-Que clase de cosas pervertidas estas pensando!? -Dijo mientras se ponía las manos en el pecho teatralmente.

De seguro la cara que puse cuando me dijo eso fue todo un poema.

-¡Por supuesto que nada! Sólo quería saber que pensabas hacer.

-Vamos a ver pelis, Suga me prestó unas cuantas para que las viera contigo y así no te aburrieras tanto.

-Está bien.

...

-¿De qué generó te gustan? Tengo de terror, comedia, drama, romance, ficción y una que no creo que te guste mucho -Dijo mientras la guardaba nuevamente en la bolsa.

Yo reí pues sabía de que clase de película estaba hablando.

-Una de terror está bien.

¿Y cuáles son las consecuencias de hacerme la valiente?

Que a solo minutos de haber empezado la peli ya me estaba cagando de miedo.

En mi defensa voy a decir que la peli era realmente espantosa, yo creo que el seleccionó esa adrede porque era la que mas miedo daba. Todo el tiempo me la pasé pegada a el y por su parte encantado, en uno de los sustos me sobresalté tanto que me le lancé encima.

Ambos quedamos tendidos en la cama.

Nuestros rostros quedaron realmente cerca y el comenzó a acercarse a mis labios lentamente, pensé que me iba a engañar de nuevo como hizo en la fiesta pero para mi sorpresa, esta vez sí me besó.

El beso era lento y dulce, pero yo había esperado ese momento demasiado, no estaba para delicadezas ni cariñitos. Coloqué mi mano derecha en su espalda y la otra en su nuca para intensificar el beso, sus labios eran carnosos y suaves y el no pareció tener problemas para darse cuenta de lo que significaba mi gesto. Acto seguido introdujo su lengua en mi boca y...OH POR DIOS!!! Era fantastica, la movía con autentica agilidad y destreza, como si conociera el interior de mi boca a la perfección, no hizo falta explorarla ni esperar a que nuestras lenguas se adaptaran al ritmo.

En un gesto casi fugaz me succionó la lengua y ese fué el detonante que me hizo perder el control por completo.

Mi respiración comenzó a agitarse de lo mucho que me estaba excitando, el tampoco se quedaba atrás pues se le hacía un notorio bulto bajo el short. Me colocó encima de él y puso sus manos en mi trasero, el cual solo estaba cubierto por mi short de dormir, lo apretó con fuerza mientras lo masajeaba y luego me quitó la blusa... Detuvo cualquier movimiento y me contempló por unos segundos, luego se quitó la de el.

Se acercó a mi cuello y comenzó a besarlo mientras sus manos buscaban el cierre de mi sujetador, su erección se hacía cada vez más grande, podía sentirlo como crecía bajo de mí, pero en ese momento comenzaron a llegarme los recuerdos de ese fatídico día que le dió un giro monumental a mi vida y tuve que parar...