Cap 16

No me dejes...
Omnisciente

-N-No...No por favor.-Alec se desespero al ver que no encontraba su estela, y ella dejó de hablar.

No respiraba, ni se movía. Asustando al pelinegro. Su pecho empezó a arder con fuerza, le quedaba muy poco tiempo.

Tocó su bolsillo izquierdo, encontrando su estela. Presuroso, tomó la mano de ella, recitando la promesa marital.

Trazo la runa en su mano, remarcando la promesa. Espero unos segundos, y nada paso.

El rostro de la chica comenzó a tornarse pálido y frío, al igual que su tacto.

Alec repitió una vez más la promesa, sin resultado alguno.

Lágrimas empezaron a brotar de sus marrones orbes... La había perdido. Ahora sí, la había perdido en serio.

Intentó una última vez, la mano le temblaba a causa de la rabia y el dolor que sentía.

La runa marital fue marcada en la mano de ella, apenas fue marcada, se torno blanca.

Un brillo desprendió de ella. Causando que Alexander se asustara. Y se abrazara al cuerpo inerte de su esposa.

De pronto, dejó de sentirla, abrió los ojos lagrimeando.

Ella ya no estaba... En su lugar, había una pequeña palomilla blanca, la cual se acerco un poco a Alexander y se recostó en su mano.

Poco a poco, la palomilla se fue desvaneciendo también, se hacía polvo.

Al final se fue con el viento. Dejando a Alexander Gideon Lightwood llorando desconsoladamente por su esposa.

-¡No!-Grito al cielo con voz quebrada.-¡¿Por qué?!-Repitió.

Los quejidos del pelinegro eran lastimeros, ella ya no estaba, y se había llevado algo muy importante con ella.

El corazón de Alexander...

''Dile a Emm que la amo. Cuidala por mí Alec.''-Esas habían sido las últimas palabras de su chica.

El pecho le comenzaba a doler de maneras increíbles, era como si el corazón se le estuviera saliendo.

Un grito horrorizado se escuchó en la puerta del departamento. Era Emma.

La niña venía del brazo de su abuelo. Acompañados por la pelirroja y Jace.

Emma se tiró al suelo a llorar, Clary se tapó la boca dejando que las lágrimas saliera. Jace se quedó quieto, estático viendo la deprimente escena.

Magnus... Él estaba casi tan desecho como Alec, había perdido a su hija. A su única hija y la madre de su nieta.

Todos habían perdido algo.

Una madre...

Una prima...

Una esposa...

Una hija...

Una amiga...

Una salvadora...

______ Blackhearth era eso y más. La chica castaña risueña y dulce, siempre dispuesta a todo por los que ama.

Padre e hija se abrazaron, llorando la pérdida. El brujo se resignaba a creer lo que había pasado.

Jace, seguía buscando una solución lógica para lo que pasó. Y Clary, ella sabía algo que él resto ignoraba. Pero no habló, no era el momento.

''-Tu y yo sabemos que esto tiene que ser así. Él debe perderme para poder vivir y yo debo desaparecer de sus vidas por un tiempo.-...- El mundo tiene que aprender a vivir sin la Gran Mestiza. Clary, prometeme que cuando llegue el momento, tú serás quien les diga.

-Lo prometo, pero temo que él se moleste. Sabes que Alec te ama como a nadie.-

-Lo sé, y yo a él. Pero esto es necesario, tengo que protegerlos.- Adiós prima.''

Esa había sido la última vez que Clary habló con ella. Le había hecho una promesa. Y no la rompería.

2 días después...

Era el día del funeral de _____. Estos días estaban siendo una tortura para todos en el instituto.

La clave había recibido la noticia, se encuentrabn en crisis al darse cuenta que la profesia era real.

El ambiente era muy deprimente.

Al no tener un cuerpo al que enviar con los ángeles, sólo se haría el típico discurso de los hermanos silenciosos.

Él estaba deshecho, no comía, no salía de su habitación para nada.

Emma trataba de ser la fuerte entre ambos, pero no podía. Era muy difícil.

La ceremonia dio comienzo, y todos fueron a la sala. Hasta Imogen estaba ahí, había entendido tarde que lo que La Clave veía como una amenaza, era más bien la salvación de los Shadowhunters...

Es una lástima como la gente entiende el valor de las personas, después de que las pierde.

Pero esto era necesario.

Ellos no lo sabían, pero se acercaba una época oscura para el mundo de las sombras.

Todo sería diferente ahora, y aún quedaban asuntos pendientes.

Despertar a Jocelyn Fairchaild era lo primordial. Ella y su hija eran las únicas que conocían la profecía.









































































6 años después...

Un pelinegro jugaba con una bebé de unos 7 meses, quien gatea a por la casa escapando de él.

-¿Donde está Elizabeth _____?-Preguntó, llamando a la bebé por su nombre de pila.

Sé escucharon unas risas provenientes de la cocina, se acerco a esta con delicadeza y precaución.

Vio a Emma, quien ahora tenía unos 9 años... Obviamente solo de nacimiento, porque parecía una joven de 24 años.

Ambas estaban riendo, Emma tenía a la pequeña en brazos. Y su madre los observaba a todos desde una ventana que daba al patio.

Nadie sabía que estaba ahí. Ni siquiera Alec.

-Amor, es hora de comer.-Grito la mestiza llamando al almuerzo...

Pasaron por tanto, y al fin están juntos.

Ella era la salvación, que necesitaba ser salvada. Y él era su salvación.

¿Quien diría que después de todo, ellos serían felices?

Fin...




Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top