Capítulo 6

Después de la conversación que tuve con el Sacerdocio, me di cuenta de que probablemente no era una buena opción. Más que todo porque ellos son los primeros que desean que olvide a Emili. Estuve de acuerdo mientras hablábamos porque tocaron un tema delicado para mí.

Natasha.

Si mi hermana estuviese a mi lado, las cosas serían diferentes. Me dolió recordar todo lo que le pasó a Fabrizio y a Maksym, pero solo Emili había entendido mi sufrimiento, de la misma manera en la que Alice y Aysel, los habían entendido a ellos. Emili era la persona que yo quería a mi lado siendo mi esposa y la dueña de Rusia.

Pero no tengo tiempo para conseguir a otra mujer.

Salgo de mi consultorio después de terminar las consultas que tenía pautadas para el día, y busco por los alrededores a Arya. Se suponía que ella debía de esperarme sentada en cualquier parte del piso, pero ella brilla por su ausencia.

Ah... falta que se pierda en Moscú.

—Tyler, ¿no has visto a una mujer pelirroja con ojos verdes oliva, como de un metro sesenta y siete, delgada, tez blanca y de cara pecosa? —le pregunté a mi soldado.

¿Recuerdan a Tyler? Sí, yo lo salvé de las garras de Kassia. Lo crié y mejoré la especie.

—¿La mujer bonita que usted fue a ver en el burdel de Ryan? —la miro con fastidio, Arya no es fea, pero no es mi tipo, así que decirle bonita es un insulto a mi buen léxico—. Si es la chica que está buscando, me dijo que ella se las arreglaría con usted después, pero tenía que ir corriendo a la farmacia y de ahí iría al baño.

—¿Cómo por qué o qué? —cuestioné confundido.

—Es que le bajó su periodo. Me preguntó si quería ver, así que tuve que negarme, señor. No podía dejar que la señorita me mostrara su sangre —admitió con vergüenza.

—Si te engañó estarás en problemas. No tenía permiso de moverse sin mí —le advertí.

—¿Quería que le viera la sangre?

—¿Y qué? ¿Qué te costaba ver pequeños coágulos de sangre? —me miró asqueado—. Eres débil. Te enviaré a que los soldados te ayuden con ese pequeño temor.

—Escuché al Sacerdocio que la señorita Arya sería su esposa, ¿está bien para mí verla? —suspiro y entiendo el punto. Tyler todavía está en sus veinte. No lo entendería.

—Ver su sangre no significaba que debías hacerlo mientras estaba en su cuerpo. Era cuestión de verlo en un papel —le pongo la mano en el hombro—. Si sabes que las mujeres de los capos no se miran con esos ojos, ¿verdad?

—No, señor. Yo no quise...

—Sí, lo entiendo. Solo no vuelvas a confundir tus pensamientos. Por respeto a tu capo, tú le vas a servir a Arya. Serás mis ojos cuando no estoy. Así que, ve y tráela a mi oficina —le ordené.

Acaricio mi cuello y me dirijo a mi consultorio. 

Estoy tan cansado, creo que moriré pronto si no duermo.

☆☆☆

Media hora después, una mujer con galletas y un vaso extremadamente grande, apareció en mi oficina con cara tranquila. Ja, ni parecía que había estado asustada hace un rato porque estaba en un burdel y no quería que Alda se enterara. Arya me parece la mujer más ramdon del planeta.

Me cabrea que sea tan feliz mientras yo vivo en la miseria. No es literalmente, ya que soy un adinerado, pero soy un ser un humano miserable.

«¿Por qué tiene la cara llena de boronas de galleta? ¿Acaso no se puede limpiar?», trato de no reírme porque se me parece a Hope, la hija de Alice y Maksym.

Ella toma asiento mientras pone su desorden de comida en mi escritorio.

—¿No puedes limpiarte la boca? —asiente, pasándose los dedos por sus labios—. Te fuiste del hospital sin mi permiso. Además, le estás causando un castigo a un soldado. ¿Esto es lo que venden en la farmacia? —asiente, limpiándose las manos con la parte baja de su pantalón—. ¿Tienes dinero para comprar todo lo que traes? —pregunté, con curiosidad.

Sonríe, mostrando su hoyuelo. 

—Le dije al hombre que estaba afuera que me bajaba mi periodo. ¿Querías que manchara el hospital de sangre? —me mira seriamente—. Eres muy pesado y no te soporto, pero si me iba, lo más seguro es que en serio me quites los pies. Por alguna extraña razón, te creo capaz de hacerlo —hago una mueca intentando no reírme—. Pero para ser honesta, le pedí limosna al dueño del hospital. Le dije que un estúpido ruso me tenía aquí pasando hambre.

Suelto una carcajada. ¡Le pidió dinero a mi padre! Ella intenta no seguirme, pero le resultó difícil.

—Eres una perfecta mentirosa —alza una ceja—. Mientras estuviste caminando sin problemas por el hospital, escribí algo que te va a interesar mucho —asiente, le muestro la tablet donde tenía su contrato—. Solo tendrás que hacer pequeñas cosas ahora que me perteneces.

—¿Te pertenezco? ¿Por qué vivir contigo es una opción en esta cosa? —se queja molesta.

—Te compré, es obvio que me perteneces, genio —me defiendo—. No tendrás la dicha de despertar en el mismo departamento que yo. Vivirás con Lauren.

Hace una mueca de desagrado.

Tiene la nariz pequeña...

—Yo no tenía que haber ido a ese burdel... —murmura, pero la logro escuchar—. ¿Limpiar tu casa, obedecerte, no interrumpirte y tratarte como un rey cuando te vea? —asiento mientras apoyo mis manos en el escritorio.

—También puedes servirme en las noches... —la molesto, ella pone cara de asco, cosa que me hace querer reírme—. No me gustas y me pareces normal. No te quiero cerca de Alda y serás siempre vigilada. No saldrás sin mi permiso y me debes ser leal hasta tu muerte. Harás todo lo que te diga y no recibirás dinero por la deuda que tienes conmigo.

—Eres un bastar... —la interrumpo. Ya es suficiente juego por hoy.

—Sé qué eres lo suficientemente inteligente. No voy a seguir jugando desde este momento. ¿Qué tanto necesitas dinero y qué estás dispuesta a hacer para conseguirlo? —sus ojos me miran con sorpresa.

—Sé qué se puede entender mal el hecho de que estuviéramos en un burdel, pero de verdad que fuimos engañadas. Nos dijeron que nos liberarían y terminamos siendo subastadas —me mira avergonzada.

Sonrío de lado, haciéndola tensarse.

—Soy el líder de la mafia rusa y el segundo al mando del Sacerdocio. Mi abuelo actualmente está a cargo de la organización, pero me quiere casar con cualquier mujer para que vuelva a mi lugar —el rostro de Arya es de completo terror—. Ese contrato que tienes en la tablet era una broma. El verdadero es este —le entrego un sobre azul, que estaba en mi escritorio.

—No puede ser verdad... ¿Eres de la mafia? Mier... ¿El Sacerdocio? —comenzó a titubear levantándose de la silla.

Tengo el don de dar esa agradable sensación. Conocerme no siempre es una bendición.

—Te daré cincuenta millones de dólares como un incentivo, pero la única condición es que debes casarte conmigo —se detiene en seco, me levanto y rodeo el escritorio—. Vivirás como una reina antes y después de estar conmigo. Te daré el dinero suficiente para que no vuelvas a trabajar por el resto de tu vida. Solo que debes casarte conmigo y fingir ser mi esposa por uno o dos años. Luego de tener nuevamente el control de la mafia, podrás volver a tu libertad.

Por eso no quiero que nadie la vea.

—¿Estás hablando de mentirle a asesinos? —pasa sus manos por su larga melena suelta, mientras me ve con miedo—. Pero está él... —murmuró con voz temblorosa—. ¿Me prometes que no me van a matar?

—Ahora tendrás que aceptar porque te acabo de decir quien soy —la miro fríamente, ella da varios pasos hacia atrás—. No veo muchas opciones de tu lado.

Murmura cosas en italiano que no logro escuchar.

—Bien... —se acerca con miedo—. No quiero que me toques durante todo el tiempo que dure el contrato y por favor, necesito que solo cuides a una persona... —le tiendo mi mano con una leve sonrisa.

—No me gustas —estrechamos las manos y se vuelve a sentar—. El único que puede matarte soy yo —me mira suplicante—. Que poca fe me tienes, pero sí, prometo cuidar a esa única persona.

—¿Matrimonio de mentiras y fidelidad igual? —alzo una ceja—. Necesito saber si voy a compartir por dos años la vida con un puto —habla con fluidez, pero sus pequeñas manos tiemblan.

—Me eres infiel, mato a tu amante y se termina el contrato —me siento en la silla—. Por ahora estoy alejado de la vida como asesino, pero no me tientes la paciencia —tomo mi bolígrafo y se lo entrego para que firme—. El Sacerdocio y Ryan son los que saben de esto. Hay un contrato de confidencialidad, así que no lo vayas a incumplir.

—¿La fidelidad aplica para ambos? —sacudo la cabeza acomodándome en la silla—. Ah, me quieres de cornuda. Debes de tener en cuenta algo... lo que tú hagas, yo también lo haré —agarra el bolígrafo y empieza a firmar—. No me enorgullece esto que me estás pidiendo, pero no tengo más opción.

Soy un hombre inalcanzable, deberías estar más que complacida.

—Nada más te lo estoy advirtiendo —me levanto de mi lugar, abro la puerta y le entrego los contratos a Tyler, él se los dará a Nikolas mientras mi abuelo esté a cargo de la organización—. Alda te necesita, ella está muy preocupada por ti. Puedes quedarte con ella esta noche.

Asiente, ve la comida que no vi que tocó y se levantó del asiento.

—¿Alguna vez sentiste amor o compasión por alguien? —logro ver intriga en sus ojos negros.

Quiero que me los dé...

—No tengo por qué hablar sobre mí —se sonroja, la miro con frialdad y molestia—. Arya, esto dura dos años como máximo. No le metas los sentimientos absurdos que no existen. El ser humano solo tiene órganos costosos y ya. No te enamores porque vas a acabar muy mal.

—Quería saber si un mafioso tenía sentimientos —agarra el picaporte de la puerta—. Son solo órganos costosos, pero trata de controlar lo que sale de tu boca con lo que demuestras —la miro confundido—. Piensa en mi tía Alda, y no te preocupes por mis sentimientos. Una cosa más, también pondré limitaciones.

—No me gustas ni eres mi tipo —replico—. Puedes irte, Arya.

Ella sale dando un portazo a la puerta. Además de común, es una maleducada. Tendré que decirle a Alice que le dé clases de como ser una dama. Suspiro y me regreso a mi lugar. Tyler me envió un mensaje para informarme que ya todo había sido entregado a Nikolas.

Tal vez no fue mala idea pedirle a Arya que fuera mi esposa de mentiras. Ni siquiera tendremos que convivir como pareja de verdad y mi abuelo podrá dejarme en paz.

Solo debo mantener esta mentira por dos años.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top