14.- Por perfecta que Ágata trate de ser, también tiene días desastrosos.
Por perfecta que Ágata trate de ser, también tiene días desastrosos.
De alguna u otra manera, te acostumbras a los cambios repentinos que sufres en al vida. Para mí siempre fue difícil, cuando tenía que cambiar mis mañanas de instituto y tardes de salidas y videojuegos por la universidad y el trabajo, todo se me complicó, pero te acostumbras y creas un nuevo enlace de actividades, creas una nueva rutina.
Normalmente los viernes salía con Seth, eran de los únicos días en los cuales me daba el lujo de gastar algo de dinero en cerveza o comida, pero como dije, siempre hay cambios a los cuales debía acostumbrarme. En este caso mis viernes no se volvieron tan malos como ustedes estarán pensando -porque todo lo que digo me suena negativo, así que supongo que ustedes esperaran más quejas de mi parte-, había películas en la televisión, un par de brownies inyectados en marihuana, algo de botanas y osos grizzly, Des jugueteando con mi zapato -tenía que comprarle un juguete urgentemente-. Y a Seth y a Audrey bromeando sobre la película.
Aunque Audrey terminaba siendo obligada para que viniera con nosotros. Ese viernes habíamos ido a su puerta a invitarla a ver una película, aunque al inicio solo fui yo y se negó. Luego Seth también le rogó y se volvió a negar. Bueno pasamos una media hora pidiéndole que se nos una y en parte perdiendo nuestra dignidad. Pero lo logramos.
Intentamos ver una comedia, de la cual no nos reímos para nada, es más nos pareció aburrida. Luego vimos un drama, en el cual Seth fue quien lloró al final, pero de todas formas estaba más que aburrido. Así que al final terminamos viendo una película de terror, de la cual nos reíamos sin parar. Pero es que estábamos bien estúpidos, y no es porque hayamos estado drogados, sino es que bromeábamos sobre cada escena que se supone debería habernos hecho gritar.
-Está poseída -soltó Audrey señalando la televisión.
Audrey estaba sentada en el piso frente a la mesa de centro, apoyada en uno de los muebles grandes en donde yo estaba recostado -No me tachen de idiota por no darle mi lugar a Audrey, ella quería estar en el piso- Seth se encontraba en el otro sillón, el pequeño, colgando sus piernas en un costado. Había acercado el sillón para quedar cerca de la mesa de centro para poder tomar las frituras.
-No está poseída, se la ve normal y está muerta de miedo. Incluso está buenísima -comentó Seth mirando a la periodista en la escena de Rec 2.
-¿No viste la primera película? Al final terminaron arrastrándola como a una escoba -intervine. Des vino corriendo hacia mí y saltó en el sillón donde yo estaba. Me dio el zapato que traía entre los dientes y lo tenía que lanzar lejos para que corra, lo atrape y me lo vuelva a dar-. Pero es que el sacerdote tampoco ha visto la primera película, porque se ha tragado todas sus mentiras.
-¿Son cómo zombies? -preguntó Seth otra vez-. ¿Pero que clase de The Walking Dead es esto?
-¡Es que son estúpidos! -exclamó Audrey-. Está poseída, solo díganme ¿Quién diablos va a sobrevivir en un edificio lleno de zombies endemoniados? Solo, por días, y sin ser poseído. ¡Nadie!
Y luego de un rato volvíamos a hablar.
-¡Saltó por la ventana en vez de enfrentar al zombie endemoniado, pero que cobarde! -exclamó Seth tomando un puñado de botanas y lanzándolas hacia el televisor.
-Entre los tres ¿crees que Seth sería el primero en saltar por la ventana en vez de quedarse con los zombies? -Le pregunté a Audrey.
-No cabe duda -Ambos reímos mientras Seth repetía lo que decíamos haciendo una mala imitación de nuestras voces-. ¿Pero qué diablos dice el zombie?
-Algo como "Uagh paj paj cuagh". Es el tipo que hace la voz del pato Donald -Volvimos a reír.
Y hasta el final.
-¡Te dije, baboso! ¡Te lo dije! ¡Estaba poseída! -gritó Audrey victoriosa.
-¿Qué diablos es eso? -preguntó Seth mirando la escena final de la película.
-Es como el demonio mayor. Como la mamá demonio -expliqué filosóficamente-. Le ha dado un beso francés. Pero que asco, no entiendo nada.
-Le está pasando un ¿gusano? No lo sé -intervino Audrey mirando con repulsión.
-Parece beso francés -mencionó Seth-. Deberían intentarlo.
Lo miré mal mientras negaba suavemente con la cabeza. Audrey le sacó su dedo medio mientras supongo, lo miraba mal también.
-Ustedes deberían intentarlo -dijo Audrey comiendo lo que quedó de las botanas.
-Bueno, tenemos "La noche del demonio 2" y "El conjuro 2" -nombré tomando los estuches de las películas que Seth había traído.
Consiguió las películas con un tipo que las vendía cerca de mi casa. Obviamente eran piratas, le dieron una promoción de tres por uno en películas de terror, el problema es que todas eran las secuelas. Poco nos importaba no haber visto la primera parte. Nos moríamos de risa a pesar de todo.
-¿El canguro 2? -preguntó Seth-. No jodas, yo quiero ver películas de miedo. No de animales -No sé si en ese momento quería estampar mi cabeza contra el muro, o estampar la de Seth.
-Son las dos de la mañana, chicos, y mañana trabajo -avisó Audrey apoyando su cabeza en el mueble haciendo que plante su mirada en el techo.
-Según lo que me dijeron, tu jefa te ama, literalmente -intervino Seth-, no creo que habría problema si llegas un poquito tarde. ¡La noche es joven! -gritó levantando los brazos.
El ruido que hizo Seth se quedó en medio del silencio, como si estuviéramos desacuerdo con lo que dijo.
-Somos tan aburridos que en vez de salir a fiestas o a bares, nos la pasamos burlando de películas-analizó Audrey dejándonos mudos por unos segundos observando los créditos de la película.
-Entonces vamos a ver "La noche del demonio 2" -dije afirmativamente.
-Sip -respondieron al unísono.
Me puse de pie para cambiar la película mientras ellos seguían hablando. Seth fue por otras botanas, quería traer más de sus brownies, pero nos negamos. Estábamos suficientemente drogados como para seguir haciéndolo. Tampoco es que queríamos terminar en centros de rehabilitación por ser un trio de tontos adictos al brownie. Al menos de mi parte, no quería que eso llegue a pasar, y es que para serles sincero aquellos días me había drogado más que en cuatro años. Y Seth ya estaba volviéndolo una costumbre el traer sus bolsas de bocadillos con marihuana.
Coloqué el disco y con el control le puse play, para luego volver al sillón en donde me encontraba. Nos acomodamos y empezamos a ver la película. La desventaja que tenía es que, al igual que Seth con Rec 2, yo no había visto la primera parte de La noche del demonio, así que no comprendía nada, aún así el inicio era tétrico e intenso. Ninguno decía nada, ni soltaba ningún comentario burlón, solo plantamos toda nuestra atención en la TV. Incluso Des dejó de corretear tras mi zapato.
Dejamos de comer y Seth se apoderó del tazón de palomitas de maíz. Todo estaba en un rotundo silencio, a excepción de la película. Hasta que un golpe en la puerta hizo que Seth dé un salto en su lugar lanzando todas las palomitas por doquier.
-¡Puta! -gritó. Audrey y yo empezamos a reír como desquiciados.
-Nunca olvidaré esto -dijo Audrey en medio de las carcajadas.
-¡Cuidado mojas el sillón! -Me burlé y Seth me miró mal. Me puse de pie y rodeé el sillón para caminar hacia la puerta y abrirla. ¿Quién vendría a las dos de la mañana?
Al abrirla me llevé la sorpresa de Ágata, colgando del cuello del imbécil de su novio, Joseph, quien a penas y la estaba sosteniendo. Me miró con sus pequeños ojos a punto de salirse por, supongo, el peso que hacía mi hermana en él.
-¿Qué diablos? -maldije acercándome para ayudarlo y hacer que Ágata rodeé su brazo por mi cuello-. ¡Seth, ven a ayudarme! -pedí ya que Joseph no hacía un mínimo esfuerzo por mantenerla de pie.
Seth vino caminando rápidamente y delante de él estaba Audrey. Al verme Seth corrió a un lado de mi hermana y la tomó de un brazo, al igual que yo, rodeando su cuello.
-Pero si estamos en casa de -Ella hipó-. Gussy.
Empezamos a caminar, intentando que ella nos ayude haciendo un esfuerzo y guiándose dentro de mi apartamento. Cruzamos la puerta y caminamos a paso tortuga hacia mi habitación.
-Fíjense por donde caminan ¿Okey? -habló Joseph tras de nosotros. En seguida giré mi cabeza para mirarlo mal.
Des no dejaba de gruñir, e intentaba morder sus zapatos -El perro tenía un gran problema con los zapatos-. Audrey abrió la puerta y acomodó las mantas para que Ágata pudiera recostarse sobre mi cama y cubrirse ya que al parecer se quedaría en mi casa.
-Yo no quiero -Ágata volvió a hipar-. Dormir, yo quiero ver a Gussy.
Si ustedes conocieran a Ágata tanto como yo lo hago, esa situación les pareciera del todo descabellada. No es que ella y yo nos odiemos, ni mucho menos hemos tenido una mala relación como hermanos. Somos igual que todos, peleamos, hablamos, nos la pasamos juntos de vez en cuando. Pero era extraño que ella quiera verme así por así -A menos que sea urgente, necesite algo o esté deprimida-, al menos el tono que usó era raro en ella, y mucho más cuando se trataba de mí. Y es que al menos yo creo que no desencadeno la lista de las personas favoritas de Ágata.
-¿Qué sucedió? -pregunté muy confundido. Me giré a ver a Joseph quien sostenía su celular mientras con su pulgar subía y bajaba alguna cosa en la pantalla.
-Bebió -respondió tan frío o desapercibido como si Ágata estuviera mejor que nunca.
-¿Qué mierda le diste? -intervino Audrey preocupada.
Él levantó la mirada y la posó en Audrey, soltó una carcajada odiosa y llena de sarcasmo mientras la inspeccionaba de pies a cabeza, como si creyera que fuera mejor que nosotros, como si su grandeza existiera.
-¿Quién te has creído tú para hablarme así?
No pude evitar apretar mis dientes a todo lo que podía, como si estos se estuvieran a punto de trizar por la fuerza. Les dije que era un idiota y eso lo demostraba, y es que este imbécil olvidó de donde venía porque se creía mejor que cualquiera en este mundo. Cuando en realidad todos vinimos de la misma alcantarilla.
-Vuelve a hablarle así y no quedas ni para recuerdo -amenacé por lo bajo.
Nos quedamos en silencio por unos segundos. Seth me miró un poco sorprendido porque al menos yo, nunca había defendido a alguien de esa manera. Lo siento si es que hasta este punto ya están más que decepcionados de mí. Es inevitable.
-Bebió algo de vodka -titubeó él.
-Te la cogiste y la viniste a dejar. Entiendo -intervino Seth, solo para hacerlo enojar.
-¿Cómo te atreves? -Es que este tipo jamás bajaba de su nube-. Yo sí respeto a mi novia -Sí claro, su camisa mal puesta me decía lo contrario-. Vuelvo por ella en la mañana ¿Okey? -Nadie respondió.
Fue cuando se cansó y se fue de una vez por todas. Escuchamos hasta que salió de la habitación y luego de la casa. Ágata se giraba de un lado para otro sin encontrar una posición en la que esté cómoda o en la que se quede tranquila.
-¿Estás bien? -indagó Audrey rompiendo el silencio.
-Yo, yo quiero. Yo, quería ver a Gussy -vociferó ella mientras acariciaba a Des quien ya se había acomodado a su lado.
-Voy por algo de comida para que se le pase -avisó Seth saliendo de la habitación y supongo yendo a la cocina.
Ágata no era muy buena ebria. Así le embutas toda la comida del mundo, a ella no se le pasaría, al fin y al cabo era una de las pocas veces en las que se le podía ver hecha pedazos. A tal punto que su hermosa blusa blanca, parecía un mantel viejo para cocina.
-Y es que no te agrada Joseph -comentó Ágata que traía los ojos entrecerrados-. Nunca lo quisiste, nunca. Pero siempre tengo la esperanza de que se llevarán bien. Es que de alguna manera ves las cosas buenas, de alguna manera Gussy.
Era desastroso ver a alguien en ese estado. Y más cuando se trataba de Ágata Lewis.
-Porque me gustaría ser como tú. Gussy, eres imbécil y tonto, pero yo -Hipó-. Yo sé que, serás grande. Porque no eres ningún fracasado. Me gustaría ser como tú, como tú. Porqué estoy más que jodida, no soy nadie grande, ni nadie buena.
Ágata alargaba las palabras y luego rió y empezó a mover su cabeza alegremente, de un lado para otro mientras cantaba la canción de "Pimpon es un muñeco". Lo que volvió la situación más bizarra aún.
-Los ebrios siempre dicen la verdad -intervino Audrey mirándome con una sonrisa de labios y de medio lado.
-O sea que Pimpon si es guapo y de cartón -Ella me miró mal mientras negaba. Ágata estaba somnolienta, se giró hasta quedar frente a nosotros a diferencia de que ella estaba recostada. Sus párpados subían y bajaban, a punto de cerrarse por completo.
-Gussy me cantas esa canción. La que mamá solía cantar, extraño escucharla, extraño mucho a mamá y es que no quiero que esté muerta. La quiero conmigo -De lo que menos quería hablar en ese momento, y en cualquier otro, era sobre mamá, porque me gustaría olvidar que todo eso estaba pasando y que ella ya no estaba.
-Yo canto una ¿vale? -mencionó Audrey al notar el silencio de mi parte. Me miró triste y luego se sentó junto a mi hermana-. La muñeca de cristal dice "A" -No pude evitar soltar un bufido, porque se me hizo gracia verla cantando. Ella negó con una sonrisa y volvió su vista a mi hermana-. La muñeca de papel dice "E". La muñeca de marfil dice"I". La muñeca de cartón dice "O" -Su tono de voz se bajó a tal punto que se convirtió en un susurro-. La muñeca como tú dice "U". Y yo digo "te quiero", y tú dices "yo igual" y yo digo "descansa".
Ágata cerró los ojos. No sabíamos si estaba o no dormida, pero dejó de hablar así que era mejor que salgamos. Al menos fue lo que yo hice. Tenía un mal sabor de boca, y un gran nudo atado en mi garganta. Era difícil tratar con ella en esa situación, para mí lo era, nunca sabía cómo sobrellevarlo. Caminé fuera encontrándome a Seth apoyado en un muro y cruzado de brazos.
-Creí que sería peor -confesó él con la vista fija en el piso-. Creí que volvería a soltar toda esa basura sobre tu vida y a juzgarte de nuevo -Me miró y luego se alzó de hombros-. Ella no está tan bien como parece.
La puerta de mi habitación se volvió a abrir y de ésta salió Audrey y luego la cerró tras ella. Sonrió y luego se cruzó de brazos.
-Creo que debería irme -comentó.
-¿No te quedas a dormir? -pregunté esperando una respuesta afirmativa.
-¿Qué? No -respondió caminando hacia la puerta de entrada.
-¿Por qué? -preguntó Seth-. Mañana haré el desayuno no creo que te quieras perder de algo tan bueno.
Lo señalé de manera que decía que tenía razón. Ella negó con una sonrisa divertida.
-Vivo junto a tu departamento. Puedo venir a desayunar en la mañana -Rió otra vez y luego se despidió con la mano para salir del apartamento.
-Supongo que tendrás que jalártela esta noche también -habló Seth poniendo su mano sobre mi hombro. Tan serio y burlón a la vez.
Lo fulminé con la mirada mientras reía.
-No soy como tú, hermano.
Al siguiente día fue similar a ese. Audrey sí había ido a desayunar con nosotros, a Seth solo le faltaba una gorra para ser un Chef por completo. Había hecho un desayuno, que más parecía almuerzo, buenísimo. Audrey no se arrepintió de habersenos unido, mi amigo tenía un don. Destructor también tenía su plato hecho por Seth. Cuando estábamos empezando a comer Ágata salió de mi habitación, su blusa estaba fuera de su falda, todo sucia y desacomoda. Su cabello estaba más que desordenado y salió descalza.
-Buenos días -saludé masticando un bocado.
-Mi cabeza va ha reventar -Tenía los ojos entrecerrados mientras se acercaba a nosotros-. ¿Qué hago aquí?
-Larga historia -dijo Audrey alzándose de hombros.
-Ven, acabo de hacer el desayuno. Te gustará -Seth tomó un plato y acomodó algo de comida en el.
Cuando ella se sentó tocaron la puerta. ¡Es que no podíamos comer en paz!
Me puse de pie, tras de mí fue Des y caminé hasta la puerta, giré el pomo de la puerta -que no había cerrado ayer- y la abrí encontrándome a Joseph, que traía pantalones cortos y una camiseta sin mangas y escote que lo hacía ver ridículo.
-Hola Jo...
-¿Ágata? -indagó él pasando sobre mí, caminó hacia donde estaba mi hermana mientras la miraba con cara de horror-. ¿Estás bien? -La tomó de las mejillas mientras hacía pucheros-. Vámonos ya amor.
-Espera, aún estoy desayunando. ¿Quieres algo?
Cerré la puerta y volví con ellos. Joseph nos inspeccionaba como si fuéramos un grupo de bichos raros, luego volvió a reír sarcástico con su mirada de asco total.
-¿Qué es tan gracioso? -preguntó Audrey molesta mientras dejaba su cubierto en el plato.
-¿Quién preparó la comida? -interrogó mirando el plato de Audrey-. A simple vista tiene tanta grasa que necesitaré un paquete completo de servilletas -Ya veo de donde sacó Ágata la idea de las servilletas-. En serio se ve terrible.
Bueno, ustedes saben que pasa cuando hablaban mal de la comida de Seth.
-¿Perdón? -preguntó molesto. Sigue el tiempo-. He cocinado desde hace más de diez años -Lo repite-. ¡Diez años! -La comparación-. Cocino mejor que Bob Esponja. ¿Entiendes o te lo deletreo?
-Creo que deberías deletrearlo hermano -intervine caminando hacia Seth y poniendo unas mano en su hombro-. Creo que algo afecta su cerebro.
-¿Algo? Querrás decir todas las esteroides que se debe inyectar -completó Audrey y empezamos a reír. Ágata tenía los ojos tan abiertos por la impresión. Nunca nos burlamos de él, por más idiota que sea, le teníamos algo de respeto que habíamos perdido ese día.
-¿Cómo se atreven? Me siento tan ultrajado -¿Quién carajos dice ultrajado?-. Ágata no puedo creer que te juntes con esa clase de personas.
-Y por eso eres su novio -solté y él me miró furioso.
-Tranquilo Joseph. Solo están bromeando -defendió Ágata lo que de cierto modo fue extraño.
-¿Ah sí? Pues terminamos. Y esto no es una broma.
Los cuatro nos quedamos paralizados, Joseph caminó hacia la puerta y la azotó al momento que se fue. No sabíamos que decir, al menos yo, nunca creí que ese tipo llegaría tan lejos.
-¿Ágata? -llamó Audrey preocupada. Ella nos miró con los ojos brillantes a punto de llenarse de lágrimas.
-Gustave. ¿Te importa si voy a llorar a tu cuarto?
N/A
Que sad güey.
Weno he vuelto y siento que tardé mucho.
¡Malas y buenas noticias!
La mala. Volví a clases ): y tengo menos tiempo para escribir así que ya no publicaré dos capítulos por semana como antes ):
La buena es que LMPDG ganó los Invisible Awards ¡YEI!
En fin tenemos un hermoso banner al final por @Lysendrah . ¡Gracias! Lo amo jaja.
Gracias por votar y comentar ❤
-C.B.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top