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No tengo ni 48 horas acá, y ya la mundana se metió en problemas...

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Editado.

Alec me dijo que la Fairchild se había ido junto a Jace a buscar la copa. Pero resulta ser que las cosas se habían complicado más de lo que deberían. Así que ambos fuimos por nuestras armas.

Alexander era un maldito dolor de cabeza a la hora de una misión. Supongo que los años lo habían vuelto aún más estricto consigo mismo.

Él tomó su arco y carcaj. Yo, en cambio, me decidí por unas dagas y varias cuchillas serafín. Sabía que no serían muy necesarias, pero siempre es bueno llevar algunas.

Llegamos a la comisaría. Encontrándonos con Jace y una de sus mejillas roja, al parecer le habían abofeteado bastante fuerte.

-Ahora usaremos mi plan. Y este te juro que no contiene una cachetada.-Dijo la teñida a la zanahoria.-Por eso, llame refuerzos.-Hablando de ego...

-¿Así que sólo soy una marioneta para tu plan?-Hablé posicionandome al lado de Izzy, quien estaba cerca de Clary.

Jace me miro con una sonrisilla.

-Sabes que no, preciosa.-Respondió este. Pasando un brazo por mis hombros. Recoste mi cabeza en este.

-Más te vale, Wayland.-Regañe yo, algo risueña. Había extrañado mucho a estos muchachos.

Alec y Clary nos miraban con el cejo fruncido. Sé notaba a kilómetros que ambos estaban celosos.

-Bien, Drama Kings. Dejaré que esta enana les dé sus instrucciones.-Jace me apunto. Sabía que era lo que quería, poner aún más celosos al par.

Me separé de él y comencé con el plan. No sin antes recibir varias miradas de odio por parte de la mundana.

-Señores, no les voy a aceptar ningún error, ¿entendido?-Isabelle me miraba orgullosa, sabía que amaba crear estrategias.-Wayland y Fairchild irán hacia la bodega. Usen la runa de invisibilidad, sean rápido. Ya que la mundana...

-No soy una mundana... - Interrumpió Clary molesta, a lo que Alec rio un poco. Aún no me creo que no tengo 48 horas fuera de Idris, y esta mocosa se mete en problemas a cada segundo.

-Ya que la mundana no tiene nada de experiencia en protección o pelea, y es la única que sabe dónde está la copa.-Ignore el comentario de Fray y seguí. Cabe destacar que amo hacerla enojar.-Alexander, Izzy y yo seremos la distracción del guardia. Cortaremos la electricidad, pero siempre estas cosas mundanas tienen un generador de electricidad en caso de emergencias. Recuerden, sólo tendrán 10 minutos para conseguir la Copa. Nos encontraremos aquí.-Todos asinteron.-¿Alguna duda?-Pregunté cruzandome de brazos. Viendo directamente a la mundi.

Cuando vimos que el sol comenzaba a ocultarse, nos separamos. Cada uno se fue con su respectivo compañero.

Deje que Alec e Izzy fueran adelante. Tenía demasiadas cosas en las qué pensar. Pero no dejaría que eso opacara todas mis intenciones de destruir a Valentine Morgernstern.

Llegamos a la recepción de la Comisaría. Deteniendonos. La misma se notaba espaciosa y bien vigilada. Además de que era notorio que si usábamos alguna runa era posible que los miembros de El Círculo nos encontrasen más rápido. Así que preferimos pasar sin la ayuda de las runas.

Aunque claro, siempre hay dificultades cuando lo hacemos de ese modo.

-Uy... Creo que no querrá hablar conmigo.-Señaló Isabelle. ¿Ven? Se los dije. Siempre hay dificultades con esto.

Frente a nosotros, una secretaria con aspecto de mal humorada estaba arreglando y monitoreando todo. Los hermanos Lightwood comenzaron a cuchichear entre ellos, ignorando el hecho que mi oído es demasiado agudo como para no escucharlos.

-Está es tú oportunidad para practicar. - Susurro Isabelle a su hermano al tiempo que esté y yo le mirábamos sin entender. Obviamente Izz ni cuenta se dio de mi mirada.

Al ver que su hermano no entendió a lo que se refería, esta se acercó más para explicarle.

-Para que reconquistes a mi cuñada.-

Alec se sonrojo un poco ante todo aquello. Me dio una mirada fugaz antes de quitarse las manos de su hermana de encima, ya que esta le estaba desabotonando la camisa.

Reí ante tal acto y me acerqué para tomar el puesto de Isabelle.

-Las rosas negras siguen siendo mis favoritas.-Confirme con una sonrisa algo tímida.

Acerqué mis manos a su camiseta, y sin que él se opusiera, desabroche un par de botones. Dejando al desnudo parte de su pecho.

Notaba la mirada embobada de Alec sobre mí. Pero no le tomé importancia. No porque no surtiera efecto sobre mí, sino que ese no era lugar para darle las... malas noticias.

Cuando alcé mi mano para desordenar un poco su pelo, él me lo impidió atajando la misma antes de que tocara un cabello.

-Alec, recuerda que tienes que ser una distracción. Ya deja de quejarte.-Regañe. Él rodó los ojos y dejó que hiciera un pequeño desastre con su cabello negro.

Me aleje un poco para contemplarlo. ¡Maldición! Se veía demasiado sexy.

Los nervios atacaron de nuevo, al ver que me tomó de la mano y le dio un pequeño beso antes de irse.

¿De verdad hizo eso?

Izz tuvo que jalar un poco mi brazo para que reaccionara. Me había quedado viendo hacia Alexander.

Comenzamos a caminar con cuidado, pasando al lado de la oficinista cuando vimos que estaba lo suficientemente ocupada con el desastre que hacía Alec en su escritorio.

Los vitrales de la comisaría tenían a la vista algunas oficinas. No me fue difícil encontrar algunos subterráneos que estaban siendo interrogados.

Algunos lobos, un vampiro y creo que... ¿Un seelie? Eran los que se encontraban ahí. Así que estábamos en riesgo.

El mayor de los Lightwood alcanzó a lanzarnos un pase de entrada. Como Isabelle era la que estaba más cerca, fue ella quien lo tomó.

-Alec te ha extrañado mucho, ____.-

Sé notaba. Lo sabía muy bien, yo también lo he extrañado mucho. Pero el lazo que nos une era muy débil. Demasiado diría yo.

Llené mis pulmones de aire antes de responderle. Ambas teniendo cuidado de que no nos descubrieran.

-Yo igual, Izz. Pero ya sabes que soy un peligro para todos.-Isabelle me miró con reproche. Ella odia que me tenga tan poca estima.

-No lo eres, ______.-Contradijo poniendo una mano en mi hombro. Sonriendo me con ternura. Cosa que agradecí.

Hubo un silencio por un momento, el cual se vio obligado a acabarse en cuanto escuchamos los pasos algo premurosos de alguien.

Saqué una de mis dagas del pantalón. En espera de lo que se acercara. Izzy me miraba con atención, en la misma pose defensiva que yo.

Ese "algo" termino siendo Alexander, por lo que ambas nos relajamos y guardamos nuestras armas.

-Ya tenemos el pase, ahora ¿qué?-Cuestionó impaciente el morocho.

-Cortamos la electricidad.-Respondió con simpleza su hermana.

Caminábamos a pasó rápido hacia la toma de corriente de la comisaría. Pero se nos presentó OTRA complicación.

Otro guardia.

-Este sí que no es mi tipo.-Exclamó Alec alejándose de nosotras. Rodé los ojos divertida.-Izz, tu turno.-Señaló.

La menor negó con la cabeza.

-No más distracciones para mí, ¿recuerdas?-Recalcó. Haciendo que ambos hermanos me miraran.

Bufé ante la actitud de estos dos.

-Lo que hago por la Zanahoria...-Exclamé arremangando mi chaqueta.-Yo lo distraigo, ustedes usen la runa de invisibilidad y apaguen las luces.-Ordene de mala gana.

Respiré profundo antes de entrar corriendo a la oficina del guardia.

-Señorita, por favor. No puede estar aquí.-Apuntó este, alumbrandome con su linterna.

-Yo...-Vamos, ______. Piensa.-Por favor, necesito ayuda. Me perdí y no sé cómo regresar a recepción. Venía con mi novio, pero cuando iba al baño terminé aquí.-Hice la voz más aguda y dulce que pude.

Agradecidamente el guardia me creyó. Vi a Alec e Isabelle pasar a mi lado en cuanto me sacaron de ahí para buscar a mi "novio".

Llegamos a la primera planta de la comisaría, pero en cuanto pusimos un pie en esta, la luz se fue.

Sonreí en la penumbra. Mientras que el mundano corría de nuevo a su puesto.

-Ya regresó, niña. Espera aquí.-Prometio él antes de irse.

Busqué la salida a tenta pies, ya que no podía usar otra runa hasta nuevo aviso. Y la falta que comenzaba a hacerme la runa Nyx en momentos como ese, era grande.

Terminé dándome por vencida cuando tropecé con alguien. Haciendo que cayesemos.

-Lo siento.-Dije de inmediato.

La risa de Alexander llamó mi atención. Había tropezado con él. Y ahora ambos estábamos en el suelo.

-¿Necesitas ayuda?-Preguntó algo divertido. Lo golpee levemente en el pecho. Riendo un poco al igual que él.

Sé sentía muy bien tenerlo cerca de nuevo. Pero sabía que no iba a ser por mucho tiempo, tenía una tarea que cumplir.

Las luces volvieron. Así que nos apresuramos en levantarnos. A decir verdad, la posición en que quedamos después fue algo divertida.

Luego de que Alec se levantará, me tendió la mano para ayudarme a hacer lo mismo. Pero la fuerza que aplicó terminé pegada a su pecho de nuevo.

Alcé mi vista para verle la cara. Él traía una sonrisa enorme y un pequeño sonrojo el cual podría pasar desapercibido para cualquiera. Es decir, señores estamos hablando de Alexander Lightwood. La persona más cercana a un iceberg.

-Por favor no me mates por esto.-Susurró despacio y con cuidado.

Antes de besarme.

Sentir sus labios posarse sobre los míos fue hermoso. No les daré la típica descripción de que su boca y la mía estaban hechas una para la otra. No.

Digan lo que quieran, pero Alec besa como el mismísimo ángel. Sus labios gruesos y apetecibles para cualquiera eran demasiado dulces y tiernos. Mientras que el hombre daba pequeñas caricias con su boca. Yo trataba de no desfallecer ahí mismo por todas las cosas que estaba sintiendo.

Al principio tarde en corresponderle, pero terminé enrollado mis brazos a su cuello afianzando el beso.

No sé cuánto tiempo estuvimos besandonos, tampoco me importa. Se sentía genial sentirlo tan cerca mío.

Ni siquiera nos separamos cuando Isabelle nos tomó una foto y chilló de emoción al vernos así. O cuando Jace grito que Alec no iba a morir sólo, virgen y con cuatro gatos demoníacos.   (Ganándose un puñetazo por parte de Izz)

Nos separamos muy a nuestro pesar cuando nos quedamos sin aire. Y sin embargo Alexander insistió en darme algún que otro pico antes de separarnos por completo.

Sonreí de lado al ver que el par de shadowhunters y a la mundi nos veían con algo más de emoción a la acostumbrada.

Rodé los ojos divertida y comencé a caminar, pasando por en medio de los chicos.

-Vamos, señores. Tenemos que salir de aquí antes de que los demonios nos encuentren.-Órdene al ver que sólo Alexander me siguió.

Wayland arrastró a la Fairchild, mientras que la menor de los dos Lightwood sonreia emocionada viendo su celular y caminaba. Llegamos al estacionamiento, cuando empecé a sentir cómo los demonios venían a nosotros.

-Creo que es muy tarde para decir que no estamos rodeados de cambiantes.-Hablé sacando una de mis dagas.

Todos hicimos un círculo al rededor de Clary, ocultandola de los demonios.

Lo que hago por ti, prima...

Primera publicación: 29/12/2017
Edición: 18/4/2019

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