El Presente de Venus: Paralelismos del Pasado
Capítulo 54: El Presente de Venus: Paralelismos del Pasado
~Narra Narradora~
- Aarón.
- Despierta.
- Abre los ojos.
- Ya es tu turno, ya sales.
Desconcierto. Un leve desconcierto fue lo que sintió al abrir sus ojos. Nada más podía sentir su corazón palpitar al ritmo del más puro silencio. Era extraño, o era que el lugar que eligió para descansar era lo suficientemente insonorizado para oír nada más que sus pensamientos.
Podían jurar que acababa de despertar de aquellas siestas que no nos permiten percibir el día y horario en el que estamos, estaba desorientado. Lo único que le permitió comprender aquello que ocurría era ver los rostros de sus compañeros interesados y preocupados por su estado.
- Aarón, llevas dormido en ese lugar desde que llegaste- Expresó Liam, tendiendole una botella con agua.
- Si... Técnicamente no. No estaba dormido... Solo estaba relajado... Recordando...- Su voz tan serena fue el reflejo de su paz y tranquilidad- Es increíble como acabe aquí...
- Tranquilo. Trata de no pensar en nada más, ya anunciaron los próximos 10 del bloque e ingresas séptimo- Entre todos sus compañeros de grupo, fue Tatiana la que le devolvió los pies a la tierra al plantearle su ingreso al escenario.
Ese día era uno muy importante, cargaba con un gran peso emocional para el joven Lucero, pues ese día ninguna estrella brillaria más que su resplandeciente persona. Portaba un elegante leotardo largo con preciosas decoraciones de aurora boreal, realzando aún más su hermoso físico. Con aquella elegante vestimenta realizaría la coreografía más importante de toda su vida, participando en su primera competencia a nivel internacional en Estados Unidos.
No obstante... ¿Que aconteció desde su selección a Full Dance en su vida? Aquella instancia sólo marcó un importante antes y después, donde lo que comenzaba a conocer como felicidad comenzó a relucir como nunca lo había hecho.
Su culminación escolar en la promo 2017 fue por mucho una muy gratificante, de la mano a Valentín ambos experimentaron una reinserción social frente a todo lo sufrido ese mismo año, aceptando las disculpas de sus compañeros de clase. No existían los rencores, solamente víctimas de la manipulación. Por primera vez todos se dieron el tiempo de conocerlo, compartiendo vivencias típicas de la secundaria, logrando descubrir todos que Aarón era mucho más que lo que todos creían falsamente de él.
- Bueno, en realidad me encanta bailar, en especial contorsionarme por completo- Estaba rodeado por sus compañeros en el aula, siendo oído con grandes sonrisas curiosas.
-¿Y no le haces bailes privados a Valen?- Bromearon por el fondo, riendo colectivamente.
- No me opondría. Deberías implementarlo- Comentó gracioso, alzando sus cejas gustoso.
- ¿Y yo que obtengo a cambio?- Cizañeo.
- Un delicioso desayuno hecho por mí, estilo americano y un cupón de 200 pesos de descuento en Carrefour- Utilizó su voz más seductora para proponer los planes a cambio de un baile privado.
- ¿Ese cupón que gastó Iván ayer?- Realizó su expresión más burlesca, arremetiendo contra todo plan.
- ¡Hijo de...! Mí madre. ¡Tenía que ser mí hermano!- Nuevamente todos rieron al unísono, gozando del hermoso momento de la dulce pareja.
Un segundo afectado que, afortunadamente, vivió para contarlo, fue Liam. El golpe de la cruda y despiadada verdad fue doloroso de aceptar, los recuerdos y los sentimientos lo acuchillaban despiadamente en lo más profundo de su corazón, teniendo largas y solitarias noches luego de su alta médica, donde solo se limitaba a comprimir con odio, dolor e histeria lo que alguna vez significó el nombre de Gael Lucero.
Un fósforo.
Dos fósforos.
Tres fósforos.
El fuego, intimidante y peligrosamente controlado, era reflejado en las pupilas de Liam. Flameaba en una tortuosa danza sobre la increíble cantidad de fotografías que compartía con quién decía ser su mejor amigo.
Dolía, dolía como nunca algo hubiera lastimado su fuerte corazón. Se sentía humillado, rebajado, pisoteado, aquello tan importante como lo era su integridad física y mental se vieron fuertemente corrompidas con la horrorosa verdad.
- Te odio... Te odio maldito... Te odio desgraciado...- No podía controlar las lágrimas que acumulaba- Te odio... Te odio... Te odio... Te odio hijo de puta... Te odio...
Sufría el hecho de que anhelaba tener su primer amor con el jovencito Lucero, era un deseo que siempre quiso cumplir, un deseo que lentamente fue acercando con dulces palabras y acciones puras. Estaba enamorado, en verdad que lo estaba.
- Un idiota enamorado... Yo, un idiota... Enamorado de otro idiota...
Y ahora solo se limitaba a observar como el fuego consumía el recuerdo tangible de quién robó su corazón.
- Yo también quiero un final feliz...
El camino de Alessandro fue aún más difícil de asimilar. El tiempo se volvió escaso y la monotonía una triste realidad de cruda soledad. Mirara donde mirara, el silencio reinaba.
Comenzaba a descubrir que el mayor miedo del hombre era perder absolutamente todo y quedar hundido en completa soledad. Cuánto espacio para una sola persona, donde los espectros del pasado caminaban efímeramente entre los pasillos de su hogar.
Aún más impotencia sufría al saber que siempre fue un ignorante cómplice de Gael, fomentando la mentira sin cuestionar nada, dejándose convencer por la suposición de un cambio luego del trágico accidente que cobró la vida de Belen.
Alimento el sufrimiento de su primogénito sin siquiera sospecharlo, ¿Cuánto más debía escarmentar? ¡En verdad escarmentaba cada despiadado segundo que pasaba!
Eran tantas cosas en cuestión de tan pocas horas que el agente que en verdad estaba sufriendo, era su corazón...
Había dejado su coche estacionado en la calle frente a su hogar, haber regresado al sitio donde todo ocurrió solo incrementaba su silencioso pesar.
¿Cuántas veces reviso las habitaciones de sus hijos?, ¿Cuántas veces revivió el pasado en el sinfín de fotos que guardaba?
Padecía la melancolía desde su garganta hasta el estómago, en cada lágrima que caía por su mirada. Respiraba en automático, parpadeaba en automático, de vez en cuando suspiraba pesadamente.
Sentado en el sillón comenzó a experimentar un muy fuerte palpitar, tan intenso que su cabeza daba vueltas sin cesar mientras que su pulso sufría un estrepitoso aceleramiento. La taquicardia lo dominaba, mientras que de manera sigilosa su presión fue acelerandose sin compasión.
La presión arterial era su pan de cada día, así por una cantidad considerable de años.
Desesperanzado y desesperado recorrió cada cajón de su hogar, buscó y buscó su botiquín de primeros auxilios, sintiendo cómo poco a poco sus energías sucumbían terriblemente.
Su única esperanza se vio aniquilida al dar con su única reserva medicinal, con la que combatía día a día su hipertensión...
Completamente vacía.
- No.. No, no, no, no, no, no, no... No puede pasarme... No ahora... ¡No ahora!- Inundado de lágrimas y con un miedo jamás vivido, sujeto aterrado su corazón, hiperventilado ante la horrorosa desesperación- ¡Dios, ayúdame por favor!, ¡¡¡Te lo imploro!!!
Lentamente fue sentándose nuevamente en su sillón, buscaba relajarse, tranquilizarse ante su desesperante situación. Trataba de recordar algún otro frasco de medicación que pudiera auxiliarlo, algún número de celular al que recurrir en su situación, un algo que pudiera salvarlo.
Sus recuerdos más preciados se vieron frente a sus ojos, cada momento atesorado era bien recordado entre sonrisas y lágrimas. Aún con su mirada perdida en el pasado, con sus manos fue tanteando su celular para así llamar a su médico particular.
El tono de marcado comenzó a sonar. El ritmo de tan famoso sonido llegaba a sus oídos, siendo imposible de sincronizar con su acelerado palpitar.
- Hola Alessandro, ¿En qué puedo ayudarte?
Su mano cayó en conjunto a su celular.
Su mirada quedó pérdida en la nada misma.
Lo último que quedaba de su energía concluyó al marcar el celular, mientras que sus últimos sufridos latidos fueron lo suficiente que necesito para así dejar de sufrir.
- ¿Alessandro?
Había perdido la batalla... No fue capaz de sobrellevar lo que significó conocer la verdad. Su presión acabó colapsando, su corazón no pudo soportarlo. Por más valentía que siempre mostró en su imponente figura autoritaria, Alessandro siempre fue un hombre débil como el resto, tangible al dolor y sensible del corazón.
Su corazón dejó de latir esa misma noche... Experimentando el cálido abrazo de la muerte en su triste lecho.
El mismo día de su clasificación y la revolucionaria verdad, su destino cambió y los caminos de la vida se unificaron en uno iluminado. Con mucha paciencia aguardo la finalización del ciclo 2017, teniendo un calendario en mano y dos importantes pasajes al tan famoso, lujoso y codiciado tren del ramal Constitución - Mar del Plata - Miramar.
Su meta cambió, teniendo ciertas similitudes a la original, conservando el plan inicial a dos pasajes a un destino particular. Tal vez el precio era diferente y su rumbo un poco más al centro - oeste de la provincia, pero si de algo estaba seguro, era que el día que subiera al andén en dirección al pullman, su meta se habría cumplido.
Aarón, de la mano a Valentín, ambos conocerían las bellezas del centro porteño. Seguramente tomarían varios termos de mate y no dejarían de charlar infinitas trivialidades. Y efectivamente así fue para fortuna de todos.
El 10 de Enero de 2018, ubicados en la Terminal Ferroviaria Automotora de Mar del Plata, contrario a todos los turistas que llegaban a La Feliz, ahí estaba Aarón en conjunto a Valentín y todos sus seres queridos que estaban presentes para desear un muy buen viaje.
Desde la familia Acosta hasta la hermosa sorpresa de la presencia del joven mozo Vázquez Dante, todos repartían amorosos abrazos y algunas emotivas lágrimas.
- Prometí que no iba a llorar... Enserio, lo jure... ¡No puedo creer que te vas!- Abrazaba con ternura a su hermano menor, siendo acompañado de Julián- Valen, llama cuando lleguen.
- Obvio que los voy a llamar, no me olvidare de ustedes- Observaba a su madre y a su padre, siendo su luminosa mirada un reflejo de cuán agradecido se sentía por la educación, valores y amor con el que ambos lo forjaron.
- ¡Aarón! Escribirme, mándame cartas, palomas, señales de humo, pero no dejes de escribir- Entre risas y lágrimas, Dante no era capaz de contener su alegría.
- ¡Gracias por venir! Y si, te escribiré llueve, truene, nieve o aunque el mundo se venga abajo, vos también sos muy, muy, ¡Muy importante para mí!
- Y me alegra poder verte feliz, radiante. Que nunca se te borre esa hermosa sonrisa- Su abrazo fue puro y sincero, comenzando a extrañarlo sin siquiera haberse ido.
- Lástima que Alessandro no vino... Extrañamente, me hubiera gustado poder despedirme- Entre afligido y melancólico dio tal comentario, a fin de cuentas, le hubiera gustado despedirse de su padre.
- Aarón...- Al oír tal comentario, Liam tocó su hombro para así llamar su atención. Su fresca expresión se vio sustituida por una aún más impactada e incapaz de formular un algo, pero al momento de querer expulsar aquel nudo que hostigaba su garganta, no fue capaz de hablar- Ah... Nada- En el fondo se sentía impotente de no poder expulsar aquello que lo hería con relación al Lucero- Hay que dejar las valijas antes de que cierren el furgón. Tengan 10 pesos en mano, así podemos dar propina- Como si nada hubiera ocurrido, volvió a sonreír.
Todos los clasificados estaban acompañados de sus padres o tutores legales, comenzando a caminar en dirección a sus pullmans asignados. Todos los que fueron a despedirse, saludaban emocionados y conmocionados ante la despedida de sus seres amados.
Tomados de la mano, ambos observaron por última vez el afuera, despidiéndose de sus familias del alma y corazón.
- ¿Estás listo?- Tendió su mano para ayudar a Aarón a subir al vagón.
Sonriente, nada más suspiro.
- Si- Respondió con seguridad, entregando su boleto al encargado mientras tomaba la mano de su pareja- Lo estoy.
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$475
2 boletos
$950
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Su llegada fue por mucho silenciosa, su expresión reflejaba nada más que la muerte de la vida que llevo por mucho tiempo, siendo nada más el mismo responsable de la culminación del estilo que gozo enfermamente.
Esposado por la espalda como un sucio criminal, dos policías se encargaron de trasladarlo a su nuevo hogar.
Su ficha fue rellenada correspondientemente y unas pocas fotografías fueron suficientes para crear su expediente. Catalogado como un paciente agresivo y peligroso, todos tomaron con cautela y prevención su ingreso.
Su nuevo itinerario consistía de importantes visitas médicas, desde psiquiatras hasta doctores especializados en tratar su demacrado cuerpo. Nadie podía creer lo destrozado que se hallaba su cuerpo luego de todos los estudios realizados, increíble viniendo de un jovencito de tan corta edad.
Su mirada no dejaba de transmitir penumbra, era una especie de semblante incapaz de expresar una emoción. No dejaba de observar la pared de su cuarto asignado, sentado con sus piernas cruzadas en aquella cama, se dedicaba a sentir como su cuerpo era comprimido por la despiadada presión de aquella camisa de fuerza.
Nuevamente la puerta se abrió, conociendo el rostro de quién sería su asistente social.
- Buenas noches, mí nombre es Raquel y me asignaron como tu asistencia social personal. ¿Cual es tu nombre?- No necesitaba desviar su mirada, no dejaría mostrar su perdición.
- Gael...
Continuará.
❤️❤️❤️ ¡Muy feliz 2024 para todos! ❤️❤️❤️
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