — El de cabello corto se contenía de golpear a su ahora padre.
— No te enojes, Haku- Chan — la diversión de su voz era palpable, pero para todos ellos era falsa — Tampoco puedo dejar que mueras, planeo cederte el trono pronto para retirarme y vivir en la costa como un ex Rey millonario sin responsabilidades. No podría hacer eso si mueres, así que les preparé el equipo de cacería más caro que el dinero puede comprar.
Las mejores espadas, arcos y flechas. Mochilas cómodas y lujosas con herramientas de supervivencia de la mejor calidad posible fueron dadas por el Rey manipulador. No sabían si decir gracias o patearle el trasero por una acción tan buena con fines tan sucios, mientras Giyuu guardaba una pequeña bolsa aparte en su moquilla que contenía hierbas, joyas y uno que otro material para su magia negra sintió la mano del Rey alrededor de su cuello y todo su cuello se paralizo por el toque.
— ¡Oye, Oye! Suelta a Giyuu — mencionó Hakuji apretando con fuerza los brazos de su padre con sus manos.
— No se alteren, queridos — La sonrisa nunca se iba su rostro, Giyuu solo escucho un click — Solo les estaba dando un último regalo para que no mueran y arruinen mis planes para vivir feliz.
Llevo las manos a su cuello y tenía un collar negro alrededor de él, un choker de cuero negro ajustado a su delicado cuello con un aro metálico al frente donde se podía atar una cadena. En las manos del rey estaba una llave y ahí supo el elfo que no se iba a poder quitar el collar de una manera fácil.
— ¿Cómo un collar de perro nos ayudara a no morir? — Preguntó lo más relajado posible.
— No creo que hacer una escena BDSM nos ayude a matar a bestias, pero si a perturbarlas — el príncipe menor mencionó no muy seguro tampoco del extraño artículo.
— ¿Cómo sabes que Giyuu tiene el fetiche de ser ahorcado? — Aseguró el primer príncipe recibiendo miradas de los tres hombres.
— ¿QUÉ? — preguntaron Douma y Gyuutaro confundidos
— ¿QUÉ? — Se hizo el desentendido al ver que había hablado de más.
El elfo llevo sus manos a su cara y tomó una gran bocanada de aire, se lamentaba tanto no poder golpear al príncipe ya que estaban en una pradera a las orillas del bosque rodeados de tantas familias y personas.
— ¿Cómo funciona esto... Su real majestad? — llamo la atención de los otros cambiando de tema.
— Es un objeto mágico — Douma regreso a su atención al collar y saco dos anillos dándoselos a sus dos hijos — Por fuera parece un simple collar de esclavo y los anillos en juego es los supuestos "Dueños" del esclavo. Pero, los tres son la misma herramienta mágica y son hermanos, si alguno se separa del grupo, el collar o el anillo indicara el camino para encontrar a su compañero. Es más seguro que estén juntos que separados, además combina la supuesta fachada de esclavo-dueño que tiene.
Algo realmente útil, pensó el elfo por más que su aspecto fuera indeseable, era perfecto. Todos pensarían que le habían puesto un collar para que no escapara por el bosque o algo por el estilo, pero en realidad era una ventaja que tenían contra los demás, pues había más de una historia sobre compañeros de equipo que se separaron y nunca regresaron.
— Muchas gracias — murmuraron los tres, cualquier cosa que les ayudara era bien recibido.
Giyuu podía sentir la vista de los demás quemando a su espalda, incluso el chillido de algunas chicas. Volteo su cara para ver sobre su hombro y vio un gran tempano de hielo, ni siquiera tenía que ver bien toda la escena para saber qué había pasado, después lo resolvería.
El elfo se dedicó en pesar en el problema más grande que tenía al frente y era un gran bosque con árboles tan grandes y misteriosos que asustarían hasta a un adulto, pero tenían un plan eficiente que eliminaba las debilidades de su equipo cofcofcofcof Giyuu cofocofcof y lo colocaba en una mejor posición. Había traído a Kazanburo, su familiar que todos pensaban que era un perro en el cuerpo de un cuervo por sus habilidades de rastreo y Giyuu era el único capaz de controlarlo, para su suerte en ninguna parte de las reglas de la cacería decía que no se podía usar animales para rastrear a las bestias; incluso Sanemi tenía a sus mejores perros de caza y nadie decía nada, aparte que no querían ser pateados, pues sabían bien que Shinazugawa Sanemi era una bestia con perros o sin ellos en lo que se trataba la cacería, por algo él y Sabito la habían ganado por años.
— ¿En serio esa ave es buena rastreadora? — pregunto el príncipe más alto inseguro al ver al ave súper desarrollada del elfo descansado tranquilo encima de la cabeza de su dueño.
— Esa cosa no hace el desayuno porque no se lo pedimos — aseguro Hakuji dándole semillas a Kazanburo, vivía en la misma habitación que el elfo así que estaba acostumbrado al cuervo.
— Equipos a la línea de salida — habló el apacible Papa Himejima, máximo exponente de la iglesia y líder la gran familia Kocho, que se colocó al lado del Rey.
La línea de salida era la orilla del bosque donde comenzaba junto al gran Lago Wisteria que era la mayor reserva de agua de la nación y parecía más bien un gran mar en vez de un lago. Todos los equipos estaban conformados por tres personas, normalmente un arquero, un espadachín y un rastreador. Eso tranquilizo un poco al elfo que parecía que habían tomado una decisión buena. A un lado de ellos cerca de la orilla del lago, estaba el equipo de Rengoku, Obanai y Uzui.
— Linda espada, Kyojuro — Mencionó el príncipe con una sonrisa casi burlón para intimidar a su más acérrimo enemigo.
— ¡Tú! — soltó molesto el mago de cabellos de flamas que parecía que se iba encendiendo su aura también.
— ¿En serio no puede pasar una vez que no se vea y no coqueteen?
Gyuutaro preguntó confuso y Giyuu asintió, desde que él elfo había hecho un comentario de su extraño ritual para pelear contra el otro, ahora ni siquiera alguno que supiera de eso pudiera dejar de ver toda la homoerotismo que los rodeaba. La estruendosa carcajada salió de Uzui que usaba a Iguro para no caer de la risa.
— ¡NO ESTAMOS COQUETEANDO! — Se quejaron los susodichos.
— Seguro, seguro.
— Esto es una saludable rivalidad entre hombres, lo estoy intimidando— justificó el príncipe con las mejillas rojas — Un pequeño Haka para darnos fuerza.
— Bueno, no somos Neozelandeses para estar haciendo eso — habló con razonamiento el elfo — Ya casi me cancelan por apropiación cultural una vez, no quiero que pase de nuevo.
Más allá estaba el equipo de Tanjiro y sus dos amigos, Inosuke y Zenitsu. Tres idiotas que a Giyuu le daba más miedo que ser perdieran en medio del bosque a que se enfrentaran a las bestias, debido a que en realidad esos tres eran unas bestias. Literal, uno hasta usaba una máscara de un Jabalí y estaba siendo retenido por los otros dos para que no fuera corriendo de una vez al bosque.
Luego estaban el equipo de Sanemi, Sabito y Shinobu...
"¡¿SHINOBU?!" Gritó el elfo en su mente.
Ella definitivamente no debería estar ahí. Giyuu ya sentía venir el plan malvado de su amiga.
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Wattpad me cago el capítulo, TT y no me di cuenta. Quiero llorar, lo siento mucho en serio. Si alguien no comemta no me doy cuenta estoy tan apenada.
TE ODIO AQUAMUGRE Y A TI TAMBIEN WATTPAD.
Yo que venía tan feliz a contarles las buenas nuevas de que tengo tablet y posiblemente eso incremente mi velocidad para terminar esto y que estoy creando un blog de consejos para aprender inglés, les dejo el código QR abajo, me ayudarían mucho solo entrando y compartiéndolo.
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