La primera tormenta de Verano


Faltaba una semana para el festival de Venus, ya casi en el fin del verano donde en las noches se podía sentir los vientos casi otoñales anunciando su llegada. 


El otoño era su fecha límite. 


Pero esta vez decidió concentrarse en el presente y dejar de pensar tanto en lo que le deparaba el futuro, por fin habia completado el hechizo y se merecía unas vacaciones de descanso para tomar fuerzas y así ejecutar el plan final anticipadamente antes que Kocho descubriera todo. 


Por eso, en ese momento de su vida, Giyuu estaba moliendo granos de cacao después de quitarle ya la cáscara seca de ellos con ayuda de Koyuki y escuchaba a Ume hablar sobre lo molesto que era el profesor de Historia. 


Se sentía como en un sueño, como si estuviera en un anime slice of life de colegialas que creaban un club de chocolates para ser las mejores chocolateras del grupo con el poder de la amistad, nubes rosadas, glitter y un opening cantado por las seiyuus con un bailecito Kaiwaii. 


¿La vida podía ser tan buena? 


Claro que podía, pero no para él. Así que trataban de ignorar sus problemas que se podían estar anotados en un largo pergamino infinito, más ahora que su esposo perdió la confianza en él y había husmeando en sus cosas. 


Le dolía a más no poder, era una gran herida en su corazón; sin embargo, era de esas heridas que te haces después que te dijeran miles de veces antes que sucedería, pero aun lo haces y lo que te queda es sonreír con sufrimiento. 


Porque primero Sabito tenia toda la razón del mundo por haber hecho lo que hizo, pues bien que le dio razones y segundo era un tóxico que en un momento al otro querría buscar en sus más íntimos secretos. 


Pero, trataba de no pensar en eso. No podia ir a reclamarle las mentiras, porque se le caería la cara como un hipócrita. 


Solo tenia que calmarse, fingir que nada sucedió sucedió y esperar las preguntas, porque tenía que haber preguntas sobre eso. 


Así que respiró, trató de lucir lo más normal posible como si no le ardiera la herida y disfrutaba del sueño de todo otaku de estar con chicas en un club hablando de nada pero disfrutando de la vida, merecía su momento slice of life. 


ESTABA PREPARANDO CH0COLATE CON SUS AMIGAS Y SU MAYOR PREOCUPACION ERA SI SABIA MAL O DE SI PAREJA DISFRUTARIA EL SABOR. 


Sí, esa era su única precaución de Verano. Así que se la repetía una y otra vez para creerlo. 


— Me coloco 2 en mi ensayo y me mando hacerlo de nuevo — Habló la princesa mientras molia los granos con furia, una técnica no recomendable pero le estaba sirviendo como ningún otra — Osea no entiendo la importancia de hacer un ensayo de una persona importante de haya tenido mi misma magia elemental, ¿A quién le importa su vida? 


— Es debido a que es importante que encuentres una persona con la que te identifiques y sea tu ejemplo a seguir para sacar lo mejor de ti — La respuesta de Koyuki fue acertada la perfección y con delicadeza, probablemente ella sea la que mantenga el Reino completo. 


Todos rezaban por eso. 



— Mi ejemplo a seguir es Toph Beifong obviamente, quien es la mejor maestra tierra de todo el multiverso. Hice mi ensayo de ella, analizando profundamente su estilo de vida y enseñanzas, aún así el bastardo me coloco 2 porque no es real según él — Soltó la piedra de la furia y está seguía moliendo con la misma fuerza con su magia. — ¡Es real en mi corazón, bastardo!


— Debe existir alguien así en este mundo — Koyuki trató de calmar su furia. 


— La hermana Asuka de la iglesia del Dios de la tierra, Gaiko — Mencionó el elfo recordando la historia de uno de los tantos libros que leyó en la biblioteca de los Urokodaki — Se enfrento a toda una armada de élite ella sola con su magia de tierra solo porque el General enemigo se metió con su altura. Se volvió una leyenda, salvo a muchos pobres y fue una gran impulsora a que se le enseñará magia a las mujeres. De ahí viene el dicho "Por más pequeña que sea la piedra, siempre será molesta" 


— Suena como una Diosa, pasame el Link... Que digo, nombre de libro....



Giyuu podía olvidar todos sus problemas, podía fingir que era tan normal como ellas. Si antes los pensamientos de angustia y miedo le abordaban a cada 5 minutos, ahora que había conseguido el hechizo le llenaba de paz incluso cada segundo era un paso más a la horca. 


No existía ningún problema en la burbuja que estaba cre...



— ¿Así que ya los invitaron al festival? — Preguntó Koyuki algo sonrojada. 


Vio la mirada de interés de la princesa sobre él, pero no le presto mucha atención a eso. 


— Tengo varias invitaciones, entre los más bonitos al parecer mis hermanos van elegir a cual aceptar como mi cita por fines políticos, reputación, basado en mis gustos y para que no la cague yo escogiendo un patán — Mencionó Ume con una mueca en su rostro — Al parecer ahora tengo una reputación que mantener ya que soy una princesa, pero al menos esos dos idiotas saben lo que me gusta. 


No era de sorprenderse que los príncipes se tomarán más enserió los potenciales amores de la princesa y más en esa vida, la reputación de una señorita lo era todo en ese mundo. 


— No quieren que pase lo que le paso a la señorita Yamamoto — Contó con voz moderada el chisme y los otros dos se acercaron más — Dijeron que la vieron en una cita por el pueblo con el joven Ishikawa.... Sin un chaperon.


Koyuki llevo sus manos a su boca y Giyuu abrió sus ojos a mas no poder sin poder creerlo. Eso era un asunto muy serio, por más ridículo que sonará, pero tenían tanto tiempo en ese mundo que algo como eso les parecía algo sin precedentes. 


— ¿Pero ella no era una de las que estaba más interesada en casarse con el joven Urokodaki? — Preguntó Koyuki sin poder creer que la Señorita Yamamoto saliera sin un chaperon — Ella fue una de las que trató de ofrecerle un pañuelo en la caza y estaba haciendo una escultura del mar en chocolate hace poco. 


— Cierto, una vez trató de preguntarme cuál es la comida favorita de Sabito y ahí me di cuenta que no tenía ni idea de eso — Confesó algo avergonzado de los primeros días del instituto y su falta de conocimiento de su esposo para aquella época. 


— A según ella fue a comprar unos listones para decorar la caja de chocolates para el joven Urokodaki. Había salido sola en día de escuela sin una criada por lo menos y en el camino se había lastimado el pie — Lo contaba todo totalmente seria — El joven Ishikawa que también se había escapado del instituto fue quien la encontró y la trajo en su espalda. 


Otro jadeo de sorpresa por parte de Koyuki salió y otra vez se llevo su mano a su boca. Giyuu solo podía pensar que por más que le cayera mal Yamamoto por ser su "rival" de amor, se sentía mal por ella, Ishikawa era el undécimo hijo de un conde del norte que sólo le esperaba la armada pues no sobresalía de ninguna manera en estudios. Ella que había trabajado tan arduamente en capturar el corazón de un futuro Duque. Ahora ella se tenía que casar con Ishikawa para salvar su honor, si es que él quisiera preservar el de ella. 


— Pero seamos positivos, oí que Ishikawa esta planeando invitar a Yamamoto al festival — Confesó uno de los tantos rumores — Pero nada de esto lo escucharon de mi. 


— Bueno, si. Ishikawa no es mala persona, es uno de los pocos que no mira a Giyuu como si fuera una plaga y siempre es el presidente del club de jardinería — Koyuki trataba de ser positiva y Giyuu asintió. 


— Yamamoto estará bien... 



— ¡Kyaaaaaa! — Chilló alguien mientras entraba al sala de estudios domésticos. 


— ¿Esa es Yamamoto? — Preguntó Ume sorprendida por tanta emoción de la chica que pasaba un momento difícil. 


— ¿Será que Ishikawa ya la invito al festival? — Preguntó Koyuki dejando de pelar los granos. 


— ¡NO ME LO VAN A CREER! — Siguió chillando ella mientras se lanzaba a su propio grupo de amigas unas mesas más lejos — ¡EL JOVEN UROKODAKI ME INVITO AL FESTIVAL DE VENUS! 


Giyuu solo parpadeó muy lento, con la mayor cara de sorpresa que había puesto es su vida. 


Pues tenía razón, no se lo creía. 


Se quedó ahí sosteniendo la roca para moler los granos procesando la información, tan blanco como un papel y volvió a parpadear porque seguía sin creercelo. 


— Yuu... 


La cara de las princesas estaban iguales o peores que él, ambas voltearon a verlo como si esperaban que en un momento se desmayara cual telenovela o romper en llanto como Manga Shojou. 


— ¡Wow! — Logró soltar dejando la piedra a un lado y vio los granos molidos en el mortero todos podridos — Tenie razón no me lo creo. 


Tomo el mortero para botarlo, la piedra estaba llena de moho y por suerte el revuelo de Yamamoto había hecho que todos no prestaran atención a ese gran detalle. 


— Puede que este mintiendo, tu sabes para proteger su reputación ya que Ishikawa no la ha invitado — Koyuki sonaba nerviosa pero como siempre trataba de ser la voz de la razón. 


Giyuu botó el mortero, para luego sentarse en una silla y se llevó sus nudillos a sus labios colocándose en una posición de pensar. 


Porque debía ser mentira, ¿No? 


— Sí... Puede que ella sea una mentirosa, yo también lo haría si estuviera en su posición. Por esos mis hermanos buscan a mi futuro marido por mi — La princesa se rio tan nerviosa y falsamente que causo incomodidad, al parecer ella se esperaba eso menos que él. 


— Bueno sigamos con lo que estábamos haciendo, pues he dañado una gran porción de nuestro trabajo. Lo siento — Actuaba como si nunca hubiera escuchado esas palabras. 



Estaba en negación. Una reacción que no esperaba ninguna de ellas dos, tal vez furia o que corriera por respuestas, pero no. Esta vez fue Giyuu el que empezó a moler los granos de chocolate con furia. 


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Eso no podía ser cierto, era imposible. 


Tal vez es que como lo decían sus amigas. La señorita Yamamoto estaba pasando por una etapa difícil y mentir era lo único que tenía para no caer en la desgracia, pues ella no era como las princesas una ya comprometida al príncipe heredero y la otra que siempre andaba con su hermano como chaperon para arriba o para abajo; tampoco era Kocho que se pasaba por donde no le daba la luz las leyes la etiqueta femenina y le daba igual perder todo honor. 


Ella era única chica que no la tenía fácil, no sólo luchaba con los estigmas y la sociedad misma, si no con todas sus compañeras para buscar el lugar que ella consideraba que le traería tranquilidad a su futuro. Ella era bonita, dedicada a mas no poder, del tipo de persona que si se proponía algo lo lograria, por muy extra que fuera en toda esa historia. 


Aunque Giyuu trataba de recordarse que todo ya no era una historia, era un mundo completo y algunas personas no eran extras, si no personas que nunca aparecieron en los puntos de vista de la protagonista. 


Así que ella bien pudo haber creado esa historia para presionar a Ishikawa a que se confera más rápido o algo por el estilo. 


Giyuu ya no sabía, estaba negociando con las razones menos probables por muy alocadas que fueran y aún seguía trabajando duro en su chocolate. 


Había pasado dos días y ni vista de Sabito, cosa que le dejaba un mal sabor en la boca. Él no era quien iba a buscar a su esposo, este siempre se arrastraba hacia él como el buen perrito que era por su amor. Así que lo esperaba con preguntas p respuestas como lo habia hecho por dos semanas desde que se dio cuenta de la invasión de su privacidad. 


— ¿Qué creen que le gustará que use? Un vestido azul o un vestido verde — La señorita Yamamoto estaba bastante feliz, bastante habladora para una mentirosa — ¿O debería ser arriesgada y usar rojo?



— Verde quedaría bien por tus ojos — Señaló una amiga de ella suspirando. 


"¿No crees que se veria bien si se liga con el rojo de su sangre y crea un hermoso marrón que combine con su cabello?" 



Ahí estaba la voz del fantasma oscuro que habitaba en su interior, que había vuelto rasgando con más fuerza que nunca. Herido con la traición era más peligroso. 


"También podrías sacarle los ojos y regalárselo junto con los chocolates, si es que le gustan tanto a Sabito" 



Pasó una mano por su cara angustiado, la sed de sangre le dejaba sediento, le dejaba con picor en sus manos y su daga se sentía más pesada que nunca en su bota. 


Salió de la sala, no podía, si seguía ahí cometería una locura. 


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Faltaban tres días para el festival de Venus y por suerte había terminado los chocolate con ayuda de la señorita Kanroji que le vio luchando con ellos, no de manera figurativa, en serio exprimio toda su furia en el proceso así que no importa lo que hiciera todos sabían a mierda. 


Faltaban tres días y ni una palabra. 


Faltaban tres días y fue Nezuko quien lo invitó al picnic familiar del medio día. 


Faltaban tres días y no estaba furioso, tal vez fue por eso que jalo a Rengoku Kyojuro por la corbata casi como si una correa de perro. Porque no estaba furioso, se repetía una y otra vez, pero confiaba en Rengoku para detenerlo si salía de control. 


— Desde que te conocí, no existe el día que no me trates como perro — Soltó con un suspiro el mago de fuego. 


— Un perro tiene más libertad que tu en este momento — Dijo para pararse antes de salir al patio — No puedo hacer esto solo Kyojuro, eres la única persona en este momento que me puede ayudar a no cometer una locura. 


Desde que lo había hechizado el futuro marqués se encontraba en una encrucijada. Giyuu lo sabía y estaba siendo una mierda de persona por utilizarlo en ese momento, pues alguien de moral tan inquebrantable como Rengoku se encontraba haciendo lo correcto mientras lastimaba su alma en el proceso. 


Había comprendido la situación, sobre la espada, sobre la maldición, sobre como solo la magia oscura sólo podía acabar con la magia oscura y sobre todo el precio de esta. Pero aunque lo haya comprendido, aunque entendía que era la única salida no significaba que estaba feliz o de acuerdo con nada de eso. 


La vida de su hermano era importante, la de Genya, Nezuko y Shinobu. Todos eran importantes; sin embargo, no bastaba decir que el precio que tenía que pagar por ellas no le dolía en absoluto. 


Rengoku llevo sus manos al rostro del Elfo buscando que se calmara, no importa lo que él decía. No estaba bien, aunque no supiera porque, solo quería alejar todo lo que le atormentaba de una vez por todas. 


— Lo se para cumplir mi deber — Le dijo para tranquilizarle un poco — Estaré ahí, siempre estaré contigo. 


— Lo sé, lo siento — Murmuró sintiendo el lazo oscuro que unía sus almas más de la cuenta. 


— Lo hecho, hecho esta — Acarició su mejilla, justo donde tenía es pequeña cicatriz de quemadura que casi ni se notaba — Yo entiendo, aunque si no fuera por... — Ni siquiera podía mencionar el hechizo que lo tenia atrapado — Te juró por los Dioses que estaría luchando... 


— ¡Tomioka Giyuu! — La voz furiosa de Sabito hizo que ambos dieran un brinco — ¡¿Me puedes decir qué está sucediendo?! 


Giyuu estaba de empezar a dar una larga cantidad de excusas, de como nada era lo que parecía, pero al llevar su rostro a la dirección que sonaba la voz viendo ese cabello color melocotón y esos ojos lavanda. El torrente de furia que buscaba retener corrió por su cuerpo, que le hizo apretar los puños con fuerza. 


Ahí estaba Sabito con ojeras grandes, junto con la señorita Kanroki con ojos corazones y Makomo con una sonrisa a su lado de oreja a oreja. Él se atrevía a estar cansado, cuando era Giyuu quien había recorrido a una combinación nada sana de dula y alcohol mientras escondía sus penas en el cuarto de Kyojuro porque ni se atrevía ir a su propia habitación ya que si Hakuji se enteraba que había sido engañado, dejaría todo su trabajo que tenía que hacer como entrevista a los pretendientes de Ume, tareas reales y planear una perfecta cita con Koyuki. 


Sí ese bastardo había arruinado y primer y último festival, no dejaría que todo eso causará una reacción en cadena dañando el de sus amigos en el proceso. 



Se mantuvo en silencio, no pudo decir nada. Sólo le dedico una mirada a Sabito y se dio la vuelta, jalando a Kyojuro de la corbata en dirección del picnic. 


Ya era tarde, demasiado tarde. 


Estaba iracundo y se había convertido en una pequeña persona belicosa que sentía que a cualquier palabra le clavaria una daga en el cuello, esta vez sin connotaciones sexuales de verlo sangrar y sufrir un poquito. Esta vez era con toda la intención. 



— Nunca había visto una mirada de muérete en tu cara, Tomioka — El rubio soltó impresionado y caminado rápido para que no le ahorcara en el proceso. 


— ¡Ehh! ¡Giyuu! — Gritaba algo desesperando Sabito tratando de seguirles el paso. 


Pero no volteo, incluso no dijo nada al ver la mirada soñadora de Nezuko al verlo junto a Rengoku. Tanto que dejó que Tanjiro terminará todos los arreglos, mientras les señalaba a los dos un puesto bajo la sombrilla junto a ella y su hermano. 


— Es agradable verlo, maestro Rengoku — Tanjiro hizo una reverencia de respeto a su acompañante — Aunque me sorprende su presencia en nuestro picnic familiar.


— Jóven Kamado, es también una sorpresa. Te juró que sentí una gran fuerza arrastrando hasta acá que casi me deja sin aliento por el camino — Le respondió con una gran Sonrisa al joven que había tomado como su pupilo enseñándole más de una técnica de fuego. 


— Fue la belleza del hermano Giyuu — Soltó con emoción la menor, se notaba que los shipeaba a mil. 


— Totalmente, me tiene como un perro — Lo dijo seriamente, totalmente honesto, pues para él Giyuu era una belleza y si lo había traído contra su voluntad ahorcandolo por el camino. 


Los otros llegaron a su lado y todos rieron menos Sabito, Giyuu y Rengoku. 


— ¿Por qué él esta aquí? — Se sentía la rabia casi estúpida en las palabras del mayor. 


La audacia. 


Giyuu parpadeo sin poder creer que era Sabito el rabioso de los dos, podría entender que estuviera rabioso porque le había mentido y ocultado la magia negra, sin mencionar el hecho que fuera a morir. Eso lo entendía, Pero dibujaba una línea en cuenta se trataba de 3 días después de rumores de que va a llevar a una chica al festival del amor y ni siquiera Giyuu tenia una invitación aunque sea escaparse y pasarla juntos solos. 


Faltaban 2 días y su esposo tenía una cita para el festival y él no. 


— ¿Por qué no puede estar aquí? — Respondió con dureza. 


Más de uno sintió el ambiente un poco tenso. Pero Giyuu tomó la tetera para empezar a servir té a todos. 


— Es un picnic familiar — Respondió frío y se sentía esa temperatura emanando de él. 


— Pero si la señorita Kanroji también esta aquí, ¿Cómo puedes correrla de una manera tan descortés, hermano? — Respondió más suave pero solo los mayores se daban cuenta del sutil mensaje pasivo agresivo. 


— Creo que podemos extenderlo a ellos, el maestro Rengoku es como de la familia y la señorita Kanroji también — Tanjiro respondió con amabilidad calmado la situación. 


— Cierto, la señorita Kanroji ha ayudado tanto a este familia en estos últimos días que no se como agradecerle todo — Makomo tomó su taza de té y vio que se había empezado a congelar gracias a su hermano. 


Nunca podía disfrutar de un té caliente si Sabito estaba cerca gracias a su pesar. Sin embargo, al ver esto Rengoku tomó su taza y en sus segundos el té estaba humeante. 


— Por favor disfrute su té, señorita — Respondió con amabilidad regresandole la taza a la mayor que lo miraba de un conmovida. 


Los menores todavía no tenían un control de su elemento tan bueno, así que si hacian eso terminaban rompiendo las tazas o quemándose en el proceso, aquí que el te helado se había vuelto una realidad para ella. Makomo había visto el sol después de un largo invierno, necesitaba a ese hombre en sus reuniones de té de ahora en adelante. 


— Gracias — Di un sorbo de té conteniendo un gemido porque por fin podía disfrutar de un té caliente en un picnic. — Como les estaba diciendo, la señorita Kanroji nos ha caído como una bendición a nosotros, pues ha solventado un gran problema que aquejaba a este familia desde hace un largo tiempo. 


— ¿Vino arreglar mi receta de galletas? — Preguntó preocupada Nezuko — ¿Es por el harina de arroz? Es que pensé que sería más saludable con harina de arroz...


— No son tus galletas, Nezuko — Aseguró la mayor quitándo el pánico de la menor. 


— Son perfectas así como están Nezuko. No tienes porque preocuparse — Tanjiro se metió una a la boca. 


— Gracias a los dioses, es que no estoy segura con la receta — Dijo más calmada — Pero ahora no tengo idea en que nos ayudara la señorita Kanroji, pues mis pastelillos son la misma receta que ella usa. 


— No tiene que ver con tus postres, querida — La mayor tomó un gran trago de té sorprendido a todos — Pero es que nos ha conseguido a la prometida perfecta para Sabito. 


Giyuu comprendió ese gran trago de té, no iba a dejar que congelará su té de nuevo, incluso si le quemaba la garganta. Aquellas palabras logro el silencio y la molestia del Mencionó a más no poder.


— Nadie mejor que la Señorita Yamamoto Mei para el Joven Urokodaki — Sentenció la joven flor social con emoción — Incluso han compartido reuniones de Té con nosotros los últimos días.


— ¿Así es? —Murmuró mientras tomaba su té por completo y sentía la mirada desesperada de su esposo sobre él.


Empezaba a cuadrar las piezas, la señorita Kanroji y Makomo, como no había encontrado a Sabito los últimos días.


— Oh si, lo de la señorita Yamamoto — Ni siquiera hubo ánimo en las palabras de Nezuko sobre eso, solo algo de incomodidad.


— ¿Quién es esa? 


— La que se encontró sin chaperon con el joven Ishikawa — Soltó el elfo con una sonrisa en su rostro. 


Todos miraban a su rostro, estaba sonriendo mientras mencionaba ese horrible hecho de vergüenza a una joven señorita. Si había sido un acto muy malo, bajo y sucio; fue sin intención solo soltó lo primero que se le vino a la mente de la furia. 


Pero tal vez fue su sonrisa que incómodo a todos. 


— ¡Giyuu! — Chilló Makomo alarmada por sus palabras — ¡Qué imprudencia la tuya decir eso sobre el honor de la señorita! 


Actuaba como si no había atrapada, como si ella era perfecta. Cosa que probablemente lo era y la señorita Yamamoto no era tan malo, pero estaba tan muerto de celos y rabia que no pensaba con claridad. 


— No es imprudencia si ya todos sabían que el joven Ishikawa iba a tomar la responsabilidad — Soltó el chisme tomando la taza de té de Rengoku porque la suya ya estaba vacía. 


— Bueno, si. Vi que Ishikawa estaba preparando todo para mantener el honor de la señorita — Siguió Rengoku con una sonrisa recordado a su compañero — Iba a darle un impresionante anillo que era una reliquia familiar y planeaba....


Rengoku fue bajando la voz al ver la cara de la Señorita Makomo y la Señorita Mitsuri de formándose en una mueca de horror. Además la cara de furia de Sabito creciendo ante las dos chicas. 


— ¿Ishikawa va a hacerse responsable? — Preguntó el mayor temblando de furia.


— Innegablemente — Contestó simple Rengoku 


— Iba a — Corrigió el elfo — Ahora que el alguien con más dinero y poder se ha hecho responsable, dio un paso atrás porque él no es competencia. 


— ¡Eso imposible, la señorita Yamamoto me dijo que él no lo haría! — Chilló la señorita Mitsuri. 


— Pero señorita Kanroji, ¿Cómo estaba tan segura ella de eso? — Señaló la obviedad de la situación —Todos aquí conocemos al joven Ishikawa y no es del tipo se hombre que haría algo como eso. 


— Cierto, incluso creo que Ishikawa ya le gustaba la señorita Yamamoto desde antes pero tenía miedo hablarle — Intervinó Tanjiro. 


— ¡No puede ser!


— Bueno, pero el hermano Sabito solo le tiene que cancelar a la señorita Yamamoto y ella podrá salir por fin por con verdadero amor — Habló Nezuko con sus mejillas hinchadas de enojo por la situación. 


Giyuu solo le dio una mirada a la niña, la ignorancia de la juventud o la lógica de la gente común que no entendía la estúpida dinámica social de su vida de juego otomo. 


— ¡Oh no! — Dijo la señorita Kanroji llevándose sus manos a su boca dándose cuanta del error de eso. 


— Nezuko, ¿Pero cómo quedaría aún más dañada la reputación de la señorita Yamamoto si un futuro Duque le corte incluso antes de salir después de restregarlo frente a toda la clase de estudios domésticos y a Ishikawa por días? — Habló con sutilidad y agarró una galleta — No creo que al joven Ishikawa le guste ella después de todo el teatro que ella se ha mon...



Rengoku agarró sus manos antes que destrozara la galleta frente a la niña y le dio otra taza de té. 


— ¿Ella ha estado haciendo Qué? — Preguntó Makomo sorprendida. 


— Se llama a si misma, Duquesa y papá ni muerto está — Seguía sonriendo, era muy incómodo para todos — Hermosa prometida, Hermano. 


Remarcó sus últimas palabras antes de llevar la taza de té a su boca, disfrutando el caos que creo. Rengoku sólo negaba a su lado y se servia más té, sería un picnic largo. 

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El festival ya va a acomenzar y viene lo bueno. 


Me tarde tanto en esto porque pensé que no lo iba hacer pero, creo que es muy probable que suba otro fanfic SabiGiyuu.... Con más engaños y enrredos. Pero ese si será más corto, pensé que sería más largo, pero como voy si tiene 40 capítulos será mucho. Se llamara Plan para atrapar al Alfa perfecto, así que si omegaverse porque quiero. 


Básicamente cuando Mitsuri es secuestrada misteriosamente por un hombre de ojos y cabello de Flama. Giyuu se ve enrredado en un misión secreta para rescatarla a ella y docenas de omegas del malvado Reino de Belum, sin embargo un omega no puede entrar así por así a esas tierras. Así que tiene que enamorar al gran Jefe de un Clan muy importante para ese reino, Sabito, de ese modo poder usarlo para estar en ese reino sin armar revuelo. 


Todavía tengo muchas dudas de muchas partes en algunas cosas, pero 15 capítulos seguros siento que es bastante. 


También tengo otro fic que si no prometo, pero 3 capítulos ya salieron. Su nombre es, Guía de paternidad de dos monstruos marinos en cautiverio. 


Básicamente Mer! Giyuu y Kraken!Sabito cuidando a bebe humano Senjuro sin tener idea alguna que hacer 

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