5. Hermano


Al otro día, viernes 11 de junio.

"Aquí tenemos el caso de Fedora Viktorovna Stepanova, adolescente de 15 años que el día de ayer tuvo un intento de suicidio por ahorcamiento, como consecuencia sufrió un paro cardiorrespiratorio, pero gracias a maniobras de RCP durante 3 ciclos, la muchacha pudo salir del cuadro. Según los estudios no muestra lesiones cardíacas ni secuelas neurológicas, pero se mantiene en observación con medicamentos en...".

Si Gavrel tuviera el valor, abriría los ojos, dejaría de fingir que estaba durmiendo y les gritaría que se callaran, que sus palabras no hacían más que meter el dedo en la herida una y otra vez. Comprendía que estaba en una clínica (la mejor de la ciudad), que debían entregarse información de una turnada a otra, pero su corazón no lo comprendía, no cuando escuchaba un nombre con el que no se identificaba y no cuando recordaba lo que había hecho el día de ayer llevado por la desesperación.

3 minutos más tarde cuando estuvo solo en la habitación, abrió los ojos mirando hacia el exterior en un atardecer que bañaba el interior de un tono cálido, en un sol que se escondía, en unas nubes que apenas estaban trazadas, en un paisaje que podía hacer latir el corazón de cualquiera, sin embargo, en él solo llamó a la sensibilidad.

Se abrazó a sí mismo como pudo, incluyendo las vías venosas conectadas, y lloró en silencio, odiando la presión de unos pechos que estorbaban y el nombre rondando por su cabeza como una pesadilla.

"Fedora... Fedora... Fedora".

No podía pensar que estaba alegre por estar vivo, porque estaba cansado de hacerlo, pero tenía esa presión de un "no sé qué" cuando tenía esas pequeñas imágenes de un hombre quitándole la cuerda y ¿Cubriendo su cuerpo? Como un ángel guardián que intervino a tiempo antes de pasar al otro lado.

Aun quería morir, mucho, pero también quería hablarle a esa persona y preguntarle ¿Por qué?

Se volteó con cuidado cuando sintió una mano cálida sujetar la suya izquierda, no estaba asustado, era una mano que lo acompañó desde que tenía memoria y que le brindaba la protección que un padre no supo ni quiso hacerlo después de saber que él era diferente.

—Youngho —balbuceó, sus ojitos color cielo llenándose de lágrimas, impidiendo ver con claridad— p-perdóname hermano, perdóname por ser tan débil.

Los ojos rasgados del mayor no podían dejar de ver la marca que había quedado de la soga en su piel blanca, no quería demostrar que estaba hecho un desastre, pero, la única persona que lo conocía bien era su hermano menor, su punto débil, su adoración, razón por la que dejó que las lágrimas se hicieran presentes.

Era insensible con muchas otras mierdas, pero no esto.

—No eres débil, solo... solo no he sabido protegerte.

Se acomodó a su lado y besó el dorso de su mano, cerrando los ojos cuando Gavrel lloraba mirando el techo.

—Yo ya no quiero ser así, quiero dejar de sentir ansiedad a cada momento, quiero dejar de tener deseo por cerrar los ojos y morir... pero estoy mal y pienso que no tengo arreglo ¿Acaso no es mejor que desaparezca? Evitaría ser la vergüenza de la familia.

El ruso estiró la otra mano y quitó el cabello de su frente con cuidado.

—Gavrel, el día que me dijeron que tendría una hermana estuve tan feliz, se sintió como algo realmente bonito... pero ¿Sabes que se sintió más maravilloso? —el muchacho contuvo la respiración— el día que supe que tenía una razón más para protegerte, el día que me confesaste con solo 5 añitos que no te sentías cómodo con tu cuerpo o el día que elegiste tu propio nombre ante nuestro padre ¿Cómo me puede dar vergüenza un muchacho que lucha por su verdadera identidad?

La boca de Gavrel se torció como un puchero, se sentía desesperado.

—Me dijeron Fedora, se sintió horrible, hermano... se sintió horrible, no puede ser que unas palabras me sigan hiriendo tanto, yo no soy Fedora, este cuerpo no es mío.

Se acomodó al borde de la cama para abrazarlo y llorar lleno de impotencia y terror, terror de querer quitarse de nuevo la vida, terror porque estaba en el limbo de desearlo y no desearlo, terror que los demás supieran su secreto y le hicieran daño como hace 2 años, un episodio tan oscuro que de no haber sido por Jung Sungchan, él no estaría vivo.

Lloró tanto sobre la camisa costosa de su hermano mayor, que solo terminó agotándose y quedándose profundamente dormido entre sus brazos, como siempre había sucedido, porque desde que tenía memoria, Youngho se había convertido como en un padre, porque la presencia de Viktor se fue alejando, porque la presencia de una madre nunca existió.

El mayor, por su parte, tenía los ojos puestos en el cielo allá fuera de un tono pálido con sus primeras estrellas.

Tener un hermano transgénero no era fácil, no en una sociedad tan estricta como Rusia, pero para eso estaba él, para impedir que cualquier idiota le pusiera un dedo encima o se atreviera a decirle algo en la espera que cumpliera la mayoría de edad y pudiera hacer las operaciones de reasignación sexual. Por ahora solo podía ayudarlo con el tratamiento hormonal.

Jadeó. ¿En qué había fallado como persona para que Gavrel tomara la decisión de ahorcarse?

Tembló de solo recordar la primera imagen que tuvo de esa escena, con su hermano cubierto completamente con una toalla, inconsciente, con Mark Lee al lado siendo aplastado por su equipo de seguridad, con la ira nublando su pensamiento, con el deseo de querer darle un tiro en la cabeza, con la desesperación de querer llevar a su hermano a una clínica para que lo salvaran.

Pero un gesto, un solo gesto casi imperceptible de Gavrel lo detuvo a tiempo.

—¿Señor Stepanov? —escuchó a un médico entrar en la habitación, el aludido secó sus lágrimas y puso la cara más seria que pudo.

—¿Sí?

—Es posible que su hermana deba quedarse más tiempo para monitorear, pero recomendaría que sea derivada a una clínica psiquiátrica para un mejor acompañamiento.

Sintió un músculo de su cara temblar, pero trató de mantener la compostura, se trataba de un profesional y no tenía por qué saber el trasfondo si no se le era aclarado. Youngho se paró sobre el suelo con su 1.84 metros, cruzó sus brazos y tomó suficiente aire, era más grande que el actual promedio de altura del hombre ruso (1.76 centímetros).

—¿Cuánto debo pagar para que mi hermano sea tratado con dignidad? —el médico abrió los ojos sorprendido— no vuelvan a decirle Fedora Viktorova Stepanova, llámenlo como él se identifica, como Gavrel Viktorovich Stepanov, él es un él... y no me importa lo que digan sus documentos de identidad, su nombre es Gavrel, él lo escogió.

"Necesito que hagan eso, solo así podrá avanzar".

No había persona que no supiera quien eran los Stepanov, menos el mayor de los herederos del fallecido Viktor, se comentaba que solo los privilegiados podían ser de su agrado y que debías tener cuidado si no deseabas cruzártelo de mal humor.

Una petición razonable a la que asintió.

—Pasaré la información al resto del equipo... señor, solo me queda informarle que las personas que tienen un paro cardíaco, a veces quedan con secuelas por la falta de irrigación sanguínea al cerebro y distintas partes del cuerpo, pero sorprendido y con agrado debo informarle que gracias a una oportuna e inmediata maniobra de RCP, el muchacho no tiene absolutamente nada, que está vivo y que debe recibir la terapia adecuada para sus requerimientos... si usted lo ama lo suficiente, debe darse el tiempo de llevarlo a especialistas y de paso felicitar a quien lo mantuvo con vida.

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Bajó la ventana a su lado para que el viento de la carretera llenara su rostro, de esa manera era mucho más fácil que las lágrimas se secaran y no dejaran evidencia de que había estado llorando camino a casa.

No quería dejar solo a Gavrel, maldita sea, pero estaba más seguro en la mejor clínica de la ciudad custodiado por personal de seguridad y evaluado constantemente por personal de salud, que en la mansión donde los pensamientos podían abrumarlo.

Por un segundo observó el espejo retrovisor, un auto negro custodiaba su camino. Sonrió con sarcasmo, él tampoco tenía la libertad de andar por donde quisiera porque también corría peligro, pero ¿Qué era eso comparado con el miedo de perder a su hermano menor?

Meneó la cabeza y siguió conduciendo en el deportivo, cuando una llamada entrante lo hizo apretar el botón correspondiente. Era el jefe de su equipo de seguridad y único amigo, la otra persona que conocía el poco lado sensible que podía tener.

—Kozlov ¿Qué sucede?

—Señor Stepanov, solicito su presencia en el salón de seguridad cuando llegue a la mansión... es sobre su hermano.

Bastaron esas palabras para que presionara el acelerador y condujera fuera de los límites de velocidad por la gran carretera que cruzaba San Petersburgo. El día de ayer ni siquiera tuvo tiempo de pedir respuestas o interrogar personas, todo lo que hizo fue llevar a su hermano a urgencias y quedarse con él hasta el día de hoy, esperando que despertara y que las marcas de su cuello se mitigaran un poco.

Estacionó inmediatamente una vez llegó a su hogar.

—En este momento no necesito que pisoteen mis talones, tengo que hablar con Kozlov a solas, mientras tanto tú ve a ver si el maldito japonés se ha alimentado, y tú ve qué está haciendo Jung Sungchan.

Cuando los vio desaparecer por un pasillo, Youngho caminó hasta una puerta donde digitó un código como en las películas de agentes secretos. Una vez dentro tomó aire y asintió cuando el otro le indicó el asiento que quedaba frente a una enorme pantalla de computador.

Sostuvo el cigarro que le ofreció y después de darle una profunda calada, Grisha Kozlov habló.

—Señor, estuvimos de acuerdo que poner cámaras de seguridad dentro de la mansión era una buena idea. Después de lo sucedido ayer, invertí tiempo en hacerle un seguimiento a los movimientos del señorito Gavrel para saber la implicancia que tuvo Mark Lee en esto.

El humo salió lentamente de los labios de Youngho, sus ojos rasgados estaban fijos en los ojos azules del otro.

—¿Y?

—Y ¿Recuerda que también pusimos cámaras de seguridad en las habitaciones de los objetivos cuando creyó que tenerlos así era mejor que tenerlos en "los calabozos"? —asintió— es mejor que vea las imágenes, señor, del momento exacto en el que el señorito Gavrel atenta contra su vida.

Bastó que dijera las últimas palabras para que el ruso-coreano acabara lo que le quedaba de cigarro y lo aplastara contra el cenicero, sus dientes apretados y el pulso por las nubes eran el reflejo de lo mucho que le afectaba la idea de tener que ver eso.

El video empezó con la secuencia de Gavrel caminando por un pasillo, observando hacia todas partes pensando que nadie lo estaba mirando, cargando en su mano una cuerda, luciendo afligido y respirando por la boca. La primera puerta que abrió fue una habitación que tenía hacia su mano derecha.

—Tengo la teoría, señor, que el señorito Stepanov pensó que lograría su cometido si se ocultaba en las habitaciones más alejadas de la mansión.

La siguiente secuencia del video los situaba dentro de la habitación donde el muchacho se abrazaba a sí mismo, luego tiraba de su cabello y se arañaba el rostro mientras caminaba en círculos alrededor de la cama.

"Soy un asco... soy un asco, soy un asco".

Quitó su ropa una por una cuando se dirigía al baño, Youngho tensó su mano sobre el muslo, Grisha Kozlov, su agente, había visto las imágenes, pero ahora solo miró el suelo por respeto a su jefe y su hermano.

Gavrel estaba arrancando su bóxer y la faja que aplastaba sus pechos justo en la puerta del baño, agarró la soga con ira repitiendo las palabras "Soy un asco... soy un asco, soy un asco".

—Bebé —masculló Youngho, con sus ojos humedecidos ¡Y él había estado usando ese tiempo para interrogar a Mark!

La otra secuencia del video se sitúa en un lado donde apunta hacia la puerta del baño y solo se podían ver un par de movimientos que hacía Gavrel, como correr una silla y subirse a ella.

—Lo más probable es que en ese tiempo el señorito Stepanov estaba anudando la cuerda sobre la lámpara, puede verse un cierto cambio de luz y un juego de sombras.

Youngho gimió cuando 5 minutos más tarde se escucha la silla ser empujada hacia un costado, el momento en el que su hermano dejó caer su peso para que su cuello fuera estrangulado por la soga. Al instante, pero situados en la habitación misma, se pudo ver a Mark Lee siendo empujado al suelo y escupido en el rostro.

"No creas que estás de vacaciones, pequeña "rrrata" inmunda, estás siendo vigilado con cámaras y tu puerta siempre estará resguardada por nosotros".

El video fue adelantado más adelante, cuando aquel maldito policía gritaba por ayuda en la entrada de la habitación.

"¡Ayuda! ¡Ayuda por favor! ¡Necesito ayuda aquí!"

Ayuda! ¡Necesito ayuda en el baño! —volvió a gritar."

El resto del video habló por sí mismo, los ojos de Youngho fijos en la pantalla conteniendo la respiración, un video que finalizó con el grito de Mark en el momento que uno de los hombres de seguridad pisó su mano izquierda quebrando otro de sus dedos.

El silencio se hizo inmediatamente en aquel salón, la mano del ruso sosteniendo parte de su pantalón en la zona del muslo, el zapato de cuero firme contra el suelo, los ojos azules de Grisha en él, un hombre que sabía lo que podía estar pasando por la cabeza de su jefe, un hombre que, a pesar de ser calculador y experto en el área de seguridad, tenía una diferencia muy grande comparado con los otros agentes. Y, es que era el único de ellos que conocía el lado oculto de Youngho y el secreto de Gavrel.

—Señor Stepanov, yo sé que no podemos permitirnos exponernos ante otros infelices, pero... es evidente quien salvó la vida de su hermano —el otro seguía con la mirada firme en la pantalla apagada— solo quería que viera esto para que supiera la verdad y no se preocupe, nadie ha tenido acceso a las imágenes más que yo.

—Kozlov —interrumpió— cuando llegué a ese baño, Gavrel estaba tapado con una toalla ¿Fuiste tú? —negó.

—Mark Lee lo tapó y lo abrazó señor, Mark Lee resguardó la privacidad del muchacho.


Domingo 13 de junio, 2 días después.

Flash Back

Apoyó la cabeza sobre sus brazos después de taparse con mantas en su cuerpo suspirando con la espléndida vista que le brindaban miles de estrellas en el cielo. En ocasiones así estaba agradecido de ser libre y desplazarse donde quisiera, sin ataduras, sin familias de acogidas violentas, solo él y su inteligencia que le daban la posibilidad de comer, beber agua y rogar por unas cubetas de agua para lavarse y no tener hedor de pobreza.

Un hombre que poseía camellos y tenía un negocio paseando turistas, a veces le pagaba un poco por ayudarlo en el servicio o le permitía dormir en el establo que se situaba en un campamento del desierto, el mismo lugar donde se encontraba ahora pensando cómo iba a salir de esto.

Preocupaciones que no debían agobiar a un muchachito de 13 años.

Cuando quiso abrazarse a sí mismo y conciliar el sueño, sintió un calor inusual desde el lugar donde tenía guardado el papel mágico, sabiendo que era una señal de que un mensaje había llegado.

Con entusiasmo abrió el papel leyendo aquellas letras que iluminaban el oscuro espacio donde se encontraba.

"¿Estás allí? Ha sucedido algo genial... debo contártelo".

Mark sostuvo la pluma mágica y escribió sobre el papel, hablar con "Mr. Snow" era la única forma de no olvidar el inglés, porque desde hace un par de años que el árabe era otra lengua que invadía sus pensamientos.

"Algunas personas queremos dormir ¿Sabes?... bromeo, cuéntame".

Uno de los camellos hizo un ruido, el muchacho sonrió, seguro quería saber el chisme que se traía o la razón del por qué sonreía como bobo a una hoja cuya integridad no se había perdido durante los años, su mayor tesoro, una de las cosas que lo hacían querer estar vivo y cuidarse mucho más.

Esperó pacientemente antes que el mensaje apareciera, pero a medida que leía, un dolor extraño oprimió la boca de su estómago.

"Me acosté con una mujer hermosa a mis 16 años... he perdido la virginidad y eres el primero en saberlo".

Y se lo contaba a él, precisamente a él ¿No? Pero "Mr. Snow" no tenía cómo saber que el muchacho detrás de "Spiderman" era un adolescente que guardaba la esperanza de conocerlo, un adolescente que suspiraba con sus escritos, un adolescente que se sonrojaba con pronunciar su nombre.

Estuvo a punto de doblar la hoja cuando una idea pasó por su cabeza, una idea que escribió con molestia y los ojos húmedos, una respuesta que se hizo esperar un poco más del tiempo normal.

"Puede que tenga algún tipo de fetiche o lo que sea, pero ¿Podrías describirme el cómo ocurrió todo, sin omitir detalles?".

No podía tenerlo, no podía ser esa mujer a la que un muchacho de 16 años había probado con su boca de las maneras en las que estaba describiendo, ni tampoco el cómo tocaba con sus manos.

"... y su boca hizo tantas cosas en mí que perdí la cabeza".

Guardó la hoja en un lugar secreto junto a la pluma, porque iba a ser incapaz de responderle, sin embargo, utilizó la mano para poder calmar el hambre que había crecido en su miembro, cerrando los ojos y dejando que la imaginación fuera más poderosa, creando los escenarios que había leído, imaginando a alguien un poco más grande sobre él besando su abdomen a medida que bajaba para devorar sus genitales.

Se estaba masturbando pensando en él, en ser objeto de su adoración, en escuchar palabras bonitas al oído y besos en sus mejillas, en un encuentro que no podía concretarse porque no había forma de llegar a ese lugar.

Terminó corriéndose, jadeando, con lágrimas en los ojos provocadas por la culpa y la angustia.

Él no era virgen, no por necesidad económica, pero pensar en tener un encuentro bonito con la persona de la que se estaba enamorando, cuyo rostro o cualidades no querían darse a conocer, se estaba convirtiendo en uno de sus más grandes anhelos.

Ana Bahibbak (te amo) —susurró antes de voltearse y sollozar contra sus brazos.

Se sentía tan abandonado.

Fin flash Back

Sus ojos se abrieron poco a poco después de soñar tan claramente con uno de los recuerdos de su adolescencia, hace ¿12 años atrás? ¿14?

Parpadeó sin moverse siquiera un solo centímetro esperando que su visión mejorara, que las cosas dejaran de verse borrosas y sus ojos se adaptaran. Cuando lo hicieron, vio una bandeja llena de comida esperándolo y aunque se sentía famélico, tardó mucho tiempo en moverse y poder terminar con la mitad del cuerpo apoyado en el respaldo. La secuela de los golpes y dos dedos rotos no eran una ayuda.

Ni siquiera tuvo tiempo de tomar la comida, porque cuando levantó la vista se dio cuenta que Youngho Stepanov estaba allí, sentado en un asiento frente a la cama, con la cabeza levemente ladeada y los brazos cruzados, y sí, con aquellos ojos rasgados en su persona.

Hubo unos segundos de silencio mientras el menor estaba tratando de adivinar sus intenciones. Ayer había llegado a la mansión después de pasar en el hospital y una intervención quirúrgica en su mano, pero no lo veía desde el accidente de ese muchacho.

—Cómo... ¿Cómo está Gavrel?

Recordaba haber escuchado los gritos de Stepanov diciendo su nombre, si lo había salvado o no era más importante que sentir dolor o temor.

Por su parte, el ruso apretó los dientes antes de hablar.

—¿Por qué te importa saber sobre él?

—Porque es una persona y... porque yo lo encontré ese día tratando de quitarse la vida —frunció el ceño, este juego era de dos— señor Stepanov, no sé qué hace en esta habitación viéndome dormir, solo pido una respuesta ¿Tanto cuesta creer que un policía pueda preocuparse de una persona?

"Pretentsioznoye der'mo" (mierda pretenciosa) susurró.

Youngho se irguió completamente viéndose aún más alto, sentándose al borde de la cama mientras sacaba la pistola que guardaba en el bolsillo de su pantalón, disfrutando cuando Mark agrandaba sus ojos. ¿Dónde se había ido toda esa valentía?

—¿Por qué lo tapaste con una toalla? ¿Por qué le dices él si tiene cuerpo de mujer? —necesitaba respuestas, no podía confiar en Mark Lee.

El aludido cruzó sus brazos y lo miró fijamente.

—Porque vi su cuerpo con lesiones cerca de los pechos y la entrepierna, como si hubiera querido arrancárselos, porque... simplemente no confié en sus hombres matones para que lo vieran de una manera tan vulnerable... —miró hacia el lado— porque simplemente creí en mi instinto.

"Porque estamos en Rusia y la gente le haría daño a una persona que se siente diferente" lo dijo en coreano, más para sí mismo que para el otro.

Maldijo en ruso un par de cosas antes de lanzar el arma al suelo y mirar a Mark Lee.

—Voy a decirte un par de cosas y espero no te hagas una idea errónea—su inglés marcado por el acento ruso, se convirtió en algo hipnótico para Lee, alguien que solo se enderezó más sobre la cama— viste en un total estado de vulnerabilidad a la persona que más amo en este mundo ¿Sí? No debías hacerlo, nadie puede hacerlo... menos un policía bastardo que está en una redada contra mí... pero lo hiciste por... por una maldita coincidencia y nada puedo hacer sobre ello —aplastó la pistola con uno de sus zapatos— solo... solo pedirte que no se lo menciones a nadie, es algo tan privado, tan suyo que... —cerró los ojos—que lo llevó a querer quitarse la vida.

—¿Gavrel se encuentra bien? Es... ¿Está bien?

"y con agrado debo informarle que gracias a una oportuna e inmediata maniobra de RCP, el muchacho no tiene absolutamente nada, que está vivo y que debe recibir la terapia adecuada para sus requerimientos... si usted lo ama lo suficiente, debe darse el tiempo de llevarlo a especialistas y de paso felicitar a quien lo mantuvo con vida".

Recordó parte de lo que el médico le había dicho un día en el hospital, con su hermano internado, quien ahora estaba de vuelta en la comodidad de su casa, un poco más tranquilo.

—Está vivo, mi hermano está vivo.

Cuando comprendió que había hablado de más, que no se suponía que supiera ese detalle, se levantó de la cama y salió de allí, pero antes de irse en la puerta de esa habitación, en una donde no había micrófonos, Youngho observó detenidamente al muchacho acostado en la cama, despeinado, con una férula en los dedos "rotos", quizás aun secuelado de los golpes proferidos desde su llegada.

No tenía compasión, pero... era la persona que le había salvado la vida a Gavrel e incluso había tenido el detalle de taparlo con una toalla para protegerlo.

"Spasibo za spaseniye zhizni Gavrel" susurró cerrando la puerta.

Mark no había comprendido más que "gracias" y el nombre del muchacho. Y ahora que tenía otro tipo de información, ahora que con mejillas sonrojadas había visto vulnerabilidad en los ojos del oligarca ruso, su mente quedó con más dudas que respuestas.

Solo estaba seguro de una cosa. Si pudiera comunicar su posición a la policía coreana... no tendría el valor de delatar la vulnerabilidad de Youngho Stepanov.


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Nota autora:

¿Y si Youngho tiene un motivo para odiar a la policía coreana?

Quiero aclarar que el modelo de la foto no es transgénero, pero me pareció muy lindo de belleza medio androgénica y además es ruso, ideal para interpretar a Gavrel.

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