—¿Estás bien?. —Preguntó Mark al verme llorar nuevamente.

<Genial, ahora Mark sabe también lo patética que soy.>

—Si, no te preocupes. —Le respondo mientras me seco las lágrimas con un pañuelo que me había dado previamente. —¿Puedes llevarme a casa?.

Aunque parezca mentira, en estos momentos confío más en él que en los chicos... Es increíble lo mucho que te dañan las acciones que vienen de las personas que más quieres.

—Claro. —Asiente y me toma del brazo con delicadeza llevandome hacia su auto.

Ambos nos subimos a su Audi R8 y salimos del lugar.

—Si hubiera sabido que te ibas a poner así no te hubiese dado la dirección. —Me dice Mark por el camino.

Se que en estos momentos me esta ayudando pero, a pesar de que necesito a alguien, a pesar de que quiero estar y desahogarme con el, me cuesta trabajo olvidar las rivalidades, las cosas que me han advertido los chicos, y lo idiota que ha sido conmigo.

—Ahora no te hagas la buena persona... Después de todo esto era lo que querías, ¿no?.

—Yo quería traerle problemas a ellos, no a ti. —Me explica. —Mis indiferencias son con BTS, no contigo... En mis planes jamás estuvo hacerte daño y menos de esta forma... Solo me gusta molestarte, y si con eso los molestaba a ellos el doble, mejor todavía.

Miro a los ojos a Mark y lo escrutiño con la mirada mientras trato en mi cabeza de buscar una sola prueba que contradiga lo que acaba de decir pero, para mi sorpresa, no encontré nada. Incluso, el día que me dijo que se la iba a descobrar, me esperaba algo peor, pero en su lugar solo me pidió un beso...

Desvío mi mirada de su rostro y me sumo en mis pensamientos. Prefiero estar callada y el respeta eso.

Después de unos minutos llegamos a mi casa, me despedí de él y me fuí a mi habitación agradeciendo él hecho de no toparme con nadie por el camino. Una vez dentro me quedé pensando en todo lo ocurrido hoy, mi corazón me decía que me equivoqué al decirle a los chicos que no quería saber mas nada de ellos, pero mi cabeza me decía que había hecho lo correcto... Después de unos minutos con esa lucha interna me quedé dormida.

...

—Amanda. —Tira de mis sabanas destapandome. —Levantate que llegarás tarde.

Joder, a mi tía no se le escapa ni un solo día.

—Si, ya voy... —Musito adormilada. Me siento con un cansancio mental horrible y me duele un montón la cabeza de tanto llorar.

Si así me siento sin verme, no quiero ver cuando me mire al espejo.

—Para cuando regreses de la escuela nosotros no vamos a estar aquí.

<Otra vez no.>

—¿A dónde vais? —Le pregunto incorporándome de golpe.

—Tan se va a China a resolver unos problemas de la empresa y yo lo voy a acompañar... Sabes que las cosas no van bien.

Asentí. —¿Cuándo regresais?. —Pregunté rendida aceptando el hecho de que era importante he iban a viajar si o si.

—Dentro de una semana.

—¿Y por qué tanto tiempo?.

Definitivamente no quiero quedarme sola una semana completa con Jimin.

—Sabes que la empresa de Tan está a punto de irse a la quiebra y necesitamos tiempo para tratar de solucionar los problemas.

—Esta bien...

—De todas formas no te quedarás sola... —Me dice en un intento de animarme. —Aquí estará Jimin para ti y algún que otro empleado. —Me da una sonrisa cálida.

<Si tu supieras...>

—Si, tienes razon. —Le digo con un fingido estado de ánimo alegre y una sonrisa forzada, no quiero meterle más problemas en su cabeza.

Mi tía se fué del cuarto y yo me alisté para la escuela. Después del desayuno me monto en el auto de Jimin y una vez pasada la cuadra de la casa le pido que me bajé para coger el bus puesto que no tenía ganas de ir con el, y sin decir palabra alguna me obedece.

El bus se demoró una eternidad en llegar. <Casi olvidaba los que era tener que tomar el transporte público.> Cuando me bajé de el decidí correr porque sinó lo hacía llegaría tarde, cuando voy a entrar en la escuela choco con alguien y ambos caímos al suelo, me levanto y al alzar la cabeza noto que choqué con una chica, ella era realmemte bonita, alta y delgada.

—Lo siento mucho, ¿estás bien? —Le pregunto a la par que le tiendo mi mano para levantarla.

—Si, no te preocupes. —La toma.

—¿Eres nueva?. —Digo mientras la ayudo a recojer sus cosas. Nunca la había visto por aquí.

—Algo así. —Sonríe. —¿Y tu?.

—Algo así también. —Le debolví la sonrisa. —Bueno, me voy que llego tarde a Álgebra.

—Ok, nos vemos por ahí.

Salí corriendo mucho mas rápido de lo que lo hacía antes, cuando llego al salón el profesor aún no llegaba <Por suerte, ese viejo nunca llega tarde> me dirigí a mi puesto pero no tenía ganas de sentarme con Suga así que voy directo a la última mesa y me instalo ahí.

Pasé las primeras tres clases en ese puesto hasta que de repente un chico llega corriendo.

—Escuchadme. —Todos lo miran fijamente. —Acaba de llegar Diana... Y está hablando con Jimin.

Los primeros en pararse son Suga y Tae, luego los siguen el salón completo, todo el mundo murmuraba y decía cosas las cuales no entendía

<¿Quién carajos es Diana?>...