23. Donde Todo Termina.

Recuerden que estos últimos tres capítulos sucedían CASI al mismo tiempo así que hay que encajar más o menos dónde estaba cada uno a cada momento.

LA CÚPULA,
ESCAR.

Dos soldados me siguieron en el tramo hasta los aposentos del Vark y uno de ellos me tendió mi espada, la que tenía la empuñadura en forma de cuervo.

No me sorprendí al notar que Arsel se había marchado.

Cuando estuve frente a las puertas del Vark lo encontré, como siempre, en el balcón. Dejé a los guardias fuera, antes de acercarme a su alteza.

Sin sus ropas de siempre se veía aún más delgado, su piel tenía un tono amarillento y sus arrugas delineaban los surcos profundos que eran sus ojos. Estaba demacrado.

Ni siquiera se sorprendió al ver la sangre en mis manos.

──¿Esto es lo que querías, hijo? ¿A qué precio? Te convertiste en un asesino.

──Lo hago por mi pueblo ──sentencié.

──Las tropas van a destruir todo a su paso. Aloada juntó miles de soldados y vienen hacia acá. Estás tan perdido como yo ──me recordó.

──Vienen miles de soldados escarios. Derkan. Su deber es servir y su lealtad está conmigo.

La sinceridad en mis palabras pareció sacudir al viejo. Fue todo lo que necesité, un segundo que aproveché para realizar el ataque.

Cuando el acero atravesó su pijama, el Vark ya parecía estar muerto. Sus ojos miraron al vacío, mientras él escapaba hacia otro mundo.

──Que la Madre te guíe.

Aun después de eso, su cuerpo cayó como si fuera un trapo viejo.

──Quémenlo ──avisé al salir.

Una vez en el pasillo, ya me esperaba otro guardia, una mujer cuarentona de peinado engominado.

──¿Y la torre? ──pregunté.

──Ya está cerrada, piensan que así Berko Aloada no va a llegar hasta ellos.

──¿Comprobaste que estén todos? ¿Qué no haya soldados? Descendientes, esposas, maridos, no quiero nadie con poder para reclamar esas tierras.

──Todos, capitán ──fulminó con decisión.

Con la decisión propia de un soldado que acata una orden.

──¿Y Kesare?

──Lo espera con la Madame en el salón principal.

Asentí, para después detenerme en el puente cubierto que conectaba la habitación del Vark con la Sala del Trono.

Desde ahí tenía una vista perfecta de la Torre del Viento y el puente que a su vez conectaba el edificio con el resto del palacio.

Tuve que esperar más de lo que hubiera querido hasta que la explosión comenzó.

El fuego se esparció de forma brava destruyendo todo a su paso, envolviendo la torre como un dragón reclamando su presa. Los gritos de auxilio y desesperación, parecían rasgar la piedra.

De soslayo vi que la guardia no se inmutó ante esto.

Como había esperado, la parte superior cedió, pero la columna inferior se mantuvo intacta y el puente de igual forma no tambaleó ante el fuego. Igual que había sucedido la otra noche.

El resto de la caminata hasta el Salón del Trono fue casi ceremonial. Las campanas ya habían anunciado la llegada de un nuevo invitado.

Los Aloada habían irrumpido en la Cúpula.

Al entrar, lo primero que vi fue el gesto consternado de Kesare, que se convirtió en rabia hacia mí con la misma rapidez que el fuego había consumido la vida de esas personas. Me asestó un golpe enfrente de mis soldados y Madame Eleyne.

Ninguno de ellos hizo ningún comentario.

──Te odio ──me ladró con el rencor tan denso en sus ojos que por un momento lo creí.

Tomé su codo, con la suficiente fuerza como para impedir que escapara y la llevé hasta un lugar apartado de las miradas indiscretas; justo en el pasillo estrecho que conectaba ese salón con demás habitaciones. Otro de los miles de recovecos que guardaba ese antiguo palacio.

Una vez estuvimos los dos solos, se soltó de mi agarre.

──Cómo fuiste capaz ──espetó.

Toda la rabia estalló en lágrimas y pronto estuvo llorando en medio del pasillo. Se cubrió la boca para evitar los sollozos.

Lo último que necesitaba era una escena.

──Lo que hiciste con esa gente. ──Su voz fue débil y ahogada──. Eres un monstruo.

──¿Hasta ahora te das cuenta?

Kesare me miró con bronca y rencor. La forma en la que las lágrimas cristalizaban sus ojos y la angustia quebraba su mirada, la hacían lucir aún más hermosa. Acaricié su mejilla.

──¿No es eso lo que dicen? ¿Que soy un sádico? ¿Que colgué a todos esos hombres en Paso Alto? ──proseguí──. Puedo ser muchas cosas, pero no disfruto del dolor ajeno, Kesare, soy un hombre práctico.

Me alejó con desprecio.

──No hay ninguna razón para lo que hiciste.

──Yo no lo hice, ¿en serio me crees capaz de hacer semejante cosa? ──indagué.

Ella dudó, más tiempo del que debería.

──Me pediste el veneno.

──Quería matar al Vark ──hablé con sinceridad y después continué──: Él siempre fue un líder débil y no iba a poder si los cinco levantaban una rebelión en su contra. Él sabía que tenía que acabar con ellos y esta sería su única chance. Hace días le suministro los seanes, pensé que podría impedir lo que tenía planeado, tendría que haber muerto mucho antes...

El recelo seguía latente, pero no era el mismo odio ciego de hace unos momentos.

──La gente es capaz de cualquier cosa cuando está acorralada ──agregué.

Tomé su mano y besé sus dedos, justo como había hecho con la mujer a la que acababa de matar.

Ella se estremeció.

──Todo lo que quiero, lo que busco ──expuse──, es el bien de Escar.

Kesare no me rebatió, pero tampoco optó por contradecir mis palabras.

──Hay que volver con los demás, las tropas de Val Lasserre deben estar llegando. ──Fue todo lo que dijo.

Sería suficiente mientras tanto.

Al volver, me senté en el trono y nadie agregó nada. La estancia permaneció en absoluto silencio hasta que Herschel anunció la llegada de Berko Aloada.

Las puertas se abrieron de par en par, tan anchas como para dejar pasar a los soldados y sus caballos.

El primero en desmontar fue el heredero de Val Lasserre, hincó una rodilla ante el estrado.

Sus hombres poco a poco fueron imitando el gesto.

──Larga vida al vark.


No sé si se los dije pero esta novela ya la tengo terminada en borradores so ya tengo claro todos los capítulos y este es uno de mis favoritos idkw es divertido escribir desde la perspectiva de Ciro.

Ahora sí, ¿creen que Kalena le haya creído? ¿Ya se esperaban el desmadre que iba a hacer?👀

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