Chocolate
Quién lo diría, que se podía celebrar San Valentín en Verano.
Bueno no era San Valentín del todo, era un evento del juego y tenía su razón, Giyuu ya no estaba en la tierra que él conocía donde San Valentín era cada 14 de febrero a finales de invierno y clases escolares. No, ahora estaba en otro mundo, uno donde había otra festividades y costumbres.
Esto era el festival de Venus y como su nombre lo indicaba era San Valentín con otro nombre y costumbres, eran tres maravillosos días para celebrar el amor. El primer día el amor de familia, el segundo día la amistad y el tercero el amor entre parejas, donde se realizaban ciertas actividades o rituales para así mejorar tu suerte en esa clase de amores durante el año, y por supuesto todo eso era el primer evento grande del juego llamado "Consigue un corazón o vete a casa". Aquí es donde principalmente en las demás dificultades decididas entre los dos objetivos de captura de esos niveles, si conseguías mayor atracción, conseguidas más premios; también se podían encontrar grandes tesoros como información u objetos para pasar el juego.
Aquí es donde la protagonista empezaría a ganar relevancia en el colegio y tendría su tercer encuentro con el villano en el modo súper difícil donde empezarían las confrontaciones.
Un evento muy importante del cual necesitaba toda su dedicación para pasarlo sin mayor problema, así que no entendía porque estaba siendo arrastrado por Ume y Koyuki al salón de clases funciones doméstica. Él no era la protagonista que necesitaba mostrar su afecto al objetivo de captura, además tampoco es como si necesitara de ganarse el corazón de alguien porque él lo había hecho, aunque no tenía ni la más remota idea de cómo lo hizo, algo le decía que era culpa del guión del juego.
Si lo pensaba bien no tenía ni idea que veía Sabito en él, pues uno siempre tiene razones para gustarle a alguien y realmente a veces solo parecía que el contrario le quería porque sí. Bueno al menos eso era lo que pensaba el elfo, pues no se encontraba en sí mismo algo que valiera la pena de amar en sí mismo.
- Chicas, tengo un ensayo sobre los efectos de algunas plantas en la magia que no he terminado y ademas no encuentro mi libro de...
- Giyuu, eso no importa - Hablo Koyuki con un puchero en su cara. - Tenemos un problema más grande.
¿Quién iba a pensar que el terrón de azúcar y aplicado en clases diría que la tarea no importa? Koyuki era tan aplicada para cubrir la falta de conocimiento que había perdido sobre la magia cuando regresaron sus recuerdos de su vida pasada, que sus avances en la magia impresionaba mucho a Giyuu. Era diferente de Ume o Gyuutaro que realmente incluso cuando tenían magia elemental no les importaba lo más mínimo cubrir su falta de conocimientos a esta y solo copiaban lo que recordaban de avatar y ya.
- ¿Un problema? ¿Qué tipo de problema puede ser que está en la clase de cocina? - Preguntó sin entender lo más mínimo.
Claro no lo comprendió hasta que las chicas abrieron la puerta y lo arrastraron adentro del salón.
Giyuu tenía que admitirlo, los arquitectos se habían botado, pues el salón de clases domésticas le parecía algo impresionante, era como cocina de Master Chef, excepto que todos no había cocinas futuristas todo era adecuado a la época. Pero ese gran salón con muchísimas islas de cocina estaban inundadas de jóvenes, de chicas en su gran mayoría trabajando arduamente en preparar chocolate.
"¡Oh!" pensó Giyuu notando el problema de inmediato.
El festival de Venus era San Valentín con otro nombre y la tradición de entregar chocolates parecía muy vigente.
Eso no sería un problema para él, pero al ver como las chicas trabajaban con tanta dedicación, con sonrojos en los rostros mientras cuchicheaban con sus propias amigas y hacían chocolates en forma de corazón vio su problema.
Algunas de esas chicas susurraban sobre cómo harían el mejor chocolate del mundo para impresionar a Sabito, estaban tan dedicadas a esa tarea con la esperanza que el joven heredero al ducado le dedicara al menos una mirada y las considerara para su futura elección a una prometida, que el elfo sintió su sangre arder un poco.
Aunque era obvio que Sabito ni tocaría ni uno de esos chocolates, pero aun así veía las grandes creaciones y todos los sabores que estaban combinando las chicas que más de un chocolate lucía extrañamente provocador incluso para quien no era muy fan de lo dulce, quisiera darle una mordida. No se suponía que estaban en una escuela de magia basado en un juego otome y no en un Bake Off. Algunas estaban haciendo hasta esculturas de chocolates, eso era llevar los simples dulces que se colocaban en un casillero en Japón a otro nivel inimaginable.
Aunque ellas no eran el mayor de sus problemas, era que probablemente su esposo estaba esperando un chocolate de su parte también y Giyuu la única cocina que conocía era calentar ramen en un microondas o pulsar un botón en las máquinas expendedoras para agarrar una sopa en lata.
¿Cómo era posible que todas esas jóvenes señoritas nobles supieran hacer dulces si todas ellas tenían chefs como Giyuu? O otra vez era el único inepto que nunca cocino algo por él de nuevo en su segunda vida.
- ¡Oh! - dijo sonrojado mientras ahora seguía a sus amigas a una isla de cocina.
- Esto es horrible, ¿Por qué nadie me avisó de esto con anticipación? - Koyuki parecía que la llevaban los nervios - Hacer chocolate a la antigua y que sepa bien debe tomar días de preparación, si no es que meses.
Ahora tenía porque el festival era durante el verano, cuando el sol empezaba a calentar más que nunca para tostar los granos de cacao con él. Ahí fue cuando se dio cuenta de otro gran problema.
¿Cómo haría un chocolate para Sabito al estilo antiguo? ¿Cómo haría algo mejor de lo que las chicas estaban haciendo?
Era tan fácil en el mini juego del evento que era decorar un pastel de chocolate eligiendo las opciones y todo se colocaba perfectamente en su lugar. Ese definitivamente era el nivel infernal.
No podía entregarle una marranada a su amado, jamás y nunca. Tenía que ser un chocolate que represente bien sus sentimientos, esa era la magia del chocolate hecho a mano y entregado por su amante en el día del amor.
- ¿Quién lo diría? Que en este mundillo el San Valentín era más intenso - bromeo la princesa mientras buscaba unos delantales para ellos, probablemente estaba más de apoyo que otra cosa ahí - Incluso al parecer hay diferentes tipos de dulces que puedes hacer para estos días, Rollos de canela para los padres y familia, galletas de granola para los amigos y chocolate hecho a mano para esa persona especial - Ella movía sus cejas de forma sugerente a sus dos amigos que estaban en pánico por un simple chocolate.
- Bien necesitamos un plan aquí porque ninguno de nosotros sabe cómo hacer chocolate desde cero - Declaró Koyuki señalando a los granos de Cacao en la mesa.
Ninguno de los tres en su vida había visto uno de esos en vivo y menos saber todos los pasos exactos para la creación de chocolate. En Japón normalmente ya se compraba un chocolate sin nada solo y lo demás era añadir otros ingredientes, esto era más profundo, era hacerlo pasar una semilla gigante a una delicia indescriptible en una tarea que hasta tomaba años de dedicación hacer un dulce perfecto.
Eso era una verdadera prueba de amor.
- Necesitamos ayuda - Dijo Giyuu mirando a su alrededor y sus ojos se abrieron de par en par cuando encontró su respuesta - Necesitamos a Mitsuri Kanroji.
Puede que Mitsuri sea un objetivo de captura, uno de los más difíciles en el pensamiento por la complejidad que era Kanroji. Su ruta era la de enamorar a la chica más popular de todas y superar los prejuicios de una relación LGBT+ en una sociedad antigua.
Mitsuri era conocida como la más bella de la corte y ese nombre se quedaba corto ante su belleza, ella era una diosa en tierra. Tierna, trabajadora, soñadora, amable e inocente para todo el mundo, que la veía el premio a conseguir en la corte. Era lo que llamaría una perfecta dama, quien sería una perfecta esposa.
Sus dotes desde una prodigio en el arte y la cocina hacía que más de un hombre le deseara para ser la esposa perfecta, para volverla su perfecto trofeo. Pero ella, tan llena de emoción y vida era más que eso, junto a la protagonista descubre que lo que la hacer ser perfecta es toda su personalidad y no los modales y etiqueta que se le inculcaron.
Ella se convierte una prodigiosa chef y vive feliz con la protagonista en otro país.
Una prodigiosa chef que estaba siendo rodeada de docenas de chicas que querían apreciar como ella hacia el trabajo de hacer chocolate.
- Buenas a todos, yo soy Mitsuri Kanroji y me gustaría ayudarles hacer chocolates, galletas de granola y roles de canela a todos para su día especial - Hablaba con una emoción y energía que rivalizaba la de Rengoku Kyoujuro - Faltan 5 semanas para el festival y si la verdad es poco tiempo para hacer el chocolate perfecto, pero con algo de magia todo estará bien - Señaló ella levantando su mano y encendiendo llamas en sus dedos.
Giyuu se tranquilizó, la magia los ayudaría un poco y una chef profesional evitaría que posiblemente entrega algo que le dé indigestión a Sabito.
- Primero comenzaremos con el Chocolate que toma más tiempo, incluso los mejores chocolateros les toma meses hacer una barra de chocolate perfecto - La alegría y emoción de la chica no podían evitar que más de uno se desanimara.
Tomaba meses y ellos apenas tenían cinco semanas.
- Me voy, mejor me tiro de una ventana - Mencionó una chica viendo sus oportunidades volar.
- ¡Oh no! - Mitsuri se asustó un poco por la reacción de todos - Lo que sucede es que las semillas de cacao necesitan fermentarse por días para tener un mejor sabor. No se preocupen, yo he puesto a fermentar bastantes semillas con antelación para aquellos que no estaban preparados para la temporada del amor.
Algunos soltaron un jadeo y se alegraron, otros como Giyuu sintieron vergüenza ¿Qué sentido tenía todo eso si alguien le daba una ayuda a otro en su muestra de amor?
Estaba bastante decepcionado de sí mismo, en serio quería hacerlo todo él. Pero no era momento para quejarse y negarse a algo de ayuda de alguien en momentos tan desesperados.
En la isla de cocina de Mitsuri había bastantes cajas de manera y cuando ella se acercó abrir una a todos le llegó el ligero olor algo desagradable, pero era por la fermentación, aunque debajo de todo eso se podía captar el olor sutil a chocolate. Todo parecía indicar que los chocolates que salieran de esas semillas serian los mejores. Algunas chicas incluso al ver esto desde otras estaciones tiraron sus chocolates a la basura, probablemente ninguna de ellas había fermentado las semillas y las había tostado enseguida como dicen muchas recetas de chocolate, así evitando que el chocolate consiga desarrollar sabores y aromas para una mayor perfección del dulce.
Giyuu no las culpaba, él hubiera hecho lo mismo si la receta dictaba eso del libro... En eso abrió los ojos con sorpresa, eso era lo que estaba haciendo con todas sus pociones y hechizos de su grimorio, guiándose completamente por lo que estaba escrito y aún haciéndolo después de ver que esto no lo de daba resultados. Tal vez era el chocolate la respuesta para mejorar en su magia como nunca lo había hecho antes.
La gente subestima a Mitsuri, tal vez demasiado para la genio que era, tal vez ella hizo chocolates como las demás antes y ella busco otras maneras para obtener un mejor resultado en lo que le gustaba hacer.
- Los granos normalmente se dejan secar al sol para que obtengan todas las energías y buen ánimo de él. Es realmente Wow... Pero a veces se puede hacer un poquito de trampa para acelerar el proceso - Dijo ella guiñando y chasqueo sus dedos haciendo una chispa de fuego - Necesito que por favor algunos me ayuden a llevar todas las cajas a las chanchas de tenis. He convencido al club de tenis de que nos presten sus canchas para secar la mayor cantidad de granos a la vez.
- ¿Tenemos chanchas de tenis? - Escucho susurrar a Ume.
- Me entero - Comentó Koyuki.
Incluso Giyuu estaba sorprendido sabía que la escuela de magia era ridículamente grande, incluso él no había recorrido el 50% y eso no era solo porque se la pasaba más encerrado en su habitación con su novio o en la biblioteca. Pero no recordaba que en el juego se mencionara alguna vez una cancha de tenis o club de tenis, bueno tampoco en el juego se mencionaba de los dulces que se hacía para la familia o amigos. Supuso que esos espacios vacíos y ambiguos como siempre se llenaban solos con cosas que no esperaba para nada.
Así es como el término esparciendo granos de cacao después que algunas chicas con su magia de agua limpiaran bien el piso y otras con magia de fuego lo secaran. Esparcía uniformemente los granos sin dejar que uno estuviera encima de otro como indicaba Mitsuri, era un trabajo grupal, pero ninguna otra persona le hablaba, solo le dejaban hacer su parte sin molestarlo. Les empezó a caer un poco mejor las demás chicas mientras lo ignoraban.
- Bien, como yo no soy una experta en la magia de fuego a tal magnitud - Dijo Mitsuri señalando como las chanchas estaban llenas de granos - Traje a alguien que sé que puede ayudarnos a calentarlos a la temperatura correcta por el tiempo indicado.
Los chillidos y quejas ensordecedoras casi lo dejan sordo, algunas chicas corrieron a rodear a la de cabello rosa quejándose de la presencia de Rengoku Kyoujuro en ese momento. Era común que los chicos a los que se les iba a regalar el chocolate estuvieran fuera del proceso. Incluso se les tenía prohibido entrar a las clases de economía doméstica en esos días, las chicas cuidaban recelosas de sus creaciones para que cuando llegara el día sea una total sorpresa.
- Clama chicas, solo nos va ayudar a tostar los granos. Yo misma sacaré a mi maestro Kyoujuro de aquí apenas terminemos ese proceso - Kanroji hablo tan dulce y animada como siempre.
- Pero el joven Tomioka también está aquí y no le dicen nada - Señaló el de cabello de fuego haciéndole el centro de atención.
- Si, pero nadie le va a regalar nada a él así que no importa - Admitió una chica cruzándose los brazos.
Aquella verdad pareció hacer fruncir el ceño a los usuarios de fuego, la chica no mentía. Giyuu realmente no era del agrado de muchas chicas, algunas incluso lo culpaban de monopolizar a Sabito, cosa que era totalmente cierta y se declaraba culpable en ese pecado que muchas veces cometía con total intención; otras solo veían sus orejas y ya era motivo para su desprecio, otras simplemente veían su apariencia un bastante débil y no les atraía para nada; también estaba que él después de la escuela seguiría siendo un prisionero de guerra/ esclavo sexual del rey ¿Quién le daría una declaración a él con un futuro tan patético? Además, si no fuera por todo eso, algo le decía muy en el fondo que Sabito botaría cualquier chocolate que llegara a sus manos de ser posible.
- Es nuestro catador oficial de chocolate, será quien pruebe todas nuestras pruebas fallidas - Dijo Ume con una sonrisa mientras limaba sus uñas.
- Él ni siquiera es un chico, es un elfo así que no cuenta - Mencionó otra chica
Era impresionante como algunas ni siquiera lo califican como prospecto masculino incluso por tener orejas largas, seguro estas chicas dudaban de lo que tenía entre las piernas, cosa que sí tenía a mucha honra.
- ¿Usted qué hace aquí joven Tomioka? - Preguntó con Mitsuri con una emoción en sus ojos que le preocupaba.
- Apoyo moral a las princesas - Se encogió de hombros sin darle mucha importancia - También quiero hacer panes de canela para mis hermanos y mi padre.
No había mentido, igual tendría que hacer panes de canela para sus hermanos, pero en ese momento se le ocurrió la perfecta excusa de añadirle chocolate. Así podría pasar por completo desapercibido entre todos mientras hacía su propio chocolate para Sabito.
- Oh eso muy dulce de su parte, se puede quedar completamente para las clases... Además quien sabe, tambien podria preparar un chocolate si quiere, es mas yo le voy a dar de mis mejores semillas - Dijo totalmente animada Mitsuri mientras tomaba sus manos.
- Eso es trampa, yo también voy hacer panes para mis hermanos, así que me qued...- Kyuojuro alzo un poco su voz acusándolo.
- ¡YO LO AYUDO! - varias chicas se ofrecieron como voluntarias casi cayéndole encima.
La popularidad parecía difícil, por eso al elfo no le molestaba ni un poco la falta de ésta que él tenía. Ser marginado a veces tenía sus ventajas, era como si fuera un fantasma para la sociedad y aún tenía la atención de todos los que le importaba.
¿Qué había hecho bien para merecer la tranquilidad que le rodeaba en sus últimos días?
Giyuu solo ignoró el revuelo, soltando las manos de la chica después de dar un leve gracias y se concentró en seguir esparciendo granos de cacao en las chanchas, realmente lo que hiciera Kyoujuro le importaba poco si no le afectaba a él o a sus amigos. La tarea de los granos era un poco extenuante, era esparcirlos en la superficie plana bajo el sol, con cuidado de dejarlos en una sola capa. Estaba tan acostumbrado en hacer sus cosas con magia o que últimamente no se le permitía hacer algo que le cansara por su salud, que se cansaba de nada por la falta de condición física que tenía; además del sol que le hacía sudar.
Se había quitado su chaqueta y corbata dejándola junto a la de sus amigas en las bancas, pero seguía siendo el más cubierto de todos, no podía ni desabrocharse un botón de su camisa porque el día anterior Sabito estuvo muy interesado en dejar marcas en su piel muy cerca donde podrían ser vistas. Solo fruncía el ceño y pensaba que el verano que se avecinaba si no lo pasaba pegado a la piel fría de su pareja iba a morir derretido.
Rengoku Kyoujuro solo se remango las mangas de su camisa mostrando sus fuertes brazos llevándose más de un suspiro por parte de las chicas al ver tanta piel que jamás habían visto antes, tal vez eso era indecoroso para algunas. Alzó sus brazos con ligeras flamas empezó a tostar cada uno de los granos. Era impresionante su control y poder de la magia de fuego, ahora el elfo comprendía porque Mitsuri trajo a otra persona mientras ella podía lograr eso en una pequeña cantidad de granos, el chico podía hacerlo con el triple de lo que podía hacer ella sin quemar ni uno de los delicados granos.
Enfrentar a Rengoku en una batalla sería peligroso, bastante problemático su uso de magia con una técnica casi perfecta y si no su inteligencia, por algo el era su Pilar, su nivel de magia era tan abrumador que le daba un dolor de cabeza. El mejor de los casos sería esto algo bueno, alguien tendría que matarlo después de todo y en esos momentos no sabia si Sabito tendria el corazon para hacerlo, por otro lado Rengoku Kyojuro le repudia, ocultando todos sus sentimientos bajo esa capa de amabilidad porque no soportaba tener esos sentimientos tan oscuros rondando su corazón.
Era un hombre de deber y cuando llegara el momento de proteger a los suyos lo haría sin importar que.
El elfo estaba esperando eso con ansias.
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Banda renuncie a mi trabajo (bueno renuncie, no me dejaron ir y mi mamá tuvo que renunciar por mi) otra vez desempleada
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