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Lydia...
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Si había alguien capaz de sacarme de mis casillas, esa persona era definitivamente Lydia Branwell. Esa rubia de ojos azules verdosos que no era más que una vil arpía.

No, no la odio. Tampoco tengo algo en  contra de ella. Simplemente mis instintos me gritaban que le partiera esa ridícula sonrisa blanquecina de odontólogo.

La incomodidad se apoderó de inmediato de la situación, haciéndome enderezar la postura un poco más, casi como si desafiara a Lydia con mi comportamiento.

-Veo que si es cierto que te dejaron escapar, Blackheart.-Murmura con una sonrisa ladina, cuyo reflejo y acto fue la fiel réplica de aquella que años atrás solía dar cuando la situación era desagradable para ella.

¡Y claro que lo era! Mi "prima" lejana (bien lejana, tanto que hasta dudo que seamos familiares) era de esa vieja guardia, de aquella en la que se les exigía a los shadowhunters renunciar a todo por La Clave.

"Los sentimiento nublan el juicio".

¡Pero que gran sarta de idioteces! Tal vez yo haya crecido con algo de esas viejas mañas de Imogen y su guardia, tal vez y me haya juramentado alguna vez bajo aquel lema tan absurdo. Pero de no ser por mi capacidad de sentir, les juro que desde hace mucho tiempo me hubiera vuelto como Maryse, sino peor.

-Y yo veo que La Clave aún sigue teniendo problemas con el control de plagas, Branwell.-Gruñi en respuesta. Sin ser realmente el gruñido detectado, sino que fue perfectamente disfrazado como una ligera risa amarga, dándole a mi voz un tono casi dulzón y risueño a mi voz. La falsedad de nuestras sonrisas se podría distinguir desde Tasmania.

Nuestras miradas destellaban ese brillo característico. De ese que seguramente advertía tener cuidado.

Alexander se veía ligeramente aturdido por aquella escena, y no lo culpo. Seguramente debía estar pensando en que casi mata a un integrante de La Clave. Por lo tanto, ahora se comportará como el líder nato y bien entrenado que era desde que nos conocimos.

Adiós al Alec relajado por un rato...

Maryse llegó junto a Jace y Clary poco después de eso, observando los tres  con detenimiento y detalle la escena.

-Veo que la enviada de La Clave ha llegado.-Expresa la peli negra mayor, generando aún más tensión en aquel estrecho lugar. Su sonrisa fingida, la que conocia perfectamente, no tardó en desnudar sus dientes de sus rojos labios.

Esta de más aclarar que mi mandíbula se tensó un poco al escuchar aquello. Tal parecía que la llegada de la rubia significaría un cambio bastante radical en el rutinario del instituto, lo que me obligará a ser "amable" con aquella mujer.

Repito lo anteriormente aclarado. Les juro que no tengo nada en contra de Lydia. Es mas, si ella no fuera tan... ¿Clavificada? Y tradicionalista, seríamos excelentes amigas.

Pero ese no es el caso. Así que, me dedicaré a guardar mis impulsos de descargar mi ira acumulada con quien realmente no tiene la culpa.

Porque sí de algo tengo que estar completamente segura, es de que La Clave es culpable de lo que paso con Valerie. Y no voy a descansar hasta hacerlos pagar por ello.

-Así es, Lydia Branwell.-Se presenta.-Debo admitir que tienen un pésimo tiempo de respuesta, a excepción de él-Su forma de nombrar a Alexander me hizo aguantar las ganas de arrancarle la cabellera. Ni hablar de su ronroneo coqueto cuando lo señaló...-Y ella.-Está vez me señaló a mí, sin disimular su tosco hablar y cierto desinterés que casi ralla en lo insoportable.-Me temo que a Imogen no le gustara encontrar esto en el reporte.-Añadió, disfrutando de ver a Maryse arrastrarse cuál esclava tras de ella.

De reojo, noté que la matriarca se tensó un poco.

-No será necesario. Justamente para ocuparse del entrenamiento de nuestros guerreros tenemos a uno de los mejores.-Afirma tratando de retomar su liderazgo que en cuestión de milisegundos había sido arrebatado por obra y mano de la recién llegada.

En algún momento, inconscientemente, todos comenzamos a andar. Maxwell se notaba algo incomodo con la situación, él y todos nosotros.

-¿Quieres irte?-Le susurre al pequeño al ver que se tensaba cada vez más.

El menor de los Lightwood asintió algo frenético. Yo le apreté la mano ligeramente para tratar de calmarlo.

-Anda, ve a tu habitación y esperame un poco, hoy podemos iniciar con tus clases de runas si lo deseas.-Max me devolvió la sonrisa de forma sincera, abrazándome un poco antes de irse corriendo lejos de nosotros.

-Tengo entendido que tú-Señala esta vez a Jace, siendo Clary quien la mira seriamente en esta ocasión. Yo frunci un poco el cejo, pues tal parecía que la conversación había avanzado un poco más.-debes ser Jace Wayland, ¿no es así?-

El interpelado alzó una ceja, sacando al aire a ese egolatra y egocéntrico shadowhunter que era su marca personal.

-Así es. El mejor de los soldados de este instituto.-

Ooooooooh, no tienen ni idea de lo hermoso que sonó aquello. Sobretodo por la forma en que Jace no dudó en soltar su yo coqueto. Lo cual dejo a Lydia algo desconcertada un poco.

-Y si no me equivoco, tú eres Clary Morgenstern.-El simple apellido, me causó náuseas. Y tal pareció que a mi prima la zanahoria también, pues su cara se contrajo en una mueca de disgusto total.

-Fairchild.-Corrigió de inmediato y con seriedad. Tanta, que hasta yo sentí un ligero escalofrío.

Algo que había aprendido estos 5 meses de mi prima, es que la chica tenía un potencial bastante increíble, el cual podía llegar a ser explotado de manera más que magnífica si ella se lo proponía.

Todos caminábamos hasta la oficina principal, donde un comentario fuera de lugar por parte de la rubia causase aún más tensión.

-Creo que tú deberías irte, quiero decir, esto es un asunto de Shadowhunters. Y tú, querida, y perdona que te lo diga, no tienes siquiera runas.-Se giró bruscamente, haciéndome chocar contra ella. Para señalarme y posar su dedo en mi hombro, el cual quite de un manotazo, sin poder reprimirlo conscientemente.

Maryse estuvo al borde de reprenderme por aquel acto, pero su hijo fue más rápido. Cabe destacar, que Alec se veía notablemente ofendido con aquel comentario, incluso más que yo.

-Perdona, Lydia. Pero ella se queda.-Su tono me congeló el corazón Literalmente fue tan frío y severo, que me sorprendió en desmedida.

OK, lo admito. Tal vez Alexander Gideon Lightwood tuvo un cambio de personalidad bastante considerable desde mi llegada a NYC, según todos, el chico se había vuelto menos severo e incluso más dulce en su trato hacia los demás.

-_____ es parte fundamental para ayudarnos a descubrir los planes de Valentine, al igual que Clary.-Añadio el pelinegro. Creo que no hace falta decir que hasta Fairchild se asombro al ser defendida por él. Pues no es secreto que ambos se odian a muerte desde que se conocieron.

Sí, Jace se encargo de ponerme al tanto de todo lo ocurrido con Clary y su madre. Además de confesarme, sin siquiera él haberse dado cuenta, sus sentimientos hacia la nueva.

Noté, por la mirada de Lydia hacia Maryse, que aquella intercesión por parte de Alec podría ocasionar un problema aún mayor. Así que actúe pensando que sería lo más conveniente para todos. Sobretodo si queremos evitar alguna degradación de rango, o peor, que Branwell tome el puesto de directora del instituto por "negligencia insubordinada".

-Tienes razón, Alec.-A Jace casi se le cae la mandíbula por la sorpresa al escucharme decir aquello. Mientras que Maryse y Lydia sonrieron satisfechas. Pero no les daría el gusto de verme rebajada. No.-Pero no creo que pueda ser de mucha ayuda estando en persona, quiero decir, todos mis reportes e informes están en escrito. Así que considero pertinente mi retirada en este momento, igualmente estaré completamente disponible en caso de que necesiten mi ayuda.-Mi esposo no logro contener la sonrisa orgullosa en sus labios tras escucharme decir aquello, por lo que disimulo rápidamente, fingiendo rascar sutilmente su nariz por comezón.

La oji verde me miró incrédula seguramente cuestionandose quién era yo para "tutear" a mí jefe. Y su inconformidad me la hizo saber.

-Pareciera que ahora todos hacen lo que se le da la gana en este instituto.-Siseo viéndome con molestia latente.

-De hecho, Lydia, _____ esta obedeciendo tus ordenes.-Saltó, para mi sorpresa, Maryse.-Jace, Clary, por favor acompañen a _____. Será un asunto de rangos mayores por ahora.-

Ni siquiera pestañeamos Jace y yo, cuando ya estábamos arrastrando a la pelirroja lejos de aquel pasillo. Ambos entendíamos que la situación podía pasar a mayores si no lo hacíamos, así que, por primera vez, decidimos acatar órdenes de Maryse y Alec.

Cuando estuvimos los suficientemente lejos (sala de entrenamiento) los tres exhalamos profundamente.

-¡¿Qué demonios fue eso?!-Inquirió Clary en cuanto pudo. Cruzando sus brazos sobre su pecho.

Wayland fue quien le explicó la situación. Siendo su coqueteo incesante mi señal idílica para largarme de ahí también. Iba en dirección al cuarto de Max, cuando escuché varios sollozos provenientes de la habitación de Isabelle.

Sin dudarlo, me adentre en esta. Consiguiendome con una Izzy muy destrozada, por alguna razón desconocida para mi.

Primera publicacion: 29 de junio del 2018
Edición: 20 de Noviembre de 2019.
Segunda publicación: 24 de Noviembre de 2019.

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