8. Explicaciones

"Perdóname por no conocerte... Mister Snow".

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Flash Back

"¿Cuál crees que sea la razón por la que ha llegado este tipo de papel a nosotros?"

Nunca había hecho esa pregunta, pero estaba seguro que ambos pensaban lo mismo. Dicen que la magia no existe, sin embargo, no podía tomar en serio esas palabras cuando ambos eran testigos de esto ¿Milagro? ¿Magia? No importaba el nombre, esto que ocurría hace casi 10 años y se había vuelto lo más preciado, al menos para él.

Sonrió cuando la respuesta de Mister Snow se fue escribiendo sobre el papel, uno indestructible, un papel que volvía a sus manos incluso si lo perdía en algún lugar.

"Porque necesitaba a una persona que fuera mi amigo por lo que soy, no por lo que tengo. En cuanto a ti ¿Por qué crees que llegué a tu vida?".

Las mejillas se enrojecieron cuando leyó la pregunta, retomando el periodo cuando era un niño de 7 años que vivía en las calles, viviendo de la caridad de la gente, alejado de lo que alguna vez fueron los pequeños amigos que hizo quienes también fueron secuestrados.

Rascó su nuca, luego sostuvo la pluma mágica y escribió sobre el papel.

"Porque era un niño realmente solo, un niño cuyo deseo por vivir no hubiera existido si no tuviera motivo para levantarse en las mañanas... ese motivo eres tú, Mister Snow".

No conocía sus rasgos, no sabía si era rubio o de pelo oscuro, ni el color de su piel, ni la forma de sus ojos, nada de nada, pero tenía muy en claro que tenía sentimientos por él, que sin importar si era más alto o más bajo, que quería ser abrazado, que le dijeran que todo estaría bien y que saldría del estilo de vida que tenía.

"Tú también eres mi motivo, Spiderman ¿Crees que, si revelo mi nombre, donde vivo y cómo ubicarme, esta magia se rompa?".

Mark se acomodó en la humilde cama que usaba hace años en el establo de los camellos, para observar esas palabras con una sonrisa teñida de tristeza. Tanto él como el otro pensaban igual, el motivo de no revelarse ante el otro no era solo cuestión de probar cuan fiel y desinteresada podía ser la amistad, también había un motivo detrás, un temor a romper la magia.

Pero se sentía desesperado. Lo amaba, de manera irracional y estúpida, él amaba al hombre detrás de ese papel, lo amaba desde que era un pequeño niño que creció junto a él por medio de esos mensajes. Lo amaba.

"Lo creo... pero me duele como el infierno".

Fin Flash Back


Después de este tipo de sueños siempre despertaba llorando, porque a pesar de ser un hombre de 27 años, su corazón no podía sanar el dolor más grande que le había provocado algo. No poder cumplir el sueño de conocer a su único mejor amigo y a la única persona que había amado.

Trató de mover la mano para secarse las lágrimas, pero la expresión efusiva a su lado lo hizo abrir los ojos abruptamente.

—¡No pensé que despertarías!

Era Shotaro. ¿Osaki Shotaro? ¿Por qué ese canalla estaba aquí?

Pestañeó un par de veces, aún sin mover su cuerpo, dejando que ese muchacho lo abrazara efusivamente mientras la vista empañada se esclareciera poco a poco hasta formar la nitidez de la realidad. Paredes hechas con madera exquisita, olor a verano de una cabaña de alto nivel.

Se sintió jodidamente confundido.

El japonés sostuvo su rostro con ambas manos y lo vio en todas las direcciones, llevaba la mascarilla puesta, sus ojos brillantes estaban genuinamente preocupados por él, no parecía ser actuación, aunque luego de lo ocurrido, todo lo que hiciera lo pondría en duda.

—Dios ¿Te duele algo? ¿Te sientes mal? Necesitas comer ¡No te has alimentado en una semana!

Una semana.

Pareciera que el desconcierto fue muy evidente, porque Shotaro se acomodó en el borde de la cama para aclarar la situación.

"¿No recuerdas nada de lo sucedido? Una inauguración de hotel, el nombre de Yuri Pavlovsky ¿Nada?".

Fue como darse una cachetada o un cabezazo contra la pared para reiniciar su cerebro o algo por el estilo, ese nombre y lo último que recordaba de lo sucedido, las imágenes, su confesión sobre follar cadáveres, todo llegó de golpe y lo hizo jadear.

Miró a su alrededor rápidamente. Estaba en una habitación totalmente diferente a las de la mansión por lo que deducía que era un lugar totalmente diferente. Al instante llevó sus manos al rostro, luego al cuello, bajó la vista a su cuerpo y levantó la camiseta blanca que llevaba puesta en busca de alguna marca de herida o algo por el estilo. Pero nada, estaba intacto, todo intacto.

El terror se vio en su mirada, él recordaba perfectamente el sonido de un disparo y la sensación que se estaba muriendo, sin embargo, antes de preguntar por el hecho, el japonés habló.

—Ven conmigo, te ayudaré a pararte, es mejor que vayas a darte una ducha, te alimentes lo suficiente y despejes tu mente... porque...

—Shotaro ¿Qué fue lo que sucedió? —habló roncamente, su garganta estaba seca y áspera— ¿Eh? ¿O también vas a mentir sobre eso?

Ni siquiera tuvo tiempo de responder, la puerta de la habitación se abrió apareciendo Gavrel dentro del lugar, quien corrió rápidamente a su encuentro para abrazarlo y hablar en ruso lo emocionado que estaba porque había despertado.

La molestia que pudo sentir hace unos segundos desapareció completamente, Shotaro aprovechó ese espacio para salir de allí y pensar que tendría otro momento para hablar con Mark. No quería que hubiera distancia entre ellos, no cuando lo que había hecho fue porque había una razón de peso que lo avalaba y también porque crecieron juntos en la formación de policía, para bien o para mal.

Por otra parte, el adolescente sostuvo al "coreano" de su rostro y lo examinó de todos los ángulos en busca de lesiones.

—Señor Lee, debería visitar una clínica, "dormir" una semana no es normal bajo ningún punto de vista.

Una semana, otra persona confirmaba que estuvo mucho tiempo fuera de sí ¿Bajo qué razón?

Suspiró y se acomodó en el respaldo de la cama para luego abrazar sus piernas y mirar al adolescente. Se sentía muy bien para estar tanto tiempo acostado, sin hambre, sin deseos de ir al baño, como cualquier día.

—¿Qué sucedió? Lo último que recuerdo fue un disparo, caí al suelo, en... enserio sentí que estaba muriendo y... estoy aquí, tan... tan bien —los ojos de Gavrel se veían realmente hermosos con el sol de mediodía, aún más claros que de costumbre— perdóname, no debería someterte a este tipo de cosas, probablemente Youngho no lo querría así.

El otro colocó una mano sobre la suya y sonrió de costado.

—No piense que no sé en el mundo que nos envolvemos, por mucho que mi hermano quiera tenerme en una burbuja, no todo se puede ocultar, los Stepanov tenemos muchos enemigos, Viktor los fue creando —suspiró, contó mentalmente hasta tres y siguió— ¿Lo qué pasó? Si hubiera estado despierto quizás lo habría visto en el noticiero...


Flash Back

Después de terminar la llamada con Kozlov, Youngho Stepanov supo que las cosas eran retorcidas y que ese policía bastardo estaba en peligro. Lo que le pasara no debía importarle, pero lo hacía, porque era un recurso importante para utilizar más adelante y, además, porque le había salvado la vida a su hermano menor. ¿Reaccionaría a tiempo para defenderse? ¿Lo "traicionaría" vendiendo información al infeliz de Pavlovsky?

Mientras todo el mundo estaba distraído bebiendo y sociabilizando en el evento, él buscaba intensamente con la mirada en cada rincón posible, pero la ausencia de ambas figuras lo hizo sentirse enfadado.

"Señor Stepanov, Yuri Pavlovsky es un bastardo enfermo... si no sale de este lugar ahora mismo, puede que estemos hablando de una trampa para capturarlo, nuestros hombres entrarán al hotel para sacarlo ahora mismo".

"¿Te recuerdo con quién estás hablando? Soy Youngho Stepanov, Kozlov... no soy cualquier persona".

Una cosa era cierta, había vivido toda su existencia rodeado de seguridad que velara por su bienestar, pero él no se consideraba un débil, había entrenado de pequeño para que el día de mañana si ocurrían este tipo de cosas, supiera como actuar. No era egocentrismo, él era una persona peligrosa en muchos sentidos.

Preguntando de una persona a otra se enteró que Pavlovsky caminó hacia un salón específico con una persona de "ojos rasgados" y estatura media ¿Quién más sino Mark Lee?

Avanzar por uno de los pasillos del hotel se sintió como el camino silencioso en un juego de terror, una quietud que lo hizo estar más atento a cada detalle.

No supo cómo ni tampoco el porqué, pero de pronto una puerta en particular llamaba su atención, como si una fuerza le dijera que era el lugar que esperaba. Quizás estaba poniendo mucho esfuerzo en "rescatar" al policía, quizás no estaba en peligro alguno y tal vez se había aliado con el otro, pero aquí estaba, mirando una puerta que se abría con tarjeta.

Ja, que bueno era sacar cada maldito truco para salir de situaciones, así como, por ejemplo, tener una tarjeta "llave maestra".

La conversación del otro lado no era del todo clara, pero bastó un par de palabras para entrar en acción.

"No soy un idiota, pero te contaré un secreto antes de apretar el gatillo...amo follar cadáveres. "

Incluso en situaciones extremas de gran carga emocional, Youngho podía clarificar su mente y hacer cosas precisas, como ahora, que abrió la puerta y en menos de un segundo sacó la pistola que tenía para apuntar al centro de la cabeza de Yuri Pavlovsky, asesinarlo tan certero y perfecto que cayó inmediatamente al suelo sobre el charco de su propia sangre.

Una carga menos, un desastre menos en la sociedad.

Dejó de observar el cadáver para luego levantar la vista unos pasos más allá, encontrando a Mark Lee boca arriba en el suelo, de ojos cerrados, inconsciente. Sintió molestia consigo mismo por creer que debía preocuparse por él, pero lo hacía, no por nada pateó el cuerpo del otro para avanzar hacia el muchacho y verificar que no hubiera llegado tarde ¿Y si lo había atravesado una bala? ¿Y si Yuri lo había asesinado para luego follarlo hasta el cansancio?

Sostuvo delicadamente su rostro, encontrando una herida por roce cerca de su oreja y un poco más lejos allí en la ventana de la habitación, un orificio producido por el disparo de otra bala.

—¡Señor Stepanov! —Kozlov aparició armado apuntando en todas las direcciones— le he dicho que salga de... aquí —el charco de sangre bajo la cabeza de Pavlovsky era una imagen desagradable, pero nada que un hombre como él no pudiera soportar, no después de lo que era testigo— ¿Qué sucedió?

—Una escoria menos, eso es todo —se agachó para sostener en brazos a Mark, su frente estaba contra su pecho— tan débil, tan patético... ¿Dónde quedó el policía?

—Una herida por roce, por lo que veo, el infeliz le disparó poco después que usted lo hiciera, una fracción de segundo tan ínfima, el suficiente dolor sufrido como para que desviara la mira, el estruendo perfecto para que Mark Lee se desmayara del susto creyendo que lo habían asesinado —para deducir, Grisha Kozlov era el mejor— ¿Qué haremos con el cuerpo?

Youngho, que ya estaba caminando con Mark entre sus brazos hacia la salida de la habitación, dio una mirada al suelo con un velo sombrío cubriendo su presencia y con un enorme desprecio por la vida del otro que se había perdido.

—Defensa propia, tan simple como defensa propia.

Fin Flash Back


"No puedo decir que estoy orgulloso, señor Lee, pero mi hermano asesinó a ese hombre antes que este lo hiciera con usted, por lo que... me alegra que lo haya hecho".

No le dio demasiados detalles, pero tenía en claro una cosa, si en este momento tenía la oportunidad de estar parado, respirando, dejando que el agua caliente lavara su cuerpo completo mientras olía a champú y jabón, era gracias a ese hombre "despiadado" que no dudó en poner una bala.

Gavrel no conversó mucho, excusándose que demasiadas palabras podían agotarlo, solo le indicó donde se encontraba el baño y que una vez estuviera listo saliera al sitio para tomar desayuno. ¿Así sin más? ¿Acaso no cuestionaría el hecho de que estuvo una semana inconsciente?

Cualquiera podía pensar que tenía una enfermedad o algo por el estilo, cuando en realidad, Mark creía que el desmayarse demasiado y por mucho tiempo podía deberse a algún desajuste de espacio/tiempo luego de venir a este mundo.

Por un momento pensó en la opción de qué hubiera sucedido si la bala lo hubiese alcanzado, dándole muerte ¿Regresaría a donde le correspondía? ¿Se reiniciaría la historia?

Meneó la cabeza, cerró la llave y salió de la ducha antes de pensar en cosas que le hicieran daño. No quería recordar su infancia en Marruecos, no quería volver a ese estado donde se sintiera un impostor con un vacío existencial. Vistió la ropa que estaba sagradamente doblada para él, por la textura y el estado suponía que era nueva.

Una vez que estuvo listo salió de allí un poco aturdido, mirando en todas las direcciones y buscando una salida hacia un ático o hacia el patio donde Gavrel dijo que lo esperaba, pero la escena que vio no fue agradable para nada, puesto que unos pasos lejos, vio a alguien sentado cubierto con un abrigo sosteniendo una pistola en su mano.

—Gavrel... —murmuró. ¿Pero qué era lo que le pasaba a ese muchacho? — ¡Gavrel no sostengas ese tipo de cosas!

Lo abrazó por detrás con la esperanza de detenerlo. Una persona que había intentado quitarse la vida podía caer en la tentación tantas veces como fuera posible hasta alcanzar su cometido, además, sostener armas no era seguro para ningún ser humano.

—No sé por qué levantaste esa pistola, pero déjala de lado ¿Sí? No es segura para ti, si te haces daño también dañas a tu hermano, él te ama mucho —contuvo la respiración— vamos a dejarla en un lugar seguro y pasaremos a tomar desayuno ¿Sí?

En ese momento, "Gavrel" se movió dejando hacia atrás el abrigo que cubría su cabello, para luego voltear el rostro hacia él y mirarlo con extrañeza en sus ojos... rasgados.

Mark pudo haber gemido de la sorpresa, pero solo se quedó así, aturdido con sus cejas fruncidas, con la manera en la que lo observaba y con el aroma del perfume que emanaba, recordando que tenía frente a él a un oligarca ruso que lo había salvado de morir por un balazo.

Youngho quería quitarse de encima esa sensación de ser abrazado, pero aún podía sentir el calor del policía coreano rodearlo y de su voz susurrando en el oído. Empezó a sentirse ahogado, quitó de encima el abrigo que Gavrel llevaba puesto, se levantó rápidamente e indicó un punto del patio, una pérgola muy parecida a la que había en la mansión.

—Mi hermano te espera para comer, vete ya.

—Señor Stepanov, yo... —tragó saliva— ¿Por qué lo hizo?

—¿Qué hice qué? ¿Asesinar a Yuri Pavlovsky? ¿Crees que lo hice porque me agradas o algo por el estilo? —medio sonrió con sarcasmo para restarle importancia a la situación— un hombre como él es un dolor en el culo para mis negocios, además agradécele a él y los traidores del porqué estamos aquí y no en la mansión... quédate con esa información y ya.

Mark se sintió profundamente aturdido ¿Y ofendido? No sabía la razón, quería saber mayores detalles de lo ocurrido ¡Su vida había estado a punto de acabar esa noche! ¡Había muerto un hombre! ¿Y todo lo sucedido se tomaba con tranquilidad de parte suya?

Pasó por su lado apretando las manos, sin embargo, frenó en seco y volteó apuntando su rostro. El ruso inclinó la cabeza confundido.

—No, Youngho Vikotorovich, ese día me llevaste porque me querías usar como tu mascota, pediste que investigara a ese hombre, y aunque pude venderme no lo hice, cumplí con lo pactado ¿Y qué es lo que me gano? Que casi me atravesaran la cabeza con una bala, así que matarlo era tu deber para proteger a tu "mascota" —debería sonar satisfactorio para el ruso, pero lo hizo— y lo mínimo que merezco es que me expliques la razón por la que estemos en esta enorme casa de campo... —bajó el tono de su voz— en ningún momento mencioné que lo hiciste porque yo te agradara.

El ruso guardó el arma que había estado viendo, para luego cruzar sus brazos y apoyarse en un pilar de madera, su postura lo hacía verse mucho más alto e imponente, Mark no quería sentirse intimidado porque estaba lleno de "empoderamiento", y aunque como policía ningún enemigo lo logró, Youngho Stepanov tenía cierto efecto en él. Un efecto cuyo nombre no conocía.

—No lo dijiste, pero tu cuerpo lo pedía a gritos —frunció el ceño, ambos lo hicieron, esos juegos de palabras sonaron equivocadas— como sea, policía, cuando estabas "investigando" en el hotel, Kozlov me llamó diciendo que Yuri era mucho más peligroso de lo que creíamos, no era ningún bobo ¿Sabes quién nos ayudó con eso? Shotaro, Osaki Shotaro... el japonés que tú rechazaste por creer que te había traicionado —miró de pies a cabeza a Mark, su cabello húmedo y despeinado lo hacía ver menor— y después de escuchar eso fui a buscarte preguntando de persona en persona, luego escuché al bastardo decir que le gustaba follar cadáveres... eso fue motivación suficiente para matarlo.

—¿Y por qué estamos aquí?

—Porque la mansión no es segura, no hasta que el equipo de Kozlov vigile cada maldito perímetro... —bajó el tono de voz, su mirada más oscura, su acento ruso más pesado— no eres tan mal policía, mascota, tuviste razón con no entregar la llave al aparcacoches... era uno de los aliados de Pavlovzly que quiso llenar de elementos explosivos el auto, elementos que nos hubieran hecho volar en pedazos —se acercó solo un poco más, Mark no se movía de donde estaba parado— ¿Puedo saber el motivo por el que te desmayaste?

—Me asusté.

—¿Y cómo estuviste tanto tiempo inconsciente solo "por asustarte"?

—Me drogo. —dijo de inmediato.

Fue la primera estupidez que llegó a su cabeza ¿Cómo podía decirle que había un desajuste temporo/espacial? ¿Qué venía de otro mundo?

Youngho se sintió "perturbado" por su sinceridad, aunque no supo exactamente qué había sucedido, porque de pronto Mark Lee se puso a reír escandalosamente aplaudiendo como una foca contra la mesa más cercana, con sus pómulos marcados, con los ojos cerrados, con un sonido tan característico que le causó molestia en demasía.

Esperó impacientemente a que dejara de reírse, pero tardó bastante.

—No quiero que Gavrel esté rodeado por personas que se drogan —dijo enfadado.

—No me drogo, por el amor de Dios ¡Solo dije la primera cosa que vino a mi cabeza! —suspiró— Youngho, la razón por la que me suelo desmayar es porque tengo una condición llamada disautonomía, nada grave... eso es todo.

Una mentira que podía ayudarlo por ahora, pero no sabía por cuanto tiempo.

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Sungchan estiró el brazo y abarcó el cuerpo de Shotaro mientras ambos miraban el fuego, como el abrazo de dos grandes amigos, o, como podían ver los ojos expertos de Mark Lee, de dos personas que tenían intereses el uno a otro, como una timidez que bailaba en el ambiente, como dos adolescentes inexpertos.

Vaciló un momento, pero continuó adelante y es que el hecho de casi haber muerto le daba una perspectiva distinta de las cosas. Si Youngho Stepanov no hubiese dado el balazo en el momento preciso, Mark habría desaparecido sin cumplir su cometido.

El coreano depositó un beso en la frente del japonés justo cuando el otro policía se sentaba al otro lado de la fogata.

—Deberían aclarar las cosas, en la medida posible... —indicó la casa— iré en busca de Gavrel, le diré que venga a comer frente al fuego.

Ansioso metió las manos en los bolsillos de su pantalón, estar alejado de Mark se sentía horrible, también era su gran amigo ¿Cómo podía mantenerse esa distancia entre ambos?

Con lentitud se acomodó en el asiento a su lado, rogando por dentro que no le pidiera que se alejara como otras veces rogando que pudiesen entablar una conversación de dos hombres adultos.

—En serio me alegro que despertaras —murmuró, los ojos al frente todo el tiempo— apenas descubrí lo de Pavlovsky le comenté al equipo de seguridad, pero por sobre todo les rogué que te sacaran de allí.

—¿Por qué mentiste, Shotaro? ¿Por qué permitiste que los hombres de Stepanov me pegaran tantas veces? ¿Por qué nos expusiste a peligros y te vendiste al enemigo?

Cuando giró la cabeza hacia él, pudo notar el enfado en la mirada de Mark, en el brillo de sus ojos, en los labios fruncidos, en todo ese esfuerzo que ponía para no lanzarse a él y golpearlo.

Tuvo que ser sincero, como dijo Sungchan, en la medida que fuera posible hacerlo.

—Mark, incluso yo dejé que me golpearan para no revelarle a esas personas lo que sabía —apretó los dedos de los pies dentro de sus zapatos— pero... lo que quiero decir es que tenía un motivo, en serio, hay un motivo grande... nosotros como policías hicimos un juramento, uno que no todos cumplieron... El padre de Sungchan es un maldito cerdo, tiene tanto poder que ha logrado corromper la policía coreana y... ¿Cómo puedo decírtelo? Hay organizaciones criminales que han notado el crecimiento de fama e impotancia que ha adquirido Youngho con el paso del tiempo, lo ven como un estorbo en su camino y se afirmaron de un hecho en puntual para hacerlo caer, un hecho en el que está involucrado Sungchan, un hecho que la policía coreana es participe y del cual yo me di cuenta... algo en el que preferí "venderme" al enemigo cuando me di cuenta que se iba a cometer una enorme injusticia —movió los hombros, sus ojitos estaban llenos de lágrimas— no creo que Youngho Stepanov sea de antecedentes muy limpios, pero sí tengo la certeza que es el menor de todos los males.

Hubo un silencio, al menos por un par de segundos hasta que el otro tuvo el valor para hablar.

—¿Y no puedes decirme eso que ha pasado?

Negó.

—Solo puedo decirte que probablemente es uno de los episodios más dolorosos del señor Stepanov —susurró— perdóname Mark, pero mi intención jamás fue exponerte así.

Y antes de poder responderle, el japonés se abrazó a sí mismo y caminó de vuelta a casa por la misma puerta por la que Gavrel salió, dejándolo a él más confundido que otra cosa.

Tampoco era como si lo que dijera fuese irreal. Como policía sabía que los criminales trataban de hacerse caer entre sí cuando veían un obstáculo que les impidiera seguir. Además, si Youngho Stepanov fuera tan despiadado con todo lo que se le cruzara, probablemente ni siquiera habría tenido piedad con él para mantenerlo vivo.

"Y mató a otro hombre por ti" dijo su voz en el interior, sintiendo sus mejillas enrojecerse.

Antes de dejar que el tren de la irrealidad tomara su pensamiento, porque obviamente él no era un foco de atención para el oligarca, Gavrel se acomodó en el suelo y le indicó el espacio a su lado para que lo tomara también.

—¿Sabes qué? Creo que puedo agradecerle a ese hombre él haber querido intentar profanar nuestra mansión, me sentía un poco ahogado con tanto espacio, suena tonto ¿No? —movió los labios con timidez— necesitaba cambiar de ambiente después de lo de —instintivamente tocó su cuello— ya sabes... y este tipo de cosas, esta casa de campo bonita, las estrellas, una noche de verano, la fogata, me hacen sentir normal.

Incluso con todo el dinero del mundo, una persona no podía comprar la felicidad o la estabilidad mental.

Un fruto tan bonito y puro no pudo haber sido cultivado de esa manera si alguien no le pusiera dedicación y amor, por lo que la idea de Youngho con una actitud diferente, surgió con más fuerza en su cabeza.

—¿Qué es lo que traes allí? —sostuvo el bolso que el adolescente llevaba— ¿Sabes tocar?

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"La policía ha cerrado el caso, los medios creen que hubo un ajuste de cuentas con alguien más, las personas están contentas que Pavlovsky haya sido asesinado después de salir a la luz sus tétricas prácticas sexuales y las acusaciones de tendencias caníbales".

—Has trabajado duro estos días, Grisha, veo el cansancio en tus ojos —le tendió un cigarro— relájate.

Kozlov lo miró con una ceja alzada, eran muy pocas las ocasiones en las que Youngho lucía más bajo perfil y fuera del autoritarismo con el que se caracterizaba. Pero eso no quería decir que no aprovecharía la oportunidad de tomar el cigarro, encenderlo y fumar mirando el cielo.

—Un hombre como yo también tiene sus momentos —una calada se sintió placentero, no fumaba hace semanas— y... te conozco, sé que te hubiera asustado estar en esa mansión después de ver signos de forzamiento en la cerradura, venir aquí es el momento perfecto para que hagas un espacio en tu vida y se la dediques a lo que te gusta.

Cualquiera que lo escuchara creería que se le había zafado un tornillo, o que recibiría una sanción grave de parte de su jefe, pero Youngho lo conocía. En el fondo, el dejar de hablar en tono formal era un descanso a todas las reglas o el mundo en el que se envolvían.

Trató de encender un cigarro también, pero el sonido de una guitarra llamó su atención. Se la había comprado a Gavrel con la esperanza que canalizara muchas cosas con la música... ¿Era él?

Curiosamente ambos caminaron un poco más cerca del sector de la fogata donde sabía que estaba su hermano, pero se sintió perturbado cuando vio a Mark Lee, sentado con las piernas cruzadas, con la guitarra entre sus manos y con una voz suave cantando en...

—No sabía que Mark Lee supiera árabe —murmuró Kozlov— el bastardo sabe muchos idiomas y... y canta bien. Policía infeliz, canta bien.

"No sé por qué levantaste esa pistola, pero déjala de lado ¿Sí? No es segura para ti, si te haces daño también dañas a tu hermano, él te ama mucho, vamos a dejarla en un lugar seguro y pasaremos a tomar desayuno ¿Sí?".

Y no sabía que estaba cantando, pero la mirada dulce hacia Gavrel, la forma en la que su hermano le sonreía de vuelta, la preocupación de hace unas horas por su estado, el hecho de haber mencionado que él como hermano mayor lo amaba mucho, esas consideraciones, y, por supuesto, la indiscutible ocasión que le salvó la vida y protegió su secreto... estaba claro que no era cualquier persona.

Youngho fue bajando la mirada hacia el fuego de la fogata, sintiendo su corazón hacerse muy pequeño, deseando haber tenido la fuerza suficiente para haber encontrado al primer y único hombre del que se había enamorado. Maldiciendo el cómo la única oportunidad de tener respuesta se esfumó al otro lado de una puerta.

"Él también hablaba árabe" recordó.

Movió la cabeza y se enfocó en el canto suave de quien le cantaba a su hermano.

Si no había podido encontrar a su amigo hace 10 años que dejaron de comunicarse ¿Quién decía que podía hacerlo ahora?


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Nota autora:

Han sido 2 semanas desde que subí por última vez, pero como comenté en facebook, estoy en un nuevo puesto de trabajo, una jefatura y no ha sido fácil, perdón por hacerlos esperar D':


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