9. Discusión
2 días después, miércoles 30 de junio 2021.
Una de las cosas que no iba a superar, jamás, era el hecho de ver la cantidad de comida que podía tener una persona cuando contaba con los recursos económicos y que él, ahora siendo adulto, podía disfrutar sin tener que andar rogando por un poco de ella.
Una de las personas que trabajaba para la familia Stepanov, acercó una bandeja con croissants rellenas de chocolate, provocando un suspiro en Gavrel, eso, junto a mucha variedad de otras cosas en la mesa y el precioso paisaje de campo que los rodeaba, hacían de este un desayuno digno de ser filmado para una película.
Mark bebió té admirando los ojos del muchacho, que, a esta altura y a esta hora, parecían celestes, sus mejillas sonrosadas, su cabello dorado, como un ángel que luchaba por ser escuchado en este mundo lleno de normas.
—Youngho es igual a su madre y yo lo soy de la mía, pero ambos sí somos hijos de Viktor Stepanov, es por eso que cualquier persona que nos ve no creería que somos hermanos —sonrió— en serio, puede que mi hermano tenga sus defectos, pero es un hombre maravilloso, alguien a quien quiero... quiero salvar de convertirse como Viktor.
Y el deseo de preguntar sobre qué había pasado con ese hombre y esas mujeres era tanta, que solo miró hacia el vacío, no era información que se supiera de forma pública. La historia de los Stepanov era misteriosa, lo que atraía a otros y hacían de la figura del actual oligarca, algo grande y deseado.
—¿Y qué hay sobre ti? —dijo entusiasmado, Mark era agradable, le trasmitía paz y hacía que se olvidara de sus demonios.
Antes de responder la pregunta, voltearon hacia el costado encontrándose con Youngho subiendo los peldaños de esa pérgola de madera junto a Grisha Kozlov, algo tan simple que no debió importarle, salvo por un detalle, el oligarca traía una camisa de algodón celeste y pantalón beige, con el cabello húmedo y la barbilla afeitada.
Fresco, relajado y bonito.
Cuando esas palabras aparecieron en su cabeza, tomó la taza de té y dio unos sorbos nervioso ¿Qué había que ver en ese hombre? Él nunca pensaba así de nadie, incluso cuando estuvo caliente por otra persona solo le importaba follar rápido y ya, nada de apreciaciones y cosas por el estilo.
—Sí, Mark Lee ¿Qué hay sobre ti? —su voz, con aquel acento ruso, erizó cada una de las hebras de cabello en su nuca. De inmediato lo miró— no me gusta que entrevistes a mi hermano ¿Para qué?
—Espera, Youngho, esto no es un interrogatorio policial de su parte, solo estamos relajados tomando desayuno... No te he visto en 2 días ¿Podrías hacer las cosas más agradables?
Exacto, dos días en los que no supieron de su persona porque estaba ocupando haciendo actividades que un hombre de su tipo hacía.
A pesar de ser dueño de diversas cosas y tener personas liderando sus negocios, solía tener muchas reuniones para tomar decisiones importantes, flujos, cifras, proyecciones, el hombre era un verdadero sabelotodo de lo que le pertenecía.
Pero había vuelto y estaba aquí en este sitio, Dios quiera saber dónde.
El semblante del aludido cambió un poco, para luego acercarse a Gavrel, abrazarlo de costado y besar su frente con protección, como si sintiera culpa por lo que había mencionado su hermano.
—Vy byli khoroshi? Kak ty sebya chuvstvoval? (¿Has estado bien? ¿Cómo te has sentido?)
Mientras Mark escuchaba el intercambio de palabras en ruso cuyo significado no sabía, pensaba cuán importante era aprender el idioma, aunque esperaba que eso no fuera así, porque el verse obligado a entenderlo significaba que permanecería en este país y en este mundo por mucho tiempo.
No, él debía buscar sus propias respuestas en otra parte, tenía que salir del problema en el que se había metido confiando en la policía coreana y deseando "atrapar" a este hombre.
Después de conversar, Youngho se acomodó en la mesa y le dijo a Kozlov que hiciera lo mismo. Habían viajado a Bielorrusia para cerrar los negocios que le causaban problemas en ese país, un lugar donde la represión política bajo el mando de la KGB hacía insostenible moverse con libertad. Y no, no quería ganarse más enemigos, no por ahora, pero era algo que no le mencionaría a un policía coreano, no cuando aún desconfiaba de él.
—Gavrel te ha hecho una pregunta ¿Qué hay de ti? ¿Cómo es que sabes hablar árabe?
—Youngho, déjalo en paz —se quejó el menor.
Bebió té lentamente, sin quitarle la mirada al ruso, pensando mil cosas a la vez. Quizás lo había escuchado cantar, aunque no suponía un problema, podía dar una respuesta falsa a ello porque bajo ningún punto de vista las personas podían saber su mayor secreto, lo creerían loco.
—Tomé un curso, sé escribir y hablar árabe... y respecto a mi familia, no tengo, supongo que pudiste comprobarlo cuando te dedicaste a saber de mí por medio de Osaki Shotaro —cruzó sus brazos, ya no había lenguaje formal hacia ese hombre— cuando termine este desayuno tenemos que hablar.
—¿Y por qué no aquí mismo? —no se sentía de humor, incluso si lucía fresco.
Mark miró a Gavrel, no quería que escuchara cosas que no correspondían, tampoco estaba seguro del alcance de su conocimiento sobre todo en lo que su hermano podía estar implicado.
Pensó un par de segundos sintiendo la mirada de los rusos sobre él, una más hostil, otra más tranquila que otra. Y luego, cuando encontró la palabra correcta, miró a Stepanov directamente a los ojos.
—Youngho Viktorovich... ¿Cuál es el propósito del que siga aquí "encerrado"?
—Puedes irte cuando quieras, nadie te está reteniendo —dijo con simpleza bebiendo té, su postura aparentemente relajada, como si no le tomara el peso a sus palabras— incluso te lo dijo Grisha.
Sintió su estómago encogerse, no sabía si era de ira, de angustia o ambas.
—Ambos sabemos que eso no es cierto, me retuviste los documentos, sabes que no puedo salir sin ellos a la calle, mucho menos pasar por el aeropuerto, he tenido la oportunidad de delatar lo que he visto de ti, incluso tu debilidad, pero ¿Crees que me importa hacerlo?
Algo le dijo a Grisha Kozlov antes que este sacara algo de su bolsillo y lo depositara sobre el plato vacío del "coreano".
Con cuidado el aludido lo sostuvo con sus manos y lo revisó en silencio ante la mirada expectante de los demás. Allí dentro estaba su DNI coreana, también la falsificada para esta misión, su pasaporte, todo lo que le había pertenecido hasta ser "secuestrado", todo en perfecto estado listo para ser usado.
Levantó la mirada hacia el lado, luego al otro, ni siquiera sabía dónde estaba ¿Seguían en San Petersburgo?
—¿De qué sirve que quieras irte? La policía coreana te ha abandonado cuando supo que fallaste en la misión, ellos... a quienes tanto juraste lealtad —indicó un punto específico— vete, pero ten por seguro que cuando te des cuenta que estás solo y que no tendrás dinero siquiera para comprar el pasaje de vuelta, volverás hacia mi persona, pero no voy a ayudarte... cuando cruces esa puerta tendrás que valerte por ti mismo.
—Eto emotsional'nyy shantazh! —se quejó Gavrel, parándose de su asiento y colocando ambas manos sobre la superficie de la mesa para enfrentarse a Youngho.
Kozlov, ajeno a la discusión que se creó entre los hermanos Stepanov, observó la figura de coreano y como su cuerpo empezó a cambiar notoriamente pasaban los segundos.
Mark, quien dejó de escuchar lo que fuera que dijeran a su alrededor, empezó a absorber lenta y detalladamente cada una de las palabras dichas por ese hombre, como si una nube negra consumiera desde su interior hacia afuera todo lo que lo constituía su cuerpo.
Poco después de llegar a este lugar, se incorporó al cuerpo policial coreano destacándose entre sus pares, logrando un puesto en una división especial. Había rendido su confianza y lealtad hacia una institución en la que confió para hacer justicia por aquellos que no tenían las herramientas para hacerlo, había encontrado en ellos un sentido para vivir, un sentido de pertenencia, un lugar donde comer y dormir de forma cómoda. Sin embargo, ante el escenario actual, después de las palabras que le había dicho Shotaro y ahora Youngho, la sensación de abandono se hizo tan dura y tan fuerte que era insoportable.
Se recordó a sí mismo en Marruecos, donde estuvo abandonado, recorriendo calles por comida, robando, en casas de acogida, en la calle nuevamente, al hecho de ser un chico de la calle sin paradero fijo.
Y esto era peor, porque estaba solo en un mundo al cual no pertenecía, con más dudas que respuestas, con nadie con cual compartir su mayor secreto.
No tenía cosa alguna y no pertenecía a ningún lugar. Y no, tampoco era tan fuerte como creyó que lo era.
Cuando el terror estaba estrangulando su garganta, jadeó fuertemente llamando la atención de los demás.
—¡Mark! —Gavrel quiso contenerlo— Mark ven...
—No me toquen, no me toquen... ¡No me toquen!
Antes de poder hacer algo, Mark empujó la silla hacia atrás para escapar hacia cualquier parte, sin un rumbo claro, sin un destino fijo, solo escapar antes de tomar la decisión de arrebatarle el arma a Youngho y dispararse a sí mismo.
El muchacho miró a su hermano, quien parecía un poco descolocado con lo sucedido.
—¿Te das cuenta de lo que acabas de provocar? ¿Crees que eres... que eres superior solo por pisotear a otra persona de esa manera? —sus ojitos claros se llenaron de lágrimas— ¿Cuántas veces te voy a tener que recordar que Mark Lee no es como los otros policías? ¿Cuántas veces voy a tener que pedirte que respetes a la persona que me salvó la vida?
—Gavrel...
—Puede que no te importe, pero a mí sí... ¡¿Puedes dimensionar el impacto que ha de sentirse el hecho que está solo en un país que no conoce con un idioma que no maneja?! Le dijiste que puede irse, pero lo estás manipulando emocionalmente... Youngho ¡No seas así! ¡Tú lo retuviste en primer lugar!
Empujó su silla y salió en busca de Mark Lee, dejando a su hermano bebiendo un vaso de jugo con los dedos tensos sobre la superficie de vidrio, mientras Grisha Kozlov miraba a su jefe y mejor amigo.
—No digas una sola palabra o te despido —advirtió Stepanov, con la voz irritada.
—Sabes que no lo harás —musitó antes de sacar un cigarro y encenderlo— pero incluso yo me quedo sorprendido, no sueles perder los estribos tan fácilmente, menos lo harías con alguien que se ha preocupado por tu hermano... no lo hiciste con Sungchan y con Shotaro en su momento, no veo que lo hace diferente en Mark Lee.
—Eres un hipócrita, has asesinado con tus propias manos y te preocupan estas banalidades... por favor.
La mirada de Grisha y sus ojos entrecerrados mientras fumaba, lo hicieron sentir tan cuestionado, que solo le quedó pararse y salir de allí, no iba a tolerar que se atrevieran a juzgar sus decisiones.
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Allí estaba cuando logró encontrarlo, a medio camino de la entrada de la propiedad campestre, con la frente sobre el césped y sus brazos rodeando su tórax como si tratara de abrazarse a sí mismo.
Los ojos cerrados, la respiración bucal e inestable, se notaba que el muchacho estaba pasando por un episodio de trastorno de pánico, y él sabía lo que eso significaba, sabía lo que se sentía, sabía cómo cuidarlo.
Con cuidado se sentó a su lado y estiró la mano para dejarla sobre su cabellera, incluso quien era policía y se enfrentaba a todo tipo de situaciones, también tenía heridas.
—A pesar de que te conozco hace como 1 mes, solo puedo decirte que eres muy importante para mí —dijo con calma— así como me ayudaste cuando quise quitarme la vida, lo haré estando a tu lado...
Mark movió la frente, el ahogo tomaba posesión de su pecho.
"No tengo a nadie..." murmuró.
Con un origen que ni siquiera recordaba bien, con un destino incierto, bajo las manos de un hombre que le daba la libertad de irse cuando quisiera, pero lo ponía entre la espada y la pared. Había estado a punto de morir por ser su "mascota" y ahora estaba vivo ¿Para qué? ¿Para quién?
—Si quieres regresar a Corea, hazlo, Youngho dijo que no tendrías dinero, pero yo puedo comprarte un pasaje...
El mayor levantó la cabeza y lo miró respirando aún por la boca. El problema era mucho mayor a eso.
—Tu hermano solo dijo la verdad, y... si realmente la policía no me está buscando, si realmente hay algo muy malo detrás, quizás cuando regrese tomen represalias contra mí —Gavrel se mordió la mejilla por dentro— es... esa sensación Gavrel de no pertenecer a ninguna parte, esa sensación de ¿Y ahora qué? Busqué por tanto tiempo tener un motivo para salir adelante, un sentido a mi vida... y ahora no lo tengo.
—Mark —dijo con cuidado, dejando una mano sobre la suya— lo único que puedo decirte por el momento, es que hay una razón por la que Shotaro y Sungchan no quieran volver, ellos también están buscando su propio camino y mi hermano los está ayudando en eso —suspiró— aunque debo pedirte perdón... Youngho se comportó como un troglodita contigo en la mesa, no te merecías eso, te manipuló emocionalmente y eso no está bien... como sea, tus sentimientos son válidos, no los reprimas, si te sientes abandonado llora todo lo que puedas, si tienes miedo deja que el miedo pase, pero cuando eso acabe, trata de buscar un nuevo sentido a tu vida y lucha por eso...
Las lágrimas en los ojos del mayor se desbordaron un poco, había tenido dos sentidos de vivir en el pasado, cada uno se había acabado de pronto, y ahora no sabía por lo que luchar, estaba viviendo en piloto automático.
Apoyó su rostro en la mano del adolescente y cerró los ojos dejando que el terror fuera desapareciendo poco a poco. Un gesto de cariño venía bien, a veces era correcto ser protegido en vez de proteger.
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Flash Back
Quería poder tomar el papel y escribirle a ese hombre que un profesor del que se había hecho amigo, le hizo unas pruebas y había determinado que tenía el nivel de escolaridad que un muchacho de 13 años poseía. Para ser alguien que nunca pisó una escuela, que solo aprendió cosas en libros que robaba o le prestaban, para él, alguien que era considerado un maleante y chico de la vida, esto era considerado un gran logro.
Sin embargo, debía detener sus impulsos, no podía compartir esto con Mister Snow, él no sabía el alcance de necesidad social en la que se encontraba, pero Mark sí sabía que MS tenía un muy buen pasar económico por las cosas que relataba.
En vez de eso, se acomodó sobre un sofá raído que había comprado con dinero que había reunido, para luego mirar la hoja y escribir con una sonrisa en su rostro.
"¿Estás ocupado?".
Fue en busca de un vaso con agua y bebió hasta el fondo, luego regresó al sofá observando la hoja, esperando impacientemente por su respuesta, pero no había alguna y eso le inquietaba, porque no tardaba más de un par de minutos en hacerlo, incluso sabía en qué momento de su propio día debía comunicarse para que MS tuviera tiempo.
—Quizás solo tuvo un contratiempo —susurró confundido.
Se dedicó a hacer otras cosas, como sentarse sobre un cajón de frutas vacío y arreglar la suela de un zapato roto, con la mirada constante sobre el papel que descansaba en una mesita pequeña, pero no había letras doradas, no había luminiscencia, ningún signo de actividad.
Calentó una lata de frijoles para cenar, le dio de comer a los camellos del establo que se había convertido en su segundo hogar, había llegado la noche y el papel no tenía actividad, nada de nada.
"Espero que estés bien y no te haya sucedido nada, descansa Mister Snow".
Con la garganta apretada dejó la pluma a un costado, pero el papel empezó a escribirse solo con las letras de su respuesta, y él estaba leyendo con el miedo devorando su pecho y su garganta, como si una mano tomara posesión de su mano y lo ahogara.
"Spiderman, no siempre te voy a poder responder en los tiempos que tú esperas o quieres, te recuerdo que tengo 20 años, estoy estudiando en la universidad y tengo una vida muy ocupada... ¿Qué piensas de estas conversaciones? Las hemos mantenido por 10 años ¿No te aburres?"
Inclinó la cabeza un poco antes de tomar la pluma.
"¿Por qué preguntas eso? ¿Acaso a ti sí?".
"Yo no sé si te has dado cuenta, pero no somos los niños de antes, cada uno tiene sus propias vidas, sus propios problemas y esto se ha vuelto simplemente una molestia, no sabía cómo decírtelo, pero debo hacerlo... Spiderman, o como quiera que te llames, estoy agotado de hablarle a un papel y a una persona cuya información no conozco ¿En serio que no te aburre?".
Mark secó sus lágrimas rápidamente y tomó la pluma con fuerza, otra vez.
"Hace un tiempo me dijiste que yo también era tu motivo para levantarte en las mañanas ¿Qué pasó con eso? Tan fácil se te olvida ¿No?".
"Espera, espera ¿Estabas hablando en serio? ¿No era una cursilería? ¿En serio alguien de 17 años habla de esa manera? Spiderman, maldición, incluso tu sobrenombre ya se me hace incómodo, tú... tú, necesito acabar con esto de una vez, no puedo acercarme, no puedo hacer nada y... y tampoco estoy en una posición en la que pueda revelar quién soy, debo enfocarme en otra persona ¿Tú no tienes tus propios problemas?... y puedo apostar muchacho, puedo apostar que estás enamorado de mí, pero prefiero que acabes esto aquí porque yo soy heterosexual, tengo una novia".
El dolor y la sensación de ahogo se hizo tan abrumadora, no sabía lo que significaba la palabra "heterosexual", pero el hombre estaba siendo cruel de la mejor manera que podía, pisoteando lo que sentía, burlándose de lo que él alguna vez también dijo.
"No estoy enamorado de ti, yo te amo de la manera más loca y absurda, pero te amo, al fin y al cabo, tanto te amo que tus palabras me están hiriendo como no te imaginas, sin embargo, solo soy capaz de darte las gracias por todo, Mister Snow... simplemente gracias por todo".
Fin Flash Back
Dicho aquello, la hoja mágica se había encendido en señal de que iba a recibir una respuesta, y demonios, él quería leer lo que fuera que ese hombre le respondiera ante la confesión de amor, porque si incluso era un rechazo podría frenar sus sentimientos y abandonar un hábito de mensajes que también le provocaba dolor.
No pudo, ese día no pudo, ni al siguiente, ni al otro, ni nunca más.
En el momento que Mister Snow le iba a responder, el papel se deshizo lentamente convirtiéndose en arena, al igual que la pluma, ambos en partículas que se las llevó el viento.
—Y me sigue doliendo como ese día —murmuró Mark, acostado, mirando la pared de su habitación, después de haber dormido toda la tarde, saltándose el almuerzo, queriendo evitar al oligarca ruso.
Revolvió su cabello lentamente cuando se sentó a la orilla de la cama, pensando que debía ser muy tarde ya que todo estaba en penumbras.
No podía permitir que los comentarios de ese hombre le hicieran tanto daño, aunque era irrefutable el hecho de que no pertenecía a ningún lugar ¿Y si aceptaba la ayuda de Gavrel para irse de este país? ¿Tan difícil sería encontrar un nuevo rumbo? Tal vez, nadie le daría una oportunidad a sus 27 años.
Lavó su rostro, se colocó una sudadera negra que cubriera su cabello y salió de la habitación camino hacia algún lugar donde encontrara a otra persona para entablar una conversación. Sin embargo, cuando dobló por un pasillo hacia la izquierda, abrió los ojos un poco sorprendido al descubrir a una mujer de cabello rubio, largo, estar abrazando a Youngho Stepanov por el cuello mientras se besaban apasionadamente apoyados sobre una pared de la sala de estar.
A él no le gustaban las mujeres en absoluto, pero sí podía decir que era una mujer preciosa con el cuerpo curvilíneo que la sociedad describiría como perfecto ¿Sería una modelo? ¡¿Y qué demonios hacia él espiando?! ¿Qué jodida mierda le importaba?
Quería creer que estaba mal hacer esto, pero ver al ruso sujetar con tanta posesión a la mujer por la cintura, de alguna manera fue hipnótico y... ¿Molesto?
—No le diré nada al señor Stepanov si me dices la razón por la cual estás espiándolo.
Grisha Kozlov habló tras su espalda, haciéndolo saltar en el sitio que estaba parado.
Piensa rápido.
—Estaba camino a la cocina y lo vi aquí, no quiero interrumpir, eso es todo.
El ruso lo miró como si no le creyera, pero luego solo movió el hombro en respuesta.
—¿Te sientes mejor? Gavrel dijo que te habías enfermado por lo que Youngho dijo.
¿Esas palabras estaban teñidas con un tinte de preocupación genuina? Lo tomó por sorpresa cuando lo sujetó de lado por el hombro y caminó junto a él en dirección hacia el comedor donde Shotaro, Sungchan y Gavrel estaban esperando, pero se detuvieron al lado del oligarca y "su mujer".
—Ya ne znala, chto u vas zdes' drugoy chelovek. Eto svyazano s vami po materi? ... dorogoy?
Youngho no había escuchado nada de lo que ella había dicho, solo podía ver la postura en la que Kozlov sujetaba a Mark de lado, con tanta casualidad que era molesto ¿Desde cuándo había ese tipo de cercanía? ¿O solo estaba sujetándolo para que no se moviera? ¿De qué no se había enterado?
—Puedes presentarte —Kozlov soltó al muchacho para que hablara.
Antes que pudiera responder, Gavrel abrazó de lado a Mark lleno de afecto, todo ante los ojos de una muchacha que lucía genuinamente confundida. Había divisado la situación cuando caminó por la casa en busca del muchacho.
—¡Te estaba buscando por todas partes! Hola Ekaterina, veo que acabas de conocer a mi mejor amigo, se llama Mark Lee, pero también es la nueva incorporación de mi hermano como su guarda espalda personal... no habla ruso de todas maneras.
—Ohhh... Hola Mark, soy Ekaterina Petrova, una amiga de toda la vida de tu hermano y de la familia, es un gusto conocerte.
—Priviet dobroy nochi (hola, buenas noches), lo mismo digo...
—El chef dijo que la comida está servida ¿Podemos pasar a comer?
—Voy en un momento, hermano, debo entregarle algo a Mark, volveremos en menos de 5 minutos.
No tuvo tiempo de responder, sintió como Gavrel sujetaba su codo para llevarlo a una habitación cualquiera, aunque, el calor en su nuca se hizo insoportable. No tenía como saber que Youngho no dejaba de ver su figura con cierto toque de extrañeza, el mismo hombre que miró a Grisha Kozlov cuestionando lo que fuera que había hecho.
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—Siento haber tenido que arrastrarlo hasta acá señor Lee, pero necesitaba poder desahogarme con usted —estaban sentados al borde de la cama que le pertenecía al adolescente— no estoy de acuerdo en absoluto con la presencia de esa mujer en este lugar, se suponía que estábamos resguardándonos del peligro y de alguna manera descansando, en las personas que yo considero familia ¿Por qué tiene que venir ella a arruinarlo?
¿Qué podía responder ante ello si no conocía a la mujer en cuestión?
Frunció las cejas.
—¿No dijo ella que era una amiga de la familia?
—¿De qué familia señor Lee si la única que queda de esos tiempos somos mi hermano y yo? —meneó la cabeza— como sea, no quiero contaminarlo con mis pensamientos, solo necesitaba dejar salir la molestia que me provoca su presencia, como si hubiera roto un momento solo entre nosotros —mordió sus labios— ¿Puedo contarle algo sin que crea que soy un adolescente chismoso? —asintió— Ekaterina fue la niñera de mi hermano ¿Puede creer lo perturbador que suena eso? Fue asignada como su niñera a la edad de 16 años, cuando él solo tenía 5.
Con esa información en la cabeza, luego de 5 minutos, se acercaron al comedor donde los demás ya estaban sentados mientras unos trabajadores les llevaban distintos platos a la mesa.
Youngho le sonreía gentilmente a la mujer, pudo darse cuenta de ello, pudo notar como ella reía melodiosamente. 11 años de diferencia, ella lo había cuidado cuando fue niño y ahora se besaban con complicidad como si se conocieran de toda la vida. Bueno, lo hacían.
Ignoró sus miradas, solo se concentró en el plato de comida con cientos de pensamientos en su cabeza. Él no se había disculpado por lo imbécil que había sido con él ¿Y tenía el descaro de lucir tan cómodo como si nada hubiese pasado?
De pronto abrió los ojos aún más sintiendo sus mejillas enrojecerse hasta las orejas.
¡¿Estaba sintiendo celos?!
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Nota autora:
La aparición de esta mujer solo puede poner un poco más interesante las cosas.
A partir de ahora subiré un poco más seguido...
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