Ese día la pasamos de ese modo, viendo pelis y charlando de vez en cuando. Ya en la noche cada quién se fué a sus cuartos, yo a recoger, puesto que al otro día llegarían desde temprano mi papá y la tía de Amanda, y ella... Pues no tengo ni idea, supongo que a dormir o a hacer cosas de chicas. Después de un rato pedimos pizza a domicilio y luego nos fuímos a dormir.

Una noche de lo más divertida, ¿no?

...

—¡Ya estamos de vuelta! —Se sintió desde la Sala.

Amanda Pov:

Desperté por las voces que se escuchaban abajo.

¿Como verga iba a haber alguien en la casa si supuestamente todos estaban de vacaciones?

Y sí, si no me cagué de miedo fue porque tengo buen control de la esfínter.

Me apresuré en ponerme algo que me tapara más que mi mini-short de dormir que, más que mini, era descaro-short y salí del cuarto como si tuviera un cohete en el trasero a despertar a Jimin.

Era revisar él o yo.

Y obvio que valoraba más mi vida... Osea, soy muy joven y guapa para morir!

Por desgracia Jimin ni se dió por enterado.

Así que decidí ir yo rezando que no me pasara nada como a la protagonista de la película de terror de ayer.

Lo sé, el trauma fué grande.

Una vez en la sala me percato de que las voces me suenan conocidas, y sí, eran ellos, María y el mayormodo ya habían vuelto de sus Vacaciones que al parecer solo eran un día libre.

Sin duda alguna Jimin me las va a pagar por engañarme de esa manera.

—Buenos días.

—¿Le preparo algo de desayunar señorita?

—Está bien, María, no tengo hambre.

—Señorita, recuerde que dentro de una hora llegan su Tía y el señor Tan —Habló esta vez el mayordomo.

Otra cosa que al parecer Jimin olvidó decirme.

<Cuando te atrape estas muerto>

—Está bien. — Asentí como si lo Supiera de toda una vida. — Y por cierto, díganme sólo Amanda. Me resulta incómodo que me digan señorita todo el tienpo.

—Como desee. —Contestan al unísono.

Subí corriendo las escaleras.

Una hora.

¡UNA HORA!

Y yo en estas fachas.

...

Hacía ya casi cuarenta minutos desde que había subido a prepararme, ahora sólo me faltaba peinarme. Escuché las voces de mi tía y Tan diciendo que ya había regresado y de la emoción dejé mi peinado a medias, me hice una coleta rápida y sali corriendo de mi habitación chocando con Jimin y, acto seguido, cayendo al suelo.

Mi pobre y no tan plano trasero se llevó todo el impacto.

—¿Estás bien? —Preguntó con tranquilidad.

¿Qué si estaba bien?

¿¡Qué si estaba bien!?

Bueno, la verdad es que sí. Tampoco es como si una caída de culo fuera mortal.

—Si, estoy bien.

—Por cierto, buenos días.

—Ehh, amm, b-buenos días. —Tartamudié un poco. Es mi impresión o estaba tratando de ser simpático?

<Que momento más incómodo>

Bajé corriendo las escaleras. Ya abajo saludé a Tan y abracé con fuerza a mi tía.

—¿Cómo les fué con el viaje?

Tan esboza una amplia sonrisa. Una de esas que uno da cuando todo salió como lo esperabas.

—¡Muy bien! —Asintió repetidamente—¿La pasaste bien con Jimin?

¿Y ahora que le digo?

Bueno, la vieja confiable siempre funciona.

—Si claro, nos divertimos un montón... ¿Verdad que sí, Jimin!?

Lo miré nerviosa por unos segundos y al ver que no reapondía le dí un suave golpe en las costillas con mi codo logrando así un asentimiento de cabeza por parte de él y un rodamiento de ojos por parte mía.

O es muy lento de aprendizaje o lo criaron unos camellos en el Sáhara y el sol le quemó las neuronas.

—Y bueno... —Inquirió mi tía con curiosidad— ¿Estás nerviosa?

—¿Por que debería estarlo?

—Porque mañana empiezas en un colegio nuevo, ¿recuerdas?

¿Recordar? Malamente me acuerdo de lo que hice hoy al despertar.

—Claro, como olvidarlo. —Mentí descaradamente

Saben, estaba pensando que mi habilidad de mentirosa profesional no debería pasar desapercibida ante el mundo... Si gente con cosas más raras se presentan a concursos de talentos por qué yo no!?

—¿Ya están listos? —Preguntó Tan sacándome de mis estúpidos he irracionales pensamientos— Dentro de un rato vamos a ir a comprar los uniformes y demás materiales.

—Yo voy a ir con mis amigos... Lo habíamos planeado desde ayer... —Se excusó Jimin.

—¿Y tu Amanda?

—Por supuesto que ella viene con nosotros también. —Habló alguien detrás de mi.

Giré para ver quién había dicho eso y era...