La burbuja de miel y azúcar, se rompe al final del verano
Suponer que después del acercamiento venido de una experiencia cercana a la muerte que compartieron ambos en el bosque de las Bestias les haría más unidos, era algo que Sabito hizo estúpidamente.
Ahora que estaba vomitando sin cesar en balde de madera, mientras ella tenía su manos en su espalda luchando con los efectos secundarios con lo que sea que le habían dado le dejaba claro que no era ni un poco más unidos que el principio que conoció a la señorita Kocho Shinobu.
— Pues aquí no dice nada de efectos secundarios más que somnolencia y posible caída del cabello si se usa de manera prolongada — La princesa tenía el gran libro en sus manos estudiando la planta que le habían puesto a las galletas — Sinceramente yo creo es que si estaban crudas después de todo. Después de todo la cocina no es igual que la química, señorita sabelotodo.
— Discúlpame — Sonaba la molestia de la menor en sus palabras — Pero yo no las cocine sola, tu también ayudaste.
— Y confías en mí en mi para hacer eso. Perra, ni siquiera me sacudo los mocos yo sola, tengo sirvientes que me ayudan en eso — La princesa le verdad estaba indignada por eso.
— Me dijiste que sabias hacer brownies con Marihuana, no hay diferencias — Chilló la menor mientras aplicaba más magia en su estómago ya que estaba vomitando de nuevo — Es hacer una jodida masa y le metes una planta de dudosa procedencia con efectos muy sospechosos, es igual.
— ¡No es igual! — Exclamó la princesa — Los hornos son horribles aquí y todo es... manual — Lo dijo como si eso fuera un horror — No es pulsar un botón y ya.
— Cre... Creo que tengo que vomitar todo o seguiré igual — Comentó sosteniendo con la poca fuerza que le quedaba en los brazos — Las dos cocinan del as... asco.
— Pero te igual te las tragaste — Le culparon de inmediato las chicas.
Tenian totalmente la razón, se trago esas galletas incluso ni sintió el sabor o si estaban crudas o no. Estaba tan perdido en su mente, tan cansado, tan perdido por todo que algo tan simple como galletas en mal estado lo paso por alto.
Después de vomitar hasta ácido de su estómago y un gran trabajo de la señorita Kocho es que las nauseas empezaron a detenerse y permanecía en la cama de la chica que le ofrecía una sopa y un vaso de jugo.
Se quedó viendo a la comida por unos instantes, luego ellas.
— No lo cocinamos, mandamos a un sirviente por comida de la cafetería — Insistió de nuevo la joven maga de Luz. — Algo bastante ligero, necesitas llenar tu estómago.
— Gracias, si no fuera por el hecho de que me drogaron, secuestraron, ataron y casi asesinaron con una indigestión podría decir que se preocupan por mí — Se sentó como pudo contra el cabecero de la cama y agarro la taza de sopa.
— Era necesario — Insistió la señorita Kocho con seriedad.
Trató de calmar su furia y sabía que si no fuera por la nulificacion de su magia toda la habitación estuviera congelada, ellas eran personas importantes para el Reino y el no podía solamente atacar a las herederas de las dos personas mas importantes del su madre tierra.
— No queríamos que esto sucediera así, ni siquiera sabíamos que la somnolencia te dormiría, entramos en pánico e hicimos lo más sensato del momento — Aseguró la princesa — Ocultar el cuerpo, pero luego nos dimos cuenta que estabas vivo así que entremos en pánico de nuevo pensado que te ibas a enfadar por las galletas así que te amarramos, por seguridad propia.
— ¡¿Cómo atarme es seguridad propia?!
— Incluso si no tienes magia, eres un caballero entrenado desde la niñez con músculos del tamaño de nuestras caras — Señaló de nuevo la princesa de cabello blanco.
— Discúlpanos por pensar en un posible ataque cuando te despertarás, haz sido entrenado toda tu vida para estar alerta, primero nos golpearias y luego preguntarias — Insistió la menor con lógica que ninguno podía negar.
Ella tenía razón, si no le hubieran atado, él en su desorientación hubiera partido sus cráneos de un golpe. Puede que no eran ni un cuarto de fuerte en materia física, pero en inteligencia ellas habían hecho lo correcto. Así que razonandolo se fue calmando un poco más.
— Saben una vez vi un Doujjnshi que comenzaba así con un tipo atado por un par de chicas — La princesa soltó con una gran falta de modales sentadose en el escritorio que había a unos metros de ellos. — Que bueno que actuaste como un preso normal o sería extraño, una vez mi hermano y yo atamos a un tipo y este empezó a decir un poco de cosas asque...
— ¿Qué es un Doujinshi? — Preguntó para empezar a tomar su sopa
— Son dibujos de contenido adulto — Respondió ella con una sonrisa — Básicamente personas fornicando en un libro de pinturas.
Se ahogó con la sopa por la respuesta tan sinvergüenza y vulgar por parte de una señorita de la alta alcurnia como lo era la princesa, de la vergüenza se sonrojo por completo mientras trataba de dejar de toser.
— Pervertida.
— Me dices a mi pervertida, cuando tu estas saliendo con la fantasía de Doujinshi número uno — Le Acusó de inmediato señalandole — Obvio que te estas follando a Tomioka porque ahora es un elfo y todos saben que los Elfos son la fantasía sexual número uno.
— ¡Lo sabía par de bastardas! — Les acuso de igual manera — ¡Le han estado mirado de esa manera asquerosa todo este tiempo!
— ¡Y no niegas que te lo follas! — Exclamó Shinobu indignada.
— Bueno sabía que ella sabía, así que si fue de chismosa contigo no me sorprendería — Señaló a la princesa — Pero Giyuu si estará dolido por esto.
Eso sentó el silencio unos segundos en la habitación y pudo ver la mirada de dolor en la chica, sabía que la princesa era buena amiga de su amor; una de las pocas que tenía y sabía que la traición de ella le iba a doler como nada en esa vida.
Mando los modales a la mierda y dio un gran sorbo de la taza, estaba con dos completas locas y no debía alterarlas, su débil estado mental podría causar que se hicieran daño a ellas mismas.
— Esta bien — Dijo con una sonrisa fingida — Saben creo que la familia de la señorita Kanzaki estaba estudiando sobre la mente y las personas... Un día podrían ir a su mansión y hablar con ella sobre... lo que les inquieta en estos días.
Fue lo más amable posible en decirles que no estaban cuerdas, si lo hacía de la manera más indirecta y cortes posible ellas lo tomarían de la mejor manera y resolverían sus problemas.
— Entiendo que creer sin padres para la señorita Kocho debió ser difícil y también no tener una madre es una completa tragedia para su majestad — Continuó con suavidad temiendo una reacción brusca — La señorita Kanzaki dijo que es en un gran problema a futuro en...
Otra cachetada fuerte dio contra su cara sin temor alguno, no había sido lo suficientemente amable con sus palabras y la señorita Kocho tenía la mano pesada.
— Dioses denme paciencia con este hombre — Suspiró cansado la maga de Luz, como si fuera ella quien estaba pasando mal en todo eso.
— Mira quien habla, por lo que se usted tampoco tuvo mamá — Atacó la Princesa cruzando los brazos.
— Sí, pero no ando secuestrando a personas.
Otra vez les habia atacado sin levantar una mano.
— Sí, yo también quiero ¡¿Por qué mierdas me han secuestrado?!
Espero otra negación o molestia de ellas por alzar la voz, pero solo hubo una expresión cansada y un poco dolida de parte ellas. Sea lo que fuera no era un tema fácil para esas dos personas que no tenía miedo de decir las cosas que pensaban, parecían que como él hace rato cuando buscaba las mejores palabras y consejos para indicarles su demencia, ellas también estaban haciendo igual.
— No quería hacer esto, Sabito — Soltó Shinobu, diciendo su nombre como si le conociera — Pero siento que si no soy directa y quitó el primer y más grande obstáculo, jamás podré lograr mi cometido. — Confesó ella con sinceridad — Algo anda mal con Tomioka y a veces no me puedo acercar a solucionarlo, debido a que tu interfieres. Siempre me pregunte tu a fan que rayaba la locura por él, pero ahora tiene sentido que se que tienes una relación con él, tu hermano.
No sabía que decir antes sus palabras o su mirada, había cierta repulsión en ella. Le estaba juzgado, cosa que le daba vergüenza pura, le hacia sonrojar de la pena tan grande que sentía. Como ella lo decía sonaba tan mal, cosa que lo estaba y no podía negarlo.
Era su más grande pecado expuesto ante unas prácticamente desconocidas que le miraban con asco. Aunque una parte de él se sentia menos pesado porque más personas sabían, otra parte le dolía esas miradas, es como si volviera a ser él chico en un callejón lleno de tierra que todos miraban con asco.
Empezaba a apreciar más al príncipe Akaza, él nunca juzgo y de paso apoyo su relación con su ángel. Aunque siempre supo que todas las personas no serían como él y en realidad la mayoría de personas serían como ellas, no podía evitar sentirse de esa manera, como si fuera otra vez la cucaracha huérfana que esperaba un milagro que llegó un día frente a una fuente llena de agua.
— Nos dices locas y tú te estas arrastrando por él, la persona con quien creciste como tu hermano — Siguió ella sin pena alguna en sus palabras — Tú por ser mayor debiste haberlo protegido, no ser un asqueroso que tuvo pensamientos indecentes por su hermano menor por Dios.
Cada palabra era como un latigazo contra él, creando una herida más profunda que la anterior que empezaban a sangrar de manera desmedida. Él quien siempre había sido tan orgulloso, que se protegía y atacaba con el hielo primero, estaba siendo masacrado por verdades duras que le eran difíciles de tragar.
— Tú no lo comprendes — Se trató de Justificar — Ni siquiera compartimos sangre.
— ¡¿Qué no comprendo, Sabito?! — Exclamó ella con exasperada — Que si no comparten sangre, eso no lo hace menos tu hermano. Tu mi compartes ni una gota de sangre con alguno de tus otros hermanos, ¡¿O es que ni los ves como hermanos a ellos también?! ¡¿Nezuko no es tu hermana?! ¡¿Tanjiro no es tu hermano?! — Ella preguntó con cierta burla y dureza, porque era ridículo que colocará excusas como esas — Incluso si compartieran sangre creo que realmente te hubiera dado igual y aun estaríamos aquí en esta conversación.
Eso lo dejo sin aire unos segundos y tuvo que poner la sopa en la cómoda al lado de la cama, iba a verter todo el líquido porque sus manos temblaban... de rabia... Miedo... Vergüenza. Era jodidamente cierto, sabía que cada una de sus palabras eran ciertas, colocaba excusas que eran hasta graciosas de lo estúpidas que sonaban, se engañaba a sí mismo para tapar su pecado; Sin embargo, sabía que no importaba que él estaría de manera irremediable en las redes de Giyuu, pues hubo un tiempo en el que pensó en él como hermano; pero, esos sentimientos crecieron de la manera que jamás debieron hacerlo.
— ¡Cállate! ¡Tú no sabes nada! — Bramó casi como un perro enfurecido después de ser herido. Negaba todo lo que le decía. — Nosotros nos amamos ¡Tú solo eres una niña loca que confabula con su amiga traicionera para separarnos! — Estaba Iracundo en negación — Giyuu no sale con desesperadas secuestradoras con tendencias asesinas.
Antes que la chica le diera otra cachetada, la princesa la detuvo corriendo a su lado y sosteniendo su brazo.
— Calmate, él tiene un punto si fuimos desesperadas, lo secuestramos y casi lo matamos por una indigestión en el intento — Aún así después de esas palabras la princesa fue la que le dio una cachetada — Además me tocaba mi turno.
— ¡Qué no se nada! — Soltó ella con sarcasmo y cierta burla — ¡Tú eres él que no sabe nada, Idiota! ¡Dices amar a Giyuu, dices que él te ama!... Puede que tu mentecato lo estés. Incluso me atrevería a decir que naciste para amarlo, aun sin conocerlo — Decía ella con una confianza y con tanta verdad en sus labios que le dejaba sin aliento — Pero Giyuu, esa rata de alcantarilla no te puede amar ni aunque lo intente en estos momentos. Ni siquiera te puede decir una verdad y todo lo que sale de sus labios son puras mentiras para manipularte.
Ella siempre habia tenido una puntería bestial y justo había dado con una flecha envenenada en su herido corazón, un corazón lleno de tantas dudas, tanta información que se negaba a creer que fue fácil quebrarlo con esas palabras.
Era cierto, era falso, todo últimamente eran mentiras que ya no sabia que era real. Decía conocer cosas, pero si lo analizaba todo había momentos en las que quedaba peor que un niño por su ignorancia.
La relación confusa entre Giyuu y el príncipe que siempre fue sospechosa.
El comportamiento extraño después de perder sus recuerdos.
Todo ese tiempo en la biblioteca familiar.
Esa magia conveniente que desaparecía y volvía aparecer.
Sus besos cada vez que le iba a preguntar algo.
Sintió las nauseas volver, pero estaba vez eran por las vueltas que daban su cerebro. Era como si cada pieza del rompecabezas empezará a unirse sin lo que el creía que una vez fue.
— Lo siento, Urokodaki. En realidad te queremos hablar porque eres una parte fundamental de este problema, esto no es una intervención para ti, es para hacerle una Tomioka — Había tanta culpa y lastima en las palabras de la princesa que eran como una daga contra él — Giyuu no esta bien.
Esas palabras eran tan pesadas que eran como si dos rocas gigantes descansarán sobre sus hombros y no pudiera soltarlas, era ser aplastadas por ellas o sufrir eternamente mientras las sostenía.
— No conoces a Tomioka, no como nosotras — Dijo más calmada la Señorita — Él no estaba bien de la cabeza, probablemente nunca lo ha estado y nunca lo estará. Es alguien que siempre da el triple de lo que le dan, siempre pone al mundo por encima de él, incluso está dispuesto a dar su vida por los demás.
>> Él se odia tanto a sí mismo, y ha estado tan solo en su vida que ha llegado autoflagelarse más de una vez. Su mente ya no creen en algún cumplido hacia él, porque no logra verse como en realidad es por el asco que siente sobre si mismo. La falta de afecto en su infancia por la ausencia de sus padres causo un vacío tan grande en él que no puede evitar al intentar llenar con la más mínima muestra de amor, así que dará todo de sí mismo e incluso más para que esa persona, sea buena o mala, jamás se vaya de su lado. Se convierte en un esclavo de esa persona y no le importan que dirán — Shinobu continuo segura de sus palabras — ¿Él ha hecho algo de ese tipo, Urokodaki?
No entendía, ¿Cómo le conocían tan bien? Lo que a él le llevó años de averiguar poco a poco con las escasas atenciones que le daba su ángel a través de los años, ellas en pocos meses le conocían como si fuera la palma de su mano, al derecho y al revés. Todo eso explicaba el comportamiento extraño que sufrió después de perder la memoria, era justo como era él o al menos las partes que dejó ver todo este tiempo.
— Siendo él solo un niño apuesto que te tenía a ti — Señaló de nuevo la maga de Luz — Su gran y cariñoso hermano, que incluso si estaba mal y luchaba contra eso, las pequeñas muestras de amor era demasiado para alguien tan hambriento de amor como él, lo que me hace preguntarme sobre esta relación ¿Tomioka si siente algo por ti por qué le nació o por qué fue domesticado así por ti así?
— Cierto, su cerebro apenas estaba en crecimiento, los chicos son muy manipulables en esa época, en especial los chicos como él — Continuó la princesa haciendo un caos en su mente.
Era su culpa.
Todo era su culpa.
Su Giyuu quien siempre al principio dijo que no, pero aun asi respondía a sus caricias con la pasión de un amante desenfrenado. Quien se acurrucaba a su lado esperando la más mínima muestra de cariño, quien corrió para salvar a Nezuko y Tanjiro sin importarle las consecuencias, quien había salido en ropa interior al jardín en pleno invierno para salvar a su cuervo; quien estaba usando magia oscura y ya tenía una idea para que...
Por eso había estado dejando justo después que vio esa agua dudosa en su bañera que hiciera lo que quisiera con su cuerpo, como si todo este tiempo no le perteneciera a otra persona si no a él.
— S.. Sí — Mencionó tragando saliva.
— Tomioka Giyuu no se ama a sí mismo, Sabito. Por eso jamás podrá amarte o tu lo vas poder amar, no mientras él dependiente emocional de ti.
Esas palabras ardían en su alma, pues su mente no quería escucharlas. Estaba seguro que esas palabras estiraron su corazón hasta romperlo, la burbuja de miel y azúcar había explotado al final del verano.
Había deseado tanto que Giyuu lo amara, que ahora ambos estaban cayendo en la locura misma por el precio de sus pecados. Había deseado tanto en tenerlo solo para él, que Giyuu dejara de negarse, que ahora incluso sin que él lo supiera era suyo completamente sin ninguna inhibición. Siempre deseo que ambos fueran los únicos en el corazón del otro que nunca pensó las consecuencias, menos siendo el mayor, él que debía ser la voz de la razón.
Su alma corrupta había manchado de oscuridad el alma de su ángel de la menor manera posible.
Había caído en la locura, todo por esos ojos azules como el cielo y esos labios como pétalos de una rosa que aún le robaban el aliento.
Ellas hablaban, él ya no las escuchaba.
No podía.
Su mente estaba en una epifanía.
No era Giyuu él que estaba mal.
Si no él quien empezó todo al desearlo de la peor manera aunque él se lo repito una y otra vez, incluso en ese momento podia sentir el dolor del golpe que le dio cuando le beso por primera vez. Era caliente y ardía contra su mejilla, pero fue una sensación que recorrió en todo su cuerpo que le hizo temblar y aún cuando le trató así quería sostenerlo con más fuerza.
Pues lo recordaba como la primera persona que no le vio con asco o lastima, fue la primer muestra de afecto que le hizo aferrarse a él como un loco, llenado ese vacío que tuvo desde pequeño cuando no tenía nada.
Giyuu se habia vuelto su todo, era su razón de ser y querer mejorar... Para con el tiempo caer en la tentación y no ser tan diferente a esos hombres que desearon su cuerpo, después de todo él era el mayor, quien debió protegerlo.
Ahora era quien con desesperación, con la verdad, con la duda y mentira quería correr aun hacia él y aferrarse al calor de sus brazos donde desaparecía todo el dolor incluso si era una mentira.
Puede que Kocho Shinobu tuviera razón en muchas cosas, pero estaba equivocada en una muy grande. Pues él que estaba mal no era su ángel, era él quien aún seguía dependiendo nada más de su mirada incluso si era de indiferencia como unos años atrás.
Giyuu podría pisarle y se lo agradecería, podrían escupirle y le alabaria, podría matarle y aún así se lo perdonaría.
Era él quien no estaban bien.
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Por fin llegue a uno de los puntos que tanto quería, que por fin se tome seriamente el tema de que si Sabito y Tomioka si tienen una relación al frente de todos como hermanos y aun se siguen llamando hermanos y si en un punto al principio se vieron como hermanos. Bien bien pues no está eso, pero recuerden que esto es ficción y una cosa es que uno escriba de eso y otra que uno apoye esas cosas en la vida real.
Otra cosa que se está tratando es la relación y mentalidad toxica de Sabito y Giyuu (no soy psicológa) ellos son dos personas que pasaron por mucho y no tuvieron a nadie con quien compartir un lazo de esa manera, cuando ambos se encuentran uno al otro pues era natural que quisieran llenar el vació del otro.
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