17.- Del como me convertí en un idiota por hablar de mi perro.

Del como me convertí en un idiota por hablar de mi perro.

Hasta aquel sábado por la noche podría decir que cocinar era cosa de niños, cualquiera podría hacerlo, incluso por la frase de Disney: "Cualquiera puede cocinar". Pero es que Disney es una vil mentira, ¿por qué dejan que los niños se llenen de falsas expectativas?

Según Seth hacer un pollo a la bla bla bla -sí, exacto, ni el nombre se puede pronunciar- era la cosa más sencilla de mundo, ahora, aparte de eso tenía un acompañado de papas a... Algo que ni en ese momento podría decirles de que era, una porción de arroz con un nombre raro, y ensalada con vinagreta -lo único que sé-. Seth se negaba a ayudarme, me dijo que lo haga solo, pero como se los mencioné ¡es desgraciadamente difícil!

-Vale, y luego meto las papas al horno -repetí lo que dijo mientras me encontraba frente a una de las bandejas que contenían las papas.

-Ajá, revisa el pollo que está en el horno, ya deben estar algo dorados -Me hinque para abrir el horno y al verlo los rollo de pollo seguían crudos.

-¿Me diste mal la receta? Están crudos -Le avisé volviendo a ponerme de pie.

-¿Cómo que crudos? Ya van más de veinte minutos, es imposible -afirmó alterado. Para variar.

Abrí la cámara de mi celular que estaba en mi bolsillo y le saqué una foto a la bandeja que estaba dentro del horno para luego enviársela a Seth.

-¿Lo ves? -Le dije. Seth se quedó en silencio y luego soltó un suspiro.

-No sé si es por la baja calidad de la cámara de tu celular, lo cual espero que sea porque sino te parto la cabeza, pero Gus ¿encendiste el horno?

La primera cosa que aprendí como cocinero es que: nada se cocina si no entiendes un desgraciado horno u hornilla. Me merezco aplausos, gracias, gracias, ya saben, cualquiera puede cocinar.

-No me dijiste que encienda el horno -Me justifiqué, luego saqué los pollos y solté un bufido, volví a agacharme para prenderlo.

-¡Es obvio! ¿Cómo diablos crees que se hace el pollo entonces? ¡Estás bien idiota! -Me gritó.

Al no poder prenderlo, lancé la fosforera lejos y luego cerré el horno de golpe haciendo un gran ruido, cosa que hizo que Des corra hacia donde estaba asustado. Supongo que se partió la ventana de este, pero no fue grave ya que aún sigue con vida, y sin uso.

-Ya me importa un comino seguir cocinando. Voy a comprar comida del restaurante que queda cerca de mi casa -solté caminando hacia mi habitación para colocarme unos zapatos decentes y salir.

-¿Qué? No te atrevas. No le vas a dar a esa chica basura de un restaurante chino, es una chica elegante, no le puedes dar eso -explicó, pero me negué a seguir cocinando-. ¡Agh! Y luego te quejas de porqué Audrey no quería salir contigo. Voy para allá.

Seth vino a arreglar el desastre que hice por comida, empezando desde el pollo que, no tenía sal, y que en vez de jamón le puse mortadela. Para mí esas dos cosas siempre supieron igual.

-Bien, resuelto -dijo desde la cocina mientras se secaba las manos.

Me encontraba frente al espejo de mi cuarto de baño tratando de arreglar mi cabello, aunque arreglado o no se veía del asco. Me estresaba peinarlo, me dejaba con una cara de bobo o simplemente me quedaba terrible. No es algo que acostumbro a hacer.

Traía puesto una camiseta blanca con pantalones negros, y tenis del mismo color. Parecía uniforme, me veía similar a Ágata, cosa que me asustaba.

-Dime un buen tema de conversación -Le pedí a Seth saliendo del baño.

Él quitó la mirada de la televisión para verme algo extrañado.

-La conversación surge de la nada, no es necesario que lo prepares -Se burló volviendo a mirar el programa o película.

-¿Y si no? -Volví a insistir mientras saltaba sobre el mueble.

Des saltó tras de mí y se recostó en mis piernas, este perro dormía como si su vida dependiera de eso, incluso investigué, no quería que le pase lo mismo que en "No se aceptan devoluciones" el perro corría peligro. Pero no fue así, resulta que es normal.

-Tranquilo. Es sólo una chica, no te estás enfrentando a un monstruo -Volvió a reír. Estaba viendo una película de terror y luego la cambió de golpe, lo miré raro y él se justificó alzándose de hombro-. No voy a ver películas de terror sino estamos los tres de nuevo, o sea, al paso que vamos, nunca.

-Ya supéralo. Las cosas deben ser así -hablé mientras acariciaba al perro que ya se estaba quedando dormido.

-No, la verdad es que no. Y créeme ni aunque salgas con la señorita pechos grandes las cosas van a estar bien -dijo volviendo a cambiar el canal de la TV.

-Tú fuiste el que quería encontrar a alguien para mí -Le recordé.

-Y tú invitaste a Lucy, y sé que que yo te dije que lo hagas, pero fue mi error -Un golpe en la puerta lo interrumpió, de seguro era ella-. La cosa es que, no puedes cambiar a una persona por otra para que te haga sentir lo mismo que la anterior -Otro golpe en la puerta-. Lucy nunca será Audrey, Gus.

Seth tomó la iniciativa de ir a la cocina para servir los platos en la mesa a toda velocidad, yo me puse de pie y fui a abrirle la puerta de entrada. Sonreí al verla, traía un pantalón blanco, tacones y otra blusa escotada. Maquillada, el cabello arreglado. Lucy siendo Lucy.

-Hola -saludó dándome un beso en la mejilla y manchándola con un poco de su labial-. ¿Cómo estás?

-Bien, de lo mejor. Tú sabes -Sonreí y luego hice un ademán con la mano-. Adelante, Lu, pasa.

Ella entró con la manos en frente sosteniendo su bolso de mano, mientras miraba todo a su alrededor. A Des no le agradaba, eso lo noté desde el día del parque, cuando al perro le caía bien alguien se acercaba a molestarlo, cuando no, simplemente lo ignoraba, o se la pasaba ladrando y gruñendo, cosa que gracias a Dios, no pasó.

-Linda casa -comentó ya que ninguno de los dos decía nada, solo nos quedamos mirando mis paredes, incluso yo que ya las conocía de pies a cabeza.

-Gracias -solté volviendo al silencio de antes, de inmediato me llegó un mensaje de Seth que decía que hable o le pregunte algo.

Se los dije, si no busco un tema de conversación, las cosas no podían salir espontáneamente y terminaba en uno de los momentos más terribles en mi vida.

¿A qué hora se supone que llega el mágico momento glorioso del que tanto mamá hablaba? Es que sus palabras se quedan suspendidas como las frases de cuarta de Disney.

-Y... ¿Cómo has estado? -pregunté sonriendo.

-Bien, algo cansada, el trabajo y todo eso. Esta semana he tenido que... -Si me preguntas en donde trabajaba no te podría contestar, no la escuché, llamenme un idiota, porque la verdad es que su vida era igual de monótona que la mía y mi mente estaba volando en otra parte. Muy muy lejos de ahí-. ¿Puedes creerlo?

-¡Wow! Pero que cosas ¿no? -Es lo único que pude decir-. Vamos a comer ¿okey? -avisé interrumpiendo su historia.

Ella asintió y llegamos al comedor en donde estaba servido absolutamente todo.

Seth desapareció, supongo que había ido a mi habitación, o a la cocina, o algún cuarto que no sea el comedor.

Me senté en una de las sillas, y luego ella extendió la silla mirándome mal. Tal vez el trabajo de mover la silla para que se siente lo tenía que hacer yo. Pero es que mis ánimos estaban por los suelos, estaba emocionado antes del análisis de Seth, pero el idiota tenía razón, y no podía dejar de darle vueltas al asunto. Quería hablar con Lucy sobre los vecinos y burlarnos de sus rarezas, reírnos de nuestros hábitos descomunales, quería hablar sobre nosotros, saber que nos gusta y que no, sentarnos en el balcón en medio de la noche a pesar del frío. Quería poder confiar en ella y poder mostrarle mis dibujos y proyectos.

Pero ella no era Audrey.

Antes de empezar a comer, Des tenía una especie de radar en la orejas, que cuando escuchaba las sillas correrse sabía que era tiempo de comer, así que a pesar de que no le agrade Lucy, vino corriendo a poner sus patas en mis piernas apoyando las otras en el suelo, agitando su lengua para que le dé algo de mi comida.

Sonreí al verlo todo agitado y emocionado por la comida.

-¿No es tierno? -Le pregunté mientras miraba a mi perro.

Des, para variar tan sutil, dio un salto, tomando asiento en mis piernas, para luego poner sus patas en mi pecho y empezar a lamer mi cara. ¿Celos de perro?

-Iugh -Escuché a Lucy quejarse lo que hizo que me quite a Des de encima, pero no lo baje de mis piernas.

-Es difícil acostumbrarte a él. Te juro al inicio no sabía ni como sacarlo a pasear, era algo raro. La verdad es que es agradable, su compañía, porque usualmente paso solo, pero el perro cambia las cosas. Dicen que tener un perro es algo bueno, aún no me parece del todo bueno, pero es hasta acostumbrarnos del todo -Hablé y ella sonrió con los labios fruncidos, asintiendo con la cabeza lentamente.

-Supongo, y desde cuándo vives aquí -Les prometo por mi disco de Led-Zeppelin que escuché vive y no vives.

-Des... umm más o menos un mes y medio. En verdad no llevo la cuenta, es que llegó un día de la nada, me lo dejó mi mamá, al inicio hizo un desastre mi casa, por eso lo llamamos Des, porque es un Destructor -Reí.

-Ah, pero me refería a cuanto tiempo vives tú aquí -Volvió a preguntar pausando las últimas palabras.

-Tres años, pero como te dije no es que han sido los mejores, pues porque vivo solo y a veces es algo deprimente. Ya no lo es tanto ahora, porque tengo a esta cosa ¿Verdad? -pregunté acariciando al perro-. Leí que corres menos riesgos de depresión cuando tienes una mascota, es raro, pero es verdad. Como te dije no estoy acostumbrado del todo, pero con el tiempo las cosas cambian ¿Tú tienes perros?

Ella volvió a fruncir los labios con cierta molestia que no noté en ese momento.

-No, no me gustan los perros -soltó cortando a un más las palabras.

-A mí tampoco me gustan -Contradicción nivel experto-. Nunca me han gustado, pero tengo que cuidarlo si o si. Por orden de un policía, es muy graciosa esa historia. Cuando recién me lo dieron no lo quería a si que...

Seth
¡Deja de hablar de Des!
21.12 pm

Leí el mensaje rápidamente mientras seguía contando mi historia del como terminé en la cárcel por culpa del perro, y de la anciana Williams, claro, e ignorando el mensaje de Seth, la primera historia me llevó a otra historia sobre Des, y la siguiente me llevó a contarle los hábitos de Des y del como duerme como oso, también le hablé de como come, hablé tanto de Des que me sorprendió a mi mismo, incluso ni toqué mi comida por tener a la estrella de la noche en mi regazo.

-¿Me has traído para hablarme de tu perro? -preguntó interrumpiéndome, estaba más que molesta, no cabía duda de ello.

La miré extrañado, en ese momento no me fijé en que ella estaba a punto de estallar de la ira.

-¿No te intereso? Creí que sí, por alguna razón me invitaste, pero ahora no sé porqué lo hiciste, estoy harta de tu estúpido perro, ¿sí? Des por aquí Des por allá. He salido con hombres, pero tú has sido de los peores. Sigues hablando de ese condenado perro o me voy -Bendita sea la extorsión. Pero en mi caso no funcionaba.

-Créeme el perro ha sido lo más interesante de la noche -Sonreí volviendo a acariciarlo. Ella me miró apretando los dientes y con los ojos hecho llamas.

Se levantó y se fue dejándome sentado si nada que hacer, escuché la puerta abrirse y luego cerrarse Seth salió de mi habitación con una cara única de sorpresa, mientras miraba mi divino fracaso.

-¿Qué diablos pasó?

Sonreí con algo de descaro, Seth esbozó una sonrisa de lado muy confundido.

-Lucy odia escucharme, más que nada odia al perro. Simplemente Lucy no es como...

Ya no hacía falta completarlo.

N/A

Hi Guys.

¿Por qué amo tanto esa frase? ;-;

Jajaja he vuelto y quiero seguir, pero NO. Malditos deberes.

En fin nuevo cap que espero que les haya gustado.

Amoooo el gif de multimedia.

E S H E R M O S O

¡Gracias por todo! ❤

-C.B.

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