Reunion inesperada
— Hakuji — Giyuu repitió sin poder creer que veían sus ojos.
Si era el, esa sonrisa con sus colmillos coqueta y divertida, sus pestañas súper pobladas y largas de un color claro, con su cabello oscuro y con un buen corte. Claro que ahora sus ojos eran de un color amarillos y sin los tatuajes que se hizo en su vida pasada que iban desde su cara a su cuerpo.
Algo debía ir mal, no era el quien debía estar ahí.
— Deberías ser mas cuidadoso — dijo sin soltarlo, con su voz cautivadora.
— Si, lo siento — murmuro sin poder procesar la situación.
Hakuji estaba ahí, vivo y de carne y hueso.
— Puedes soltarlo ya — dijo molesto Sabito por la situación
Giyuu volvió a la realidad, el estaba pegado al contrario que le sostenía por su cintura. Las demás personas estaban tan sorprendidas y asustadas por la situación. El elfo se recordó que acaba de golpear a príncipe heredero, ni siquiera se inclino delante de el y de paso le llamo por su nombre. Iba a soltarse cuando Hakuji le sostuvo fuerte evitando eso, desviando su mirada a donde estaba Sabito con una sonrisa picara.
Joder, el antiguo guitarrista era un chico malo y siempre tenía una adicción para buscar problemas. Se recordó Giyuu.
— ¿Si yo no quiero soltarlo, Urokodaki? — le dijo con cierta burla al de cabello rosado y vio como el contrario estaba a punto de sacar su espada de su vaina.
— Haku- kun, basta. No molestes a Sabito — menciono rápido, sabia como era uno para buscar pelea y como era el otro que vivía de ellas.
— Pero mírale la cara, esta que le explota una vena de la molestia. Gi- chan — se burlo un poco el príncipe.
— Haku-kun. Detente o me molestare contigo — menciono separándose del príncipe cruzando las manos en su cara
— Esta bien, solo esta vez. Solo porque no quiero que te molestes conmigo ahora que nos hemos encontrado de nuevo — Hakuji le abrazo por la espalda sin importarle lo mas mínimo los demás — Tenemos tanto que hablar...
— ¿Haku-kun? — Makomo fue la única en poder decir algo por los nombre cariñosos.
— No te metas, monja — Contesto el príncipe sacando su lengua a la chica de manera infantil.
— Ya basta, Hakuji. — Dijo Giyuu tomando al chico de la oreja sin importarle lo mas mínimo su nuevo rango.
Giyuu vio por su vista periférica que Murata era sostenido por las otras sirvientas y los guardias reales alzaron sus espadas. Sabito tambien hizo lo mismo preparado para cualquier situación de ataque y Urokodaki se coloco delante de Makomo y sus hijos menores. Pudo ver como la sonrisa de su amigo se engrandecía y alzo su mano chasqueando sus dedos.
— Cualquiera que se atreve a alzar su espada contra Giyuu perderá su mano — anuncio el príncipe y los guardias extrañados por la actitud de su majestad contra el elfo guardaron sus espadas.
— Sabito, por favor guarda tu espada — le dijo tranquilo al de cabello rosa y este dudoso y a regañadientes lo hizo.
Las personas no entendían la extraña familiaridad y la cercanía de aquellas dos personas. Urokodaki recordaba como el príncipe Akaza era demasiado rudo con su hijo y como Giyuu le tenia miedo a este; Sabito estaba colérico de la cercanía que tenia el príncipe a Su Giyuu Como este le dejaba tocarlo y le dejaba hablar con tanto cariño.
— Vamos por el desayuno, en serio. No podemos empezar una buena charla con los estómagos vacíos — dijo el príncipe con una sonrisa y paso su brazo por los hombros del elfo que solo le sonrió en respuesta.
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Diversas comidas llenaban la mesa, de comida más extravagante y deliciosa que Giyuu habia visto. Estaba seguro que los cocineros habían hechos sus máximos esfuerzos para estar al nivel de los cocineros reales y no decepcionar a su invitado.
Sabito estaba al frente de Giyuu con la cara de molestia más grande que habia visto Giyuu en su vida. Akaza a su lado devoraba su comida como si no hubiera mañana, mientras hacia cumplidos al chef. Makomo le miraba con cara de ¿Qué carajos esta pasando, Giyuu? Y Tanjiro, Nezuko y Duque Urokodaki se mantenían al margen de la situación.
El elfo estaba seguro que si estuviera en su mundo le mandaría un meme en este instante a su amigo, el clásico ¿Y tu que haces aquí, Fred? Sin embargo se contenía de hacer una escena más grande la que habían hecho.
— Hakuji, me tomo por sorpresa tu visita — comento el elfo esperando que el chico dijera algo que lo que pasaba.
— Tenia que verte — dijo el chico después de tragar — Oí tu nombre en la corte real y no te imaginas lo sorprendido que estaba.
— No tienes idea de lo sorprendido que estoy yo ahora — murmuro levemente.
— Después de más de tres años, de la nada y sin enviar un mensajero primero — comento con total molestia Sabito.
— ¿Algún problema con eso? — Pregunto el de cabello corto y luego se dirigió al elfo.
— Por favor, nada de peleas en la mesa — comento de inmediato Giyuu al ver la mirada de furia del chico de la cicatriz.
— Wow, el hermano Giyuu recuerda al príncipe — comento Nezuko con una sonrisa tan falsa que asusto a todos, era obvio que la chica no estaba bien con eso.
Giyuu quiso golpearse, se le habia olvidado que se suponía que el no recordaba su pasado y ahora habia actuado como si conociera de toda la vida al chico que estaba al lado de el.
— Así que dijiste que, tu tenias perdida de memoria — murmuro para el elfo Hakuji para nada sorprendido — Yo también.
Giyuu podía sentir la mirada de todos encima de el, ese error era obvio. ¿Cómo no iba a recordar a su propia familia y al principe heredero si? Necesitaba tanto hablar a solas con Hakuji, necesitaba tanto salir del centro de atención y comprender lo que pasaba.
— Todo lo que pasamos juntos es imposible de olvidar — Comento más alto el de ojos amarillos — ¿Verdad, Giyuu?
— Bueno... Apenas te vi, recordé algunas cosas — mintió descaradamente.
— Ahí esta tu respuesta, niña — le contesto a Nezuko en seguida.
— Yo también perdí la memoria hace dos años, por eso no habia regresado. Simplemente no recordaba este lugar hasta que cuando escuche el nombre de Giyuu empecé a recordar lentamente — explico el chico mientras limpiaba su boca.
El chico de ropa roja lo entendió, Hakuji habia muerto como el y renacido en ese mundo como el. Sus recuerdos de su vida pasada debieron activarse hace dos años y cuando escucho su nombre en la corte vino a ver a su amigo de su vida pasada.
— Me alegro de que este recuperando sus recuerdos, su majestad — menciono Urokodaki, pero sabía que el chico mentía. Si el recordaría algo, no actuaría así con su hijo.
— Nunca supe que tenia una relación tan cercana con mi hermana, su majestad — Makomo también estaba interesada en ese hecho, mientras que el elfo sentía que habia cavado su propia tumba.
— Oh bueno, es que...
— Su majestad y yo somos muy buenos amigos — dijo antes que el chico dijera algo que no pudiera solucionar después.
— ¿Buenos amigos? — pregunto Sabito alzando su ceja con molestia.
— Los mejores — siguió Hakuji entendiendo que el menor tenia algo que ocultar — Probablemente la persona que conoce mejor a Giyuu en esta mesa. Sin ofender, extras.
— ¿En serio? — ahora el de cabello rosa si estaba molesto por su cercanía, como se atrevía a decir que conocía mejor a su hermano. Cuando era Sabito quien habia pasado años a su lado.
— Giyuu odia hablar con las personas que no conoce, odia que le toquen y miren. Siempre utiliza esas paredes de frialdad como ningún otro. Su comida favorita es el salmón con rábanos, odia el te verde porque le causa dolor de cabeza. Siempre tararea canciones de amor cuando se trata de concentrar y parece que su cara es seria pero en realidad es que no sabe expresar bien sus emociones con su rostro. Tiene cosquillas detrás de su rodilla izquierda — dijo el chico con una sonrisa fanfarrona, amaba los retos, era algo propio.
— ¿Cómo sabes que tiene cosquillas en ese lugar? — Makomo estaba muy sorprendida, eso sonaba mucho al Giyuu de los últimos tres años
— Debido a que yo...
Giyuu tapo la boca de Hakuji de inmediato antes que dijera algo que no pudiera reparar, Sabito parecía que en cualquier momento iba a volverlo un témpano de hielo completo y el contrario no comprendió al principio, pero después se dio cuenta que el nunca tomo la primera vez de Giyuu en este mundo y si lo hubiera hecho, el chico tal vez seria un niño por las cuentas.
— Yo le conté — dijo totalmente avergonzado y quito su mano de la boca del contrario.
— El me contó — Aseguro para meter un pedazo de comida en su boca.
Habia gato encerrado y todos sabían eso.
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