22.- Parte en la que no me reconozco.

Parte en la que no me reconozco.

El sonido de la alarma retumba desde mi celular hasta mis oídos. No pensaba moverme aunque el hecho de que mi celular no pare de sonar me corte el sueño por completo. Cuando recobro algo de conciencia, siento un leve peso en el pecho.

Abrí los ojos parcialmente para ver la melena castaña se Audrey que estaba extendida sobre mí torso, su brazo rodeaba mi abdomen y básicamente yo la estaba abrazando. Des estaba apegado en mis hombros, del lado contrario que Audrey.

Nos dormimos en el suelo del estudio de la señorita Blakeway, luego de un larga historia, de algo de silencio, terminamos rendidos ahogando problemas en la noche que cayó como nuestros ánimos.

Domingo.

¿Quién rayos pone una alarma en domingo? Nadie. Al tomar mi celular vi exactamente 11 llamadas perdidas de Seth. Y una doceava llamada que anunció mi justo en ese instante.

-¿Umm? -respondí la llamada algo estúpido. Más de lo normal.

-¡Deja de tirar con Audrey y ábreme la puerta! -Sonreí involuntariamente.

Audrey se movió lo que quería decir que ya estaba despierta, levantó su mirada y me vio con los ojos adormilados acompañados de una sonrisa de labios.

-¿Dónde estás? -Le pregunté a Seth desconcertado.

-Afuera de la casa de Audrey. Fui a tu pocilga, que por cierto no tenía seguro, y no estabas. ¿Ya cogieron? -Volvió a insistir. Idiota.

Colgué y dejé mi celular a un lado. Des se levantó y soltó un bostezo haciendo un sonido agudo cosa que nos hizo reír.

-Blakeway -Le saludé a la castaña que me miraba desde abajo.

-Lewis -Ella sonrió-. ¿Seth? -indagó refiriéndose a la llamada. Asentí-. ¿Está afuera? -Volví a asentir-. ¿Piensa que nos acostamos?

Me reí. Conocemos tan bien a ese idiota.

Ambos sonreímos en son de broma y nos quedamos en silencio. No un silencio incómodo, algo raro y reconfortante. Ella solo me miraba, como si estuviera analizando cada detalle de mi cara de idiota. No mejor dicho, yo era el que estaba haciendo eso, la diferencia es que ella era preciosa.

Acomodé su cabello pasando mi mano por su mejilla. Ella cerró los ojos con una sonrisa plantada en sus labios. Me acerqué un poco más, y un poco más a cada segundo. ¿Qué rayos estaba haciendo?

Solo una cosa me detendría y sería que ella se gire o me golpeé. Pero no lo hacía, así que tampoco me acobardé.

Sus ojos entrecerrados me tenían perdido por completo, sonrió en ese momento que podía sentir su respiración rosando mi rostro.

Entonces... mi celular volvió a sonar.

Puse mis ojos en blanco y eche mi cabeza hacia atrás contestando la llamada.

-¡Abran, la puta madre! -gritó Seth de la otra línea tan alto que lo pudimos escuchar en el pasillo.

Audrey volvió a reír y se puso de pie dejándome ahí con mi perro. A los minutos volvió con Seth todo molesto por la espera.

-Así les quería encontrar. Par de mojigatos. Pobre Des. No se dan cuenta de los problemas mentales que crean en este bebé -Des tomó al perro entre sus brazos y empezó a hablarle con las clásicas frases de "¿Quiénes son malos padres. Quiénes?" Luego levantó la cabeza y sonrió-. Al menos ya no tendrá que soportarte.

Miré a Seth más que confundido. Para luego preguntarle a qué diablos se refería con eso. Fue cuando mi amigo emocionado miró al perro y dijo.

-¿Quién encontró a una linda familia para Destructor. Quién, quién? -Movió al perro contento-. ¡Tu tío favorito la encontró!

Creo que fui el único en la sala en no entender nada. Audrey sonrió como nunca en esta vida y abrazó a Seth por la gran hazaña de la que no estaba enterado. Mi cara de confusión no cambiaba. Era el hecho de que no entendía lo que sucedía o de que sabía que estaba pasando, pero no quería aceptarlo.

Y como si lo hubiese pedido telepaticamente, Seth inició con su explicación. Salió de la habitación hablando mientras nosotros lo seguíamos.

-Pues mira conoces a Jack -No-. Mi primo, que tiene una novia llamada Martha y juntos viven en una casa en las afueras. Ambos tienen como tres perros que han rescatado. Son excelentes cuidadores y le consulté si es que no querían quedarse con Des. Aceptó encantado. Me dijeron que hoy en la mañana podemos ir a conocer el lugar y dejar a Des de paso. Y ya. He solucionado tus problemas -Seth sonrió esperando alguna respuesta de mi parte.

Inmediatamente mi mente se vio programada para ver todas las cosas negativas de esta situación.

A: No conozco a Jack y no me fiaría en nadie que tenga nombre de pirata.
B: viven en las afueras.
C: ya tienen perros.

-No lo sé Seth. Viven en las afueras y Des ya sé ha acostumbrado a la ciudad. Creo que le haría mal un cambio tan radical como ese. Además ya tienen perros. No sabemos si cuidarán a Des en serio.

Seth me miró incrédulo. Debería de habérselo agradecido, pero simplemente no me agradaban estos candidatos.

El problema fue que tampoco me agradó la gran idea que Audrey me dijo una semana después.

-Mi amiga se va a mudar y quiere llevarse un compañero. Des es perfecto -Soltó Audrey una mañana que estábamos en el parque paseando a Des.

-Y quiere meter a mi perro en su equipaje. No gracias.

Ni la que me trajo Seth para fines de octubre.

-Sólo tienen una hija Gus. Por el amor de Dios. Y la niña tiene como 9 años. Lo van a cuidar bien.

-¿Lo van a cuidar bien? ¡A la mierda! Seguramente la mocosa usará a mi perro como juguete, y lo humillará poniéndole ropa ridícula como vestidos y esas estupideces.

-Gustave -Llamó Audrey señalando a mi perro que usaba un traje de calabaza que le compré para noche de brujas.

-Es noche de brujas.

-Ese disfraz es más humillante que un vestido -Soltó Seth mientras me palmeaba la espalda.

A mediados de noviembre recibí una llamada de otro interesado.

-¿Y para qué lo quiere?... ¿Con quién vive?... ¿Tiene más perros?... ¿Cuál es su dirección?... ¿Cuáles son sus posibilidades económicas?... ¿Qué nombre le pondría al perro?... Ja, ja, ja. No me haga reír, es el nombre más gay que he escuchado... Claro que importa, imagínese usted la vergüenza que sentirá el perro si es que esta con sus amigos perros y usted lo llama como "Biscochito. Ven acá". ¿Sabe qué? Olvídelo. No se lo daré.

Una semana después recibí otra llamada. Pero esta vez fue Audrey quien habló.

-Es una familia perfecta. Podemos ir a conocer su casa mañana en la tarde -Me explicó ella.

-No iremos -aseguré. Ella sólo me miró fastidiada esperando mi nueva excusa-. No me agradan. No les tengo buena espina y parecen traficantes. El sujeto lleva nombre de traficante.

-Su nombre es Gustave, idiota -aclaró.

-Ese es un nombre de traficante Francés -dije yo.

-Es tu nombre y tú no eres traficante -Me limité a alzarse de hombros fastidiando más a Audrey.

Y hubo una situación algo parecida para inicios de diciembre.

-Gustave ¿ahora cuál es el maldito problema? Los Pritchard son dos personas adultas y responsables que lo quieren. Yo los conozco Gus -dijo Audrey caminando tras de mí en mi departamento mientras Seth hacía su magia en la cocina.

-Lo de responsables ni es seguro. Y ¿Adultas? ¿Qué? ¿Tendrán a mi perro jugando bingo o como un perro ayuda que los lleve al baño? Mejor paso -Solté llegando a la cocina.

-¡Tienen 30. Gus. 30! No 80 años -dijo Seth dejando a un lado la comida en la estufa.

-Simplemente no me agradan -Justifiqué yo.

-¡Por el amor de Dios! ¿Ahora, qué tienen ellos? -preguntó Audrey con una molestia más grande que mis excusas.

-No tienen hijos. No viven en las afueras. No tienen nombre de traficantes. Y seguramente conservarán el nombre de Des. No tienen ningún maldito problema.

Des empezó a ladrar en nuestra dirección. Pero ninguno de nosotros le prestó mucha atención.

-¿Y si se mudan y tienen un hijo? ¿Y si...

-¡Y si nada! ¡Basta de excusas!

El perro seguía ladrando.

-Gustave. Ellos no son el problema... -empezó a decir Seth más calmado que Audrey para serles sincero.

Y fue un ladrido más que paró con nuestra discusión. El ladrido y las llamas que venían de la estufa encendida.

-¡Mierda! -gritó Audrey.

Inmediatamente ellos intentaron apagar el pequeño incendio que iba creciendo cada vez más. Corrí hasta la puerta de mi casa, y de esta al corredor en donde junto al ascensor estaba colgado el extintor de incendios. Corrí, nuevamente, hacia mi casa y prendí el aparato apagando el fuego.

Noté que Des estaba asustado así que lo tomé rápidamente entre mis brazos intentando tranquilizarlo. Sin mirar a mis amigos que estaban cubiertos de espuma para incendios.

Audrey pasó una mano por su rostro y las agitó tratando de quitarse algo de espuma.

-En verdad que son unos idiotas -soltó para luego marcharse a su casa. Tenía razón para hacerlo. La llené de esa basura y ni siquiera le dimos de comer.

Cuando se fue sólo nos quedamos ahí plantados como si no supiéramos que más hacer. Fue entonces cuando Seth se rió levemente y negó con la cabeza.

Me miró y trató de quitarse algo de espuma del rostro para no parecer un muñeco hecho de nieve.

-Ellos no son el problema -continuó Seth-. Ni ellos, ni sus hijos, ni mucho menos todas las excusas que has puesto.

¿Excusas?

Un Gus de meses atrás hubiese armado una gran pelea para contradecir eso. Y repitiendo una y otra vez que no quería a esa bola de pelos que ahora estaba jugueteando con la espuma antincendios.

-Sólo... No lo quieres dejar.

Seth sonrió como si lo supiera todo. Estoy seguro que su ego sobrepasaba los límites. Él caminó hacia el baño tomando una toalla para limpiarse toda la espuma y aparecer medio decente.

Excusas. Excusas. Excusas.

De inmediato mi mente me llevo a aquel desastroso día en donde Des lloraba junto a mí luego de verme hecho pedazos.

Excusas. Excusas. Excusas.

Des tenía que estar con personas que lo quieran y que le den una buena vida.

¿Dejarlo conmigo era algo egoísta?

Cuando Seth apareció totalmente limpio me miró con los ojos bien abiertos y borrando esa sonrisa que llevaba hace pocos minutos antes.

Des usaba su correa y yo estaba de pie en la entrada de mi casa listo para salir y hacer lo que debía hacer.

Mi amigo no dijo ni una sola palabra. Dando paso a la frase que solté decidido.

-Vamos a conocer a los Pritchard -Miré a Des que traía mi zapato en su hocico como de costumbre-. Vamos a dejar a Des.

N/A

Hey guys (:
Tanto tiempo sin decir eso.
Por fin un capítulo 0: perdón estoy sin nada de tiempo pero bueno.
Espero que les guste o algo así (:
Adiós
-C.B.

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