42. Obsequio
La camilla que llevaba a Mark desapareció después de atravesar unas puertas de la sala de emergencias que conectaba a otras unidades de la clínica. Según lo que había escuchado, no se podía perder tiempo, dado su estado de inconsciencia y los signos vitales alterados, además del contexto de un accidente vehicular, necesitaban diagnosticar y descartar cuanto antes, tal vez intervenir quirúrgicamente.
Había tenido un mal presentimiento cuando se despidió de él en la casa, por lo que siguió el taxi y con sus propios ojos pudo ver el impacto de ambos vehículos, razón por la que apenas llegó la ambulancia se subió para acompañarlo junto al equipo médico que trataba de estabilizarlo.
Era como volver a repetir la historia, solo que ahora le tocaba a Mark estar envuelto como paciente. Grisha sintió sus ojos llenarse de lágrimas ¿Sería esto a lo que se refería Kun con que el tiempo se acababa?
Miró hacia todas partes por si esa entidad aparecía como lo hizo la última vez en la Rusia de su mundo, pero cuando vio la entrada de la unidad de urgencias, su mandíbula se aflojó un poco al ver allí parado a Youngho con sus ojos llenos de lágrimas y una evidente desesperación. Lo había llamado él mismo por teléfono, pero el que tenía al frente era definitivamente diferente... era como si...
Las miradas curiosas de los otros pacientes o familiares pasaron a segundo plano, todo lo que Kozlov hizo fue caminar poco a poco, al igual que Stepanov, hacia el otro y cuando lo tuvo al frente lo abrazó fuertemente reconociendo inmediatamente lo que Qian Kun había deseado. Kun sabía que Mark elegiría abandonar a Youngho por amor y que esto podría conducir un accidente para que hechos similares junto al impacto emocional, trajeran de vuelta la memoria de su mejor amigo.
—No puedo perder a Mark, no puedo, yo... —tensó los dedos contra la espalda del otro— no entiendo nada.
Y con mayor razón, Youngho no tenía idea de que este no era el mismo mundo al que pertenecían, no sabía ni un tercio de la historia.
—No se va a morir, no lo hará... —lo dijo tratando de convencerse a sí mismo, luego se separó del abrazo y sostuvo el rostro de su amigo con ambas manos— dime que eres tú, el que fue mi jefe, el que alguna vez fue un privilegiado de la sociedad... el que asesinó a Viktor, su padre.
Asintió con más lágrimas escurriendo de sus ojos, en un rostro que sucumbía a los sentimientos negativos. Los recuerdos de los ojos de Mark mientras lo miraban, ese sufrimiento que ahora comprendía, esa necesidad de decirle cosas, pero no podía, lo había dañado tanto que ahora por esa acción de amor de apartarse de él, había sufrido un accidente.
Era la peor persona del mundo.
Grisha volvió a abrazarlo luego de que se sentaron en uno de los asientos de espera. Cuanta diferencia había con el Youngho Stepanov de antes, alguien que le gustaba separar su relación de amistad del área laboral, un hombre con un aire despiadado capaz de asesinar a una persona si esta significaba peligro, alguien que demostraba cariño solo a su hermano menor, alguien experto en uso de armas, los negocios, un poco impaciente y peligroso, comparado con el Youngho poco antes del accidente que se sentía enamorado de Mark Lee, un hombre que lo ayudó a humanizarse, alguien que, gracias a su llegada, logró sacar a flote toda la mierda relacionada con su pasado, su verdadero ser lleno de temores, ese hombre que fue abusado y manipulado por Ekaterina desde que fue era un niño de 5 años.
Y él, Grisha Kozlov, también lo había hecho, con la llegada de Mark y con la aceptación de que sentía cosas por Shotaro, definitivamente no era el mismo y lo agradecía.
—¿Cómo sabes que Mark está grave?
—Los funcionarios de salud en la ambulancia no paraban de decirlo, la policía, funcionarios del cuerpo de bomberos... aunque no lo atravesó algo en el abdomen, pareciera que su cuerpo impactó contra la superficie del vehículo al no activarse el air-bag, suponen lesiones internas... —tragó saliva— pero nada está dicho, acaba de ingresar a otra área, quizás necesite cirugía de urgencia.
El teléfono de Youngho sonó con la llamada entrante de Yaroslav y, al ver su nombre, los ojos rasgados derramaron más lágrimas, no entendía mierda alguna, sintió algo por ese hombre, lo sabía, pero todas esas imágenes y recuerdos eran falsos, lo sabía tan claro como agua cristalina. Por culpa de ese hombre y el miedo a hacer las cosas mal es que terminó provocando que Mark tuviera un accidente.
Al verlo temblar, Kozlov no lo soportó más.
—¿Hola?
Hubo silencio, un par de segundos.
—¿Grisha? ¿Por qué estas contestando? —había molestia en su voz.
Podía hacerlo sentir mal, decirle que estaba jodiéndose a Youngho o cualquier cosa para quitarse de encima a la mierdita esa odiosa, pero no era tan siniestro, la situación era muy delicada y sus emociones inestables. Yaroslav era, aunque quisiese disimularlo, un poco posesivo y celoso, inseguro de sí mismo.
—Voy a decirte algo, Shiryaev, Youngho no contestará este teléfono por ahora ¿Sí? No está en condiciones y puede que no lo esté por un buen tiempo...
—¿Qué le sucedió? ¿Se encuentra bien? ¿Necesita algo? Yo...
—Mark tuvo un accidente hace un momento y está internado, grave, Youngho está conmigo... puede que ahora no lo entiendas, pero hazte la idea desde ya, tú y él no volverán, él no se siente en condiciones para decírtelo, pero hablarán más adelante ¿Mmm? Youngho está aquí por Mark.
Cortó inmediatamente porque no iba a lidiar con el llanto de una persona, sus energías y pensamientos tenían que estar con los que realmente eran importantes en su vida.
Pasaron los minutos, algunas personas habían notado que el famoso actor Youngho Stepanov estaba aquí, más de alguno estuvo tentado de tomar una fotografía, pero el hombre que estaba al lado de él observaba todo como un perro que cuida a su dueño, todo intimidante como aquel jefe de seguridad que trabajó para un oligarca. Algunas costumbres no se olvidaban.
Ya estaba oscuro afuera o eso podían darse cuenta por unas ventanas de la sala de espera del área de urgencias, el reloj marcaba las 10.30 de la noche, los funcionarios que salían llamando a personas, la categorización según la enfermedad por la que llegaran, todo estaba muy lleno, no había mucho ruido, por lo que si alguien llegaba rápido y asustado se haría notar, como ahora.
Youngho levantó la mirada y contuvo la respiración, porque ahora que podía observar con la mente de su verdadero ser, ver a su hermano tenía otra connotación. No era transgénero, tampoco transexual. Era el tipo de hombre que siempre había querido ser. ¿Cómo? Antes si quiera de poder cuestionarse, el adolescente lo observó un par de segundos y reconoció de inmediato que algo había cambiado.
—Volviste... —su voz se estranguló— tus ojos no mienten —sintió esos brazos rodearlo como lo hacía antes, lleno de protección, el abrazo de ese hombre a quien consideraba su héroe y quien prácticamente lo crio solo— eres tú.
—No entiendo nada, Gavrel, qué es lo que pasa... no entiendo nada ¿Por qué conozco a Yaroslav? ¿En qué momento me hice actor? Yo... y tú, mírate... eres...
El adolescente lo abrazó con la misma fuerza.
—No cuestiones nada, no te preocupes de nada más que la salud de Mark, cuando estemos con más calma vamos a contarte todo, absolutamente todo —sus ojitos claros como el cielo estaban llenos de lágrimas— al fin estás de vuelta... Dios, gracias.
El abrazo duró unos largos minutos, tan lleno de calor y cariño, un abrazo que invitaba a sacar la angustia de su pecho a través de un llanto en silencio, una angustia que amainó con las caricias en su cabello y la espalda.
Después de separarse, divisó a Shotaro quien hizo una reverencia a modo de saludo, sus ojos rasgados colmados de tristeza, una figura que fue abrazada, un hombre que recibía un beso en su cabeza por parte de Grisha.
—Va a estar bien, no llegamos hasta acá por nada... —miró a su alrededor, los curiosos estaban en sus propios asuntos, nada similar a Qian Kun para exigir respuestas— quiero creer.
2 horas más tarde apareció una doctora buscando a familiares de Mark Lee. Inmediatamente los 4 se pararon y se acercaron a ella con un nudo en el estómago y la garganta, el rostro de la mujer no parecía ser de buenos amigos y eso caló profundo.
Gavrel sostuvo la mano de su hermano firmemente y esperó atento.
—En este momento, el señor Lee acaba de entrar a pabellón para una intervención de urgencia, una de sus costillas rotas en el lado izquierdo perforó un vaso sanguíneo, y... el espacio que hay entre el pulmón izquierdo y una membrana que lo recubre se llenó de sangre, esto se llama hemotórax traumático y ocurrió por un aplastamiento del tórax en el accidente vehicular.
Youngho sintió que sus piernas se estaban debilitando.
—¿Qué intervención le harán? ¿Peligra su vida? —dijo Grisha, como quien toma el mando de la situación.
—El señor Lee se fracturó 4 costillas del lado izquierdo y 1 del derecho, si bien está inconsciente pudo haber sido por el golpe en la cabeza o el dolor intenso, los estudios preliminares no indican otras lesiones traumáticas... aunque nada está del todo descartado —frunció el ceño— le colocarán una sonda por el tórax para drenar la sangre, probablemente fijarán las costillas rotas con dispositivos, si todo sale bien estará un par de semanas... lo más importante será descartar otras lesiones —suspiró— aunque según la información que hemos obtenido, sería un milagro que el señor Lee solo tenga esto para la gravedad del accidente vehicular, como si alguien lo hubiese protegido para sacar el mal menor mientras que, el taxista sacó la peor parte al perder la vida en el acto.
Un par de preguntas y cosas más, para luego dejarlos en la sala de espera, la intervención podía tomar horas.
Grisha pudo confirmar la información de la médico al llamar a sus contactos, el estado del taxi fue deplorable, se destruyó completamente en la parte de quien manejaba muriendo aplastado en el acto, mientras que Mark pudo ser sacado con vida, sin, aparentemente, otras lesiones además de las mencionadas.
Quizás realmente algo o alguien lo había protegido.
—No va a morir —dijo Youngho con determinación observando la puerta por donde hace un momento atrás la médico volvió a entrar— Mark estará bien, le tomará tiempo, pero estará bien —volteó a Grisha y los demás— y como necesito reunir energías para él, necesito que me cuenten que ha sucedido, porque apenas entiendo las cosas y me voy a volver loco.
La intervención podía durar un gran tiempo, por lo que Grisha solicitó a uno de sus colaboradores que les trajeran alimentos y refrescos, café en lata y algunas mantas porque ninguno de los cuatro tenía intenciones de abandonar la clínica. Cuando el pedido llegó, las influencias tanto de Kozlov como los Stepanov, permitieron que les entregaran una sala equipada con sofás y más lejos una mesa de reuniones.
¿Privilegios por sobre otros rusos? Sí y no estaban avergonzados de admitirlo, necesitaban todo lo necesario para este momento.
Shotaro, Gavrel y Grisha se miraron entre sí ¿Quién y cómo podía empezar a relatar la verdad? Era evidente que debía ser, una vez más, Kozlov, por que Mark no estaba en condiciones de hablar y quien sabía más los detalles era él.
—Recuerdas algo así como verte involucrado en un accidente ¿Verdad? —asintió.
—Las últimas palabras que pude decir, con mucho esfuerzo, era a Mark que lo amaba, era la primera vez que se lo decía —no le importaba sonar cursi hablando sobre el amor, porque eso era lo que sentía— ¿Qué sucedió después de eso? Porque... la primera imagen que tengo después, es estar con Yaroslav en la cama y un sinfín de recuerdos en mi mente que no siento haber vivido, es... se supone que tuve un accidente y cómo pude...
—Un fierro atravesó tu abdomen, costó sacarte del vehículo... te dio un paro cardíaco, otro de camino al hospital... —su voz se estrangulaba, los recuerdos eran dolorosos— hemorragias internas, terminaron intubándote... tu estado cada vez peor, no había mucho que hacer por ti, probablemente morirías igual.
Youngho ya conocía a Lucas Wong, lo había visitado cuando estuvo en Corea del sur por ayuda, porque al parecer, él podía darle una respuesta sobre "Spiderman", lo que nunca supo, hasta hoy, es que tenía el poder de hacer que otros trasmigraran a la dimensión del webtoon que había creado. Por tal poder, fue que Mark debía llegar hasta él, pero no podía hacerlo por los medios normales como un avión, Youngho podría fallecer antes de que el encuentro y, si eso ocurría, fallecería de forma definitiva.
—Esta entidad llamada Qian Kun me dijo que debía dejarte morir, que era la única forma de que la transmigración se llevara a cabo... solo de esa manera tú y Gavrel serían transportados al otro mundo y dejarían sus cuerpos en Rusia como una manera de dar fin a sus historias en ese universo... y ocurrió —Shotaro le hacía cariño en la espalda mientras hablaba, sus ojos estaban llenos de lágrimas— como tu representante legal tuve que autorizar la orden de no reanimación... rato después pasaste por un cuarto paro cardiorrespiratorio y... falleciste... y... si estás acá fue porque Mark logró reunirse con Lucas, Mark fue trasladado automáticamente a su lugar de origen...
—Este no es nuestra dimensión, esta... es la dimensión del webtoon de ese hombre —acotó Gavrel.
Mientras seguía explicando todo lo sucedido, el funeral, el esfuerzo que Kozlov hizo para negar la herencia, la manera que ellos mismos fueron dibujados por Lucas para transmigrar, Stepanov podía recordar la voz de Mark Lee contándole su secreto.
Las lágrimas mojaban su rostro dolorosamente. ¿Por qué? ¿Por qué tuvo que darse cuenta ahora y no cuando se encontraron por primera vez aquella cena en la que chocaron juntos cuando Mark aún era un policía encubierto?
Había pasado tanto mientras él estaba perdiendo la vida y tanto más cuando estaba viviendo con la memoria extraviada. Mierda, se odiaba tanto a sí mismo.
—En el club de campo y el día que fue a anunciar su renuncia, él me hablaba de un libro... —su voz se quebró— estaba tratando de insinuar nuestra propia historia para ver cómo respondía... y yo no podía recordar nada, Dios.
Después que le contaran más detalles, decidieron que era suficiente, que todos debían descansar puesto que, en caso de cualquier cosa, serían avisados inmediatamente. Gavrel extendió el sofá cama que quedó como uno de dos plazas invitando a su hermano para acostarse al lado, mientras que al otro lado Grisha y Shotaro estaban cómodamente abrazados en un asiento reclinable doble de cuero, todos con mantas.
Afuera la lluvia azotaba la ciudad y a medida que los minutos más pasaban, los párpados de Youngho más pesaban.
Tantas emociones vividas en un par de horas, cuando esto recién estaba comenzando. Pero de algo estaba seguro, Stepanov, y es que sin importar lo mucho que doliera, resistiría. Mark lo había hecho toda su vida.
Domingo 26 de junio 2022, 4 días después
"Mark Lee falleció a las 10:15 de esta mañana, sin responder a las maniobras de resucitación".
El grito prácticamente desgarró su garganta, sin embargo, a medida que las lágrimas caían en su rostro, sintió los brazos inconfundibles de su hermano mientras le susurraba que cualquier cosa por la que estuviese llorando, había sido solo una pesadilla.
Esperen... ¿Pesadilla? ¿Nada era real? La luz se encendió en la habitación revelando la figura de Grisha que estaba despeinado y de Shotaro que refregaba el ojo, los dos habían llegado corriendo cuando lo escucharon gritar y llorar, pero sus rostros se llenaron de entendimiento al verlo.
Sin que le dieran una orden, Kozlov sostuvo su teléfono e hizo una llamada a la clínica donde Mark estaba internado.
—Youngho, él está estable, está bien... nada le ha pasado.
Pesadilla, había sido una pesadilla como cada una de las que había tenido desde ese día. Mark estaba vivo y no se lo habían quitado de su lado. ¡Santo cristo! El suspiro que salió de su pecho fue tan notorio que todos lo miraron con compasión.
Era de madrugada, 4:37 am para ser exactos y solo volvió a quedarse dormido mientras Gavrel acariciaba su cabello, invirtiendo los roles que alguna vez fueron muy marcados en el pasado ¿Cuántas veces no había estado para su hermano menor, apoyándolo en su lucha contra su verdadero ser? ¿Cuántas veces no lo contuvo en sus lágrimas porque extrañaba a su madre?
Cuando abrió nuevamente los ojos, fue cuando Shotaro se acercó para decirles que el desayuno estaba listo, 9:30 am y no podían atrasarse, hoy era el primer día que Mark podía recibir visitas.
¿Qué había pasado en este tiempo? Bien, aun no se había reunido con Yaroslav, pero a menos estaba poniendo en orden las cosas de a poco, por ejemplo, presentó la renuncia a la serie que había empezado a grabar y es que, no, maldita sea, actuar no estaba dentro de sus pasiones ¿Por qué el destino le había obsequiado eso? ¡Lo odiaba! Y sin importar cuan bueno fuera, a pesar de que sabía que su decisión podía causar un conflicto en el equipo a cargo de la filmación, para él lo más importante era estar pendiente de Mark, no de unos libretos.
Las noticias habían hecho estallar internet, los amarillistas hablaban de una ruptura en la vida amorosa del actor, mientras que otros apuntaban a que una persona muy importante en la vida de este hombre estaba sufriendo, razón por la que visitaba una clínica todos los días y pasaba muchas horas dentro.
Youngho se vistió formalmente, camisa gris y pantalones de género negros, zapatos de cuero también oscuros. Quería sentirse bonito, quería visitar a Mark con la importancia que merecía.
El equipo clínico se acercó a ellos en cuanto pusieron un pie en la unidad correspondiente. Solo podían entrar de una persona y Youngho fue el primero en hacerlo.
Ver a Mark con soporte de oxígeno en una mascarilla, con algunas vías venosas en sus brazos y una vía central en el cuello, con aquel pleura saliendo de su tórax, con una sonda drenando su orina, hizo que su estómago se revolviera de dolor y su corazón se encogiera de angustia. Tan expuesto, tan débil, quería sostenerlo entre sus brazos y sacarlo de allí, quería que estuviera sano, quería verlo bien.
Se sentó a su lado en una silla mientras se secaba las lágrimas y luego se inclinó descansando el rostro cerca de la oreja de su muchacho, pero no imaginó que aquellos ojos se abrirían y lo observarían con asombro.
Se observaron por mucho rato. Youngho Stepanov no tenía idea que Mark Lee había despertado en la madrugada agitado clamando por su nombre, ambos al mismo tiempo, como la conexión más grande que pudiese haber. Había entrado tan rápido a la sala que no estaba escuchando el reporte del médico ¡Mark había despertado!
Iba a hablar, pero el ruso descansó una mano en su frente y acarició con un pulgar su piel, observándolo con sus ojitos llenos de lágrimas por la emoción de verlo vivo ¡Vivo! Lo observó lleno de amor, un amor que el muchacho reconoció con unos ojos que también se humedecieron.
—Perdóname por hacerte pasar por todo esto —su voz se quebró— perdóname por haberte hecho esperar tanto... es absolutamente culpa mía que estés aquí —sostuvo su mano y besó sus nudillos a pesar que tuviera una vía venosa cerca— te amo tanto, Mark... te amo tanto, perdóname por todo.
No pudo contener las emociones que hacían colapsar su cabeza, por lo que escondió el rostro en el cuello del muchacho y lloró sinceramente, descargando todo el miedo acumulado estos días ¿Qué sería de él si lo perdía? Pensaba en Mark como aquel hombre que siempre había hechos sacrificios por ambos, siempre, desde que eran niños y también siendo adultos, tener que soportar que él iba a morir y que tenía una carrera contra el tiempo para hacerlo transmigrar, tan desprotegido, tan...
—Yo también... te... amo —dijo con dificultad, el tono bajo y voz profunda.
Se quejó de dolor un poco, el ruso se percató de ello. Se sentó rápidamente y volvió a sostener su mano, los ojos de Mark estaban muy cansados, volvían a cerrarse poco a poco a pesar de que luchaba por mantenerse despierto.
—Descansa... descansa, pequeño yo te voy a cuidar, estaré a tu lado, no voy a dejarte, nunca más... —depositó un beso en el costado de su frente, casi pudo sentirlo suspirar de tranquilidad— estaré aquí para verte.
Esa noche cuando llegaron de vuelta a casa, Gavrel se sentó a conversar con su hermano en el jardín, ambos a solas ya que Grisha se había ido a su casa con Shotaro.
El adolescente se sentó en el pasto y miró a su hermano con temor, tenía algo que decirle y probablemente no iba a gustar oírlo, pero lo que debía primar era el deseo de quien le había pedido transmitir esto.
—Las visitas fueron cortas, sé que pudiste ver a Mark despertándose ¿Cómo te sentiste?
—Quisiera meterlo en mi bolsillo de la camisa y cuidarlo siempre —medio sonrió, aunque el gesto se perdió al instante— ¿Pudiste verlo despierto? Alcanzaste la visita de la tarde.
—La verdad es que sí, pude verlo con sus ojos abiertos, incluso lo ayudé a acomodarse un poco, le hablé sobre muchas cosas, pudo hablar un poco —retorció los dedos entre sí— Youngho, Mark me pidió algo.
—¿Qué pasó?
El adolescente suspiró sin quitarle la vista, luego continuó.
—Me pidió que no quería recibir tus visitas mientras dure el proceso de hospitalización.
El mayor lo miró fijamente mientras procesaba sus palabras. Pero al no ver rastro de bromas en las palabras de su hermano, sintió su corazón hacerse añicos, no entendía nada ¡En la mañana le había dicho que lo amaba!
—No entiendo... ¿Por qué dijo eso?
—No lo entiendo tampoco, pero me pidió que te lo dijera... quizás necesita tiempo para procesar las cosas... ¿Él sabe que recuperaste la memoria?... ¿Youngho?
—No se lo dije, pero le dije que lo amaba y que me perdonara por provocar todo esto —miró sus manos— perdóname pequeño, debo entrar a la casa.
Cabía la posibilidad de que estuviera molesto por todo lo sucedido, quizás realmente no lo quería cerca, quizás sentía vergüenza de ser visto en ese estado o solo no quería recibir sus visitas, pero ¿Qué sacaba con carcomer su cabeza si no obtendría respuestas?
Gavrel cerró la puerta de la casa por dentro, aunque entrecerró los ojos cuando creyó ver de reojo una sombra que corría tan rápido como una ráfaga de viento, de pronto sintió mucho frío.
Youngho, por su parte, después de ducharse y arrastrar los pies por el suelo agotado física y mentalmente, entró a su habitación, pero... por poco cayó de bruces al ver allí parado al hombre que hizo la conexión posible. Qian Kun. Su rostro solemne, sus ojos brillantes, no llevaba el traje como el hombre en medio de la nieve que se presentó ante él en el pasado ni 1 día antes del accidente, ahora lucía moderno y fresco.
—Youngho Viktorovich Stepanov... hace más de 20 años me acerqué a ti por primera vez para entregarte algo como un regalo de cumpleaños ¿Lo recuerdas? Te dije algo así como que se convertiría en lo único real en tu vida ¿Lo hizo? —con los ojos agotados, el ruso asintió— ey ¿Qué es lo que pasa?
Youngho no sabía si quería contar sus cosas a esta entidad, aunque, después de todo fue él quien hizo posible el contacto con Mark desde la otra dimensión. Se sentó en la orilla de la cama y sujetó su rostro con ambas manos, las cosas que habían pasado en tan poco tiempo están agotado su mente y, ahora que necesitaba expresarle todo al hombre que amaba no podía, porque estaba hospitalizado, porque apenas despertaba y porque lo quería lejos ¿Por qué?
—Mark no me quiere cerca... no entiendo, hoy se quedó dormido a mi lado y luego...
—Yo se lo he pedido, Youngho, yo le dije que te lo dijera y por su pensamiento supe que no estaba de acuerdo en absoluto, es más, el chico está desesperado por tenerte... te ama, pero... quiero que ocupen este espacio para re encontrarse, tú sabes que él es Spiderman, el niño que creció contigo ¿No? —Youngho ya era un desastre entre las lágrimas de un llanto silencioso— me voy a ir, para no volver más... pero antes de irme quería verlos para obsequiarles algo —metió su mano en el bolsillo de su camisa y le entregó eso— para que puedan encantarse como lo hicieron el pasado.
En sus manos depositó una hoja de papel y una pluma con hebras de pluma blanca.
"Son las mismas que utilizaron cuando niños y que desaparecieron cuando decidiste alejarlo de tu vida".
Sus dedos temblaron, no podía despegar su mirada de la hoja.
—Terminen de escribir "La mascota del ruso", por favor, de la manera que siempre debió ser.
Lo cobijó en un abrazo profundo lleno de sentimiento, para Kun esto era difícil de manera que los protagonistas no tenían idea. Luego de transmitirle cariño la figura de aquel hombre se deshizo en partículas de arena y nieve, partículas que se desvanecieron con el paso de los segundos.
Mierda, las lágrimas caían más fuerte, tenía en su poder el papel que hizo que su vida fuera menos miserable, la primera conexión con Mark sin saber que se trataba de él, su pequeño "Spiderman". ¡Dios!
Como un niño con su primer juguete navideño, el ruso caminó a pasos grandes al escritorio de su habitación, encendió la lámpara a su lado y extendió el papel en la superficie, incluso la textura del papel y la pluma se sentían bien.
"¿Aló? ¿Aló? ¿Se encontrará allí, Spiderman?".
Las letras llenas de luces desaparecieron y su corazón latió más rápido, realmente se sentía como ese niño y ese adolescente que tantas veces esperaron un mensaje desde el otro lado.
Después de 5 minutos, la respuesta llegó.
"Wat kind of wheir leters are tose? Wat is this? Helo?... "
—Dios, lo amo tanto —sollozó para seguir leyendo.
"De esa manera respondí la primera vez... mmm, sí, soy yo, Spiderman, pero esta vez la fuerza me impide escribir con una pluma, por lo que el hombre del desierto me ha dejado escribir con mi mente... ¿Eres tú, Mister Snow? Han pasado 11 años creo".
"Sí, soy yo... y no ha habido día que no haya pensado en ti y en la última vez que hablamos, dije cosas que realmente no quería decir, mmm incluso te escribí una carta pensando en ti explicando todo antes de mi accidente ¿La leíste? Aunque no lo creas, yo te escuché cuando me estaba muriendo y la respondiste susurrándome al oído"
Minutos pasaron, suponía que esto tardaba más, el regocijo llenó su estómago y pecho al ver cuando las letras desaparecían y volvían con una respuesta desde el otro lado, aunque claro, ahora mismo estaban en el mismo universo.
"Tengo que presentarme ante ti, Mister Snow, porque sé quien eres, sé que eres Youngho Stepanov, aquel ruso multimillonario que ha tenido que pasar por todo, aquel hombre que amo, aquel hombre que lucía tan despiadado, pero se convierte en un sol cuando lo tengo cerca... Habibi, este humilde hombre que te ha amado desde niño, es Mark Lee, un niño que fue secuestrado muy pequeño de sus padres en Canadá y que llegó a Marruecos junto a otros niños. Sobreviví en las calles robando comida, haciendo favores, estudiando por mi propia cuenta, pero también prostituyéndome".
Esa información por supuesto que no la sabía, porque Mark nunca quiso compartir su pasado, solo dio algunos detalles como que había iniciado su vida sexual a una edad temprana para tener qué comer, pero hablar de una continua prostitución y secuestro dolía. Las letras desaparecieron y volvieron a aparecer para continuar con la larga respuesta del muchacho.
"Escribiéndote y leyéndote me llené de anhelo por tantos años, crecí contigo en medio del desierto, me enamoré de ti sin saber de quién se trataba, sin conocerte físicamente, sin poder escucharte, pero allí estaba yo, amándote desde niño... sospechaba que eras de clase alta por algunas cosas que decías, pero no sentí envidia en ningún momento, solo estaba feliz que al menos uno de los dos tuviera un buen pasar, siendo ignorante ante tu realidad".
Youngho se perdió con la mirada en el vacío, luego escribió con la pluma sobre la hoja.
"Un niño rico que en realidad estaba abandonado, que perdió a su madre antes de conocerla y cuyo padre nunca estuvo presente realmente, que estuvo al cuidado de personas y que una de ellas resultó ser una abusadora sexual... un niño que se sintió conmovido por la llegada de esta magia y que anhelaba cada día por encontrarse contigo... que vio como su padre volvió a contraer matrimonio y que le obsequiaron a una niña que se identificaba como niño, un niño que fue rechazado por su padre... un periodo difícil y el motivo por el que decidí alejarte, porque debía preocuparme de que Gavrel sobreviviera bajo mi cuidado, porque era su única protección, porque su madre había muerto, pero también porque tenía miedo que toda la mierda te escupiera encima".
Cada uno con sus propios problemas, uno por haber crecido en la calle y el otro por haber nacido bajo el alero de un padre corrupto, asesino y retorcido. Pasaron minutos en los que ninguno se atrevió a responder la carta y el ruso pensó que debía dejarlo descansar, por lo que sostuvo la pluma escribiendo con los ojos llenos de lágrimas.
"Si hubiera sabido que eras Spiderman, no habría sido una mierda despiadada contigo al inicio... el destino realmente te llevó a mí de una manera inusual, pero lo hizo y aunque sé que ese Spiderman tiene un rostro y una identidad, quiero decir que siempre te he amado, te amé sin conocerte físicamente y te amo como Mark Lee... sé fuerte, porque cuando te den de alta y pueda tenerte entre mis brazos, no voy a soltarte, nunca más".
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Nota autora:
Aún estoy pensando si el próximo es el capítulo final.
¡Gracias!
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